sábado, 30 de diciembre de 2023

La Navidad para un niño en Gales

Cierro esta serie de lecturas navideñas con "La Navidad para un niño en Gales", un breve relato del poeta Dylan Thomas que recuerda sus días de infancia en un pequeño pueblo costero donde la Navidad era siempre blanca, la nieve lo cubría todo y los niños jugaban a atacar a los gatos con bolas de nieve y a deslizarse colina abajo sobre las bandejas del té. Con un lenguaje enormemente poético nos habla de los regalos que recibían, unos prácticos y otros inútiles, de los sencillos juguetes, de los dulces y pasteles, de los familiares reunidos para celebrar alrededor de las mesas. 

Realidad y fantasía se unen en esta historia compuesta de recuerdos, melancolía e inocencia infantil; una sucesión de escenas domésticas con adultos que celebran y chiquillos siempre pensando en sus juegos y sus bromas, todos reunidos en los cálidos salones al amparo del fuego y a salvo de las heladas calles. Un bonito cuento con todo el sabor de las sencillas Navidades de aquel tiempo de infancia que siempre habitará en la memoria del escritor.

"El muérdago colgaba de las abrazaderas del gas en todos los salones; junto a las cucharillas de postre había jerez y nueces y botellas de cerveza y galletas crujientes; y los gatos, con sus abrigos de piel, observaban el fuego; y el rescoldo, acumulado en un gran montón, lanzaba chispas; todo estaba listo para las castañas y los atizadores calientes."

jueves, 28 de diciembre de 2023

The adventure of the Christmas pudding

Continuando con mi propósito de acudir a lecturas de temática navideña en estos días, le toca ahora la ocasión a este volumen que reúne seis relatos que la misma Agatha Christie, plantea como la selección del chef de los cuales ella misma es ese chef. Según sus propias palabras, hay dos platos principales de mayor extensión, "The Adventure of the Christmas Pudding" que cede su título al volumen completo y "The Mystery of the Spanish Chest"; unos entremeses que serían "Greenshaw’s Folly", "The Dream" y "The Under Dog" y finalmente un sorbete que sería "Four-and-Twenty Blackbirds".

En "The Adventure of the Christmas Pudding" Poirot vence su aversión a las frías y húmedas fincas rurales para disfrutar unas Navidades tradicionales inglesas en la finca de los Lacey, aunque el encargo que le ha llevado hasta allí en realidad es dar con un rubí desaparecido y, de paso, evitar que una joven heredera caiga en las garras de un cazafortunas. Verdaderamente, de todos los relatos del volumen sólo este primero se desarrolla durante las Navidades pero ya es más que suficiente para cumplir con el reto autoimpuesto de rodearme en estas fechas de lecturas evocadoras con esta temática y, en efecto, el relato nos traslada a esta época llena de tradiciones al viejo estilo en la campiña inglesa: las vacaciones escolares, las diversas celebraciones con sus las comidas variadas y sabrosas, los juegos infantiles, los paisajes nevados y las reuniones familiares alrededor de una mesa o frente a la chimenea. 

En "The Mystery of the Spanish chest" de nuevo Poirot interviene en el caso de un crimen violento del que tiene noticias por lo que informan en los periódicos y en el que, haciendo uso de su lógica y de su conocimiento del ser humano, logra llegar a su sorprendente resolución. En el tercer relato titulado "The Under Dog" de nuevo el inspector belga es convocado para resolver un asesinato descubriendo a su verdadero autor gracias a su dominio de la psicología humana.

"Four-and-Twenty Blackbirds" es un relato muy breve en el que Poirot hace gala de su obsesión por desvelar cualquier misterio con el que se cruza en su día a día, de la imperiosa necesidad que siente de aclarar hechos que resulten sospechosos, dado que, según sus propia palabras, "soy sólo un hombre que aprecia el orden y el método y que se preocupa cuando se enfrenta a un hecho que no cuadra". En "The dream", el detective es consultado por un millonario sobre un sueño recurrente que le obsesiona y que acabará terminando con su vida. Y, finalmente, "Greenshaw’s Folly", único relato en el que aparece la perspicaz señorita Marple, gira en torno a un crimen planificado con ingenio pero que no logra engañar a la experimentada solterona.

