viernes, 28 de diciembre de 2018

La sinfonía del tiempo

Comienzo resaltando lo que, en mi opinión, es lo mejor de esta novela de Álvaro Arbina titulada "La sinfonía del tiempo". Este punto destacable sería, sin duda, la ambientación de la Europa occidental de principios de siglo, el tiempo de los avances científicos, la industrialización de las ciudades vascas, el de la razón y la psicología conviviendo con el espiritismo, la época de la fe en el progreso y en las capacidades humanas. En este entorno se sitúa la figura de Elsa, joven escritora que regresa desde Londres a la villa bilbaína de Altzuri tras la inesperada desaparición de su marido, pintor impresionista que viajó a París para cumplir con sus sueños de artista y se desvaneció en la nada. Embarazada y con un pasado a cuestas, a pesar de su juventud, a su vuelta al hogar familiar descubrirá que también su madre guarda un antiguo secreto que afectará a su propio origen y le hará desconfiar de todo aquello en lo que creía hasta el momento .

Con el retorno al hogar familiar, el relato nos traslada a un ambiente más propio de novela gótica con elementos sobrenaturales como el espiritismo, tan en boga en aquellos años, a una vieja mansión abandonada junto a la nueva casa familiar que simboliza la existencia de esos dos mundos: el basado en la realidad y la racionalidad y el de las posibilidades mágicas que van más allá de nuestras creencias.
"—Viniendo de la avanzadilla del mundo, hija, deberías estar al corriente de los nuevos brotes del espiritismo. Sus descubrimientos confirman lo dicho durante siglos por la Iglesia. Aunque se consideren enemigos, todos hablan de lo mismo.
—¿Y de qué hablan? 
—De que hay hilos que nos unen con el más allá. 
—La ciencia no dice lo mismo, ama. 
—La ciencia es joven y desvergonzada. Pronto aprenderá que no existe explicación para todo."
En el viejo caserón existe un cuarto prohibido con un armario del tiempo que realmente está poblado de fantasmas, recuerdos oscuros y reminiscencias de tiempos pasados a donde deberemos remontarnos para hallar el origen de aquellos secretos familiares. A lo largo de la narración volveremos la vista a tiempo al que se remonta el ascenso económico de la familia Zulueta, cuando todavía se llamaban Mendíbil, a los días del reinado de Fernando VII, las guerras carlistas, la época isabelina con la alternancia de liberales y conservadores en permanente disputa, el surgimiento del nacionalismo vasco, la primera República, la guerra de Cuba y también nos trasladaremos a la Inglaterra de la industrialización, a las ciudades fabriles donde conviven las novedades tecnológicas con la miseria de las condiciones de vida de los obreros, donde se debaten las tesis de Darwin y de Marx, al París de la Exposición Universal de 1889 con su proliferación de avances científicos que preconizan un futuro lleno de increíbles posibilidades.

Confieso que la lectura se me ha hecho en ocasiones pesada, a causa de un ritmo muy desigual; por momentos me atrapaba la narración pero en otros episodios me he sentido como arrastrándome lentamente por las páginas, a pesar del interés del argumento, probablemente a causa de la prosa recargada y densa acompañada de un lenguaje abigarrado, sumado esto a un argumento de enrevesados hilos temporales que se cruzan, afectan y explican los unos a los otros. Y lo cierto es que se adivina un notable esfuerzo por parte del autor por enriquecer la narración y cargarla de peso y no lo planteo como una crítica negativa, sino como la constatación de un trabajo de creación literaria de gran valor donde se aprecia el trabajo del autor, pero cuyo resultado no es compatible con una lectura ligera o descomplicada. Probablemente en este caso de desencuentro pudiera decirle al autor aquello tan clásico de "no eres tú, soy yo" porque es seguro que ha sido culpa mía el no haber sido capaz de valorar como se merece una obra que seguro que tiene más valor que el que yo le he concedido en esta reseña, pero cuando no te conquista una lectura, la cosa no tiene remedio. Pero como propósito de enmienda me he propuesto volver a probar con este escritor ya que sé que tiene, al menos, otra novela publicada y tengo intención de descubrirla, confiando en que me convencerá más que esta recién comentada.

domingo, 23 de diciembre de 2018

La flor y nata

Mamen Sánchez es una autora que ha cosechado bastante éxito con sus anteriores novelas que comparten un aire ligero y desenfadado y una visión optimista del mundo. "La flor y nata" supone mi primer acercamiento a su obra, que cuenta con otras cinco novelas bastante exitosas, además de algunas obras de literatura infantil. Pero además de su faceta de escritora, Mamen es también hija de Eduardo Sánchez Junco, presidente de la revista Hola, "la Biblia de la prensa rosa" de nuestro país, donde la autora realiza además funciones de directora adjunta. Se ve que es una mujer multitarea con gran capacidad para desenvolverse en diversos ámbitos de la escritura, esperemos que lo haga con acierto en todos ellos

En lo que se refiere al argumento de esta novela, la acción nos sitúa en el año 1992; la prensa rosa está en su pleno apogeo en España: príncipes y princesas europeas encabezados por Lady Di, millonarios y actores internacionales encandilan con sus fiestas y mansiones al publico. La protagonista es (¿casualmente?) una de las hijas del director de la revista del corazón más famosa y  prestigiosa del país. Deseosa de iniciar su carrera profesional en la empresa familiar, le surge la oportunidad de realizar un reportaje anunciando el compromiso de dos figuras de la alta sociedad europea, con lo que entrará en contacto con el mundo de lujo, glamour y excentricidad en el que se mueven sus protagonistas. La juventud e inexperiencia profesional de la protagonista dará lugar a escenas bastante patéticas cuando se enamore como una boba del apuesto noble británico sobre el que debe hacer el reportaje.

La lectura es muy entretenida y divertida y nos introduce de lleno en los años noventa que se nos presentan como un tiempo de inocencia tecnológica, sin teléfonos móviles, donde aún existían vídeos VHS y el fax era el no va más en lo que a comunicaciones se refiere. Lola Flores, Camilla Parker-Bowles o los príncipes de Mónaco entre otros personajes populares de la época deambulan por las páginas de la prensa del corazón que supone el medio de vida de la familia de la protagonista y nos llenan de cierta nostalgia casposa por aquella jet-set que nos encandilaban en aquellos días .

El libro retrata con ironía y humor el ambiente de glamour y frivolidad de la alta sociedad con una escritura que resulta ligera, divertida, desenfadada y fresca, dando lugar a un supuesto autorretrato novelado con mucho sentido del humor donde la que duele quedar peor parada es la propia protagonista y narradora de esta especie de chick lit blanco y bastante modoso. Aunque me ha resultado entretenida, no hay duda de que es una novela de lo más superficial, con lo cual ya me queda la duda de si éste es el estilo del resto de la producción de esta autora o si es que me he topado, al elegirla, con su obra más insustancial. Ruego, por tanto opiniones de lectores que hayan leído algo de ella, que me orienten sobre si esto es lo que me voy a encontrar en todos sus libros o si hay alguna otra lectura que cuente con algo más de chicha en la que hincar el diente. Aunque si lo que buscas es una lectura ligera para relajarte y reírte un poco, este es el libro que te tienes que leer.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

A cien millas de Manhattan

Guillermo Fesser es un periodista madrileño que alcanzó gran popularidad hace bastantes años ya como miembro del dúo humorístico Gomaespuma, junto a Juan Luis Cano, creadores ambos de un particular estilo que aunaba el humor absurdo, inteligente y cañí de una manera brillante. Una vez disuelta la pareja cómica, cada uno de sus miembros retomó su vida profesional como periodistas, escritores o cineastas, demostrando que el ingenio y la inteligencia puede adoptar muy diversas formas. En 2002 Fesser decide trasladarse junto a su familia a Estados Unidos de donde es originaria su esposa y de esta nueva situación personal surge "A cien millas de Manhattan", un libro que es mitad biografía, mitad crónica social, donde combina sus vivencias personales con una mirada sorprendida y siempre atenta al nuevo mundo que le rodea
"Estoy en Rhinebeck, Nueva York. A cien millas de Manhattan. En una casa construida con madera y pintada de gris pálido. En un pueblecito que se parece a los de la maqueta del tren eléctrico que nos traían en Navidad los Reyes Magos. En la América de naturaleza sobrecogedora que Nino Bravo identificara con el edén. Estoy en un valle de suaves colinas tupidas de verde. Praderas con vallas blancas para el ganado que fueron robadas a base de hacha a un bosque de acacias, castaños, arces y robles centenarios que se extienden hacia el infinito y más allá. Y, en medio, un río caudaloso por el que navegan tranquilamente los petroleros rumbo al Norte. Aguas que, corriente abajo, bañan en su desembocadura la orilla oeste de la conocida isla de Manhattan. Vivo, señoras y señores, en un bosque tan repleto de vida que podría doctorarme en Biología sólo con observar a los animales que yacen atropellados en las cunetas de las carreteras."
Sin un hilo narrativo determinado, el libro se compone de variadas digresiones sobre los más variados asuntos, desde los beneficios de correr descalzo al modo de elaborar el sirope de arce. Siguiendo el orden de los meses del año, pasamos del otoño multicolor de los bosques del valle del Hudson a las nieves y los hielos de su crudísimo invierno y en todos los momentos del año el autor se muestra asombrado por el apabullante marco natural de los Estados Unidos, del norte al sur se admira de su variedad y grandiosidad, de su flora y fauna. Todas las historias que se nos cuentan reflejan, además, el modo de vida norteamericano que se nos presenta múltiple, variado y en ocasiones disparatado. Como buen periodista y como hombre curioso que es, Fesser conversa con mucha gente, se informa sobre todo tipo de temas, nos muestra esas pequeñas historias que subyacen por debajo de la Historia con mayúsculas y en especial aquellas que marcan la diferencia entre el modo de pensar y de vivir de los norteamericanos y de los europeos o más concretamente de los españoles, al igual que muestra su interés por el origen etimológico de muchas palabras inglesas. Su pequeño pueblito es una fuente inagotable de peculiaridades, curiosidades y portentos que el autor, en el papel de testigo con mentalidad extranjera, va descubriendo: la forma de vivir Halloween, Acción de Gracias o San Valentín, historias sobre los nativos norteamericanos, los orígenes españoles del país, el ferrocarril subterráneo que ayudaba a escapar a los esclavos de los estados del sur o la pesca del salmón en Alaska. Nos descubre las costumbres vecinales cuando nos invitan a cenar a una casa o a una barbacoa, peculiaridades de los usos en los restaurantes, descubrimos locales con encanto o nos tragamos una especializada explicación sobre el funcionamiento de las conducciones de vapor que calientan la ciudad de Nueva York.

