domingo, 27 de septiembre de 2015

Música para feos

Llevo muchos años siguiendo fielmente la serie de novelas  de Lorenzo Silva protagonizada por los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, por lo que no podía dejar pasar la ocasión de comprobar qué tal se manejaba este estupendo autor en esta excursión fuera de su género habitual. Música para feos no es, en absoluto, más de lo mismo, no es una versión distinta de lo que ya nos venía contando Silva en sus novelas anteriores, comenzando por que es una historia centrada en un romance, elemento que no abunda en las entregas del guardia Bevilacqua y su equipo, además de que no hay ni asomo de crímenes o delitos por resolver, pero también es cierto que sí que encontramos entre sus páginas muchos elementos que ya nos son conocidos de obras anteriores, probablemente los mejores rasgos del autor, como son la introspección en la mente de los personajes, el dibujo acertado de la sociedad española actual, el análisis profundo de los sentimientos y de los impulsos que mueven a las personas que, si bien en los otros libros se refería generalmente al impulso que lleva a trasgredir la ley de cualquier manera, en este caso se centra en las relaciones personales, en lo que atrae a una persona hacia otra, en el modo en que dos desconocidos van enredándose en una relación amorosa que vemos nacer y crecer a través de las páginas de esta novela en la que Silva demuestra que tiene mucho que decir más allá del género policíaco que le ha dado la fama hasta ahora, que es capaz de crear una historia llena de sentimientos y mostrarnos el proceso de enamoramiento de una manera magistral llena de verdad y sin sentimentalismos innecesarios.

Sí que sorprende, en cambio, el cambio de registro por el cual el autor se pone en la piel de una mujer; es una voz femenina que resulta siempre creíble la que nos narra en primera persona esa historia de amor que se desarrolla en un espacio temporal muy actual, en un Madrid fácilmente reconocible, absolutamente contemporáneo, donde se despliega todo el relato de una historia que comienza en una noche de sábado en un bar cualquiera, en un encuentro de esos que generalmente no llevan más allá que a una noche de pasión de las de aquí te pillo, aquí te mato, pero que en este caso es el primer paso en una inesperada, por no buscada, relación amorosa que resulta muy auténtica en su desarrollo, con algunos secretos y reservas que deberán ir desvelándose según avance la trama, sin ser estos secretos los que marquen el argumento de la novela, sino la evolución de los sentimientos de Mónica y Ramón, cómo van enamorándose y consolidando su relación.

Y toda esa historia está sembrada de canciones, porque esta novela es novedosa y distinta en este sentido: es una experiencia multimedia total que da un nuevo sentido a este invento moderno que es el libro electrónico, su lectura justifica abandonar el libro en papel porque vamos a ir participando en directo a través de los enlaces que se nos proporcionan del intercambio de canciones que se hacen los amantes en sus conversaciones telefónicas, sus mensajes por Whatsap y sus charlas por Skype, todas ellas trufadas de música que va hablando por ellos, que transmite lo que las propias palabras no alcanzan a expresar. La música tiene un papel fundamental como un elemento narrativo más, tan importante como los demás y hacen de esta novela una lectura diferente y más completa. Ni que decir tiene que ya he añadido en mi lista de favoritos de Spotify la playlist Música para feos para seguir deleitándome con sus joyitas sonoras de vez en cuando.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Benjamin

"Benjamin" es la primera obra publicada por el argentino Federico Axat, anterior a "El pantano de las mariposas", otra historia con niños como protagonistas de la que guardo muy buen recuerdo. Esta es una novela de misterio con un inicio de aire realista al que se le van incorporando muchos otros elementos que rozan lo paranormal, con un estilo de terror similar a algunos clásicos de Stephen King donde el mundo interior de los personajes, las voces de la mente y otras fuerzas ocultas intervienen en la trama, creando un clima de inquietud y desasosiego que no abandonan al lector en ningún momento.

El argumento gira en torno al pequeño Ben, un crío de nueve años que, enfadado con su irascible madre, se esconde en el desván de su casa para escapar de un castigo, pero una vez allí arriba y alertada la familia de la desaparición del chico, Ben no encuentra el momento de volver a dejarse ver, por lo que permanece oculto bajo el tejado y desde allí comprueba que puede vigilar a su familia a través de orificios en el suelo y respiraderos en la pared. Transcurrido un tiempo, parece que una personalidad extraña se apodera del niño, este ya no es el que era ni piensa ni actúa como se esperaría de él, sino que comienza a planificar una venganza hacia su familia. En medio de la lógica preocupación del pueblo en general que organiza batidas para encontrar al chico, será Mike Dawson, el mejor amigo de Robert, el padre Ben, junto a Allison, una ayudante de la comisaria local, el que más haga por localizar a Ben, y descubra el secreto que se oculta en el desván.