Esta es una variada selección de buenas historias donde el ingenio y la capacidad de inventiva de la Dama del Crimen vuelve a brillar y nos proporciona de nuevo unos estupendos momentos de lectura con sorprendentes desenlaces.

lunes, 25 de diciembre de 2023

Cosas pequeñas como estas

Para continuar con mi miniproyecto de lecturas navideñas acudí, siguiendo varias recomendaciones, a "Cosas pequeñas como estas", una novelita muy corta de la autora irlandesa Claire Keegan que sitúa su acción alrededor de las fechas de Navidad. La historia nos traslada hasta el invierno de 1985 en Irlanda donde Bill Furlong regenta un próspero negocio, a pesar de que se enfrenta a las dificultades derivadas de los complicados momentos que atraviesa el país a causa de la crisis económica. El desempleo creciente y la precaria situación de muchas personas dan lugar a un descontento generalizado que se respira en el ambiente. Aunque Bill no es rico, sí que vive cómodamente junto su esposa Eileen y sus cinco hijas cuya formación y educación es lo que más le preocupa. 

Se acerca la Navidad y Bill recuerda sus años de infancia: creció sin padre, en la casa de la señora Wilson donde trabajaba su madre que los aceptó a ambos sin reprocharles nunca nada, rodeado de cosas bonitas que no le pertenecían pero donde se convirtió en un hombre honrado y trabajador y actualmente se sabe feliz y se contenta con las cosas más sencillas, con cumplir con su trabajo y disfrutar de su pequeña familia. A pesar de su situación personal, Furlong piensa mucho en lo injusto de la vida y se preocupa por los que no son tan afortunados como él, planteándose si podría hacer siempre algo más por ayudar a los demás o si, como le aconseja su mujer, debe dejar pasar los problemas ajenos que no son asunto suyo. 

La novela ensalza un concepto muy sencillo pero muy potente en la que Furlong cree firmemente: la capacidad transformadora de la bondad cotidiana que trata de convertir en motor de su actuación. En resumen diríamos que esta es la historia de un buen hombre haciendo lo que debe en la víspera de la Navidad.

"Se preguntó qué sentido tenía estar vivo sin ayudarse los unos a los otros. ¿Era posible seguir adelante a lo largo de todos los años, de décadas, de toda una vida, sin ser lo suficientemente valiente como para ir en contra de lo establecido y, sin embargo, llamarse cristiano, y enfrentarse al espejo?"

viernes, 22 de diciembre de 2023

Una Navidad escocesa

Al inicio de esta temporada me propuse incluir entre mis lecturas la temática navideña que tanto apetece en estas fechas y para empezar a cumplir con este propósito elegí una novela de la que sólo había visto comentarios positivos que la catalogaban en lo más representativo de la categoría de lecturas feel good.

En "Una Navidad escocesa", de Mónica Gutiérrez encontramos una protagonista que en seguida nos resulta simpática: Natalia Castro se ha trasladado a Edimburgo animada por una amiga que reside allí buscando un cambio en su vida tras dejar atrás un breve matrimonio fallido y un trabajo sin interés. Pronto la contratan en la Oficina de Rescate de Patrimonio Escocés, más conocida como The Crow por las siglas de Castle Rescue Office and Whatever, lo que le proporcionará la oportunidad de visitar preciosos y ruinosos edificios a lo largo de ese pais lleno de idílicos paisajes verdes, húmedos bosques y gloriosas ruinas arquitectónicas. A pesar de tener una jefa déspota e insufrible, Natalia enseguida se adapta a su nuevo trabajo y empieza a disfrutar de él, gracias sobre todo a la ayuda proporcionada por la detallada guía de trabajo que su antecesor en el puesto dejó escrita para orientar a sus futuros sucesores. Su formación en Botánica le lleva a disfrutar especialmente en los bosques y los jardines de las mansiones históricas que debe supervisar.

Cuando le encargan ocuparse de emitir un informe sobre Gaoth Tuath, un antiguo castillo necesitado de rescate por parte de The Crow, conocerá a su propietario, el joven y atractivo abogado Henry MacTavis, último cabeza de familia de su pequeño clan y el inevitable enamoramiento que venimos esperando desde el primer momento no tarda en suceder. Entre los personajes que se reúnen en la residencia familiar para celebrar una boda en el día de Navidad destaca el tío Archie: el adorable fantasma familiar que se pasea atravesando los muros del castillo mientras se plantea si pasarse por fin al otro lado de la eternidad.