El libro es definitivamente divertido y muy ameno pero también y sobre todo ingenioso y profundamente interesante, especialmente recomendado para aquellos que sientan curiosidad por descubrir más sobre la sociedad norteamericana ya que aquí encontrarán multitud de historias insólitas, curiosas y sorprendentes que probablemente sólo puedan pasar en los Estados Unidos de Norteamérica pero que pasan inadvertidas al visitante ocasional y sólo pueden descubrirse convirtiéndose en un miembro más de la comunidad como ha hecho Guillermo Fesser.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Te daré un beso antes de morir

Regreso muy pronto a la última entrega de la trilogía de Estela Chocarro que tiene por escenario diversas localidades de la comunidad de Navarra. Y lo cierto es que no ha sido algo buscado, simplemente me encontré con este volumen disponible en la sección de "Recomendaciones" de mi biblioteca, con lo que ha sido una de las series que más rápidamente he liquidado de mi vida, ya que en poco más de un año han caído las tres entregas. Vuelve nuevamente la autora con este título, "Te daré un beso antes de morir", a trasladarnos a los escenarios de Pamplona y Cárcar donde transcurrieron sus anteriores novelas. En esta ocasión recuperamos a Jonás, un personaje que aparecía en la primera entrega de la serie y que actualmente se encuentra encarcelado por un crimen que cometió. Él será el involuntario protagonista del arranque de la trama cuando asista a una sospechosa muerte ocurrida en la nueva prisión de Pamplona, hecho que lleva al periodista Víctor Yoldi a investigar el sospechoso suceso. En esta ocasión la participación de Rebeca Turumbay, protagonista indiscutible de las anteriores novelas, tarda en materializarse casi hasta la mitad del libro, cediendo el protagonismo a Víctor, cosa que he de decir que me ha agradado, ya que le encuentro más entidad como personaje, más peso específico y credibilidad a este joven periodista que se atreve a meterse en líos y llegar a poner en riesgo su vida cuando se trata de resolver un asunto en el que adivina que se oculta una buena historia que merece ser contada.

El argumento de esta entrega se centra en la sucesión de una serie de muertes que parecen relacionarse con un capo criminal encerrado en la prisión de Pamplona desde donde maneja los hilos de sus sucios negocios, pero pronto las sospechas afectarán a Álvaro de Quesada, un poderoso empresario cuyo hijo pequeño murió dramáticamente hace veinte años, crimen por el que su entonces mejor amigo y hombre de confianza, Massimo Figueroa, se encuentra cumpliendo pena de prisión, hasta que aparece muerto en extrañas circunstancias. Víctor Yoldi se adentrará en el pasado de estas personas, en sus relaciones de amistad que no dejaron de existir a pesar del crimen cometido por Massimo y descubrirá cómo existen personajes poderosos que actúan persiguiendo sus objetivos sin aceptar límites ni normas.

La novela, al igual que las anteriores, altera pasajes o tramas más interesantes con otras que no lo son tanto, lo mismo que personajes de desigual profundidad aunque, en general, resulta bastante entretenida y sin ser una magnífica novela sí que es más que suficiente como lectura de evasión que proporciona el suficiente entretenimiento como para recomendar su lectura sabiendo que hará pasar unos cuantos buenos ratos a quienes se adentren en sus páginas. 

domingo, 9 de diciembre de 2018

Un pequeño favor

"Un pequeño favor" es la primera novela de Darcey Bell, autora norteamericana que nos ofrece una entretenido thriller que se inicia con una desaparición y logra convertirse en una trama maquiavélica que resulta verdaderamente endiablada. Las protagonistas son dos vecinas: Stephanie, madre viuda y Emily, profesional de la moda, que se hacen amigas cuando sus hijos, Miles y Nick, coinciden juntos en el colegio y se convierten en inseparables. En su pequeña ciudad a dos horas de Manhattan nada extraordinario ha ocurrido nunca hasta que Emily desaparece repentinamente. Tras pedirle a su amiga que recoja a su hijo del colegio porque llegará tarde del trabajo, nada más se vuelve a saber de ella. El marido de Emily, Sean, regresa de un viaje de trabajo a Londres para confirmar que no ha tenido noticias de su esposa desde hace cuatro días. La preocupación común por Emily hará que Stephanie y Sean se acerquen el uno a la otra más de lo que nunca antes lo habían hecho.

La historia se va estructurando a través de las entradas que Emily publica en su blog en el que comparte sus vivencias como madre soltera y donde hasta entonces se había limitado a repartir y compartir consejos y experiencias sobre maternidad y que ahora emplea como medio de difusión para pedir ayuda a sus muchas seguidoras en la búsqueda de la amiga desaparecida y  les va haciendo partícipes del progreso de su búsqueda y de los cambios que se van produciendo en su vida a raíz de ese acontecimiento.
"Mamás, ¿ven lo que está pasando aquí? La vida real empieza a parecerse a uno de esos titulares de los programas de la televisión, un guion que probablemente no se pueda volver a realizar porque se ha hecho demasiadas veces. Esposo que se queda con la mega póliza de seguro. Esposa desaparece."
Durante un tiempo la historia no progresa hacia ninguna parte, da vueltas en torno a la atracción que Stephanie comienza a sentir por Sean, fantaseando sobre la posibilidad de convertirse en pareja, con la consecuente culpabilidad que siente por lo inapropiado de sus crecientes deseos hacia el que fue el marido de su mejor amiga. Por suerte para el lector, todo da un giro cuando un elemento inesperado hace su aparición y la lectura vuelve a cobrar interés, dirigiendo la historia hacia otros derroteros.

El argumento logra así remontar y nos descubre todo un enrevesado plan generado por una mente perversa y retorcida que se aprovecha del hecho comprobado de que en toda relación hay siempre un miembro más fuerte que el otro, el pasivo frente al activo, la amiga dominante y la que se deja arrastrar y lleva hasta al extremo este patrón de funcionamiento basado en la desigualdad o el desequilibrio, tanto en lo que se refiere a la amistad como en la relación de pareja.

Y si bien la novela no es más que pura lectura de evasión, sí que proporciona un tema de interesante reflexión sobre los secretos que todos guardamos, unos más serios o determinantes que otros y sobre la imposibilidad de llegar a conocer a fondo a las personas con las que nos relacionamos, incluso aquellas a las que en algún momento podemos llegar a considerar como nuestras mejores amigas. A esas precisamente puede resultar que sea a las que menos conocemos en realidad.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Pequeños fuegos por todas partes

En la idílica y estrictamente regulada localidad de Shaker Heights, cerca de Cleveland, todo está perfectamente diseñado y ordenado para alcanzar y conservar un patrón de belleza y equilibrio, las grandes mansiones, las pequeñas casas de alquiler y los jardines cuidados, todo contribuye a guardar las apariencias sociales y respetar el buen gusto estético. Parecería que nada malo pueda ocurrir en un entorno tan rigurosamente planificado. "De hecho, el lema de Shaker Heights era «La mayoría de las comunidades surgen espontáneamente: las mejores se proyectan». Según esta filosofía, todo se podía —y debía— planear, evitando así lo feo, lo desagradable y lo calamitoso."

Pero Celeste Ng es experta en mostrarnos lo que todas las familias esconden, la cara oculta de las apariencias, como ya comprobamos en "Todo lo que nunca te dije" y nuevamente nos encontramos en "Pequeños fuegos por todas partes" donde nos muestra las interioridades de familias diversas y distintas, la de los Richardson que han logrado alcanzar el estado de perfección doméstica, de familia ideal, a excepción de la hija más pequeña, Izzy, la inquieta, la imprevisible, la que siempre se sale del cuadro, llena de ira contra el mundo. Y por otro lado tenemos a Mia Warren, una artista nómada y su hija Pearl que aterrizan por casualidad en ese lugar del mundo y vienen a cambiar lo que los Richardson entendían hasta entonces por una familia normal. Moody Richardson y Pearl se convierten en los mejores amigos; a ambos les fascina el modo de vida del otro, la vida errante de la artista frente a la solvencia y la seguridad de los bellos y sanos Richardson que llevan tres generaciones habitando en la misma localidad, toda la vida en su misma casa. Ambas familias enlazarán su existencia en diferentes planos, lo que provocará que sus mentalidades se intereconecten y reconsideren sus antiguos prejuicios.

