sábado, 27 de enero de 2018

Nel mare ci sono i coccodrilli (En el mar hay cocodrilos)

Fabio Geda es el autor de esta novela "Nel mare ci sono i coccodrilli (En el mar hay cocodrilos)" y también se reserva en ella el papel de discreto entrevistador al que el joven Enaiat, un chico afgano ilegalmente emigrado en Italia, va contando su peripecia viajera desde que la vida se hace imposible en su pequeño poblado en Afganistán, donde los barbudos entran en su casa o en la escuela y les dicen a todos lo que dios quiere o no quiere que hagan los demás, lo que pueden estudiar o comer. Cuando los talibanes imponen su ley a sangre y fuego, cierran la escuela, exigen a su madre que cumpla con una deuda adquirida por el difunto padre imposible de restituir, todo se desmorona a su alrededor es cuando deciden abandonar su hogar y buscar un nuevo lugar seguro donde vivir, aunque el viaje suponga poner en riesgo su propia vida. El gran pecado del chico y su familia es pertenecer al sector hazarí (chiíes) comunidad minoritaria del Islam frente a los mayoritarios pashtum (suníes) que dominan el país. Musulmanes todos pero enemigos irreconciliables.

Enaiat cuenta su periplo viajero que inicia acompañado de su madre, pero pronto tendrá que continuar solo, cruzando países: Pakistán, Irán, Turquía, Grecia hasta llegar a Italia. Comienza trabajando de chico para todo en una posada en Quetta, Pakistán, desde donde nos va narrando la dura vida de los muchos niños que trabajan en la calle sin padres ni mayores que los cuiden, que escapan de las explosiones en las mezquitas, duermen en la calle si hace falta y se ayudan entre ellos. De allí pasará a Irán, donde le cuentan que los chiíes son mayoría y además se permite vestir con vaqueros y zapatillas deportivas en lugar de túnica y sandalias, un dato atractivo para el pequeño Enaiat. Turquía y Grecia serán las siguientes etapas, viajando oculto en camiones, en balsas neumáticas sin saber remar, arriesgando la vida todos los días por alcanzar un lugar mejor.

El periplo de Enaiat es, a pesar de todo, bastante optimista, exento de dramatismo excesivo, contado desde la inocencia e ilusión, desde el desconocimiento de un chico, casi un niño que va creciendo en el camino hacia Occidente. A pesar de la soledad, las carencias, el trabajo, los riesgos, el dormir al aire libre y esconderse constantemente, el chico se encuentra con buenas personas en su camino que le ayudan, cuenta con la solidaridad de sus variados compañeros de aventura, otros chicos tan perdidos como él;  gracias a los consejos y su buena suerte puede trabajar y conseguir el dinero que va necesitando para moverse de un lado a otro, siempre hacia el oeste, hacia la Europa mítica. Enaiat sólo persigue alcanzar algo mejor, estudiar y desarrollar su vida en libertad y lo consigue, tal vez porque es buen chico, pacífico, educado, no se mete en líos, es responsable y sobre todo muy afortunado y además le guía un sueño, el suyo y el de su madre que le impulsa a escapar.
"Leí una vez que la decisión de emigrar nace de la necesidad de respirar.Es así. Y la esperanza de una vida mejor es más fuerte que cualquier sentimiento. Mi madre, por ejemplo, ha decidido que saberme en peligro y lejos de ella, pero de viaje hacia un futuro diferente, era mejor que saberme en peligro cerca de ella, pero en el fango del miedo de siempre"

