La verdad es que el argumento supone una curiosa mezcla de novela romántica en el escenario de la Australia rural, combinado con el relato de la persecución sufrida por los judíos antes, durante y después de la II Guerra Mundial en Europa. Un cóctel sorprendente cuanto menos protagonizado por Hannah Babel, una mujer bastante extravagante, casi podría denominarse una snob, que llega hasta un pequeño pueblo australiano con la idea de abrir una librería y dedicarse a dar clases de música, dos actividades que resultan sorprendentes en una localidad de gente sencilla, trabajadores de las granjas ovejeras y con pocas aspiraciones culturales, al menos en un principio. Cuando Hannah se enamora de Tom Hope, un hombre más joven que ella dedicado a la cría de ovejas, con un matrimonio recientemente fracasado y un pequeño hijo al que ha criado como suyo sin serlo, a nadie le parece que constituyan una pareja ideal. Pero sorprendentemente, tanto el matrimonio como el negocio de los libros parece que pudieran llegar prosperar con algo de esfuerzo por ambas partes.
Con el paso del tiempo, Tom irá descubriendo lo que se oculta tras el difícil e impredecible carácter de Hannah, cómo su pasado ha dejado su huella en esa mujer que, tras vivir entre las mentes más brillantes de Budapest, rodeada de pensadores, políticos y literatos, su condición de judía la hizo terminar en Auschwitz, de donde logró sobrevivir pero perdiendo allí a toda su familia. Tras la liberación del campo, todavía tendría que vagar desde Polonia hasta Berlín y de allí regresar a su Budapest natal, pasando por infinidad de penalidades hasta decidirse a cambiar totalmente de vida gracias a un contrato como profesora de música en la lejana Australia.
La lectura de esta novela ha supuesto una experiencia bastante emotiva, un ejemplo de la capacidad humana para reponerse y superar hasta los más oscuros episodios; un canto a la esperanza encarnada en la figura de los niños y a la fuerza del amor capaz de curar las heridas más profundas. Todo eso que normalmente puede sonar bastante cursi, lo resuelve con mucha habilidad el autor que no se deja llevar por más sensiblería de la necesaria, sino que mantiene un equilibrio justo entre el drama y la sobriedad, entre el mundo sencillo de Tom y la convulsa experiencia vivida por Hannah, haciendo que ambos terminen por crear una nueva vida en común donde sus experiencias pasadas les sirvan para afrontar un futuro prometedor. Una buena novela de sentimientos que fomenta la esperanza en la capacidad del amor como cura para las heridas y superación del pasado.