La historia configura un retrato certero de la Norteamérica de la era Clinton, donde a los asuntos domésticos de los personajes principales se añaden otros temas como la paternidad y la adopción, la integración racial en la sociedad americana, la búsqueda de la propia identidad y la decisiones que marcan el futuro de los estudiantes, los que optan por adaptarse al sistema o por apartarse de él para trazar nuevos caminos propios, haciendo incidencia en el papel de aquellos que no viven de acuerdo con las normas mayoritariamente admitidas como "lo correcto", los que deciden diseñar su propio destino al margen de lo establecido.

Pero sobresaliendo entre los demás, el gran tema en torno al que giran todos los argumentos es el de la maternidad: la deseada, la subrogada, las madres perfectas y las madres adolescentes, las adoptivas, las que no se ven capaces de cuidar a sus propios hijos y las que cuidan de los hijos de otros. Ese es el principal debate que plantea la novela, presentando diversidad de situaciones y variadas posturas en relación a una realidad que a todos nos afecta y nos da pie a reflexionar incluso a posteriori de haber finalizado la lectura. Una novela que te lleva a esto es siempre una buena recomendación.

sábado, 1 de diciembre de 2018

Canción dulce

Myriam y Paul Massé son una pareja de jóvenes profesionales parisinos con dos hijos pequeños a la búsqueda de la persona perfecta para hacerse cargo de los niños cuando ella regrese al trabajo después de haber sido una madre entregada y dedicada en exclusiva a la crianza de los pequeños. Louise aparece en el momento ideal y es justo lo que busca la pareja: una mujer cariñosa y divertida con niños, trabajadora siempre dispuesta y estupenda cocinera además de discreta y educada. La historia que narra Leila Slimani en esta "Cancion dulce" transcurriría como una entretenida novela costumbrista sobre la paternidad en la sociedad actual si no fuera porque las primeras páginas ya nos han mostrado en una escena brutal de muerte y dolor en el domicilio familiar lo que podemos esperar de esta relación recién surgida y entendemos que vamos a asistir al proceso que llevó desde que Louise aparece en la vida de los Massé hasta ese desenlace brutal, cómo se gesta la relación de amor-odio, de dependencia y desprecio entre la cuidadora y la familia para la que trabaja.

La novela incluye una reflexión profunda y en ocasiones dolorosa sobre la maternidad, el matrimonio y la familia en el mundo actual, la necesidad de realización profesional de las madres y los efectos, en ocasiones catastróficos, que la paternidad supone para las parejas. También nos plantea el papel que asumen las inmigrantes que cuidan de los hijos de las mujeres europeas, tan centradas ellas en sus carreras profesionales, del poder que asume la mano que mece la cuna, y nos habla sobre la soledad que abunda en una gran ciudad como París, de la vida oculta de tantas personas sin nexos familiares ni nadie que se preocupe por ellas.

Mientras que a los Massé los vamos conociendo enseguida, descubriendo sus sentimientos y lo que piensan u opinan sobre diversos asuntos, de Louise solo conocemos hechos, su vida pasada, sus actividades con los niños, su relación con otras niñeras con las que coincide en los paseos, pero nos falta saber qué piensa o siente, si sus intenciones son buenas, si busca convertir a los Massé en su propia familia o si tiene malas intenciones hacia ellos. El relato es sumamente inquietante debido a que no todo es explícito, te obliga a imaginar o suponer mucho de lo que no se dice, lo que provoca que el lector haya de poner de su parte en cuanto a las motivaciones y los sentimientos de Louise, lo que supone una mayor implicación personal ya que debemos recrear lo que no se nos cuenta y admitir que existe la maldad humana aunque desconozcamos su origen o no entendamos a qué se debe o qué la puede llegar a provocar.

martes, 27 de noviembre de 2018

Jardín de invierno

"Jardín de invierno" es la tercera novela de Kristin Hannah que cae en mis manos después de "Volverás a Alaska" y de la maravillosa y muy recomendable "El ruiseñor" y confieso que tenía muchas esperanzas puesta en su lectura pero debo reconocer que en esta ocasión la autora no ha logrado convencerme como lo hizo con anterioridad, no sé si a causa de que mis expectativas eran muy altas o debido a que la novela no ha resultado tan redonda como las anteriormente citadas. En cualquier caso, y dejando las comparaciones a un lado, la novela es entretenida y tiene bastantes cosas positivas y es muy posible incluso que para algunos lectores resulte una novela maravillosa, cosa que no dudo, pero ya se sabe que cuando un lector no conecta con un libro su opinión no es ni buena ni mala, nadie puede controlar las sensaciones que le provoca una lectura, al margen de que esta esté mejor o peor escrita, tenga más o menos defectos; esa es una de las realidades incuestionables que todo lector sabe que debe asumir: cada uno lee su propia novela, aunque se trate del mismo libro.

En lo que se refiere estrictamente al argumento de la novela, nos encontramos para comenzar con un drama doméstico originado por la muerte del padre de la familia protagonista compuesta por una madre, Anya, una mujer de origen ruso, siempre distante y fría y las hijas de ésta, Nina y Meredith, dos hermanas totalmente opuestas en carácter y ocupaciones: Nina es fotógrafa de guerra, independiente y sin ataduras, siempre viajando lejos de los suyos mientras que Meredith se ocupa del negocio familiar y de su esposo e hijas, vive pendiente de su casa y de sus padres ya mayores.

Anya nunca fue muy comunicativa con sus hijas, encerrada en su silencio y su frialdad, era el padre el que habitualmente servía de nexo de unión en la familia; su muerte deja un vacío que cuesta llenar, un dolor que cada una sobrelleva como puede, sin apoyarse en las otras. Sólo a través de los cuentos que Anya contaba a sus hijas de pequeñas al acostarlas, estas podían sentirse cerca de su madre. Se trataba de viejas leyendas rusas pobladas de personajes tradicionales llenos de fantasía y magia. Y ahora que Anya parece haber perdido el contacto con la realidad, será a través de esos cuentos como las hijas recuperarán un canal de comunicación con ella. Tras la fábula de la campesina y el príncipe enamorados adivinamos un retrato de la época de terror impuesto por el régimen comunista tras la Revolución, de las purgas a los disidentes, del silencio, el hambre, el frío y el miedo que reinaba en el Leningrado del que procede Anya. Este cuento acabará convirtiéndose en el relato de aquellos días de guerra y muerte, de todo lo que Anya ha callado durante años y que sus hijas acabarán por fin descubriendo.

Reconozco que relato desgarrador del cerco de Leningrado cuya crudeza tan bien se narra en "El jinete de bronce" es lo mejor que aporta la novela, el relato de una época histórica fascinante por su dureza y por lo que supuso de prueba de la resistencia de la naturaleza humana ante situaciones extremas. El problema está en que durante muchas páginas he tenido la sensación de que no ocurría nada, que se repetían las jornadas familiares monótonas, las conversaciones que no llevaban a ninguna parte en las que las protagonistas se regodean en el duelo por el padre pero tardamos mucho en adentrarnos en la línea temporal del pasado que adivino desde el principio que es la que va a proporcionarnos la historia fundamental, el auténtico valor de esta novela. Por otra parte, debo reconocer que el estilo fantástico no es lo mío por lo que el recurso de acudir a un cuento lleno de magia para acercarnos al verdadero pasado de Anya no ha logrado conquistarme, aunque sí lo ha hecho su historia real, una vez que ésta ha adoptado el tono realista que me ha convencido mucho más.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

El año del pensamiento mágico

Joan Didion es uno de mis últimos descubrimientos literarios de este año, una autora que despierta un interés que va más allá de su mera creación artística y alcanza a su figura personal. Es probable que sea justamente debido al hecho de que su propia experiencia vital tan intensa sea la principal influencia de su obra y se refleje en ella, tanto en los textos de ficción como, por descontado, en los netamente autobiográficos, por lo que su producción resulte tan intensa, sincera, realista y atractiva. Todo esto se cumple en "El año del pensamiento mágico", donde la vida de la autora se convierte en material literario de primera calidad
"Esto es un intento por encontrar sentido al tiempo que siguió, a las semanas y meses que desbarataron cualquier idea previa que yo tuviera sobre la muerte, la enfermedad, la probabilidad y la suerte, la buena o la mala fortuna, sobre el matrimonio y los hijos y el recuerdo; sobre el dolor y los modos en que la gente se plantea o no el hecho de que la vida acaba; sobre la precariedad de la cordura y sobre la vida misma."
Una noche de diciembre de 2003 el marido de la autora, el también escritor John Dunne, cae muerto sobre la mesa donde cenaba la pareja. La minuciosa descripción de este momento y sus horas posteriores son el dramático inicio de esta obra autobiográfica breve pero muy intensa a lo largo de la cual la Didion oscila entre la negación de la realidad, la ilusión de que John va a volver en cualquier momento de allá donde quiera que se encuentre y la investigación casi obsesiva que desarrolla sobre el asunto de la gestión del duelo en manuales y publicaciones de psicología cuyas teorías va alternando con los sentimientos de la propia autora, analizando si sus reacciones son adecuadas o no al comportamiento que los especialistas establecen como habituales en personas que, como ella misma, han sufrido una perdida dramática.