lunes, 22 de enero de 2018

Nosotros en la noche

"Y entonces llegó el día en que Addie Moore pasó a visitar a Louis Waters. Fue un atardecer de mayo justo antes de que oscureciera."
Así comienza "Nosotros en la noche", directo y sin rodeos ni preámbulos innecesarios. La novela de Kent Haruf que es prácticamente una obra póstuma ya que fue lo último que escribió el autor conociendo ya la inminencia de su muerte y publicada después de que esta sucediera, presenta a sus protagonistas en la primera línea del texto y así de inmediata es en todo: Addie tiene una propuesta clara que hacer a Louis, ambos viven en la misma calle de una pequeña ciudad provinciana y aunque se conocen hace muchos años nunca han tenido demasiada relación. Ahora, una vez jubilados y viudos tiene ocasión de reunirse, recordar y repasar sus vidas relatándoselas el uno al otro y, sobre todo, de hacerse mutua compañía. Ella es clara y asertiva como lo prueba su propuesta, él tiene más dudas al principio, tal vez porque le pilla por sorpresa, pero enseguida ve las ventajas del plan.
"No, sexo no. No lo enfoco así. Creo que perdí el apetito sexual hace tiempo. Yo hablo de pasar la noche. De acostarse calentitos, acompañados. Meterse juntos en la cama y que te quedes toda la noche. Las noches son lo peor, ¿no crees?"
La novela es breve, con capítulos cortos, emplea una gran economía de lenguaje por medio de frases simples de  gran eficacia narrativa, con una ausencia total de retórica que no se demora en descripciones innecesarias. Así y todo, el relato no resulta frío, sino que logra transmitir con eficacia una historia de personas que, a pesar de su edad, están dispuestas a seguir adelante, a continuar viviendo con nuevas ilusiones, sin miedo al que dirán, incluso a empezar todo de nuevo. Ambos son conscientes de los errores cometidos con anterioridad, nada trata de edulcorar su pasado, pero se encuentran capaces de actuar ahora de acuerdo con lo que verdaderamente creen que es correcto. 

Una novela breve pero que condensa eficazmente el mensaje que trata de transmitir: la capacidad de cambiar, el peso de la familia y el valor de actuar de acuerdo con lo que nos hará felices a pesar de todo. Una maravillosa lectura que, sin llegar a ser melancólica, te deja pensando en cómo afrontamos nuestra propia vida y las decisiones que tomamos, en la posibilidad de que cuando lleguemos a la vejez nos podamos arrepentir de lo que no hicimos cuando pudimos o debimos.

martes, 16 de enero de 2018

El asesinato de Pitágoras

Marcos Chicot ya me conquistó con su anterior novela "El asesinato de Sócrates" y su magnífica reconstrucción de la Antigua Atenas. En esta nueva novela, "El asesinato de Pitágoras", la acción se traslada desde las ciudades de Atenas y Esparta a la Magna Grecia, las colonias que los griegos fundaron a lo largo de las costas del sur de la península itálica y la isla de Sicilia y más concretamente a la ciudad de Crotona donde el insigne Pitágoras, matemático y filósofo "hombre que persigue el conocimiento", ha fundado la más importante de sus comunidades. La hermandad de los pitagóricos defiende un modo de vida basado en el estudio de la geometría, las matemáticas, la música, la meditación y ejercen, no solamente el poder intelectual, sino que también aspiran al poder político para crear una federación de ciudades ideales basadas en la razón y el gobierno de los mejores. Junto a Crotona, el otro escenario fundamental de la acción es la ciudad de Síbaris, de donde proviene el término "sibarita", una ciudad de grandes riquezas cuyos habitantes son igualmente devotos del lujo y del disfrute como también del estudio y el conocimiento. Los planes de expansión de las comunidades pitagóricas son ambiciosos:
"El sueño final de Pitágoras era un mundo en el que no hubiera diferencias de trato ni de derechos jurídicos por pertenecer a diferentes razas o naciones. Una comunidad mundial basada en los principios de hermandad, espiritualidad y justicia.
También soñaba con que los conocimientos de la hermandad continuaran desarrollándose. Las leyes de la naturaleza estaban al alcance de los sentidos y el intelecto."
Pero esos planes chocarán con los intereses más terrenales de sus rivales. Cuando Pitágoras comienza a plantearse su retirada de la vida activa, uno de los candidatos a sucederle de entre los maestros más avanzados es envenenado y el temor se extiende por la comunidad. Pitagóras recurre a Akenón, un investigador egipcio procedente de Cartago que ya ha demostrado su habilidad deductiva en la resolución de asuntos diversos durante sus años al servicio del faraón egipcio y otras ciudades como la misma Sibaris. Conocedor de la geometría por ser hijo de un especialista en la materia, Akenón ha dedicado su carrera a otros asuntos más terrenales pero que también requieren de su inteligencia, agudeza y capacidad de deducción. En su investigación tendrá el apoyo de Ariadna, hija de Pitágoras e iniciada en los estudios de la orden pero que se resiste a asumir los sacrificios y renuncias que supone la vida dedicada en exclusiva al estudio. Pronto, la chispa romántica saltará entre ambos.

