lunes, 31 de agosto de 2020

La casa holandesa


"La Casa Holandesa" que da título a la última novela de Ann Patchett (y con la que yo me estreno con esta autora) es una impresionante mansión a las afueras de Filadelfia y supuso la acertada adquisición con la que, al regreso de la guerra, Cyril Conroy comenzó su exitoso negocio inmobiliario. Esta vivienda bastante peculiar tiene un particular protagonismo en la vida de todos los miembros de la familia Conroy. Con una decoración imposible, sus grandes ventanales que dejan a la vista de los vecinos todo lo que ocurre desde puerta entrada hasta el jardín trasero, los detalles artesanales de gran valor y multitud de cuadros procedentes de los antiguos propietarios, la casa no deja indiferente a nadie que la conoce "Andrea no tenía manera de saber que esas personas que aparecían en los cuadros venían con la casa, que todo lo que había en la casa venía con la casa." Pero a pesar de todo, la casa holandesa fue un verdadero hogar para Danny y Maeve, a pesar de que siempre fue detestada por su madre, siendo esta tal vez una de las razones por las que se fue para no volver abandonando a los niños y permitiendo que la casa se convirtiera en objeto de deseo para Andrea, segunda esposa del señor Conroy. 

"Contrariamente a lo que Maeve daba por sentado, yo pensaba muy poco en nuestra madre cuando éramos pequeños. Yo no la conocí y me resultaba bastante difícil echar de menos a una persona o una época que no recordaba. La familia que me dejó —una cocinera, una doncella, una hermana permisiva y un padre distante— me aportaba todo lo que me hacía falta."

Es Danny el que nos cuenta cómo transcurrieron los años entre que Andrea llegó a la casa, su matrimonio con el señor Conroy y como terminarán los dos hermanos expulsados de la casa, vigilándola durante años desde un coche aparcado frente a su puerta, rememorando aquellos días y tratando de reconstruir los hechos, interpretar a posteriori las señales que entonces pasaron por alto, desenmascarando el carácter de Andrea, la actitud de su padre y el papel de la propia casa en sus vidas pasadas y presentes.

"Por Dios (…) Sois Hansel y Gretel. Seguís caminando por un bosque oscuro, cogidos de la mano. Da igual la edad que tengáis. ¿Alguna vez os cansaréis de recordar?"

 Lo único que permanece estable a lo largo del tiempo es la relación entre los hermanos: el papel protector de Maeve, el intenso cariño que ambos se profesan, su complicidad y su unión indestructible, aunque sus recuerdos familiares no siempre coincidan, quizás por la diferencia de siete años que los separan, por la edad que cada uno tenía cuando algunas cosas sucedieron o tal vez por la actitud de cada uno ante los hechos. Danny apenas conoció a su madre y también su padre se fue demasiado pronto dejando muchas preguntas por responder, dejándole al cuidado de su hermana que no es más que una joven tratando de hacerse un nuevo lugar en el mundo tras haberlo perdido todo.

Los años transcurrirán llenos de cambios y novedades, la ciudad de Nueva York y su periferia irá creciendo y transformándose al mismo tiempo que los protagonistas, cuyas propias vidas transcurrirán en torno a unos escenarios que formarán parte inseparable de sus biografías: Nueva York y sus barrios, Filadelfia y la propia casa, gran protagonista y núcleo central de toda la novela, que resulta ser una maravillosa historia familiar, de amor fraternal y sobre la importancia de las personas que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, sean o no familia y de los lugares donde hemos sido felices.

"Hay unas cuantas ocasiones en la vida en las que das un salto adelante y el pasado sobre el que estabas de pie un instante atrás se derrumba a tus espaldas y el futuro en el que planeabas aterrizar no se ha materializado aún. Por un momento, te encuentras suspendido en el aire, sin saber nada y sin conocer a nadie,"

martes, 25 de agosto de 2020

El heredero

En "El heredero" nos vamos a encontrar con una vívida crónica de la Guerra Civil española a través de varias historias protagonizadas por diversos personajes en muy variadas circunstancias. Tras un prólogo en el que se nos cuenta el origen familiar de los protagonistas, pronto nos situamos en los convulsos días del verano del 36 en que la España de la República se encuentra dividida en numerosos bandos cada vez más polarizados, donde florecen los movimientos obreros radicales partidarios de la revolución proletaria que ejercen la violencia extrema en sus ataques a la Iglesia y a los propietarios, comerciantes e industriales, causando temor creciente entre los miembros de la burguesía y los sectores conservadores que se sienten amenazados por el ambiente crispado que preconiza el estallido del conflicto bélico.