En ese recorrido detallado por los hechos y circunstancias que rodearon la muerte de John, destaca el hecho de que en ese mismo momento la hija de ambos, Quintana, permanecía ingresada en un hospital de la ciudad en estado de coma a raíz de una septicemia causada por una pulmonía mal tratada. Cuando pocos meses después su hija, aparentemente recuperada de su enfermedad, recae en un nuevo estado de coma, es sorprende cómo nuevamente la autora se documenta sobre el estado de su hija, se informa mediante libros especializados para tratar de entender, comprender qué le pasa a su hija y cómo ayudarla a superarlo.

Nos introducimos en esta obra en el universo más íntimo de la Didion, en su vida matrimonial, sus recuerdos más felices, la complicidad que siempre tuvo con su esposo, los detalles del léxico familiar, sus bromas privadas, la relación con su marido, la infancia de su hija, el trabajo de la pareja en el mundo del cine, Hawaii, Los Angeles, París, Nueva York, sus viajes, las películas en las que participaron, los amigos, las alegrías y tristezas, todo revisado y repasado a la luz de la nueva vida que le espera ahora sin John a su lado. Una inmersión total en un universo personal lleno de humanidad, sinceridad y riqueza narrativa.
"Somos imperfectos mortales, conscientes de nuestra mortalidad aun cuando tratemos de eludirla, vencidos ante nuestra propia complejidad, tan acorralados que cuando nos dolemos por los que hemos perdido, también nos dolemos, para bien o para mal, por nosotros mismos. Por lo que fuimos. Por lo que ya no somos. Por la nada absoluta que un día seremos."

sábado, 17 de noviembre de 2018

El tapiz amarillo

Este relato de Charlotte Perkins Gilman, "El tapiz amarillo" también traducido en otras ediciones con el más afortunado nombre de "El papel de pared amarillo", es una de las muchas y muy acertadas recomendaciones que he hallado en el maravilloso club de lectura de Nuria Pérez, que, entre otras cosas me ha llevado al (re)descubrimiento de autoras como Joan Didion o Maggie O'Farrell, que se ha convertido en una de mis escritoras favoritas de todos los tiempos por lo que creo que le debía este agradecimiento público.

La narración nos retrata a una joven dama norteamericana que se encuentra postrada en cama en una tranquila villa alquilada por su marido en mitad del campo para tratar de recuperarse de una delicada condición nerviosa que hoy día identificamos fácilmente con una depresión postparto. Pasa los días largos e iguales en un improvisado dormitorio en la parte alta de la casa, en lo que alguna vez fue un cuarto de juegos para los niños: una habitación grande y luminosa, amueblada con muebles disparejos subidos desde los dormitorios de los pisos bajos y cuyo elemento mas destacable es el estropeado papel de pared que presenta un extraño y complicado diseño en cuya observación y análisis pasa la dama las horas muertas tratando de ocupar tanto tiempo de inactividad forzada. El único entretenimiento real que nuestra protagonista posee es la escritura a través de la cual reflexiona sobre su situación. De hecho, ese diario informal es en realidad el texto que estamos leyendo, donde ella plasma sus ansiedades, preocupaciones y los más simples detalles de su monótono día a día, tratando, eso sí, de mantenerlo siempre oculto de la vista de su marido, al que desagrada ese tipo de entretenimientos intelectuales en mujeres de su clase. De ahí que la contemplación del papel de la pared y su enrevesado dibujo pase a ocupar la mayor parte de su tiempo.

Publicada en 1892, el relato refleja con agudeza la falta de libertad real a la que se encontraban sometidas las mujeres de aquella época en los Estados Unidos, sin capacidad de decidir por sí misma sobre cómo llevar adelante su vida, sin poder tomar sus propias decisiones o ser tratadas como personas adultas con plenos derechos, en lugar de someterse a la tutela proteccionista de sus maridos. La brevedad del texto no le resta agudeza psicológica ni profundidad a la hora de retratar a la protagonista o de plantear los temas anteriormente mencionados de manera clara y sin renunciar por ello a una elevada calidad literaria.

También me ha parecido interesante de por sí la figura de la autora, cuya biografía recomiendo descubrir, ya que fue una mujer que vivió una peculiar y reseñable peripecia personal que considero de gran interés y que daría bastante material para elaborar una buena novela biográfica.

martes, 13 de noviembre de 2018

La desaparición de Stephanie Mailer

No podía dejar pasar la oportunidad de reencontrarme con Joël Dicker, autor que ya me ha deleitado en un par de ocasiones con sus novelas, siempre bien planteadas, intrigantes y fabulosamente escritas, por lo que finalmente me hice con "La desaparición de Stephanie Mailer", su ultimo éxito, que de nuevo me ha conquistado y me ha hecho pasar unos cuantos buenos ratos de lectura. En esta ocasión la acción de la historia nos traslada a la tranquila ciudad de Orphea, una idílica localidad turística de los Hamptons que se ve alterada por la desaparición de Stephanie Mailer, una avezada periodista dedicada en los últimos tiempos a investigar un antiguo crimen sucedido veinte años atrás en la misma ciudad. El agente de la policía estatal que en su momento resolvió el caso, a punto de retirarse, retoma la investigación ayudado de una joven policía local recientemente llegada desde Nueva York.

La estructura de la novela presenta una serie de giros que aumentan el interés de la lectura, ya que se trata de una investigación sobre otra investigación, una novela sobre otra novela, con unos personajes que ensayan una obra teatral en la que tal vez podemos encontrar la solución al crimen que investigan los policías, o no. Nos hallamos ante una trama compleja, aunque no complicada, pero sí llena de historias que se mueven en paralelo, con varios planos temporales separados algunos de ellos por veinte años pero conectados en el presente.

Y en lo que se refiere a los personajes, si bien el protagonismo descansa fundamentalmente en los investigadores de la policía, el libro tiene bastante de novela coral porque hay otros personajes con tramas paralelas secundarias pero que nos cuentan historias muy interesantes que pueden, por momentos, superponerse sobre la trama principal, además de que cualquiera de esos personajes secundarios puede estar involucrado en los crímenes a resolver, tanto los del pasado como los actuales, o tal vez en ambos a un tiempo.

Se trata, en definitiva, de una estupenda narración que engancha desde la primera pagina, con un ritmo trepidante en los distintos hilos temporales que no dejan de proporcionar sorpresas inesperadas; todas ellas enganchan al lector y le llevan a avanzar velozmente para llegar a la resolución de los diferentes enigmas planteados. Al igual que hace el director de la misteriosa obra teatral que se ensaya a lo largo de la novela, Dicker juega con el lector despertando su curiosidad, juega con la trama reuniendo a todos los personajes en Orphea veinte años después en torno a la representación de dicha obra que resultará trascendental para la resolución del caso y cuyo elenco recuerda a los personajes de "Los diez negritos", cada uno con su historia pasada, sus secretos y su propia cuota de probabilidad de ser el culpable al que andamos buscando. Una novela que bebe, por tanto, de los clásicos del género policíaco pero que logra resultar original, cosa que siempre es de agradecer.

jueves, 8 de noviembre de 2018

La villa de las telas

"La villa de las telas" es la primera novela de la autora alemana Anne Jacobs publicada en España. Este estreno literario nos lleva a un escenario y una época sobre la que no tengo excesivas referencias, en lo que a obras de ficción se refiere, aunque, en general, lo cierto es que no tengo demasiada experiencia sobre historias situadas en la Alemania de primeros del siglo XX, con lo que ya este aspecto se me presentaba como un incentivo más para que esta lectura me resultara atractiva a priori.

La acción se inicia en 1913 en la ciudad de Augsburgo; Johannes Melzer es el propietario de una importante fábrica de paños. Su familia está compuesta por su esposa, Alicia, dos hijas casaderas, la mayor y poco agraciada Elisabeth y la más joven y bella Katharina, además de un hijo llamado Paul, destinado a suceder a su padre a la cabeza de los negocios, pero poco inclinado por el momento a ello, con lo que actualmente lleva una relajada vida de estudiante de Derecho en la ciudad de Munich.

Pero la protagonista principal de la historia es Marie, una joven que es enviada a trabajar al servicio de los Melzer. Huérfana de origen incierto cuyo pasado familiar le ha sido ocultado, la vida que le espera en la casa donde entra a trabajar como ayudante cocina es bastante cómoda a pesar ser la última en la jerarquía doméstica, la criada con menos categoría; incluso sus modestas habitaciones de la zona alta de la casa le parecen una auténtica maravilla, con sus sábanas limpias y las almohadas de plumas y los cálidos edredones, acostumbrada como ha estado a las numerosas estrecheces de la vida pasada en el orfanato y a su breve experiencia como trabajadora de una fábrica. Pronto Marie muestra su carácter decidido y sus dotes artísticas, por lo que es ascendida rápidamente y pasa a ocupar puesto de doncella de la hija menor de la familia, la joven y despreocupada Kitty, siempre rodeada de pretendientes pero con aspiraciones de convertirse en artista, mientras que su hermana Lisa, menos atractiva y algo envidiosa de la suerte de la pequeña de la familia, sólo piensa en encontrar un marido aceptable.

