sábado, 30 de marzo de 2024

Roman Stories

Cuando hace algunas semanas me encontraba planeando un próximo viaje a Roma, empecé a revisar entre mis libros pendientes alguno que me transportar a aquella ciudad para ir ambientándome para mi próximo destino. Así fue como recuperé "Roman Stories", una colección de relatos de la ganadora del premio Pulitzer Jhumpa Lahiri a la que hace tiempo que tenía pendiente leer, aunque en realidad era su novela "La hondonada" la que se encontraba por delante en mi lista de pendientes, pero las circunstancias mandan, así que en esta ocasión opté por el libro  que lucía mi próximo destino viajero en su título.

Lo que me encontré fueron una serie de breves narraciones en las que la ciudad de Roma es el elemento en común, aunque en ocasiones desde un punto de vista algo particular, como sucede con la historia con la que arranca el libro que está contada por una chica inmigrante y sucederá lejos de la ciudad, en una casa vacacional junto al mar, de cuyo cuidado se ocupan la chica y su padre, a la que acuden urbanitas deseosos de conectar con la Naturaleza y dejar de lado por unos días el bullicio de las ciudad.

Los personajes que transitan por las historias nunca tienen nombre; los conoceremos como el padre, el chico, la esposa, la viuda o, como mucho, por la inicial de su nombre. Podrían encontrarse en cualquier gran ciudad del mundo; algunos son romanos de nacimiento pero generalmente son extranjeros viviendo en Roma, inmigrantes de distintos orígenes, algunos con trabajos precarios y otros expatriados por sus empresas que viven acomodadamente. A través de los ojos de estos protagonistas tan variopintos vamos descubriendo la ciudad vista y vivida desde perspectivas dispares, desde los que han vivido allí toda su vida hasta los que la conocen de adultos, recién llegados desde lejanos lugares y para los que no siempre es un lugar acogedor.

Me ha gustado especialmente el capítulo centrado en una de las muchas escalinatas que ascienden hacia alguna de las colinas de Roma en torno a la cual se suceden diferentes historias en las que cada personaje se relaciona de una manera diferente con ese rincón del barrio que para algunos es su hogar lleno de recuerdos, para otros es un desafío por conquistar, unos se tratan de integrar, otros sufren viendo cómo se ha degradado el vecindario. Allí confluyen ancianas, adolescentes, inmigrantes... Diversidad de personas y vivencias con modos de vida distintos, sueños y expectativas muy diversas pero que comparten el mismo escenario, el de la que seguirá siendo, por mucho tiempo que pase y personas que sigan llegando a ella, para siempre la ciudad eterna.

domingo, 24 de marzo de 2024

El arpista

Desde el momento en que me enteré de que David Galindo Martínez, un profesor de instituto cartagenero, había quedado finalista en el Premio Planeta del año 2022 con su primera novela, "El arpista", me la apunté de inmediato en mi lista de lecturas pendientes, atraída fundamentalmente por el escenario y la época en la que transcurre la historia que no es sino La Manga del Mar Menor de los años sesenta, poco después de que algunos empresarios avezados hubieran adivinado el potencial de aquel arenal deshabitado de la costa murciana de cara al boom turístico que se veía venir gracias a los europeos deseosos de disfrutar de su sol, sus playas y el buen tiempo garantizado. Pero ese despegue aún no se ha terminado de fraguar en el momento en que se sitúa esta historia y menos aún en la temporada baja, cuando el lugar es poco más que una larga lengua de tierra entre dos mares, con algunas edificaciones desperdigadas a lo largo de una carretera por la que que apenas circulan coches y en el hotel en el que trabajan los protagonistas no hay sino unos pocos huéspedes, más viajeros por negocios a la búsqueda de oportunidades de inversión que turistas ociosos.

Los empleados del salón ámbar de este solitario hotel de veraneo: Ernesto, el barman; Julio, el camarero y Eva, la animadora, son los personajes que acompañan al arpista y narrador de la historia, el que fuera un niño prodigio de la música y ahora se dedica a amenizar las veladas a los turistas. Los cuatro compañeros deciden combatir el aburrimiento metiéndose a detectives tratando de desentrañar el misterio de tres desapariciones ocurridas entre huéspedes del hotel en los últimos meses. En gran parte para entretenerse en las largas jornadas sin apenas ocupación, dada la escasez de clientes en temporada baja, los compañeros van elaborando teorías, elucubrando con las causas de las desapariciones, mezclando teorías conspiranoicas con posibles desfalcos empresariales o líos de faldas entre las posibles hipótesis. Ni siquiera pueden constatar si los tres desaparecidos están vivos o muertos ni descartar que no hayan huido voluntariamente. Por otra parte, la última guerra mundial no queda demasiado lejos, apenas veinte años desde su final y su sombra todavía se abate sobre Europa, tal vez acompañada de alguna venganza o resarcimiento pendiente que pudieran estar detrás de las desapariciones.

