sábado, 30 de diciembre de 2017

Tormenta de nieve y aroma de almendras

Retomo nuevamente a mi querida Camilla Lackberg, la autora nórdica que se ha colado entre mis autores de cabecera a los que sigo fielmente, con la lectura de este libro de relatos que se inicia con el titulado "Tormenta de nieve y aroma de almendras" que da también nombre al volumen y que, a pesar del aire evocador del tiempo navideño en el que se sitúa temporalmente, no resultará en absoluto entrañable ni encantador, como ya nos podemos imaginar siendo un producto de la maestra sueca del crimen. Respirando todo el aire de las historias clásicas de Agatha Christie de la que la Lackberg es una discípula aventajada, la historia nos presenta un asesinato por envenamiento con cianuro que ocurre en el marco de una reunión familiar previa a laNavidad en una isla aislada por una tormenta de nieve; un misterio por resolver con unos sospechosos limitados a los presentes en el lugar y rodeados de nieve infranqueable al más puro estilo de "Asesinato en el Orient Express", aunque finalmente resulte ser un caso más bien heredero de Sherlock Holmes.

Tanto esta, que es la de mayor extensión, como las otras cuatro narraciones que completan el volumen tienen entre sus protagonistas a algunos de los personajes ya conocidos anteriormente por la serie de novelas del policía Patrick Hedström y su equipo de la comisaría de Fjällbacka. Las historias son en ocasiones apenas breves fábulas muy bien trazadas, con personajes cuyas vidas se cruzan en tramas no siempre policiales aunque tengan a policías como protagonistas. Casos de diverso tipo, criminales o no, pero todos ellos con final insospechado y sorpresivo.

El volumen se completa con "La escuela del crimen", un breve apartado con consejos de la autora, ejercicios de escritura y lecturas recomendadas para aquellos que sientan la tentación de ponerse manos a la obra con su primera novela de misterio, por si se da el caso, como se dice de las bodas, de que "de una novela sale otra" ¿Alguien se anima a intentarlo?

lunes, 25 de diciembre de 2017

Navidades trágicas

Leer a Agatha Christie es una buena costumbre que de vez en cuando retomo y es que no hay  experiencia con la Dama del Crimen con la que no acabe satisfecha, siempre triunfo con la gran maestra y pionera del género de misterio que en esta ocasión demuestra que siempre mantuvo perfectamente engrasada la máquina de crear historias criminales ya que el origen de esta "Navidades trágicas" responde a una solicitud de su cuñado que le pidió  "un buen crimen violento, con mucha sangre". Y, dicho y hecho, la Christie toma la pluma y le pone en bandeja una historia con un misterio que deberá desentrañar el excelso Poirot en torno a una noble familia no muy bien avenida, la de los Lee, con numerosos hijos más o menos enemistados con un padres tiránico que, sorprendentemente, invita a todos sus descendientes a pasar juntos las fiestas de Navidad en la mansión familiar. Como es costumbre en la autora, la novela se inicia con el retrato individual de los principales personajes, unos breves apuntes sobre cada uno que sirven eficazmente para determinar las personalidades, las debilidades y sobre todo la relación que cada uno de ellos tiene con el viejo Simeon Lee: el hijo obediente que se ocupa del negocio familiar; el soberbio diputado; el artista desligado de la familia; la recién descubierta nieta, un personaje casi "exótico", hija de la única hija ya fallecida y de un español de turbio pasado; e incluso el hijo pródigo, aquel que escapó de malas maneras del dominio del padre y al que se creía muerto. 

Queda claro desde el principio que esta no va a ser una reunión cordial, eso lo comparten todos los asistentes "-¿Una reunión familiar? ¿Qué le pasa al viejo? Antes no tenía nada de sentimental. Tampoco recuerdo que le importase gran cosa la familia. Debe de haber cambiado." Pero en realidad el viejo lo que tiene es un plan, un siniestro plan para enfrentar a todos sus hijos unos contra otros, sólo por el placer de manipular y controlar a todos los que le rodean. Su endemoniado caracter, su actitud tiránica hacia los hijos lo convierte en la víctima propicia de un asesinato, cualquiera de ellos tendrían sobradas razones para desear su muerte. Pero, ¿cuál de todos sus hijos será el auténtico culpable?

La novela se lee con gran soltura, con un estilo moderno que podría corresponder perfectamente a una obra actual, alejada de la envarada corrección británica de otras novelas, los personajes actúan con más soltura de lo habitual, a pesar estar ubicada allá por los años 30 en ocasiones suena casi como una novela contemporánea. Tiene, eso sí, elementos propios de la época como las relaciones distantes entre los miembros de la familia, la lejanía de aquellos que proceden del extranjero que son prácticamente desconocidos para sus propios familiares, hijos ilegítimos nunca reconocidos, elementos todos que sirven de base al investigador para apoyar las posibles razones ocultas que pueden haber llevado al asesinato del viejo patriarca, además de jugar con trucos y engaños que tratan de oscurecer las circunstancias precisas del momento y el modo en que se cometió el crimen. El resultado es una lectura llena de entretenimiento al cien por cien como suele proporcionar siempre una de mis autoras favoritas con la que aprovecho para desearos a todos que tengáis una muy feliz (y nada trágica) Navidad.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Tomorrow will be better (Mañana puede ser un gran día)