La novela combina una gran cantidad de elementos que la hacen atractiva, como el amor, los celos, la felicidad conyugal con algún que otro drama, enredo romántico y secretos de familia, todos ellos bien equilibrados para atrapar en su lectura. Además de todo ellos, la acción se enmarca en el escenario histórico de una naciente revolución industrial donde la actividad fabril se convierte en la locomotora que arrastra la economía y cambia el modo de vida de aquellos que desarrollan su actividad laboral en ese nuevo entorno tan fascinante, con constantes innovaciones técnicas y mecánicas, como peligroso por los nuevos riesgos que las máquinas suponen para la seguridad de los operarios. Y la familia Melzer, como propietaria de una de estas fabricas no está al margen de toda esta problemática.

Para aquellos que tras leer esta novela se hayan quedado con ganas de saber cómo continúa la historia de la saga familiar que veremos nacer en esta lectura, tengo buenas noticias, ya que se ha publicado una continuación en la que podremos seguir la evolución de la creciente familia Melzer, que se enfrenta, además, a complicados tiempos de guerra. La posibilidad de adentrarme en esta continuación de la historia es una perspectiva bastante apetecible que espero no tardar demasiado en disfrutar.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Nadie ha muerto en la catedral

Vuelvo a trasladarme hasta Navarra de la mano de la escritora Estela Chocarro y la segunda entrega de su serie protagonizada por la experta en Arte, Rebeca Turumbay. En esta ocasión la acción de "Nadie ha muerto en la catedral" se desarrolla entre Cárcar, pueblo natal de la joven, y Pamplona, a donde Rebeca regresa al ser requerida en su condición de especialista en la obra de Dalí para verificar la autenticidad de un supuesto cuadro del pintor que ha aparecido en una capilla secreta descubierta en la catedral de Pamplona junto a dos cadáveres de distinta datación. El macabro hallazgo atrae igualmente a Víctor Yoldi, periodista del Diario de Navarra y que inició un romance bastante intermitente con Rebeca en la anterior novela. La investigación que ambos llevarán a cabo involucrará a varios miembros del cabildo de la Catedral, sacerdotes que en su juventud coincidieron en torno a un oscuro asunto que se ha tratado de ocultar durante muchos años y que afecta también a una notable familia de la provincia y que ahora nuestros protagonistas tratarán de sacar a la luz. Pero el misterio se remonta más allá en el tiempo, llegando hasta un asesinato cometido en el siglo IX en la antigua catedral. Gran participación en la acción tendrán nuevamente los ancianos de la residencia de Cárcar, el tío de Rebeca y su grupo de compañeros, que representan las raíces, la tradición y el depósito de recuerdos y tradiciones a los que los más jóvenes recurren con frecuencia para resolver los misterios del pasado.

No puede negarse que el recurso de incluir un cuadro de Dalí junto a los cadáveres aparecidos en la catedral para justificar la participación de Rebeca en el argumento de esta novela resulta bastante forzado, pero una vez que decidimos pasar por alto este hecho, la lectura es bastante ligera y amena y volvemos a participar de una trama de acción y de investigación no exenta de riesgo para los protagonistas que entretiene sin demasiada complicación.

Lo que hay que reconocer es que la autora ha logrado crear un grupo de personajes y un escenario que se convierte en familiar al lector, como ocurre en las series exitosas, consigue involucrar al lector y crear la sensación de pertenencia, el llegar a considerar a los personajes como gente cercana a ti, por los que puedes interesarte e incluso preocuparte, lo que te lleva a conectar con la serie y a regresar a ella con agrado y expectación por las peripecias por las que aquellos tendrán que pasar. Y aunque también reconozco que no es la mejor serie de la historia de la literatura, que presenta fallos como el abuso de las reiteraciones para asegurar que el lector no pierda el hilo de la historia o la falta de chispa romántica entre la pareja protagonista, sí que cumple con los requisitos para considerarla una lectura entretenida y de evasión, sin mucho más objetivo que pasar un buen rato de lectura descomplicada, que ya está más que bien.

miércoles, 31 de octubre de 2018

La luz que perdimos

A "La luz que perdimos" le llevo siguiendo la pista desde que la vi publicada el año pasado en su versión original. Y es que tengo algunas páginas de referencia en cuanto a lecturas publicadas en Estados Unidos a las que doy bastante credibilidad en lo que a sus recomendaciones sobre novelas se refiere y esta vez han vuelto a acertar al destacar esta novela de Jill Santopolo que tanto he disfrutado.

El relato comienza con la caída de las Torres Gemelas en septiembre de 2001, acontecimiento al que asisten atónitos Lucy y Gabe, compañeros en la universidad de Columbia que apenas acaban de conocerse pero a los que lo dramático de las circunstancias que comparten les une en lo que se convertirá en una larga e irregular historia de amor. Al inicio, su relación se convierte en un romance perfecto: comparten su vida en la gran ciudad mientras Lucy disfruta de un empleo que le encanta y Gabe decide dedicarse seriamente a la fotografía con la intención de retratar el mundo tal y como él lo ve con el ánimo de que sus fotos cambien la opinión y la actitud de los demás. A pesar de ese amor intenso y pasional que comparten, el trabajo obliga a Gabe a marcharse lejos persiguiendo los más crueles conflictos humanitarios, sin previsión de volver próximamente, anteponiendo su profesión a la relación amorosa. El tiempo pasa y Lucy rehace su vida pero la sombra de lo que Gabe supuso para ella siempre está presente, sigue encontrándose en la prensa con sus fotos realizadas en los más remotos y peligrosos rincones del mundo y sólo muy de vez en cuando un correo o una llamada inesperada le devuelve a su presente, aunque siempre de manera bastante fugaz.

El relato se narra desde la voz de la propia Lucy que se dirige directamente a Gabe en un largo monólogo y le da su propia visión de aquella historia de amor que tuvieron y cómo ella siguió adelante después de él. Toda la novela es una especie de larga confesión en la que Lucy reflexiona sobre sus sentimientos, la diferencia entre unas relaciones y otras, compara constantemente lo que ellos tuvieron con lo que Darren, su actual pareja, le ofrece; a pesar de encontrarse feliz con él, con la familia y la vida que han construido juntos, no puede evitar pensar constantemente en qué habría hecho Gabe en esta circunstancia, qué habría dicho él, cómo habría reaccionado en cada circunstancia, en definitiva, cómo hubieran sido las cosas si sus vidas hubieran seguido unidas para siempre.

Siendo como es una novela eminentemente romántica, con sus buenas dosis de pasión, drama y emociones, también es una magnífica reflexión sobre el amor en los tiempos modernos, un retrato muy realidad esta de las relaciones, incidiendo sobre lo que cada uno espera recibir de la persona con la que decide compartir su vida y de lo que debe entregar a cambio, priorizar, poner de su parte, sobre aquello a lo que nunca se renuncia y aquello que se sacrificará para siempre. Y sobre todo se concluye que cada amor es diferente, cada relación es distinta y funciona de un modo particular e inimitable, con distintos equilibrios de poder, distintos niveles de intensidad y de expectativas y que aunque no se debe comparar un tipo de amor a otro, una relación a otra, tal vez sí que sea cierto que existe un sólo amor verdadero, un gran amor que marca la vida para siempre.

jueves, 25 de octubre de 2018

Las sombras de Longbourn

La idea de la que parte el argumento de "Las sombras de Longbourn", de la autora británica Jo Baker, es enormemente atractiva: la joven Sarah trabaja como criada en una casa aristocrática de Hertfordshire a las órdenes de la familia Bennet, sí, esa familia Bennet, la de las hermanas protagonistas de "Orgullo y prejuicio", obra cumbre de Jane Austen. Pero en esta ocasión la atención no se centra en las jóvenes casaderas y sus proyectos matrimoniales, sino en los miembros de servicio de la casa, los de "el piso de abajo" que habitualmente sólo aparecen en las novelas atendiendo a los protagonistas como sombras sin mayor interés.

El protagonismo recae en esta ocasión en Sarah, la joven criada que lleva trabajando en la casa desde que era una niña. Junto a ella descubrimos a su compañera de fatigas, Polly, otra huérfana como ella, una cría todavía y con la que comparte las duras faenas diarias: la colada, la limpieza, los recados, la costura, siempre a las órdenes del ama de llaves, la maternal señora Hill y del taciturno mayordomo, el señor Hill. La llegada de un nuevo criado, James Smith, un muchacho joven y apuesto, supondrá toda una novedad en la monótona vida de la casa en un entorno en donde la guerra ha provocado una preocupante escasez de hombres jóvenes, tanto para el trabajo doméstico como entre los pretendientes de las jóvenes señoritas Bennet. James es un muchacho bien dispuesto y su actitud trabajadora descarga a las criadas de mucho del trabajo que antes realizaban ellas, pero su origen y pasado inciertos no convencen a Sarah de la claridad de sus intenciones. En medio de las exigencias de su duro día a día, la joven fantasea con la vida en la gran ciudad que tal vez nunca llegue a conocer, se ilusiona con los vestidos usados que las señoritas le regalan y pasa las noches leyendo los libros que el señor Bennet le presta.