En la tierras altas las tradiciones de Navidad se entremezclan con las ancestrales festividades de Yule que conmemoran el solsticio de invierno, con las que comparte muchos símbolos como la iluminación con velas, el homenaje a la madre Naturaleza representada por el árbol, las decoraciones vegetales a base de musgo, muérdago, enebro y ramas de abeto. En este ambiente bucólico y mágico se desarrolla el romance entre Natalia y Henry que nos transporta a los escenarios brumosos y legendarios de la Escocia más pintoresca con un tono alegre y optimista donde el humor nos acompaña durante todo el relato de esta preciosa historia de amor a primera vista que te genera una necesidad imperiosa de volver a Escocia y revivir la magia que rezuma esta novelita breve y encantadora que, efectivamente, ha cumplido su misión de imbuirme plenamente en el espíritu navideño.

lunes, 18 de diciembre de 2023

Lecciones de química

"Lecciones de química" de Bonnie Garmus es una de esas novelas que en cierto momento se convierten en lectura obligatoria por imposición de una intensa campaña de publicidad que genera la sensación de  que todo el mundo la está leyendo y recomendando y transmite la sensación de que no la puedes dejar de leer si no quieres sentirte fuera de juego o, cuanto menos, satisfacer la curiosidad por descubrir el secreto que ha conquistado a tantos lectores. Lo que comienza con un estilo ligero y casi humorístico pronto se transforma en una seria recreación de la difícil vida de Elizabeth Zott y su empecinamiento por hacerse reconocer como la inteligente y valiosa científica que es, antes de que las circunstancias la convirtieran en una popular presentadora de un programa televisivo de cocina.

Los años 50 en California no fueron una buena época para que una mujer inteligente y encima muy bella, fuera valorada por su trabajo y su capacidad profesional. Elizabeth debe enfrentarse al paternalismo, al machismo y a las convenciones del momento que pretenden relegar a las mujeres al ámbito del hogar y la cocina y al papel de madre y esposa, limitadas al cuidado de su familia olvidando sus aspiraciones profesionales y anhelos de independencia económica, algo a lo que Elizabeth se niega rotundamente.

Su romance con Calvin Evans, genio de la química y frecuente candidato al premio Nobel supone una apasionada e inesperada relación de igual a igual pero que resulta mal vista por los envidiosos compañeros del laboratorio en el que ambos trabajan y donde Elizabeth es minusvalorada, despreciada, envidiada y ninguneada, reducida a tareas auxiliares ya que no se concibe que una mujer pueda encabezar un proyecto de investigación. 

Los avatates de la vida la llevan a convertirse en madre soltera, ser despedida del laboratorio después de que sus investigaciones sean publicadas por un hombre y finalmente terminar presentando un programa de cocina en televisión desde el que anima a las mujeres a mostrar su valía, hacerse reconocer sus auténticas capacidades y, sobre todo, entender que la química es capaz de explicar el mundo. 

"La química es inseparable de la vida; la química, por su propia definición, es vida. Pero, al igual que este pastel suyo, la vida requiere de una base sólida. En su hogar, esa base son ustedes. Sobre ustedes recae esa enorme responsabilidad, esa labor que aun siendo la más infravalorada del mundo, lo amalgama todo. 

Algunas de las mujeres presentes en el estudio asintieron con la cabeza enérgicamente".

A lo largo de la historia, basándose en su fe ciega en la capacidad de la ciencia de explicarlo todo, Elizabeth operará, sin ella buscarlo, cambios drásticos en todos aquellos que la frecuentan: su productor, su vecina y amiga, su portentosa hija, Pero fundamentalmente, resultará inspiradora para las miles de mujeres que siguen su programa diariamente para las que se convierte en una especie de heroína que les hace avistar, gracias a la ventana que Elizabeth les abre desde sus televisores, que todo un mundo de posibilidades se les está siendo negado. 

"No dejen que su talento permanezca latente, queridas espectadoras. Creen su propio futuro. Cuando regresen a casa hoy, pregúntense qué van a cambiar. Y luego pongan manos a la obra."