La novela es una buena muestra de miedo psicológico. Asistimos a la presencia de voces que hablan a la cabeza de los personajes, lo que en ocasiones se consideraría como "la voz de la conciencia" pasa a convertirse en un personaje ajeno al que lo escucha. Encontramos en la novela párrafos en cursiva que sabemos que no son escenas que estén ocurriendo en realidad ni auténticos diálogos, sino fruto de la imaginación o ideas susurradas por no sabemos qué personalidad oculta. La narración desde el principio es fluida, la acción constante mantiene la tensión y la va incrementando según avanzan los hechos. Los personajes están bien retratados y llegamos a sentir simpatía por muchos de ellos y rechazo hacia otros que así lo merecen. Vamos conociendo escenas de la vida pasada de los distintos personajes de una manera muy descriptiva, de modo que somos capaces de comprenderlos a raíz de conocer aspectos de sus infancias, de la relación con sus padres, tanto los adultos como los niños resultan creíbles y cercanos.

En cuanto al desenlace sorprendente de la historia, confieso que me he pasado algunos días dándole vueltas, replanteándome algunas escenas, revisitándolas a la luz de lo que se nos desvela al final del libro. Es cierto que durante la lectura ha habido algunos elementos que no me cuadraban pero estaba segura de que todo tendría su explicación en algún momento, que me faltaba por conocer datos que más adelante me serian revelados y así ha sido en parte: cuando se va exponiendo la trama y llega el desenlace se van aclarando e iluminando los aspectos oscuros o confusos que nos ha ido mostrando el autor, descubres que lo que pensabas no era lo que en realidad ocurría y la sorpresa por lo que se descubre es grande. Sin embargo también me han quedado puntos oscuros, todavía no tengo muy claro que me haya convencido algunas escenas que sigo sin comprender bien, incluso vistas ya con todos los datos para reconstruir la totalidad de la historia. Lo que no niego es que he pasado miedo por momentos, me he sorprendido y en ocasiones me he encontrada enganchada a la lectura sin poder soltarla. Una lectura, en fin, que me ha hecho sentir emociones intensas y que precisa una revisión posterior para terminar de encajar todas las piezas pero que, en conjunto, se disfruta mucho.

sábado, 19 de septiembre de 2015

El asesinato de Roger Ackroyd

Hace unos pocos meses me permití hacer mi particular homenaje a Agatha Christie con motivo del ciento veinticinco aniversario de su nacimiento leyendo su Autobiografía, pero era preciso completar esta celebración con la lectura de alguna de sus muchas novelas de misterio. No era esta una tarea fácil ya que en mi más tierna juventud dediqué muchas horas a devorar con fruición, una tras otra, decenas de ellas, de las publicadas en rústica por la editorial Molino y que encontrábamos fácilmente en cualquier librería o kiosco; es por ello que me propuse seleccionar ahora alguna de las que me quedaran pendiente y que mereciera la pena dedicarle un buen rato de lectura. Tras realizar una somera investigación por la red en busca de cuáles eran consideradas como las mejores novelas dentro de su amplia producción, encontré bastante coincidencia, entre otras, sobre el título de "El asesinato de Roger Ackroyd" que, ¡afortunada de mí! todavía no había leído, así que esta fue la elegida para regresar, tantos años después, a la obra de la primera y auténtica Dama del Misterio.

Lo primero que sorprende en esta novela es el narrador escogido: nos encontramos con un protagonista que nos va contando los hechos en primera persona a través de una especie de diario o notas tomadas al hilo de los hechos, en lugar del narrador externo que suele ser habitual en otros libros de la Christie. El narrador es el doctor Sheppard, un médico rural residente en la pequeña localidad de King's Abbot, un pintoresco rincón de la Inglaterra más tradicional donde nada emocionante ocurre nunca, donde todos los vecinos se conocen y el cotilleo es deporte nacional: todos hablan, opinan y especulan sobre las vidas de los demás. Así que cuando es asesinado uno de sus residentes más populares, el millonario Roger Ackroyd, el hecho se convierte en todo un suceso que moviliza la curiosidad del pueblo. Por suerte para los policías encargados del caso, resulta que a ese remoto rincón del mundo ha venido a retirarse el famoso detective belga Hercule Poirot, aunque hasta entonces nadie lo tenía identificado como tal, sino que lo tomaban por un francés excéntrico y poco comunicativo dedicado a cultivar hortalizas en su pequeño huerto. Poirot resulta ser vecino del doctor Sheppard y la sobrina del asesinado, al descubrir su identidad y debido a su probada fama detectivesca, le solicita ayuda para descubrir al culpable del crimen de su tío.