Uno de los aspectos interesantes de esta novela  es el hecho de que el autor, Rafael Tarradas Bultó, es un descendiente directo de los personajes que van a desfilar por las páginas del libro, concretamente de la familia Marqués Bultó que vivieron la guerra en distintas localizaciones desde Barcelona a Asturias, Teruel, Madrid o San Sebastián, por lo que ha contado para elaborar su obra con testimonios directos de aquellos cuyas andanzas se nos cuentan aquí.

El centro del argumento lo conforman tres personajes principales. Para comenzar, nos encontramos con dos jóvenes de distinta extracción social y origen común: Antonio Campo es un obrero involucrado en el movimiento sindical que lucha por mejorar las  condiciones de los trabajadores en la zona de Villanueva; Pablo Marqués es miembro de una familia de adinerados industriales, propietarios de fábricas y lujosas residencias en Barcelona y Cunit, donde se encuentra San Antonio, la finca familiar. A ambos les une un hecho desconocido para todos: Antonio es hijo ilegítimo del difunto Isidro Marqués, tío de Pablo, que, a pesar de no reconocerlo formalmente, se ocupó de su bienestar y educación incluso después de haber fallecido, lo que, de descubrirse, le otorgaría a Antonio derechos como miembro de la familia Marqués. La tercera protagonista es Inés Sagnier, hija mayor de una numerosa familia de la burguesía catalana que se encuentran en su residencia veraniega de la Cerdanya en julio del 36. El estallido de la guerra y la amenaza que suponen las milicias republicanas obligan a los Marqués a huir de España a San Remo, en Italia, donde se refugiarán junto con otros exiliados y donde coincidirán con la familia Sagnier que igualmente se vio obligada a abandonar con urgencia el país temiendo por su seguridad. Allí se inicia la relación entre Inés y Pablo que se interrumpe pronto cuando éste regrese a España para participar en la guerra.

A partir de ahí, iremos siguiendo a los diferentes personajes repartidos por distintas localizaciones, algunos en zona nacional más alejados del conflicto, aunque sufriendo de la escasez y la incertidumbre lógicas del momento y padeciendo por aquellos familiares y conocidos que se encuentran en zona republicana o directamente en mitad de la guerra, cerca del frente o en pleno campo batalla, luchando por sobrevivir sea en el bando que sea.

Entre las historias que nos cuenta la novela aparecen soldados de ambos bandos, espías que se juegan la vida desde el mismo frente, mujeres que hacen cualquier cosa por salvar el pellejo y sobrevivir a la guerra, aún renunciando a sus principios, religiosos que tratan de salvarse o que enfrentan el peligro frente a frente; los hay que se aferran a sus ideas y otros que abandonan sus creencias a cambio de adaptarse a las circunstancias y lograr estabilidad en tiempos tan inciertos, los que luchan por su vida y los que hacen lo que sea por la seguridad de los suyos. El resultado es un abanico extenso y variado de personajes y experiencias, un rico despliegue de historias particulares que muestran muchas de las realidades que convivieron en aquellos tiempos terribles en los que los españoles se enfrentaron hermanos contra hermanos. 