El tono de la novela resulta humorístico gracias principalmente a la incapacidad de Elizabeth para comprender y aceptar la realidad social en la que se mueve, su formalidad y seriedad no entienden de ironía ni falsedad por lo que va por el mundo diciendo lo que piensa sin importarle los convencionalismos; no comprende el significado de la palabra divertido pero justo por eso su comportamiento da lugar a situaciones cómicas. Pero ello no quita para que al mismo tiempo el libro se adentre en asuntos de mucha gravedad, que denuncie el machismo, la desigualdad, los abusos de poder y la cerrazón de mentes. No diría yo se trate de una lectura obligatoria pero sí que la consideraría altamente recomendable. 

jueves, 14 de diciembre de 2023

La noche del oráculo (Relectura involuntaria)

Hoy toca que os cuente una batallita que me ha sucedido con una novela de Paul Auster, así que allá voy: hace unos días, husmeando en la biblioteca municipal, me topé con "La noche del oráculo", de mi adorado Auster. El argumento de la solapa me sonaba ligeramente pero no recordaba con seguridad haberlo leído; con los libros de Auster ya se sabe: salen escritores y Nueva York por todas partes. 

Así que me llevé el libro a casa y, al poco rato de empezar a leer, un elemento me resultó muy familiar. Yo soy totalmente incapaz de recordar el nombre de un personaje de novela, incluso cuando me encuentro en plena lectura no podría responder correctamente si alguien me preguntara cómo se llama el protagonista o su mujer o su mejor amigo; sin embargo mi memoria conserva elementos tan aleatorios como la imagen de un cuaderno forrado en tela azul sobre un escritorio. Así que, cuando llevaba unas cincuenta páginas leídas y me iba resultando familiar la historia, se me ocurrió algo tan sencillo como consultar mi propia biblioteca y comprobar que, en efecto, ya había leído esta novela antes. Hace dieciocho años de aquello, esto también es cierto y hay que tenerlo en cuenta; fue antes incluso de que existiera este registro de lecturas en forma de blog que desde el 2009 me hace de memoria externa para llevar un inventario de lo que voy leyendo. Con lo cual me dispuse, no ya a leer sino en este caso a releer la novela, cosa que no tengo en absoluto costumbre de hacer, pero sabía que tratándose de este autor que se cuenta entre mis favoritos indiscutibles iba a resultar una experiencia gozosa. Y es que retomar a Paul Auster siempre es algo así como volver a casa: recorrer junto a él su adorado Brooklyn, disfrutar de sus descripciones, sus complejos retratos de personajes y la multitud de historias que encierran todos sus libros. Añadiré que, de los dos volúmenes con los que me encontré en mis manos, opté, como es lógico, por la edición del Círculo de Lectores que es la que ya tenía en casa, ya que estos editores tuvieron el acierto de reproducir de algún modo en su portada ese encantador cuaderno azul que origina y vertebra toda la trama del libro. 

Y ya entrando en lo que sería el argumento de la novela de la que estamos hablando, este se centra en la figura del escritor Sidney Orr, recién recuperado de una grave enfermedad que  ha estado a punto de  acabar con su vida. En uno de sus primeros y tranquilos paseos por el barrio tras ser dado de alta, se encuentra con una pequeña papelería que acaban de abrir cerca de su casa, donde compra un preciosos cuaderno azul importado de Portugal en el que comienza a trazar el borrador de una novela. Aquí se inicia el juego de muñecas rusas que tan bien se le da a Auster. La novela que escribe Orr está protagonizada por un editor de nombre Nick Bowen que recibe el manuscrito inédito de una novela póstuma de una afamada autora. Se mezcla así el proceso de escritura del propio Orr en lo que se refiere a la gestación de su nuevo libro, los avatares de los personajes que va creando, el argumento del manuscrito que lee Bowen, otro manuscrito inédito que cae en sus manos... en fin, una multitud de planos narrativos que se solapan, donde realidad y ficción se entremezclan en multiples historias en las que el destino, los amores a primera vista y las segundas oportunidades van jalonando las vidas de personajes reales y ficticios que se entrecruzan constantemente. 

