La novela resulta tremendamente agradable y entretenida, muy actual en su planteamiento y en su forma de narrar, a pesar de contar con más de cien años desde su publicación original y me ha hecho reflexionar sobre la cantidad de obras y autores desconocidos existen y que todavía tenemos oportunidad de ir descubriendo, que no todo tiene que ser estar al día de las últimas novedades y de los escritores contemporáneos. Una opción totalmente recomendable esta para pasar un buen rato de amena lectura.
miércoles, 30 de junio de 2021
El expreso de Roma
viernes, 25 de junio de 2021
Ejercicios respiratorios
Maggie y su marido Ira emprenden un breve viaje en coche con destino al funeral del marido de una buena amiga. Ambos constituyen una pareja ya madura, con hijos mayores y en cuyo hogar casi nada es perfecto. Ella es optimista, irreflexiva y entrometida; cree poder influir en los asuntos de aquellos a los que quiere, viendo siempre lo mejor en cada uno, pero muchas veces mete la pata de más tratando de ayudar y es consciente de la desilusión que transluce la mirada de su marido, mucho más realista y desencantado que ella. A lo largo del día en el que se desarrolla la novela, Maggie va a reencontrarse con amigos de su juventud, comprobará lo mucho que han cambiado todos en los años transcurridos, incluidos ella y su marido, lo complicado que es el matrimonio, que no se vuelve más sencillo con el transcurso del tiempo, con sus roces, su rutina y sus pequeñas batallas cotidianas que desgastan el cariño en discusiones sin sentido y reproches. Constatará que las relaciones familiares nunca son sencillas, que la realidad se impone a la imagen idealizada que podemos tener de las personas que nos importan, imperfectas por definición; que nadie puede dictar el camino a los hijos y que la convivencia es un duro proceso de aprendizaje que dura toda la vida.
"Fue Serena quien le dijo a Maggie que el matrimonio no era una película de Rock Hudson y Doris Day. Fue Serena quien dijo que la maternidad era demasiado dura y que, tal vez, el esfuerzo no valía la pena. Y ahora esto: que se te muera el marido."
Con un gran dominio de la descripción de sentimientos, con un tono intimista y reposado, la novela nos muestra aquello en lo que se puede llegar a convertir el matrimonio cuando llega la madurez, los hijos se marchan a seguir con sus propias vidas y se comprueba que los planes e ilusiones que nos han impulsando durante tanto tiempo probablemente no se cumplan nunca, pero, a pesar de todo, el amor y la esperanza puede seguir dirigiendo nuestros pasos.
"¿En qué pondremos nosotros dos nuestras ilusiones el resto de nuestras vidas?"
Sin ser algo que responda a una elección intencionada, he observado que algunas de mis lecturas de los últimos meses como "Olive Kitteridge" o "Unas vacaciones en invierno", o incluso "El cuello importa" tienen un punto en común: todas ellas giran en torno a personajes de mediana edad que ya han dejado atrás la juventud y se enfrentan serenamente a la madurez e incluso a la vejez sin edulcorar su realidad, aceptando los errores cometidos y los defectos propios y ajenos; entendiendo que no existe el mundo idealizado que se cree o se sueña cuando se es joven. Aceptan que el amor no es eterno, ni la belleza ni la tersura de la piel, pero en muchos casos logran alcanzar la sabiduría que proporciona, a la fuerza, la vida vivida. Debe ser que las lecturas van madurando más o menos al mismo ritmo que lo hacemos los propios lectores; que nuestros intereses, gustos, inquietudes y preocupaciones se reflejan en las elecciones que hacemos a la hora de elegir nuestras lecturas, aunque no se haga de una manera plenamente consciente y entiendo que esa es la forma natural de madurar como lectores y como personas.