El relato se configura en base a personajes bien dibujados y unos escenarios muy bien descritos y si bien el misterio a resolver, la investigación de los sucesivos asesinatos, no llegan a atrapar el interés por igual a todo lo largo de la novela, con altibajos en la acción, alcanza un buen nivel según avanzamos y nos acercamos al final. Tampoco el mundo de las matemáticas y la geometría logra resultar apasionante, sí interesante pero no tan arrebatador como se esperaría. En cualquier caso, con una equilibrada dosis de escenas de la vida cotidiana de aquella civilización, episodios bélicos, algo de violencia excesiva en algunos momentos, un poco de romance, una pizca de suspense y bastante de teoría matemática e Historia Antigua, el resultado del cóctel acaba componiendo una obra que resulta, en su conjunto, entretenida e interesante, si bien en mi opinión queda por debajo del nivel de la anterior sobre Sócrates pero, así y todo, es una buena lectura que ilustra muy bien la época histórica en la que se desarrolla.

miércoles, 10 de enero de 2018

Los Cinco y yo

No había leído todavía nada del escritor madrileño Antonio Orejudo, a pesar de la fama de autor de gran calidad que le acompaña desde hace ya tiempo y de que lo tenía anotado en mi lista de autores por descubrir con alguna de sus obras anteriores. Y ha sido con esta ultima novela suya cuando no he podido resistirme a la tentación de conocer su revisitación de los personajes que llenaron de felicidad mis primeras horas de lectura infantil. En "Los Cinco y yo" Orejudo traza una suerte de biografía sentimental a partir del retrato de los protagonistas de la inolvidable serie de novelas creada por Enyd Blyton, aquellos cuatro chicos y su perro que siempre estaban en permanentes vacaciones y pasaban su tiempo entre baños en la playa, meriendas con pasteles de riñones, remando y descubriendo tesoros ocultos sin parar.

Claramente, la vida real del autor, por comparación con aquellas existencias idílicas, es mucho más amarga que la de los cuatro primos ingleses; es la infancia de los años 60 españoles, donde Toni es uno de tantos niños nacidos con el baby boom que superpoblaban los nuevos barrios de los ensanches de las ciudades, jugando entre descampados, hijos de padres que emigraron del pueblo a la ciudad y se apelotonaban en minúsculos pisos de nueva construcción muy alejados de cualquier playa. Luego vino la transición hasta el desencanto de la juventud y la crisis de los 2000 ya como adulto que enfrenta su vida al escenario ideal de la playa de Kirrin. En este análisis de las novelas de Blyton llega al punto de extraviarse en reflexiones sobre la vida privada de las familias protagonistas, digresiones sobre los padres de los chicos, aquellos adultos que apenas transitaban por las novelas y de los que no conocíamos apenas nada, pero que aquí son analizados con profundidad en presuntos análisis de su personalidad donde asoman aspectos oscuros e inesperados de sus verdaderas circunstancias personales, así como teorías sobre cómo evolucionaron en el tiempo los primos y en qué adultos se convirtieron. Todos estos futuribles no salen directamente del discurso del narrador, sino que éste los extrae de una supuesta novela escrita por uno de sus grandes amigos y titulada "After Five", donde se analizan todos estos aspectos. Así y todo, es interesante esa forma de fantasear con lo que podía haber sido las vidas de aquellos Cinco más allá de lo que se nos contaba en las novelas, si bien todo lo que vino después fuera decadencia, lejos del brillo y la inocencia de aquellas emocionantes aventuras de veranos interminables. 