La trama se desenvuelve del modo habitual en las novelas del Agatha Christie: las pistas van dejándose caer a todo lo largo de la novela por medio de conversaciones que retratan a los personajes, interrogatorios a los implicados en el caso y a través de las reflexiones y deducciones que el genial Poirot, acompañado en esta ocasión del doctor Sheppard va realizando a la vista de la información que va recibiendo. Durante toda la novela tenemos la sensación de que el detective sabe o supone mucho más de lo que nos da a conocer, que va atando cabos, despejando incógnitas, pero se reserva el grueso de la información para hacerla pública cuando ya tenga todo el caso resuelto. Y así es, lógicamente, si bien en esta ocasión debo confesar que el final me ha sorprendido con un giro inesperado que dice mucho a favor de la inventiva y la capacidad de la autora. No sabría decir sí verdaderamente esta es o no la mejor novela de la Christie, pero sí que tengo que reconocer que está entre las más originales y mejor elaboradas. Una buena recomendación, por tanto, para quien se plantee revisitar la obra de la gran Dama del Misterio una vez más.

domingo, 13 de septiembre de 2015

La casa de las miniaturas

"La casa de las miniaturas" es la primera novela de Jessie Burton y contiene una historia intimista, contada de un modo contenido, con un ritmo lento hecho de silencios, pocos diálogos y mucha introspección, recreando un ambiente de frialdad y oscuridad que va más allá de la propia climatología típica de los Países Bajos; ese tono procede más un mundo lleno de secretos, en una ciudad como el Ámsterdam del siglo XVII donde la población vive sometida por el puritanismo radical del la doctrina calvinista. A pesar de ser un importante puerto internacional al que llegan los productos más dispares y novedosos de todas partes del mundo: especias, tejidos, animales exóticos, Ámsterdam no se caracteriza por la apertura de mente de sus habitantes ni por su liberalidad, al contrario, su cerrazón moral es enorme y viven centrados en la oración y el trabajo, despreciando y condenando los placeres o la alegría que la riqueza puede proporcionar.

Esa será la sociedad que reciba a Petronella (o Nella) que es casi una niña, una joven e ingenua chica de dieciocho años, procedente de un ambiente mucho más relajado en el campo y apenas conoce nada de la vida, pero es inteligente e inquieta y trata de asumir su nuevo papel como esposa y señora de su nuevo hogar, tarea que no le resultará nada fácil. Nella llega a la casa de su flamante esposo, el comerciante Johannes Brandt, un hombre mayor que ella y con importantes negocios en la ciudad y por todo el mundo, que se muestra amable con su esposa aunque demasiado distante. La casa de los Brandt es dirigida con mano férrea por su cuñada Marin, un personaje este que si bien en principio se presenta como alguien odioso acabará casi arrebatando el protagonismo a la propia Nella y robando un cachito del corazón del lector; con ellos viven Cornelia, la fiel criada que pronto se convertirá en el mayor apoyo de su nueva señora y Otto, un joven esclavo negro redimido por Johannes que constituye para los habitantes de la ciudad una pieza exótica a quien desprecian a causa del color de su piel. Este será a partir de ahora el pequeño microcosmos al que la joven deberá considerar como su hogar y donde tendrá que luchar por ocupar su lugar y dirigir su propio destino. El frío y la humedad de los canales, la sobriedad y el recogimiento de sus conciudadanos, la escasa comunicación dentro del hogar y los muchos secretos que parecen ocultarse a la joven esposa serán elementos que Nella deberá asumir como los ingredientes de su nueva vida. Recién llegada a él, su marido le obsequia con un peculiar regalo de bodas: una casa de muñecas, réplica en tamaño reducido de la propia casa donde habitan y que irá completando con objetos y figuras que le hará llegar una esquiva miniaturista que parece dirigir o presagiar a través de sus envíos los hechos que tendrán lugar en el hogar de los Brandt.