Masía San Antonio. Cunit
El relato me ha parecido bastante equilibrado y ecuánime en cuanto al tratamiento de los dos bandos, reconociendo las motivaciones de cada uno de ellos, aceptando la existencia de personas sensatas y honradas en los dos lados y también la presencia de crueldad y maldad en ambos de ellos, donde cada uno lucha por sus ideas y por lo que cree que es justo, pero reconociendo que al final todos se equivocan porque una guerra siempre es un error, gane quien gane, porque el país siempre pierde.
"Ninguno podemos estar orgullosos de nuestro bando. No te haces a la idea de las barbaridades que estamos haciendo todos. A veces, a vista de pájaro, cuesta comprender cómo hemos enloquecido todos de esta manera. Yo, como muchos, defiendo un fin concreto, una idea de España y lucho contra la del enemigo que nos llevaría al desastre, al comunismo… No sé. Pero los medios para conseguir ese objetivo. Ah, mosén, aquí todos tendremos que pedir perdón muchos años."

miércoles, 19 de agosto de 2020

Me quedo aquí

"Me quedo aquí" es una intensa novela, obra de Marco Balzano, narrada en primera persona por Trina, una mujer a la que vamos a conocer en profundidad según nos va contando a lo largo de las páginas del libro su propia vida desde su infancia, la historia de su familia y de su pueblo, Curon Venosta, un pueblito situado provincia de Bolzano, Tirol del sur-Alto Adigio. La ubicación geográfica de la localidad la convierte en un escenario complejo y peculiar; resulta que esta zona del norte de Italia, en la región de Trentino, tiene más en común con la vecina Austria a la que perteneció hasta el fin de la I Guerra Mundial y con la que comparte el idioma alemán y muchos aspectos culturales, que con el país al que pertenece oficialmente, Italia. Este desafecto por todo lo italiano, por su idioma y sus gentes, tan diferentes al espíritu montañés y germánico de la zona, se acrecentó con llegada del fascismo al país. La sensación de opresión por parte del nuevo  régimen centralista se materializó en la prohibición de emplear su lengua materna, el alemán, lo que obligó a crear escuelas clandestinas en las que Trina participa como maestra y que, con el apoyo de los curas locales, operaban a escondidas en graneros o buhardillas. El rechazo al fascismo incrementaría la atracción por Alemania como gran potencia europea que tentaba a los habitantes de los valles trasalpinos con una posible anexión, gran incentivo para que gran parte de la población escuchara los cantos de sirena del nazismo que no era más que otro régimen de corte fascista pero en el que se sentían aceptados y partícipes y que no les forzaba a renunciar a su carácter propio. 

"De no ser porque había asociado automáticamente el italiano a aquellos fanfarrones de los fascistas, tal vez habría seguido canturreando las canciones que oía en el gramófono de Barbara (...) y puede que hasta Maja hubiera hecho lo mismo y también los campesinos, y con el tiempo todo el valle se habría convertido en una encrucijada de gentes que saben entenderse de más formas y no en un punto incierto de Europa donde todos se miran con malos ojos. En cambio, el italiano y el alemán eran muros que seguían levantándose. Las lenguas se habían convertido en marcas de raza. Los dictadores las habían transformado en armas y declaraciones de guerra."

Una segunda amenaza sobrevuela durante años a la localidad y se convierte, antes y después de la guerra, en otro motivo de enfrentamiento de los habitantes de Curon con el gobierno italiano: el proyecto de crear un embalse en el lugar que ocupan Curon y Resia, una obra que anegará ambos pueblos, sus casa y terrenos y borrará su recuerdo de la superficie de la tierra. Sólo unas pocas familias como la de la protagonista se resisten a abandonar su casa, su pueblo y sus raíces, dispuestas a esperar a que el Duce y su régimen totalitario pasen y todo vuelva a la antigua normalidad. Nuestra protagonista ve marchar a amigos y vecinos al tiempo que estalla la guerra que crea nuevos bandos y enfrentamientos, dando lugar al sinsentido de que el nazismo sea para muchos la única alternativa posible al fascismo. Se opta por un horror tratando de escapar de otro.

Pero Trina arrastra una pérdida incluso mayor que la de su pueblo, sus amigas y sus raices y es la de la hija que se fue que es la destinataria final de su narración, a la que se dirige directamente en este relato lleno de añoranza por la vida no vivida y que contiene además toda la complejidad que caracteriza a los territorios de frontera donde los vínculos sentimentales no coinciden con los límites geográficos y donde se expresa con intensidad la importancia de las raíces, el sentimiento de pertenencia y de permanencia, la conexión con la tierra en la que se nace y el amor incondicional por los hijos, al margen de sus acciones o de aquello en lo que se acaban convirtiendo al llegar a la edad adulta.