La novela está sembrada de relatos contados por unos y otros, como pequeños cuentos que pueden disfrutarse de manera independiente, historias que forman parte del argumento o imaginadas por algún personaje, recuerdos y anécdotas que van surgiendo, sucesos del pasado o sueños que relatan unos y otros, junto con un proyecto de guión cinematográfico que escribe Orr o una idea para una novela que le prestan; incluso en las extensas notas a pie de página se cuelan historias paralelas; los cuentos se multiplican y se entremezclan en una densa red de historias que nos ofrece la mejor y más rica producción surgida de la prodigiosa capacidad narrativa del genio creador de Auster. Menuda suerte tuve al no acordarme de que ya había leído en algún momento esta novela y haber tenido así la ocasión de disfrutarla de nuevo. 

sábado, 9 de diciembre de 2023

Historias extraordinarias, destinos inesperados

Habitualmente me parece que tendemos a considerar que los escritores son algo así como unos seres especiales que nacen ya como tales, que no son personas como tú y yo, sino que es como si llevaran un cartel luminoso sobre sus cabezas que pone escritor y que vivien y se comportan y actúan como se supone que debe hacerlo un autor durante las veinticuatro horas del día. Pero luego resulta que a un amigo de la infancia le da por ponerse a escribir y te encuentras en las manos con un libro en cuya portada pone Álvaro Armada Cañas y te das cuenta de que un escritor es una persona de carne y hueso que, además de trabajar, tener una familia y unos amigos y ser una persona totalmente normal, se atreve a crear una realidad alternativa, a poner sobre el papel esas historias que viven en su cabeza y de repente ha publicado un libro ¡Toma ya!

En "Historias extraordinarias, destinos inesperados" Álvaro ha reunido cuarenta relatos breves, algunos brevísimos, sencillos y realistas, en los que nos muestra distintas situaciones cotidianas, generalmente centradas en relaciones personales y familiares que transitan por la amistad, la pareja, el amor y el desamor, encontramos compañeros de trabajo o vecinos, amantes o completos desconocidos que cruzan sus caminos en un momento concreto. 

Los relatos se fundamentan en emociones y en sentimientos muy bien dibujados; todas las sensaciones que desfilan por los relatos nos suenan, las hemos experimentado o podemos entenderlas, es fácil ponerse en la piel de los personajes y plantearnos qué haríamos nosotros mismos en situaciones similares. Con una escritura sencilla, directa y cuidada, en unas pocas páginas se dibuja una historia completa que arranca y culmina; algunas resultan emocionantes, otras son ingeniosas, con finales sorprendentes o que quedan en suspenso, protagonizadas todas ellas por personajes de a pie fácilmente reconocibles, con problemas como los de cualquiera, del día a día y que resuelven tal vez como lo haríamos nosotros mismos, probablemente porque lo que se plantea son emociones universales, situaciones cotidianas con las que nos podríamos encontrar en cualquier momento; pero el mérito mayor está en aproximarse a esa realidad, mirarla de cerca y luego saberlo contar todo tan bien, transmitirlo de manera tan acertada como lo hace Álvaro en estas páginas. Porque resulta que en eso consiste el ser escritor.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

El juego de los crímenes perfectos

Regreso de nuevo con Reyes Calderón a otra novela policíaca en las que esta economista y profesora universitaria se ha especializado, con atractivos protagonistas del ámbito de la justicia y la policía que la autora retrata con gran realismo. Lo que me hizo prestar atención a "El juego de los crímenes perfectos" fue el saber que la obra se había hecho con el VII Premio de novela Cartagena Negra, lo que me animó a volver a reencontrarme con esta escritora con la que tanto he disfrutado gracias a su serie de la jueza Lola McHor. 

En esta historia, lo que más sorprende al inicio es el peculiar escenario donde arranca acción: durante la pandemia del Covid, el Ayuntamiento de Madrid utilizó la pista del Palacio de Hielo como morgue improvisada, dada la enorme cantidad de fallecidos causados por el virus. Cuando la crisis comienza a remitir y los cuerpos van siendo devueltos a las familias para ser enterrados, queda un solo ataud sobre la pista que no ha sido reclamado por nadie. Al abrirlo por orden del juez se descubre con sorpresa que no está ocupado por la anciana que figuraba en los registros sino por un varón desconocido vestido con ropas que no le pertenecen. 