Cada capitulo se inicia con una breve cita de la obra de referencia y a continuación las escenas se cuentan desde la perspectiva de los criados de la casa: las sesiones de lavado y planchado de los vestidos de las jóvenes hermanas que nunca se cansan de estrenar, el frío que pasa el lacayo mientras espera fuera de la fiesta en las que estas se divierten, el sueño de la criada que espera su regreso a altas horas de la noche para servirles el último té de la jornada, el retirar el barro de las botas y de los bajos de las faldas y enaguas cuando vuelven de un entretenido paseo por el campo. La llegada del señor Bingley a la vecina finca de Netherfield que tanto altera a las hermanas y a su madre, ansiosa de lograr un buen matrimonio para sus hijas, conlleva la llegada al piso de abajo de su atractivo lacayo, un mulato, antiguo esclavo llamado Ptolomey, que engatusa a la ilusa Sarah. Igualmente, la visita del señor Collins, heredero del señor Benet, también pone en alerta a los criados, interesados en causar la mejor impresión al que algún día sera el señor de la casa.

El relato supone un interesante giro de perspectiva sobre una historia y personajes mundialmente conocidos, a los que ahora se nos permite observar desde otro ángulo, desde los ojos de aquellos que trabajan para ellos. Entiendo que pueda haber disparidad de opiniones sobre el experimento, desde los que no admitan que se juzgue a sus heroínas hasta aquellos a los que les divierta esta nueva visión de los hechos, en especial por los nuevos episodios desconocidos hasta ahora sobre la vida de los protagonistas que la autora se permite "desvelar" esta nueva versión de la historia. Y es que la tercera parte del relato es justamente la que nos proporciona las escenas más épicas de la novela aunque son las que se desarrollan más lejos de Longbourn y de sus habitantes, en otro país y otro tiempo, constituyendo la parte más original de toda la novela y que hace que la obra de Jo Baker sea algo más que una mera "cara B" de la novela de Jane Austen y que adquiera así suficiente entidad propia para resultar interesante por sí misma.

viernes, 19 de octubre de 2018

Ella lo sabe

Andrea y Nico se han trasladado hace dos años a un tranquilo barrio residencial a las afuera de Barcelona escapando de la ciudad tras un traumático episodio cuando su vecina y amiga Clara fallece en extrañas circunstancias. La pareja no pasa por su mejor momento, tratando de tener un hijo al tiempo que ella intenta convertirse en escritora de novela negra, pero sus problemas con el alcohol y los tranquilizantes no la ayudan a centrarse ni en su vida personal ni en la profesional.

Este es el planteamiento de inicio de "Ella lo sabe", novela de la joven escritora Lorena Franco que desde el principio nos presenta una trama atrayente que se complica cuando la pareja recibe la inesperada visita del hermano de Nico, Víctor, que llega desde San Francisco, aparentemente huyendo de la justicia y arrastrando su propio drama personal. Cuando Andrea es testigo de cómo una noche su vecina de enfrente, María, que hasta ahora parecía disfrutar de un matrimonio idílico, sube al coche de Víctor y a partir de entonces no se vuelve a saber de ella, un nuevo misterio se plantea en el, hasta entonces, tranquilo vecindario. «La vi irse con mi cuñado el jueves a las dos y media de la madrugada. Él volvió y ella, desde entonces, está desaparecida.»

La novela es un claro ejemplo de la nueva ola denominada "domestic noir" como son "La chica del tren" o "La pareja de al lado" en las que el crimen tiene por escenario el espacio doméstico, el enemigo se encuentra muy cerca incluso dentro del propio hogar, e igualmente bebe de un gran referente como es el clásico tema de "La ventana indiscreta" en el que la excesiva curiosidad por la vida de sus vecinos convierte a la protagonista en testigo involuntario de algo sospechoso que ocurre en el vecindario.
"A veces es mejor no mirar por la ventana (...) Nunca sabes qué peligros hay ahí fuera, a qué puedes enfrentarte sin pretenderlo"
La novela resulta inquietante, angustiosa por momentos, trepidante en ocasiones y encima te mantiene constantemente en vilo al no mostrarte todas las caras de los personajes que sorprenden continuamente, a veces para bien pero generalmente para mal, con constantes giros inesperados y un final de los que quitan el aliento. El argumento se enriquece con abundantes referencias literarias con especial referencia a "La sombra del viento", novela por la que Andrea siente especial debilidad ya que tiene una fuerte conexión emocional con su vida pasada.

Éste ha sido mi estreno con la autora, una mujer muy joven de la que me ha sorprendido descubrir que tiene ya una producción literaria bastante abundante, actividad que, además, compatibiliza con la profesión de actriz, cosa que me ha resultado muy sorprendente y meritorio y que enriquece el perfil de una autora prometedora de la que seguramente oiremos hablar con frecuencia próximamente.

domingo, 14 de octubre de 2018

El color de la luz

Lo de no juzgar un libro por su su portada es un consejo que resulta, por lo general, de lo más acertado; sin embargo he de reconocer que lo primero que me atrajo de esta novela en cuanto la vi en la biblioteca fue esa imagen tan evocadora de su cubierta y el hecho de que se encontrara en la sección de recomendaciones de los lectores ya completó mi decisión de elegirla de inmediato. "El color de la luz" de Marta Quintín ha resultado ser una elección bastante acertada de la que no he tenido que arrepentirme, afortunadamente.

El argumento de la novela comienza en el tiempo actual, cuando una joven periodista española se encuentra trabajando en Nueva York donde acude a cubrir una subasta de arte. En este evento será testigo de como una compatriota, la millonaria empresaria Blanca Luz Miranda, paga una cifra asombrosa por un cuadro de arte de un reputado pintor ya fallecido. La curiosidad por conocer mejor a esta mujer y lo asombroso de su insistencia por hacerse con esa obra en concreto, llevarán a la joven periodista a ponerse en contacto con la provecta empresaria y a tener la oportunidad de que esta decida contarle su vida a nuestra narradora, que no tiene muy claro si la historia que se dispone a escuchar tendrá algún interés, si valdrá la pena conocer "el pormenorizado retrato de todos los azares, acontecimientos y encrucijadas que me han conducido a pagar veinte millones de dólares por un cuadro de Martín Pendragón"

A partir de ese momento, la práctica totalidad del relato se traslada al pasado, a una ciudad española de provincias a principios del siglo pasado donde descubriremos el origen de la carrera artística de Martín Pendragón y su relación con Blanca Luz, hija de su maestro de pintura. Asistiremos al nacimiento de su historia de amor y a cómo esta evoluciona a lo largo de los años, convirtiéndose, como ya podéis imaginar, en una historia de amor imposible. Pero la novela también retrata una historia de pasión por la pintura y la figura de un artista volcado completamente en su obra creativa, pasando por encima del amor, de la amistad o la familia. El resultado es un relato intenso donde se nos cuenta una vida de entrega absoluta al arte y que nos lleva desde la España de principios del siglo XX, pasando por la Guerra Civil y por el París de la bohemia donde asistimos al nacimiento de las vanguardias artísticas y al estallido de la II Guerra Mundial, llegando hasta los años 80, en las constantes idas y venidas, encuentros y desencuentros de los amantes. Aunque la historia que cuenta no nos sorprende con giros inesperados o con grandes sorpresas argumentales y los personajes son algo planos careciendo en ocasiones de profundidad, cumpliendo con lo que podríamos esperar de ellos en cada momento, sí que puedo decir que la novela está muy bien escrita y que se lee con agrado de principio a fin. Sin ser una novela fabulosa sí que es recomendable como dispensadora de buenos ratos de entretenimiento.

martes, 9 de octubre de 2018

La bruja

Fiel a mi cita con una de las series que sigo con más contumacia desde su origen, regreso a Fjällbacka de la mano de mi querida Camilla Lackberg para enfrentarme a su ultima novela publicada hasta la fecha: "La bruja". Nos encontramos nuevamente y como ya estamos habituados, con varias líneas temporales que discurren con mayor o menor relación entre ellas: por una parte dos historias casi paralelas separadas por treinta años y por otro lado, un antiguo episodio de caza de brujas que transcurre en el siglo XVII en los mismos escenarios de la trama actual pero que no conectaremos con las otras tramas prácticamente hasta el final. Cierto es que este esquema argumental no ha variado desde el inicio de esta serie, pero también es cierto que la autora ha convertido estas historias de crímenes en paralelo en su estilo personal y si funciona bien ¿para qué va a cambiarlo?

El caso actual al que se enfrenta Patrick Hedström y su equipo de policías es el asesinato de una pequeña niña de la localidad. Casualmente, de la misma granja donde vivía la pequeña desapareció hace treinta años otra niña de la misma edad. Las culpables en aquella  ocasión fueron dos adolescente que, aunque posteriormente se retractaron de sus declaraciones iniciales, a nadie le cupo duda de su culpabilidad. Tantos años después, aquellos hechos parecen repetirse casi exactamente y los ojos de todos los ciudadanos se dirigen de nuevo hacia aquellas jóvenes, hoy mujeres adultas que, casualmente, han vuelto a coincidir en Fjällbacka después de una larga ausencia de una de ellas, convertida ahora en estrella de cine.

