Al principio especialmente me resultó un tanto ligero, encontraba poca profundidad en el relato, unas descripciones más bien someras. Daba la sensación de cierta aceleración, como si quisiera contar muchas cosas en poco tiempo. Por suerte, va mejorando según avanza el relato aunque en ningún momento deja de resultarme un tanto distante el punto de vista de la narradora, la propia protagonista, a pesar de estar contando su vida en primera persona no llega a hacerme conectar con ella, detecto cierta frialdad en su relato incluso cuando habla de sus sentimientos más íntimos. Encuentro más logrados otros personajes que la rodean que resultan más cálidos y cercanos: el divertido y snob vecino Félix o la locuaz y castiza Candelaria con sus diálogos llenos de gracia y viveza igual que la despreocupada y extravagante Rosalinda Fox.
Me ha agradado la recreación de ambientes, tanto de la sociedad del exótico Marruecos colonial, con su mezcla de españoles, marroquíes, europeos de todo origen y condición, la relajada actitud de los extranjeros ajenos a la guerra civil frente a la incertidumbre de los españoles por el desenlace de la contienda, como el retrato de la sociedad madrileña de la postguerra donde cohabitan sin rozarse nuevamente los extranjeros con su despreocupada ociosidad y frecuentando los sitios de moda y los nacionales que tratan de reponerse de la recién terminada guerra civil a base de pobreza y racionamiento mientras miran de reojo la nueva contienda europea que amenaza sus fronteras. Dejo algunas citas textuales donde se refleja esta circunstancia:
En definitiva, una novela entretenida, fácil de leer, con interesante documentación sobre la época histórica en la cual se encuadra, sin que suene a clase de Historia, a retahíla de datos, fechas y nombres. Los personajes históricos se mezclan con los ficticios con naturalidad. Supongo que lo que menos me ha gustado es el hecho de que tiene cierto aire de serial televisivo en el que la sencilla costurera se adapta perfectamente a codearse con lo más granado de la sociedad, un poco al estilo de Princesa por Sorpresa donde la elegancia natural y el saber estar de la protagonista ocultan sus orígenes humildes y su falta de cultura llegando a convertirse en toda una espía internacional. No me extraña nada que ya se haya rodado la versión para la televisión, tiene todos los mimbres para componer un novelón de sobremesa; no creo que lo siga, aunque tal vez le eche un ojo por la curiosidad de ver trasladada a imágenes una historia leída."En la Nueva España no está bien visto que las señoras salgan solas, ni que fumen, beban o vayan vestidas de manera vistosa. Pero recuerde que usted ya no es española, sino una extranjera procedente de un país un tanto exótico recién llegada a la capital, así que compórtese según ese patrón. Pásese también a menudo por el Ritz, es otro nido de nazis. Y, sobre todo, vaya a Embassy, el salón de té del paseo de la Castellana, ¿lo conoce?"
"Las esposas de los altos cargos del nuevo régimen suelen ser de otro tipo: apenas conocen mundo, son mucho más recatadas, no visten de alta costura, se divierten bastante menos y, por supuesto, no suelen frecuentar Embassy para tomar cócteles de champán antes de comer."
"No me interesaba que me contaran con qué desechos putrefactos llenaban la olla ni si sus hijos andaban tísicos, desnutridos o descalzos. No me preocupaban sus miserables vidas llenas de piojos y sabañones. Yo ya pertenecía a otro mundo: el de las conspiraciones internacionales, los grandes hoteles, las peluquerías de lujo y los cócteles a la hora del apetitivo."
Así que, ya lo saben: en el improbable caso de que quede alguien que aún no la haya leído puede pasar directamente a disfrutarla en la pantalla; no es lo mismo, pero... es una opción.