Hotel Galúa años 60

Aunque el estilo de la novela resulta en ocasiones demasiado elaborado, con frases largas, giros complicados y un léxico algo rebuscado que restan naturalidad a la escritura, también se aprecia y se agradece el esfuerzo por convertir lo que pudiera ser nada más que una novela policíaca, aunque se trate de investigadores aficionados, en algo más profundo e incluso, por momentos, poético. Tampoco puedo dejar de señalar lo que más he apreciado en esta lectura que ha sido la descripción del escenario: lo que debió ser La Manga del Mar Menor cuando todavía era un paraje casi desértico lleno de posibilidades. He disfrutado con el buen retrato de ese lugar inhóspito, una larga lengua de arena entre dos mares todavía no saturada de edificios, tráfico y ruido; un mundo de silencio, dunas, playas vacías y vegetación resistente a los vientos y la salinidad, salpicada de contadas residencias y algún hotel en los que unos pocos afortunados todavía disfrutaban del paraíso no mancillado.

lunes, 18 de marzo de 2024

Una escritora en la cocina

"Una escritora en la cocina" es una divertida y desenfadada crónica de la relación de la autora, la escritora y periodista Laurie Colwin, con la cocina. Basándose en su propia experiencia como amante de los fogones desde bien joven, nos ofrece en estas páginas un compendio de episodios y situaciones vividas, siempre en torno a algo tan cotidiano y necesario como es cocinar y comer, salpicado de recetas de todo tipo, muchas de ellas con una pinta deliciosa.

Entre las escenas que nos ofrece la autora hay algunas tan disparatada como la de preparar cenas gourmet en un apartamento de 12 metros cuadrados sin más cocina que un hornillo eléctrico y una bañera donde enjuagar la verdura y lavar los platos, en una época en la que su alimento básico era la berenjena preparada de mil maneras; además nos proporciona el método infalible para freír pollo, nos enseña a hacer recetas clásicas de toda la vida como budin de pan con chocolate o sus adoradas espinacas a la crema y nos da ingeniosas ideas para enfrentarnos a comensales con todo tipo de manías, intolerancias o prohibiciones de cualquier tipo a la hora de comer.

"Cualquier anfitrión o anfitriona ha sufrido la misma pesadilla. Se planea una cena para seis invitados, dos de los cuales comen kosher, y se concibe un menú a partir de este hecho: pescado frío en salsa verde, lasaña vegetariana, una ensalada y una tarta de peras. En el último momento, se desvela que, de los otros cuatro comensales, uno sigue una estricta dieta sin gluten, otro no toma lácteos y otro es alérgico al pescado. 

La solución más sencilla al problema es cambiar de amistades de inmediato y rodearse de una cuadrilla de tragaldabas de pro con pocos melindres y una consideración nula hacia la salud".

El estilo del libro es fresco y muy divertido, evocando frecuentemente al de mi querida Nora Ephron, con ese desparpajo y gracia para contar anécdotas propias; no en balde, la Colwin también es, como la Ephron, una judía neoyorquina que hace gala de ese humor ácido e inteligente que les es tan propio, además de contar con una enorme cantidad de amigos, conocidos y gente a la que le gusta invitar a comer o a cenar. A lo largo de estas páginas nos transmite la idea de que la comida, especialmente la más casera y tradicional, es fundamentalmente disfrute, consuelo y placer (a veces culpable), así como una excusa para socializar.

"Está claro que hay platos, como el pastel de carne y la sopa de pollo, que son una especie de terapia comestible."