"Nadie puede entender qué hay debajo de las cosas. Nadie tiene tiempo para sentir nostalgia de cómo eran las cosas cuando aún no existíamos. Seguir adelante, como decía madre, es la única dirección permitida. De no ser así, Dios nos habría puesto los ojos a los lados. Como los peces."

miércoles, 12 de agosto de 2020

La trenza

El relato de "La trenza", obra de la autora francesa (y también guionista, actriz y directora de cine) Laetitia Colombani, está compuesto por tres historias totalmente independientes entre sí que se van alternando ordenadamente, sin otro punto en común más que el de estar protagonizadas por mujeres de distinta condición social situadas en diferentes países y continentes: así Smita pertenece a la casta de los intocables, los más marginados entre los pobres de la India. Pero ella está empeñada en que su hija Lalita no sufra el destino al que está condenada por nacimiento; ella no se dedicará a recoger las inmundicias de otros, no será para siempre una paria a la que no está permitido que nadie toque ni se le hable directamente, pero es que tampoco se le puede pagar un sueldo, por lo que sólo subsisten a base de limosnas, de las ratas de campo que cazan, de restos de comida ajena y de ropa usada; Lalita irá a la escuela y para ello Smita emplea sus escasos ahorros para convencer al maestro local para que admita a la niña en la escuela. Pero las cosas no salen como habían planeado y entonces decidirá que la única salida para ambas es huir lejos de su ciudad, escapar del destino que les espera a todos los de su casta. Giulia, por su parte, vive en Palermo. Desde los dieciséis años ayuda en el negocio familiar donde fabrican pelucas y postizos con cabellos suministrados por peluquerías locales y también de particulares que venden su pelo. Desde niña ha estado convencida de que se dedicaría a trabajar, no ha estado nunca interesada en casarse, sino en suceder a su padre al frente del taller. La única escapada del trabajo que se permite es acudir al mediodía a la biblioteca comunal donde un día se encuentra con un hombre diferente a todos los que ha conocido hasta entonces con el que inicia una relación imposible. Sarah es una exitosa abogada canadiense. Dos veces divorciada, se ha entregado de manera absoluta a su profesión, logrando alcanzar un notorio triunfo a base de supeditarlo todo al trabajo, incluso el tiempo que debiera haber dedicado a sus hijos o a su vida personal. Todo lo sacrificado le merece la pena hasta que una enfermedad altera el equilibrio de sus prioridades y su situación profesional.

Vemos avanzar cada una de las historias mediante capítulos alternos en los que, cada una a su manera, las tres protagonistas se enfrentan a la realidad de ser mujer en sus distintas sociedades, algunas en circunstancias extremas como es la tremenda situación de las castas inferiores en la India, así como la total desprotección frente a la violencia y los abusos a los que se encuentran sometidas las viudas y las mujeres en general. Otra se enfrentará a la enfermedad que derrumba la organizada y planificada vida que tenía montada y deja al descubierto toda su debilidad humana y descubre lo fútil de todo aquello sobre lo que hasta ese momento se fundamentaba su mundo. La tercera deberá afrontar el riesgo de sacar adelante, sin ningún apoyo masculino, una empresa de la que dependen muchas otras mujeres, empezando por su propia madre y hermanas y siguiendo por sus empleadas, al tiempo que descubrirá el amor en un hombre muy alejado del prototipo machista y protector al que está acostumbrada a frecuentar.

Las tres historias transcurren en paralelo sin ninguna relación entre ellas hasta que al final se acaben entretejiendo como ocurre con la trenza del título, en la que un cabo sujeta al otro y juntos son más fuertes que por separado. Las tres mujeres se convierten en ejemplos de tantas otras que luchan a diario por subsistir, por llegar a todo en su trabajo, en su familia, en tratar de hacer bien todo y todo a la vez, algunas en unas circunstancias más duras que otras, pero todas unidas por su condición de formar parte del sexo débil que en muchas ocasiones resulta ser el más fuerte de los géneros.