También hay que reconocer que, por desgracia, cuando el relato pasa de las historias de Los cinco propiamente dichas y se centra en la propia maduración del autor y su generación, en el paso de la adolescencia a la juventud, en la crisis generalizada de la época de los ochenta, con el planteamiento de los problemas éticos y morales del crecimiento, del paso a la edad adulta con la dificultad de mantener los ideales o sueños de la primera juventud, todo tipo de conflictos éticos como el del enriquecimiento frente a la responsabilidad de proteger el medio ambiente, todos estos temas, todos profundos y serios, hacen que se pierda, sin embargo, el tono evocador que me atrajo al inicio del libro con aquella revisión de los personajes idealizados de nuestra infancia, derivando hacia una narración que destila pesimismo y amargura, cosa que nunca ocurría cuando leíamos a Los Cinco.

viernes, 5 de enero de 2018

Ana

Empiezo fuerte el año con la reseña de la novela "Ana", del polifacético Roberto Santiago, guionista, director de cine y escritor del que hasta el momento sólo conocía su serie de novelas infantiles Futbolísimos, de gran éxito entre la chavalería y que ha dado finalmente el paso a la literatura para adultos con esa intensa e inquietante historia con la que me he introducido en el mundo del juego, de los casinos, del juego online, de los ludópatas y su lucha contra un sistema que les impide o, como poco, les hace muy complicado el alejarse de su afición convertida en vicio insuperable que les arruina la vida, les aleja de su familia y puede llegar a acabar en una vorágine de deudas, amenazas y caída en un mundo sórdido que nadie adivina cuando se encuentra ante la atractiva y prometedora ruleta o la divertida partida de póker en una noche de fiesta con amigos.

Ana, la protagonista que da nombre a la novela, es una mujer desequilibrada, llena de adicciones, con una vida solitaria y autodestructiva pero también es una abogada concienzuda, obcecada y absolutamente entregada a su trabajo. Así encontramos a Ana manejando dos casos en paralelo: la demanda contra el casino que llevó a su hermano ludópata a la muerte y la defensa de su mejor y única amiga en una complicada demanda de divorcio donde los malos tratos, la lucha por la custodia de las hijas y el enfrentamiento enconado de los cónyuges dificultan el acuerdo. A pesar de las dificultades, la abogada peleará por sus representados con uñas y dientes, arriesgando en ello su prestigio profesional, su escaso patrimonio e incluso su precaria salud.

Aunque el libro se presenta como un tocho gordísimo nunca se hace largo debido a que la acción es vertiginosa de principio a fin con constantes giros, complicaciones, problemas y sorpresas procedentes tanto de los procedimientos judiciales complejos como de las difíciles relaciones familiares y personales de los personajes que hacen casi imposible sacar adelante los juicios en marcha pero la testarudez de la protagonista se impone a pesar de las traiciones, los golpes reales y figurados que recibe y las muchas dificultades que se le plantean.

Los personajes resultan creíbles a pesar de ser bastante extremos. La voz de Ana, que relata la historia en primera persona, es veraz; no detectamos detrás al autor masculino en esa mujer dura y luchadora, hecha de derrotas y desencantos pero que sigue con su pasión intacta por ayudar a que se haga justicia y los malos sean castigados en cualquier circunstancia aunque para ello sea preciso arriesgar todo lo que tiene. El escenario y el tono de la novela son muy intensos, no exentos de violencia en un mundo como es el del juego cuando este deja de ser un entretenimiento y se convierte en un negocio, una obsesión, que resulta en ocasiones hasta peligroso. Y por otra parte presenta el ambiente de los juzgados, abogados y fiscales en defensa de los respectivos intereses, los vericuetos en que se enredan los procesos judiciales y el trabajo de a pie de los abogados, de los honrados que realizan su trabajo tratando de imponer los principios de justicia, con veracidad y respetando la ley y los tiburones que retuercen el sistema hasta el extremo para amoldarlo a sus necesidades y a los intereses de sus clientes por encima de todo lo demás.

Me ha resultado, en fin, una lectura apasionante, que mantiene el interés siempre en alto sin dar tregua a la pobre Ana con la que no he podido evitar congeniar y sentir muy cercana a pesar de sus muchos errores, debilidades y defectos. Eso es lo que ocurre cuando nos encontramos ante un personaje principal bien construido como es el que nos ofrece Roberto Santiago en esta estupenda novela.