A cualquiera que le guste aunque sólo sea un poco cocinar y, claro está, a todo el que disfrute del buen comer, se le abrirá necesariamente el apetito con esta lectura, así como las ganas de poner en práctica más de una de las sencillas y aparentemente sabrosas recetas que van jalonando el libro, explicadas con gracia y auténtica pasión por esta entusiasta gourmet.

jueves, 14 de marzo de 2024

Tres sombreros de copa

Cualquiera que se pasee por este blog podrá comprobar que el teatro es un género que apenas aparece entre mis lecturas, a pesar de lo mucho que disfruto de verlo representado (aunque tampoco lo frecuento tanto como me gustaría) Sin embargo, de vez en cuando se me cruza por el camino alguna obra como la que hoy traigo aquí a comentar, "Tres sombreros de copa", del dramaturgo madrileño Miguel Mihura y, como clásico contemporáneo del terror estamos del siglo XX que es, me he sentido casi en la obligación de embarcarme en su lectura para cubrir en parte esa parcela de ignorancia (una de tantas como tengo) sobre este género literario.

Creo que lo primero que debemos tener en cuenta cuando nos enfrentamos a este tipo de obras, escrita hace casi cien años, es que la sociedad de ese momento era como era y se reía de lo que se reía, guiados por normas diferentes a las actuales y por tanto debemos asumir que vamos a encontrarnos con situaciones o comentarios que, a día de hoy, consideraríamos intolerables por racistas o machistas, pero no debemos valorar una obra de 1932 según las convenciones de corrección actuales.

Dionisio, el protagonista de la obra, es un joven formal y respetable que verá cómo su vida cambia de rumbo durante la víspera de su boda cuando se ve enredado en la fiesta organizada por un animado grupo de gente del espectáculo que se aloja en su mismo hotel y que se buscan la vida como pueden para completar sus escasos salarios de artistas de segunda clase. Paula, una joven bailarina de la compañía, se enamora de Dionisio y le descubre la posibilidad de escapar a un mundo muy diferente del triste destino provinciano y mortalmente aburrido que le espera tras su boda .

Esta es una obra cómica de enredo con un humor muy absurdo y desmadrado con diálogos disparatados que presenta personajes grotescos cuando no ridículos. Tras la fachada de una divertida comedia, presenta también una dura crítica a la sociedad burguesa del momento y muestra la amarga realidad de los que viven en la escasez junto a la tristeza de los que se ven sometidos a las leyes de las buenas costumbres, el dictado de las apariencias y los rígidos principios morales que les alejan de la posibilidad de una vida plena donde disfrutar de la alegría y del auténtico amor. 

domingo, 10 de marzo de 2024

No te veré morir

¿Qué pensarías si te digo que esta novela comienza con un párrafo de cincuenta páginas sin un solo punto y seguido? Pues lo mismo te asustas un poco sólo de pensarlo y te echas atrás a la hora de enfrentarte a su lectura, pero te diré también que tengas en cuenta que esta barbaridad con la que arranca "No te veré morir" ha salido de la pluma de un genio de las letras como es Antonio Muñoz Molina, con lo que espero en que te fíes de mi cuando te animo a que te atrevas a descubrir esta novela porque la experiencia lectora va a valer mucho la pena.

Hace muchas décadas, a finales de los 60, dos jóvenes amantes se separaron sin saber que esta separación iba a ser definitiva. El narrador, Gabriel Aristu, ha hecho toda su vida en Estados Unidos donde ha logrado éxito profesional, ha formado una familia, con una esposa bella y solícita y ha tenido varios hijos criados como auténticos norteamericanos; incluso ha comprado una casa de campo a la orilla del Hudson a donde sueña con retirarse ahora que su jubilación ya es un hecho. Pero antes de eso, Gabriel regresa a Madrid para reencontrarse por última vez con aquel viejo amor de juventud, Adriana Zuber, aquella novia a la que abandonó sin muchas explicaciones cincuenta años antes.

En la primera parte del libro, Gabriel rememora diferentes momentos de su propia vida y de los suyos; su marcha a Estados Unidos, sus éxitos en los estudios y en su carrera profesional destinado a convertirse en el hombre que su padre esperaba, lejos de la miseria material y moral de la posguerra en Madrid que aquel padeció.

El paso a la segunda parte del libro supone un cambio en el estilo y la mirada. Ahora el que nos habla es Julio Máiquez, otro español también establecido en América que conoció a Aristu en los años noventa, cuando éste ya estaba plenamente integrado en aquel país, y su banco financiaba la cátedra de Máiquez en la universidad de Virginia. Surge allí una amistad, a pesar de la diferencia edad, que se extenderá durante años. Ambos comparten su experiencia del descubrimiento de una realidad totalmente nueva al llegar a su nuevo país de adopción donde, a pesar de los años transcurridos, nunca dejarán de sentirse extranjeros. 