El asunto caerá en se manos del inspector Gustavo Salado, un profesional serio y concienzudo, que junto a su ayudante, Javier Jaso, una mente despierta en el cuerpo de un jugador de rugby, tendrán que descubrir la identidad del fallecido y la razón por la que ha terminado en un ataud ajeno. Los dirigirá el juez Juan Calvo, un atildado, hipocondríaco y supersticioso andaluz al que le aterran los cadáveres, lo que no va a ser muy oportuno en el caso con el que le ha tocado lidiar en esta ocasión. También cuentan con la colaboración de la muy competente forense Edurne Olascoaga. 

Por otra parte conocemos a la médico internista Paloma Padierna, una joven de buena familia intensamente dedicada a su trabajo en los difíciles días de la pandemia en el Gregorio Marañón, hospital en torno al cual parece girar todo el extraño caso en el que los policías se ven involucrados. Como si se tratara de una macabra partida de un juego de mesa, la investigación les lleva, cadáver tras cadáver, a seguir los pasos de un misterioso criminal cuyo plan y objetivo desconocen.

La trama de la novela está muy bien trabajada, con una sucesión de cadáveres que se encadenan y cuya muerte hay que ir interpretando. Los personajes protagonistas son muy atractivos y es fácil empatizar con ellos. La narración resulta ágil, con capítulos cortos que ayudan a avanzar con soltura en la lectura en la que el narrador omnisciente nos acerca a los pensamientos de todos los protagonistas, los diálogos son frescos y todo ello nos hace sentir muy cercanos a los personajes y mantener el interés tanto en la investigación como en las relaciones personales que se establecen entre ellos. Una lectura fresca y entretenida que he disfrutado enormemente. 

viernes, 1 de diciembre de 2023

La casa de los pintores

Reconozco que a la primera impresión y así, en frío, el planteamiento de "La casa de los pintores" no me resultaba demasiado atractiva, ya que se trata de una obra biográfica en torno a dos pintores totalmente desconocidos por mi parte (disculpad mi completa ignorancia en lo que a la pintura contemporánea española se refiere) escrita por uno de sus hijos, el escritor Rodrigo Muñoz Avia. Pero como tengo prescriptoras muy fiables de cuyas recomendaciones sé que me puedo fiar, este libro ha estado durante mucho tiempo esperando su oportunidad hasta que emprendí por fin su lectura y he tenido la suerte de disfrutar de un maravilloso libro lleno de interés, escrito con maestría y sensibilidad. El autor fue el menor de los cuatro hijos del matrimonio formado por los pintores Lucio Muñoz y Amalia Avia y en este libro rememora sus años de infancia y primera juventud y la que fue su vida junto a unos artistas completamente dedicados a la creación, que trabajaban en el domicilio familiar de Madrid donde tenían sus talleres de trabajo y allí, entre lienzos, grandes cuadros en proceso de creación y materiales de trabajo, el pequeño Rodrigo hace sus deberes escolares, imita las pinturas de su madre y conoce a las numerosas amistades y colegas de sus padres que frecuentan el domicilio familiar, una casa que siempre tuvo sus puertas abiertas y acogía de buen grado a amigos y conocidos tanto de los padres como de los hijos. 

Por las páginas desfilan recuerdos, anécdotas y estampas familiares entrañables que evocan una sencilla vida familiar, tanto en la casa de Madrid como en la del pueblo del que procedía Amalia. En la intimidad de esta familia numerosa participan además grandes figuras del arte de los años 60 y 70, amigos, colegas o galeristas que integraban el círculo más cercano de los pintores. Nos adentramos en el proceso creativo de Lucio y Amalia, sus rutinas de trabajo, las técnicas empleadas, su manera de enfrentar el trabajo y su estrecha relación con su mundo creativo. Los hijos participan de las exposiciones, asisten a inauguraciones, conocen los asuntos referentes a las ventas, los proyectos y encargos de sus padres ya que en esa casa el ámbito artístico interactúa permanentemente con el familiar, siendo difícil de separar ambos mundos. 

Esta obra supone un homenaje lleno de cariño y a la vez muy concienzudo, realizado desde el punto de vista más humano, destinado a ensalzar a estos dos personajes que fueron reconocidos al más alto nivel como importantes artistas pero que, fundamentalmente, fueron buenos padres y extraordinarias personas y amigos. Y en este libro su hijo honra así su memoria a través de un retrato hecho a base de palabras que refleja su profunfo amor y su admiración hacia ellos como padres y como artistas.