Las primeras páginas de la novela se me hicieron algo difíciles, me costó entrar en la historia por su tono frío y sintético, apenas descriptivo, pero una vez que me hice al ambiente y al ritmo de las relaciones entre los personajes, estos se fueron abriendo dejando ver su interior, permitiéndome conocerlos en profundidad, participando de su intimidad. La autora va creando un mundo en el que sorprende la fuerza con la que se relatan los acontecimientos y la intensidad que desprende una novela que apenas sale del ámbito doméstico, que no tiene grandes hazañas, que cuenta con pocos personajes pero que se disfruta enormemente, como ocurre siempre que se cuentan bien las historias y cuando, aún siendo pequeñas esas historias, sus protagonistas son grandes y su autor es capaz de hacerles cobrar vida ante nuestros ojos.

lunes, 7 de septiembre de 2015

La ley de los justos

Hacía tiempo que había oído hablar de Chufo Lloréns como gran autor de novela histórica pero lo cierto es que, hasta el momento, no había tenido ocasión de disfrutar de ninguna de sus obras y creo que mi estreno con él no podía ser más exitoso. He disfrutado muchísimo con esta magnífica novela suya, "La ley de los justos", una extensa historia que tiene mucho de folletín decimonónico, de hecho se encuadra en el marco temporal de la Barcelona de finales del XIX que da paso al nuevo siglo entre los conflictos con las colonias americanas y el progreso industrial y artístico propio de aquellos años. Se nos presenta, además, un abanico amplio de personajes de la más variada especie que van desde el gran empresario hasta los obreros de las incipientes industrias y comercios, desde las damas piadosas a sus humildes criadas y costureras, del heredero juerguista a los buscavidas sin escrúpulos, de las jóvenes empleadas en los grandes almacenes al aprendiz de librero enamorado de la hija de buena familia, de los obreros anarquistas que quieren cambiar la sociedad a base de bombas a la bella soprano en ciernes aspirante a elevarse al nivel de los ricos burgueses ante los que actúa. Estos son sólo algunos de los personajes cuyas vidas iremos siguiendo a lo largo de las páginas en las que los veremos a unos esforzándose por impulsar sus negocios, a otros luchando por subsistir con sus míseros sueldos, las penalidades de la clase obrera frente al lujo de los potentados, la lucha anarquista frente a las acomodadas vidas de los más afortunados, y todo esto en el escenario de una Barcelona retratada como la gran ciudad llena de luz, animación, gente por las calles, en los paseos, las terrazas y los teatros, pero también en los mercados, los merenderos y las tascas, en las viviendas humildes y en los cuartos del servicio, cada clase social en su ambiente, sin mezclarse pero conviviendo necesariamente; son los años gloriosos de la Exposición Universal, donde el brillos del Modernismo, de los avances científicos y de una ciudad que pretende estar a la altura de las más lujosas y rutilantes capitales europeas, se combina con unas tremendas desigualdades y desafíos sociales que enfrentan a las clases acomodadas con los obreros desposeídos de todas las riquezas que su trabajo proporciona a unos pocos.

A pesar de su extensión, la novela se lee con una facilidad asombrosa, cada capítulo nos presenta un escenario nuevo, un personaje distinto, un elemento que aporta una nueva pincelada al cuadro general de la Barcelona que se retrata: un hogar modesto u opulento, un personaje de la época o un local o negocio, son escenas que conforman el enorme tapiz de las miles de caras diferentes de la ciudad. Pero también nos trasladamos en ocasiones a la Cuba colonial, origen de las riquezas de muchos industriales de la metópolis y lugar donde se forjan grandes fortunas y famas. La novela nos presenta en su argumento un personaje malvado sin fisuras, un verdadero antihéroe que irá avanzando en la vida arrasando con la honra y la vida de quien se le ponga por delante. Será el núcleo en torno al cual girarán el resto de todas las historias de una u otra manera, lo que no quita para que todos los argumentos cruzados tengan su peso y estén llenos de emociones, sufrimientos, triunfos y miserias, no se puede decir que haya una historia que se superponga a otra, todas están equilibradas y trazadas magníficamente de principio a fin y se entrelazan de manera equilibrada, culminando en un final que cierra todos los hilos narrativos. Estupenda novela, por tanto, a través de la cual nos sumergimos en una época y entramos en contacto con unos personajes que se quedan grabados en nuestra memoria como si nos hubiéramos desplazado directamente al escenario de la fascinane Barcelona del cambio de siglo.