"Pero el tiempo no cura nada. El tiempo mata. El tiempo empeora y destruye. Yo lo fui aprendiendo a lo largo de aquellos años, mientras aprendía también a sobrevivir en la incertidumbre, sin hacer pie del todo nunca, por falta de verdadera solidez profesional, o por falta de astucia académica, o por simple mala suerte, por una propensión al desarreglo personal y al infortunio;"

Por momentos la lectura de esta novela me ha evocado al desaparecido Javier Marías en muchos elementos como el situar la acción en un país anglosajón, en un entorno academico, con un personaje algo misterioso con cierta relación nunca desvelada con los servicios secretos, pero también en la forma de contar: en los largos monólogos, las reflexiones sobre el paso del tiempo, la vejez y sus efectos, la propia identidad, los amores que no se olvidan o que se recuerdan como nunca fueron en realidad. No hace falta decir que he disfrutado enormemente con esta novela que es, en mi opinión, de lo mejor que he leído del autor. Y esto, hablado de un fenómeno de la escritura como es Muñoz Molina, ya es mucho decir.

"El que se marcha olvida con mucha más facilidad que el que se ha quedado. Para el que se marcha desaparece el mundo en el que se anclaba la memoria (...)

El que se va es el que olvida primero."

martes, 5 de marzo de 2024

The poisoned chocolates case (El caso de los bombones envenenados)

De nuevo he disfrutado de una novela cuyo autor pertenece a la llamada época dorada de la novela británica de crímenes que floreció en torno a los años treinta del pasado siglo, encabezada por la sublime Agatha Christie. Se trata en esta ocasión de "The poisoned chocolate case" del británico Anthony Berkeley.

En esta novela descubrimos la existencia del Círculo del Crimen, fundado y presidido por Roger Sheringham, un escritor muy aficionado a los crímenes y misterios y donde se reúne un grupo de personas con iguales intereses que se dedican a estudiar y tratar de desentrañar crímenes reales o ficticios. Entre sus miembros, además de Sheringham, se encuentra Alicia Dammers, escritora aficionada a la psicología; Sir Charles Wildman, prestigioso abogado; Mrs. Mabel Fielder-Flemming, autora teatral; el también novelista Mr. Morton Harrogate Bradley, especializado en tramas policiales y finalmente el discreto señor Ambrose Chitterwick,

El caso que el señor Sheringham traslada en esta ocasión a su club del crimen de la mano del inspector jefe Moresby es el de la señora Bendix que ha muerto a causa de unos bombones de licor envenenados que, en realidad, iban dirigidos a Sir Eustace Pennefather, miembro del mismo club que el esposo de la fallecida. La policía no ha logrado descubrir a la persona que envió los bombones letales ni la motivación de este asesino. Así que el inspector comparte con el círculo la información que hasta en momento han logrado recopilar en Scotland Yard, esperando que el grupo sea capaz de resolver el enigma.

Los distintos miembros del club tienen una semana para investigar el caso, proponer distintas soluciones basándose en razonamientos y deducciones, así como en toda información que hayan podido obtener por cualquier medio. Cada uno planteará, a continuación, la que considera la auténtica versión de los hechos ocurridos tratando de llegar a la resolución del asesinato. De este modo, a lo largo del relato uno tras otro cada investigador va planteando las distintas propuestas de resolución del caso en las cuales los hechos se van presentado repetidamente aunque en cada ocasión se van añadiendo nuevos datos, nuevas especulaciones, sucesos y declaraciones hasta el momento desconocidos, comparaciones con otros casos criminales notorios y finalmente sus conclusiones que serán diferentes según el investigador que las presente pero, en todo caso, resultan siempre sorprendentes. 

El resultado final es una novela inteligente de detectives de salón con una buena dosis de humor británico, donde los trabajos de deducción, inducción e incluso la intuición junto con el análisis psicológico y el estudio de las pistas materiales, motivaciones y oportunidades se combinan para hallar, no una, sino seis soluciones para el misteriosos caso planteado y todas ellas resultan en algún momento perfectamente válidas al estar bien planteadas, justificadas y demostradas. 

