Desde el año 2015 se celebra en mi ciudad la "Cartagena Negra", una semana dedicada a la novela negra durante la cual se realizan numerosas e interesantes actividades centradas en presentaciones, charlas y tertulias en las que participan autores del género, locales y nacionales. Lo cierto es que el encuentro ha ido tomando fuerza a pesar de su corta andadura y cada año que pasa cuenta con la asistencia de más y más reputados autores a nivel nacional junto con otros estupendos autores de la tierra y una siempre entusiasta participación de lectores aficionados atraídos, en gran medida, por la posibilidad de conocer muy de cerca a los escritores, charlar con ellos de tú a tú y debatir sobre temas e intereses comunes.
En el año 2017 los organizadores del encuentro, apoyados por la editorial murciana La fea burguesía, tuvieron la genial idea de solicitar su colaboración a veintitrés autores de entre los que han participado en alguna edición de la Semana para elaborar una antología de relatos breves que recopila cuentos cortos con dos notas en común: por una parte son todas historias de género negro y además se ubican en Cartagena y su entorno más cercano. Los personajes pasean por las calles de la ciudad, se alojan en sus hoteles, visitan sus playas o sus bares, se acercan al puerto y varios de los relatos tienen como protagonistas a los propios novelistas, en relatos supuestamente autobiográficos que hacen borrosa la línea que separa ficción y realidad.
Las piezas seleccionadas son todas breves, algunas brevísimas, por lo que tienen necesariamente que ser rápidas en dibujar la situación y desentrañar las tramas que por lo general resultan ingeniosas y sorprendentes. Encontramos asesinos en serie o muertes aisladas como en "La mariposa" de Ginés Sánchez, relatos breves y acertados como "Nadie, nada" de Nieves Abarca, amargos como el "Por cobarde" de David Jiménez El Tito, cargados de humor negro como "Nunca olvidaré aquella Cartagena Negra" de Joaquín Lloréns y piezas estupendas como "El último crimen de Pink Panther" de Paco López Mengual o "Todo mío" de Pedro Martí, impactantes como "El verdugo" de Mónica Rouanet o completamente gore como "Monstruo" de Víctor Mirete. La variedad de estilos es amplia pero el nivel literario es bastante brillante por lo general y el volumen supone una lectura atractiva para los amante del género negro que me atrevo a recomendar.