Como es habitual en las novelas de la Lackberg, nos encontramos con numerosos personajes con mayor o menor peso en el argumento: con la protagonista, la escritora Erica Falk, siempre apoyando con sus investigaciones particulares en los casos de su marido, Patrick; los policías locales, ya viejos conocidos por los lectores fieles a la serie, con sus tramas personales habituales, aunque en esta ocasión tengan menos relevancia que en otras entregas anteriores y otros tantos personajes secundarios relacionados con los crímenes del presente y del pasado, vecinos, testigos, varios adolescentes con conflictos propios de su edad y hasta un grupo de refugiados sirios que completan el variado panorama de personajes de esta novela que nuevamente nos proporciona a los fans de la serie nuestra dosis periódica de misterio combinado con el cálido estilo de vida sueco, donde nunca falta un café y unos bollos de canela humeantes y donde el crimen siempre es vencido gracias a los ya entrañables protagonistas. Más de lo mismo, es verdad, pero es que eso es lo que buscamos cuando regresamos a Fjallbacka, ¿o no?

jueves, 4 de octubre de 2018

La uruguaya

"La uruguaya" es un titulo del que vengo oyendo hablar maravillas desde hace algunos meses, así que estoy encantada de haberme hecho por fin con esta novela del argentino Pedro Mairal y poder comprobar en primera persona si tantos comentarios a su favor tienen razón de ser. Son muchos y muy actuales los temas que se encuentran en este texto, comenzando por una crisis conyugal común y corriente, la que sufre el narrador y protagonista que nos habla del aburrimiento que genera la rutina, no necesariamente el desamor pero sí el cansancio de luchar contra los problemas económicos, contra los planes fracasados, contra el implacable paso de los días que desgasta la pasión y acaba con los sueños incumplidos que alimentaron el nacimiento de la relación.

Lucas Pereyra, este narrador, es un escritor con problemas financieros debidos a la nefasta situación económica de Argentina. Como tantas otras personas en su misma situación, toma el ferry hasta Uruguay, al otro lado del Mar de Plata, para recoger en efectivo los royalties internacionales generados por sus novelas publicadas en el extranjero para posteriormente introducirlos de manera ilegal en el país. Pero Lucas va a algo más al país vecino: va a reunirse con Guerra, una joven uruguaya a la que conoció en un congreso literario hace algunos meses, una muchacha pasional y provocativa que le hace sentir joven y aventurero de nuevo, olvidar sus problemas domésticos, la falta de plata, su caída en picado en la clase media con dificultades económicas, le evita pensar en el fracaso de su matrimonio. Porque el escritor sospecha que también su mujer le es infiel, que mantiene un romance con alguno de los médicos con los que trabaja, repasa las pistas y los pequeños cambios en su comportamiento que le hacen sospechar, mientras que él mismo se dirige a reunirse con su propia amante, decidido a lanzarse a una aventura con esta veinteañera que le vuelve loco y le permite volver a sentirse joven.

La ciudad de Montevideo no sólo es el escenario de las andanzas de la pareja, sino que se convierte en un personaje más de la novela; mientras que Lucas y Guerra transitan por sus calles, comparten sus tipismos, sus costumbres, las diferencias entre los dos países vecinos y recorremos algunos de los grandes temas argentinos: el corralito, el fútbol, el sexo, la infidelidad, la reflexión sobre la propia existencia, todo ello a través de un monólogo que discurre con una asombrosa fluidez en la prosa que engancha a pesar de los vocablos tanto en argentino como en uruguayo (que no es lo mismo, no) y que prueban el gran dominio del lenguaje de su autor y la precisa elaboración del relato en el que nada sobra, donde todo tiene valor argumental y de fondo, sin que sobre ni una página en este relato lleno de vida y verdad, lo que lo convierte, sin duda, en una lectura muy recomendable.

domingo, 30 de septiembre de 2018

El extraño verano de Tom Harvey

Me resulta sorprendente que todavía no me hubiera estrenado con ninguna novela de Mikel Santiago porque es un autor que lleva varios años rondando por mis listas de futuras lecturas. Afortunadamente he subsanado esa falta y el tantas veces demorado estreno ha sido con "El extraño verano de Tom Harvey", una muy entretenida novela negra que comienza con una llamada no atendida al móvil. A partir de ahí, el músico en horas bajas Tom Harvey se verá envuelto en una sospechosa sucesión de muertes aparentemente accidentales: la de su exsuegro, el artista Bob Ardlan, la de una joven modelo y amante de éste y algún que otro personaje, lo que llevará al músico a reencontrarse con su exesposa en su mansión de la costa amalfitana italiana, así como a codearse con un grupo de ricos y poderosos artistas, cineastas, escritores, empresarios y a convertirse, muy a su pesar, en un investigador amateur, "un guapo, larguirucho e incisivo saxofonista detective".

Como en las más clásicas novelas policiacas, prácticamente todos los personajes ocultan una posible razón para desear la muerte de Ardlan, todos tienen alguna historia que esconder y habrá que ir descartándolos uno a uno hasta alcanzar la resolución del caso, cosa que llevará a nuestro protagonista a arriesgar su propia vida. El ambiente de lujo en el que se mueven los ricos veraneantes de la costa italiana, sus mansiones, los clubs nocturnos, contrastan con los humildes pero encantadores pueblitos donde los famosos tratan de ocultarse del mundo y disfrutar de su exclusiva intimidad, aldeas de pescadores retrepadas sobre escarpadas laderas asomadas al mar con todo el auténtico espíritu tradicional del Mediterráneo.

Con un ritmo imparable donde no paran de pasar cosas, las sospechas pasan de un personaje a otro hasta que en los últimos capítulos la acción cobra un ritmo frenético, de esos que te mantienen pegado al libro hasta que alcanzas el desenlace final. Con todo esto, puedo afirmar que me ha parecido una gozada de lectura, una de esas que resultan perfectas para desconectar del mundo, para vivir emociones intensas y correr aventuras y riesgos sin necesidad de salir de casa.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

La maldición de la reina Leonor

No hace mucho que estuve (en lo que a mis lecturas se refiere, claro está) rondando por la Edad Media y regreso nuevamente a ella con esta novela, pero es que no me he podido resistir a descubrir la obra de José María Pérez "Peridis", autor que figuraba en mi lista de pendientes desde hace tiempo, hombre renacentista donde los haya: escritor, arquitecto, dibujante, humorista y gran conocedor y apasionado del arte Románico, en cuyo ámbito ha fundado instituciones de estudio, ha realizado programas televisivos o dirigido restauraciones arquitectónicas. Todo ello me ha animado a descubrir una de sus novelas, concretamente "La maldición de la reina Leonor", obra que profundiza en algunos personajes clave del siglo XII en Europa.

La acción se sitúa, como ya comentaba, en los primeros años del siglo XII, y la protagonista de la novela es la reina Leonor de Castilla, hija de Enrique II Plantagenet, rey de Inglaterra y de la mítica Leonor de Aquitania y hermana, por tanto, del que será popularmente conocido por la Historia como Ricardo Corazón de León. Casada muy joven con Alfonso VIII de Castilla, no ha logrado dar al rey un heredero varón que sobreviva a sus primeros años de edad. Su única hija hasta el momento, la princesa Berenguela, es nombrada heredera pero, así y todo, la pareja continua esperando el ansiado heredero varón.

En una época turbulenta en que las casas reinantes de toda Europa están unidas por lazos familiares o de matrimonio, Francia, Inglaterra, León, Castilla, Aragón, Navarra y Portugal son reinos hermanos y a pesar de ello constantemente enfrentados; no logran colaborar para unirse con el fin de luchar contra el que debería ser el enemigo común: el ejercito musulmán que todavía ocupa la mitad de la península ibérica y no ceja en su intento de recuperar territorios a costa de la debilidad y división de los reinos cristianos. Las luchas entre primos, combinadas con la alianzas por matrimonios se vuelven que cada vez más complicadas ya que las numerosas y complejas relaciones de consanguinidad dificultan las uniones entre reinos y les enfrentan al Papa, atento a anular aquellas uniones que no cumplan con las normas para evitar el incesto en el que recaen una y otra vez los reyes peninsulares. Pero Leonor no soló se debe ocupar de los problemas de su reino; también su familia inglesa le da preocupaciones, con su desquiciado padre que mantiene encerrada a su madre mientras vive con su amante y pelea incansablemente con sus hijos Ricardo y Juan, el que será conocido como Juan sin tierra, al que su padre despojará de toda herencia lo que le originará permanentes afrentas contra su hermano Ricardo, heredero de la corona.

Cuando el Papa llame a los reinos cristianos a luchar en la Cruzada contra Saladino, que ha conquistado Jerusalén, sólo Ricardo acudirá al combate mientras resto de reyes aprovecharán la circunstancia para enfrentarse a él: el rey francés le arrebatará sus territorios en el continente mientras que el emperador alemán lo hará preso a su regreso a Europa y solicitará un gran rescate. Leonor sigue desde la distancia todos estos avatares familiares, manteniéndose durante toda su vida estrechamente unida a su madre, a pesar de la distancia física que les separaba.