viernes, 18 de junio de 2021
El cuello no engaña y otras reflexiones sobre ser mujer
"¿Hay que vivir cada día como si fuera el último o es mejor guardar el dinero por si acaso vives veinte años más? ¿La vida es demasiado corta o puede que sea demasiado larga? ¿Tienes que trabajar todo lo que puedas o pararte a oler las rosas? Y en todo esto, ¿qué lugar ocupan los hidratos de carbono? ¿De verdad vamos a tener que pasar los últimos años de nuestras vidas sin probar el pan?"
viernes, 11 de junio de 2021
Orient-Express. El tren de Europa
Stefan Zweig, Mata Hari, Agatha Christie, Coco Chanel y otros muchos personajes de lo más más variopinto como espías, escritores, músicos, aristócratas, políticos y reyes protagonizan romances, negociaciones, intrigas o simplemente disfrutan del propio viaje y todos ellos desfilan por esta mirada nostálgica a aquel que el admirado Zweig denominó como "El mundo de ayer", un repaso a la historia de aquella vieja Europa vista desde el vagón de un (lujosísimo) tren.
viernes, 4 de junio de 2021
Feria
Como niña de pueblo, Ana Iris ya ansiaba la modernidad, todo lo nuevo que asomaba en el horizonte: la llegada del euro, los centros comerciales, los MacDonald's, las tiendas de chinos y el Actimel, todo lo que era ajeno al mundo de sus padres y sus abuelos. En aquellos años de su infancia lo que antes había sido extraordinario, los juegos, la comida de capricho, la diversión, todo aquello que antes se conseguía sólo en días especiales en las ferias de los pueblos y de lo que vivían sus abuelos ahora se ha convertido en cotidiano, "las ferias habían dejado de tener sentido porque la vida, el mundo, nuestra propia existencia se había convertido en una."
Pero el tiempo avanza y con la cierta madurez adquirida con los años la autora se dedica a desmontar la idea de que, como pensaba cuando era una cría, lo moderno es siempre mejor. Los jóvenes hoy viven peor de lo que vivieron sus padres, en un estado de permanente inmadurez, de juventud perpetua, como una condena, que no les permite independizarse, tener una familia propia ni comprarse un piso "En propiedad no tenemos nada más que un iPhone y una estantería del Ikea de treinta euros porque no podemos tener más" Y nos quieren convencer o se autoconvencen de que eso es lo que desean, que la estabilidad y la seguridad son conceptos pasados de moda.
Pero lo que realmente se retrata en esta obra que comienza con una frase tan contundente como "Me da envidia la vida que tenían mis padres a mi edad" es a la familia de siempre, a la de la autora y a la de muchos de sus lectores. Una familia de pueblo, numerosa por ambas ramas, por la de los Simón y por la de los feriantes, con sus abuelos, tíos y titas, primos, hijos de primos, todo un clan unido por los lazos de un amor sólido y permanente, con sus reuniones multitudinarias, sus celebraciones, nacimientos y muertes, tradiciones propias, en un mundo rural y errante, de pueblo y ferias, de agricultores y obreros cuyos hijos con suerte y gracias a los nuevos tiempos estudian en la universidad y se van a vivir a la capital pero no rompen sus lazos con sus orígenes.
Figuras destacadas son, cómo no, sus padres, ambos carteros: el ateo monoteísta, comunista convencido y la Ana Mari, la que se expande como el universo, entre el realismo mágico y el sentido común, junto con su hermano que tardó en llegar pero que es una parte de ella misma, al que adora sobre todas las personas. Y luego los abuelos y abuelas con su amor inconmensurable y sus constantes enseñanzas. Y finalmente el hijo, ese que todavía no ha nacido pero al que piensa contarle lo que es un pueblo, el orgullo de vivir en uno y sobre todo de ser parte de él y toda su historia familiar para que el niño entienda de dónde viene, que sepa que es realmente el heredero de una raza mítica.
Todo ello contado con absoluta naturalidad y genialidad, con sencillez y enjundia, con acento manchego y espíritu de feria de pueblo.