No es la primera vez que me ocurre que abordo la lectura de una novela escrita por un personaje popular, en este caso "el chico simpático que presenta Pasapalabra", esto es: Christian Gálvez, y lo hago cargada de prejuicios absurdos sobre cómo es posible que alguien que sale en la tele sea capaz de escribir una buena novela. Y con eso y con todo, tengo que reconocer que el resultado de la lectura de esta su primera novela, "Matar a Leonardo Da Vinci", ha sido bastante más brillante de lo que (absurdamente) preveía. He de confesar que en algunos momentos el ritmo narrativo me ha parecido algo irregular, que se producían algunas repeticiones (tal vez un elemento estilístico que no he sabido apreciar), que el engarce de los capítulos no era del todo ágil, pero también sé reconocer que estaba constantemente juzgando al escritor según leía la novela, estaba poniendo a prueba la pericia de un personaje conocido de la tele a la hora de ponerse a contarnos una historia novelada y tal vez por ello me he fijado más que en otras ocasiones en esos detalles de estilo en lugar de dejarme llevar completamente por la historia en sí que, lo tengo que reconocer, es interesantísima, entretenida, ágil y se lee con absoluta soltura y nos permite revivir con gran fidelidad el ambiente y la época en la que vivió y se mueve el protagonista, ni más ni menos que el genio Leonardo Da Vinci. Su vida azarosa como artista en el más brillante momento del Renacimiento, sus constantes viajes, idas y vueltas desde la Florencia de los Medici hasta Milán, a Barcelona y vuelta a Italia acabando sus días acogido en la corte del rey francés Francisco I, se nos cuenta con gran viveza y credibilidad.
Los personajes que acompañan a Leonardo se encuentran entre lo más granado del arte, la política y el pensamiento del momento, desde su amigo Sandro Boticcelli, los citados mecenas Medici, los sucesivos papas de Roma, entre otras figuras que se mueven con soltura entre las páginas de este libro en el que asistimos a la creación de algunas grandes grandes joyas del Renacimiento, de palacios a obras de arte, mientras acompañamos al artista en su agitada y nunca serena vida. La enorme figura de Leonardo tal y como nos es retratado en esta novela, se nos muestra como un genio que será admirado, envidiado, perseguido. que tendrá que huir con frecuencia de sus enemigos pero que nunca perderá su pasión creativa, su hambre de conocimiento, su afán por aprender, por mejorar constantemente, un hombre portentoso consciente de su grandeza intelectual y artística pero que nunca se preocupó por alcanzar riquezas ni tan siquiera gloria, sino simplemente ser libre para crear y superarse a sí mismo, sin pretender competir con nadie más que con sus propios sueños y aspiraciones.
Confieso haber disfrutado mucho con esta lectura y no descarto seguir haciéndolo sabiendo que el autor planea completar una serie basada en grandes figuras del Renacimiento cuyas vidas recreará en sucesivas novelas. No es un mal plan para tener en cuenta en futuras lecturas.