jueves, 6 de agosto de 2020

Restos mortales

Arranco el mes de agosto con una lectura en la que recupero la muy agradable compañía del comisario Guido Brunetti de la mano de la prolífica Donna Leon a la que hace tiempo que tenía bastante abandonada. En esta nueva entrega de su serie titulada "Restos mortales", nos encontramos precisamente en mitad del asfixiante verano veneciano, inmersos en una terrible ola de calor que acompaña al comisario mientras que investiga un caso que involucra a algunos personajes de la alta sociedad local, ese grupo cerrado de personas bastante chapados a la antigua en cuanto a su afán por mantener los privilegios de clase propios de su círculo cerrado y reducido de amistades de toda la vida y familias importantes que muchas veces tratan de actuar al margen de las reglas que se aplican al resto de los ciudadanos. Este es, sin duda, un tema recurrente en las novelas de la León y suele aparecer con frecuencia en las diferentes entregas de esta serie.

En esta ocasión, sin embargo, Brunetti no podrá culminar la investigación en curso ya que se verá forzado a tomarse unos días de descanso por prescripción médica que le aconseja permanecer alejado del estresante ritmo cotidiano de la comisaría e incluso abandonar la ciudad, plagada durante esas fechas de turistas a los que no siquiera el sofocante calor veraniego les impide invadir por millares los espacios que la auténticos venecianos consideran como propios.

El caso es que Brunetti se marcha a refugiarse en una de las muchas  propiedades de la adinerada familia de su esposa Paola, en este caso en la isla de Sant'Erasmo situada a poca distancia de la ciudad, en medio de la laguna, pero que resulta un lugar paradisíaco, alejado del tumulto urbano donde el policía disfrutará de su ritmo de vida lento y donde se dedicará a desconectar, dormir ocho horas diarias, leer, montar en bicicleta y retomar el ejercicio del remo que solía practicar en compañía de su padre. Traba allí cierta amistad con el viejo Casari, el guardés de la finca en la que se aloja y excelente remero con quién recorre la laguna mientras visitan las colmenas de abejas que Casari mantiene repartidas por las diversas islas, ocasión que el hombre aprovecha para compartir con Brunetti su preocupación por el gran número de abejas que están muriendo últimamente en sus panales. Durante las horas dedicadas a diario a navegar, Guido redescubre las maravillas naturales que rodean a Venecia: la multitud de aves acuáticas, la asombrosa naturaleza salvaje de horizontes que se pierden a la vista sin edificaciones de ningún tipo en medio de un silencio absoluto entre multitud de canales, aguas abiertas y cañaverales, las mareas cambiantes llenas de corrientes "ese otro mundo de espacio interminable y horizontes sin límite."

Cuando tras una tremenda tormenta Casati desaparece con su barca, se inicia su búsqueda por parte de la guarda costera y la Capitanía, búsqueda  en la que Brunetti colabora al ser una de las últimas personas que estuvieron junto al desaparecido. Como policía que es, y a pesar de encontrarse oficialmente fuera de servicio, no podrá evitar realizar una investigación por su cuenta aunque sea a nivel particular; de hecho sigue apartado oficialmente del trabajo, pero siente la necesidad de descubrir qué le ocurrió realmente a Casati, cómo fueron sus últimas horas, qué le preocupaba con respecto a la muerte sus abejas, intenta conocer un poco más a fondo al hombre bueno que tanto amaba la laguna y descubrir cómo un hábil navegante como él pudo verse sorprendido por una tormenta.

A lo largo de la novela aparecerán algunos de los temas que se repiten en los libros de la Leon como es el constante proceso de decadencia en que se encuentra inmersa la bella ciudad de Venecia, su lucha permanente contra l'acqua alta, el turismo o la contaminación de la laguna y contra el progreso en general que amenaza la esencia antigua de la ciudad de la que tan profundamente orgullosos de muestran sus habitantes. Una vez más, el caso policíaco no es sino una excusa para volver a homenajear a la ciudad que la autora norteamericana ha adoptado como lugar de trabajo y de residencia. Y esa es, como casi siempre, la mejor parte de todas sus novelas.
"Guardaron silencio durante un momento: tres venecianos, familiares en el velatorio de una ciudad que había sido un imperio y que ahora vendía las cucharillas del café para pagar las facturas de la calefacción."