Desde que descubrí a Kate Morton hace ya algunos años, antes incluso de que se publicaran sus obras en España, me quedé atrapada por su estilo de escribir, por los ambientes en los que te sumerge y por su manera de utilizar el recurso, algo sobreexplotado en los últimos tiempos, todo hay que decirlo, de alternar la narración en varios planos temporales en los que distintas historias necesariamente conectadas van desarrollándose en paralelo hasta confluir en un final, necesariamente sorpresivo en el que todo el círculo se cierra y las piezas desperdigadas a lo largo de toda la narración encajan finalmente. Sin embargo no sería de extrañar que después de varias novelas empleando el mismo esquema la fórmula se hubiera podido agotar y la historia nos sonara a algo ya leído anteriormente; pero afortunadamente, en mi opinión, esto no ocurre así, ni mucho menos.
Con "El cumpleaños secreto" Morton ha escrito la que puede ser su mejor obra. Tanto el acertado dibujo de las tres épocas en las que suceden los hechos: los años de la II Guerra Mundial en la ciudad de Londres sumida en constantes bombardeos donde, a pesar de todo la vida continúa; los años 60 y el despertar de una nueva sociedad moderna reflejada en el personaje de la adolescente Laurel y sus sueños de salir de su casa y convertirse en actriz y, por último, el tiempo presente en el que los que una vez fueron jóvenes hermanos Nicolson se reúnen en torno a Dorothy, su madre, para acompañarla en sus últimos días de vida. Todos estos escenarios y los personajes que en ellos se mueven son creíbles y atractivos, cada uno cumpliendo con su papel más o menos principal pero todos y cada uno de ellos añadiendo valor a las correspondientes historias. A lo largo de la novela se irán desvelando secretos largamente guardados por parte de Dorothy y que cambiarán lo que hasta entonces creyeron que era la historia familiar. Toda la narración posee una gran viveza y resulta absolutamente creíble, describiéndolo todo con esa prosa tan visual que caracteriza a la autora y que te permite trasladarte con facilidad a cada una de las épocas en las que se sitúan las diferentes acciones.
Pero si la novela se desarrolla con una fluidez impecable, ¿qué decir del desenlace? Podría calificarlo de fabulosamente sorpresivo por inesperado, o al menos para mí lo ha sido completamente y a pesar de ello me ha encantado y convencido plenamente. Y es que resulta que hay veces en que el autor utiliza este tipo de trucos, por así llamarlos, presenta giros inesperados que te hacen sentir que has estado siendo engañando durante toda la lectura, y que hacen que te replantees si todo lo leído cuadra con el final propuesto, pero en este caso, una vez superada la sorpresa, todo me ha cuadrado perfectamente y me ha iluminado sobre lo que hasta entonces había estado leyendo, dándole sentido a los personajes involucrados. No soy nada partidaria de destripar demasiado los argumentos y muchísimo menos los finales, así que os tocará leeros la novela si queréis quedar tan sorprendidos como yo he quedado. No os arrepentiréis, seguro.
Pero si la novela se desarrolla con una fluidez impecable, ¿qué decir del desenlace? Podría calificarlo de fabulosamente sorpresivo por inesperado, o al menos para mí lo ha sido completamente y a pesar de ello me ha encantado y convencido plenamente. Y es que resulta que hay veces en que el autor utiliza este tipo de trucos, por así llamarlos, presenta giros inesperados que te hacen sentir que has estado siendo engañando durante toda la lectura, y que hacen que te replantees si todo lo leído cuadra con el final propuesto, pero en este caso, una vez superada la sorpresa, todo me ha cuadrado perfectamente y me ha iluminado sobre lo que hasta entonces había estado leyendo, dándole sentido a los personajes involucrados. No soy nada partidaria de destripar demasiado los argumentos y muchísimo menos los finales, así que os tocará leeros la novela si queréis quedar tan sorprendidos como yo he quedado. No os arrepentiréis, seguro.
P.S. Sólo una pega le voy a poner al libro, y es algo totalmente ajeno a su calidad como novela y me refiero ¡nuevamente! a la desafortunada traducción del título original: "The secret keeper", esto es, el guardián (o la guardiana en este caso) del secreto. Nunca entenderé a qué responde esta manía de inventar títulos que sustituyen a los elegidos en su día por los autores para sus propios libros, máxime cuando no son más adecuados ni superan el original.