A estos asuntos de política local y europea se añade la figura de otro Ricardo que tendrá un papel importante en la vida de Leonor: un joven arquitecto llegado desde Inglaterra destinado a dirigir los trabajos de construcción del convento de las Huelgas que la reina patrocina en Burgos así como su soñada catedral en Cuenca. Colabora con el arquitecto el maestro escultor Fructuoso, alumno que fue del gran maestro Mateo, artífice del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago al que veremos trabajar en la que será su obra magna. Otros personajes insignes de la época, al margen de los reyes y Papas, también se pasean por la novela como el médico Averroes o Santo Domingo de Guzmán. Todos estos escenarios conforman una obra rica en temas y argumentos y que nos proporciona una interesantísima visión de aquellos tiempos complejos y apasionados que vale la pena conocer y disfrutar.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Un amor

Con "Un amor" regreso nuevamente a una novela de Alejandro Palomas, un remanso de paz y calma en medio del árido paisaje de dramas y novelas negras que venía frecuentando últimamente. Y es que las obras de Palomas, con su lenguaje poético, su tono dulce y sensible, sus adorables personajes y sus mensajes siempre positivos son lo que me hace falta de vez en cuando para depurar un poco el aire literario que respiro (aunque sin abusar tampoco)

Amalia y sus hijos, "la mayor, la lesbiana y el pequeño", componen una familia a la que ya conocimos en otra novela anterior del autor, "Una madre". En esta ocasión se reúnen para celebrar la boda de Emma, la hija pequeña, que coincide en fecha con el cumpleaños de la propia madre, por lo que los planes consisten en prolongar la celebración de la boda con una estancia de fin de semana en una casa rural acompañados también por la tía Inés. La madre está mayor, anda mal de la vista, ha sufrido una caída reciente; a todas partes acude acompañada de su inseparable perra Shirley y de su transistor con el que combate el temible silencio. Los tres hijos están constantemente pendientes de ella, incluso tratándola en ocasiones como si fuese ella la hija pequeña, corrigiéndole y riñéndole por sus errores y despistes

Si yo hubiera sido la responsable de buscarle un título a esta novela, sin duda habría sido algo así con "Una madre. El origen" porque, aunque la historia de la familia sigue adelante y suceden acontecimientos nuevos, gran parte de lo que nos va contando Fer, el hijo y narrador, en su largo monólogo nos lleva al pasado, al origen de lo que son ahora, a las pérdidas sufridas, la descomposición del grupo familiar y su posterior recomposición, de los que se marcharon y los que han aparecido o reaparecido, pero sobre todo nos habla de la madre, de esa Amalia que es todo fragilidad e inseguridad, pero también es puro corazón y generosidad. Y muy divertida sin proponérselo, con su particular habla donde las palabras complicadas pasan por su propio filtro de traducción simultánea y se transforman para acomodarse a su necesidad, se confunden y mutan de manera que sólo ella sabe en ocasiones de qué está hablando.

Es cierto que la narración está al límite de la sensiblería con cierto exceso de escalofríos de emoción y momentos de nudo en la garganta y pellizcos de angustia para mi gusto más bien hosco y renuente al empalago sentimental, pero creo que logra mantenerse a este lado y no llega a cruzar la línea del tan temido sentimentalismo. Palomas lo cuenta todo con ese estilo suyo tan cercano siempre al corazón, tan reposado, tan de darle vueltas a las cosas, entrando en los detalles y los sentimientos, intimista y poético, aunque abusa de trucos narrativos en la forma de ir planteando los argumentos cuyo desarrollo va desmigando de a poco para mantener enganchado al lector hasta el ultimo párrafo. Pero, así y todo, soy capaz de perdonárselo porque reconozco que es una grata experiencia compartir con él sus historias familiares.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Sharp objects (Heridas abiertas)

"Sharp objects (Heridas abiertas)" es la primera novela publicada por Gillian Flynn, que posteriormente alcanzaría fama mundial con su  "Gone girl. (Perdida)", novela llevada al cine también con bastante éxito. La protagonista de esta historia es Camille Preaker, una joven periodista que es enviada desde el periódico de Chicago en el que trabaja hasta su pueblo natal en Misssouri para cubrir la desaparición de una niña, en lo que su director cree adivinar que puede ocultarse una historia de interés humano capaz de aumentar las mediocres ventas del periódico.

El retorno a ciudad natal supone para la joven reencontrarse con una madre pluscuamperfecta y exigente, con su padrastro y su hermanastra adolescente, componentes de una familia ideal que nada tienen que ver con Camille, emocionalmente inestable, con antecedentes psiquiátricos de auto lesiones que le llevaron a pasar recientemente por un ingreso hospitalario como resultado de su compulsión incontrolable de grabarse palabras a todo lo largo y ancho de su piel con cualquier objeto afilado a su alcance.

La vuelta a sus orígenes supone reencontrarse con los escenarios de su infancia poco feliz, con sus antiguas amistades del instituto, convertidas en felices amas de casa y madres de familia, lo que no hace sino acentuar la inadaptación de Camille a las expectativas que sobre ella tenia su madre. Pero esa red de contactos le vale para informarse sobre los hechos, entrevistar a los implicados, familiares y vecinos e inmiscuirse en la investigación policial que lleva a cabo un agente enviado desde Kansas City para resolver los crímenes.

El ambiente de la novela recrea una opresiva comunidad provinciana donde todos se conocen, los rumores se expanden rápidamente, donde todos apuntan a un agresor externo, un asesino de paso por el pueblo, por no admitir la posibilidad de que los crímenes puedan ser obra de uno de sus convecinos. Igualmente inquietante es el retrato de las adolescentes del pueblo, lideradas por la hermanastra de Camille, y que se presentan como un grupo de niñas inmorales, aburridas, ansiosas por comportarse como adultas, que juegan con fuego en lo que se refiere al sexo y a las drogas y no muestran ningún rasgo de inocencia a pesar de su corta edad. El resultado es una atmósfera incómoda, turbia y de gran desasosiego que ha atraído el interés de la industria televisiva que ha convertido la novela en una miniserie que, por cierto, ya he tenido la ocasión de ver por la curiosidad de comprobar cómo queda esta turbadora historia traducida en imágenes y lo cierto es que la ambientación está muy conseguida y, aunque existen licencias creativas en el argumento, es una serie digna de ver, aunque considero que la novela es más intensa y profunda, como suele ocurrir con frecuencia.

lunes, 10 de septiembre de 2018

El monasterio

Regreso a la novela histórica de la mano de Luis Zueco, autor que ya me proporcionó horas de emocionante lectura con sus anteriores obras: "El castillo" y "La ciudad", todas ellas situadas temporalmente en la Edad Media, periodo histórico en el que el autor es gran especialista. Nuevamente con "El monasterio" nos trasladamos al siglo XIV a la dura tierra de la frontera entre los reinos de Navarra, Aragón y Castilla, cuyos reyes guerrean incansablemente desde hace años entre ellos y al mismo tiempo se enfrentan a los musulmanes que todavía ocupan gran parte de la península y presionan constantemente las zonas fronterizas. Este territorio turbulento se organiza habitualmente en puebluchos que cuentan con la dudosa protección del castillo en torno al cual se arraciman sus humildes viviendas y en otros casos esta protección procede de un monasterio poderoso como es el caso del de Santa María de Veruela, cenobio cisterciense situado a los pies del Moncayo, en los territorios del rey de Aragón

La vida en el monasterio gira en torno a las horas de oración bajo estricto ritmo que marca la liturgia canónica siguiendo la guía de la regla de San Benito con respeto al voto silencio, el ayuno y el sacrificio pero también tiene un papel importante el trabajo duro en las importantes instalaciones con que cuentan. Los establecimientos de císter suponen una completa organización fabril con numerosos huertos, talleres, campos de labor y bodegas que complementan la vida de oración y recogimiento de los monjes y el resto de habitantes del lugar.

En lo que a la trama de la novela propiamente dicha se refiere, esta se inicia cuando hasta este monasterio de Veruela llega un notario del rey con instrucción de trasladar los restos del infante Alfonso, hijo de Jaime I de Aragón, El Conquistador, que reposan en su iglesia desde hace cien años. Pero su llegada coincide con el hallazgo del cadáver de un hermano lego de la orden asesinado en ese mismo lugar sagrado. La investigación se le asignará por parte del prior al inesperado visitante que, según va desarrollando sus pesquisas, nos lleva a recorrer el monasterio, a conocer en detalle a sus habitantes, tanto religiosos como legos y seglares que viven y trabajan en las instalaciones monacales, así como a permitirnos ir conociendo las distintas estancias y espacios de esa ciudad en miniatura que constituye la organización de un monasterio cisterciense, así como adentrarnos en las luchas de poder que existen dentro de los muros del cenobio.

La historia se complicará con la existencia de un recluso de noble origen al que los monjes mantienen aislado del resto del mundo y que tendrá mucho que ver con las inacabables guerras entre reinos que se desarrollan en aquella época y que llega a provocar un ataque militar al monasterio. Y sobrevolando el espacio en el que transcurre la acción aparece siempre, como un protagonista más de las tramas, el siempre omnipresente monte del Moncayo, lugar mágico y cargado de leyendas y terribles historias que aloja monstruos y amenazas que atemorizan a la población circundante que lo respeta y teme por igual.

El resultado es una novela con elementos detectivescos pero que fundamentalmente nos permite introducirnos en una época histórica convulsa y complicada donde el poder de la Iglesia y el de los nobles compiten abiertamente pero donde el resultado se inclina, al menos de momento, del lado de las órdenes religiosas que se convirtieron en aquellos años en las grandes impulsoras de la cultura, del arte, de la literatura y la arquitectura, siendo capaces de crear espacios como el monasterio de Veruela y tantos otras obras maestras que funcionan guiados por unas reglas cuyo objetivo es alcanzar la armonía y la perfección que recreen el orden celestial en la tierra. Aunque sabemos que todo ello acabaría fracasando por el arrollador empuje de la brutalidad humana, los conflictos bélicos y, en general, por la imposición histórica de los poderes terrenales sobre los celestiales. Pero, al menos, ahí nos quedan sus vestigios arquitectónicos para seguir admirándonos a día de hoy de lo que fueron capaces de crear aquellos hombres en nombre de Dios.