"Pienso dedicarle mi próximo libro, Mr. Chitterwick —dijo Mr. Bradley—. Del problema planteado, mi detective derivará seis conclusiones contradictorias. Probablemente terminará por arrestar a setenta y dos personas por el delito de asesinato, y finalmente se suicidará, cuando descubra que él mismo es el autor del crimen."

viernes, 1 de marzo de 2024

The personal librarian

Marie Benedict
se dedicaba profesionalmente al ejercicio del Derecho hasta que decidió emprender la escritura de esta biografía novelada de un personaje que la tenía fascinada desde hacía años: Belle da Costa Greene, la que durante años seria la responsable de la magnífica biblioteca Pierpont Morgan de Nueva York. Para esta tarea contó con la colaboración de la experimentada escritora Victoria Christopher Murray y de esta unión surgiría esta novela, "The personal librarian".

Belle da Costa Greene es una joven de origen humilde aunque en su familia se ha dado siempre mucha importancia a los estudios y la cultura por lo que, a pesar de las estrecheces económicas por las que atraviesan, todas sus hermanas, como ella misma, han estudiado y trabajan como maestras y su único hermano estudia ingeniería. Pero la familia de Belle oculta un peligroso secreto ya que, a pesar del color claro de su piel, los Greener en realidad son de raza negra, algo que tratan de ocultar a toda costa y provocará el distanciamiento de su padre, un abogado luchador por las causas de la igualdad y la no discriminación racial, llegando incluso a cambiar su apellido y modificar sus nombres para evitar ser relacionados con sus verdaderos orígenes. En unos tiempos en que la segregación racial y la violencia contra las personas de color se encuentran en su mayor apogeo, presentarse ante el mundo como una familia blanca no es más que un escudo defensivo que los Greene crean para protegerse.

Belle se encuentra trabajando en la biblioteca de la universidad de Princeton cuando, gracias a una buena recomendación, recibe una oferta para convertirse en la bibliotecaria personal de J.P. Morgan, poniéndose al mando de la nueva biblioteca que el magnate de la industria y las finanzas está construyéndose en la ciudad de Nueva York, donde Belle asumirá la gestión de su ingente colección de joyas bibliográficas. Este trabajo permitirá a Belle disfrutar de la inigualable experiencia que supone trabajar, durante décadas, junto a un hombre que fue de crucial importancia en la economía y la política norteamericana y mundial de principios del siglo XX. Entre las tareas que le corresponden estará gestionar los fondos de la biblioteca, así como acudir a subastas, actos culturales y fiestas en representación de J.P. Morgan, pero además Belle se convertirá en su confidente y persona de máxima confianza, ganándose la antipatía de la propia hija de Morgan; le asesora sobre nuevas adquisiciones y sobre cómo gestionar los fondos de su colección con el objeto de convertirlo en el nuevo mecenas del arte mundial al nivel de los Medici en la Florencia del Renacimiento y situar su biblioteca en lo más alto del panorama cultural.

Su condición de mano derecha del millonario le ofrece a Belle la oportunidad de frecuentar la sociedad más exquisita del Nueva York de aquella época, acudir a la opera, a bailes y reuniones sociales y, por supuesto, participar de lleno en el mundo de los grandes coleccionistas y museos, relacionarse con los mayores conocedores de arte del momento, de aquellos que atesoran manuscritos, incunables, joyas de colección y también con los que se dedican a descubrir, estudiar y negociar con todos estos tesoros. Su trabajo le llevará a viajar por Europa donde disfrutará en vivo de las grandes joyas artísticas de Inglaterra, Francia e Italia, además de hacerle vivir una complicada historia romántica que se prolongará durante años entre secretos, traiciones y grandes decepciones.

El papel de librera personal le permitirá a Belle da Costa acceder a un mundo inimaginable para cualquier mujer de su época y especialmente de su raza. Deberá adaptarse a un nuevo entorno casi inaccesible no sólo por estar compuesto por miembros de familias poderosas poseedoras de grandes fortunas, sino por ser también un mundo eminentemente masculino. A estos obstáculos se añade el peliagudo asunto de la verdadera raza de Belle, un secreto bien escondido que durante años supuso una amenaza latente para la estabilidad de la bibliotecaria y de toda su familia que dependía directamente de ella para conservar su estatus profesional y su seguridad personal.