Betty Smith vuelve a trasladarnos con "Tomorrow will be better" al Brooklyn de los años 20 donde ya se ubicó su maravillosa primera novela, "Un árbol crece en Brooklyn", el barrio obrero y humilde donde los descendientes de emigrantes irlandeses e italianos se buscan la vida y crían a sus familias entre estrecheces económicas y grandes sacrificios. Flo y Henny Shanon son un matrimonio católico de origen irlandés con una convivencia complicada; en realidad son buenas personas pero han visto como el tiempo pasaba sin ver cumplidos los sueños y aspiraciones que tenían en su juventud. El padre desilusionado y la madre amargada no son ya la pareja ilusionada que soñaba con una vida próspera. Su única hija, Margy, es una chica obediente y respetuosa que, recién terminado el instituto, busca su primer empleo como la mayoría de las jóvenes de familia modesta. Ella quiere triunfar en la vida, no limitarse a encontrar un marido y dedicar su vida a criar hijos, sino que piensa que puede hacer algo importante, diferente y mejor que sus padres. Este esquema se repite en todos los personajes: los jóvenes como Reenie, la compañera de Margy en la oficina o Frankie, el chico por el que suspira la protagonista, son optimistas y ambiciosos, desean escapar de una vida triste y de escasez como las que han llevado sus padres, tienen grandes esperanzas de futuro, al tiempo que llenan su presente con planes para ir a bailar, comprar ropa nueva y disfrutar todo lo posible de su juventud, mientras que los adultos son figuras resignadas a su mala suerte que miran al pasado con añoranza, a los años en que también ellos tenían sueños. Pero lo cierto es que el sueño americano se les escapó de las manos, pero tal vez sus hijos aún estén a tiempo de alcanzarlo.

La novela supone una lectura amable, con todo el aire de inocente bondad y positivismo que convierte a los personajes por lo general en buenas personas, los hijos respetan a sus padres a pesar de no estar de acuerdo con sus ideas y tener siempre ansias de superar su situación, de no caer en sus mismos errores. Se repite mucho la idea de que los jóvenes tienen un futuro brillante ante ellos, toda una vida para disfrutar y ascender en la sociedad aunque sospechemos que la realidad los acabará defraudando finalmente. El libro retrata la sociedad americana durante unos años de grandes dificultades económicas, escasez y escasas perspectivas pero que contaba con unos ciudadanos honrados y trabajadores con un fuerte apoyo familiar, especialmente en las familias católicas de origen europeo recién inmigrados, humildes pero luchadores. El resultado es un relato impregnado de tristeza y esperanzas, de inocencia y rebeldía a partes iguales

viernes, 15 de diciembre de 2017

Muerte en mar abierto

Después de salir de un thriller nórdico como ha sido mi estreno con el investigador Harry Hole, volver a leer a Andrea Camilleri es como recibir un soplo de aire fresco porque, aunque parezca extraño tratándose como se trata este "Muerte en mar abierto" de un libro de relatos policíacos, las novelas del viejo autor italiano son para mí como las "comfort food" de la lectura, esas a las que se vuelve de vez en cuando para descansar del ajetreo diario y encontrar un puerto seguro. El ambiente en el que se mueve Montalbano, este comisario siciliano ya icónico y con un numeroso club de fans entre los que me cuento, es el contrapunto de aquellos gélidos paisajes y personajes de la Noruega de Nesbø, en el mundo de Montalbano siempre brilla el sol, hace calor, la vida transcurre relajada a orillas del Mediterráneo en el pueblo de Vigàta, en Motelusa y sus alrededores, a pesar de la intervención de las familias mafiosas en la vida cotidiana de sus habitantes o de los crímenes que suceden de vez en cuando y que el inspector debe resolver de la mejor manera posible. En cualquier caso este entorno es siempre un mundo de gente sencilla, de personajes bastante prototípicos: el ingeniero, el doctor, el ama de casa, el amante, que actúan llevados por los principales impulsos que rigen a la mayoría de los hombres: el dinero, la venganza o el amor, por lo que seguir los razonamientos que llevan a Montalbano a resolver los casos es como pasear por un paisaje familiar, seguir un camino ya conocido y saludar a viejos amigos. Al margen de las relativas sorpresas que cada relato pueda deparar, las deducciones que llevan hasta la resolución de los crímenes siempre siguen una lógica básica fundamentada en el conocimiento de los mecanismos más básicos de la naturaleza humana que, resultando siempre sorprendentes, al mismo tiempo responden a patrones mil veces repetidos a lo largo de los siglos.

Los seis relatos breves que componen este libro incluyen incendios intencionados, desapariciones de esposas, muertes inesperadas o crímenes accidentales y en cada uno de los casos el trabajo de Montalbano se basa en conversar con los implicados, conocer sus antecedentes personales, familiares y económicos y sin hacer uso de ninguna técnica de análisis de restos biológicos, conexiones de internet ni modernas teorías conductuales, alcanzar la resolución del caso en base al razonamiento y la deducción. La narración es bastante acelerada, no se para en descripciones innecesarias ni en reflexiones superfluas, va presentando los datos, las entrevistas, los datos recabados y culmina en una solución rápida de cada caso, con lo que cada relato ocupa unas pocas horas de lectura. Tal vez no sea el mejor libro de Camilleri, más bien se trata de una novela menor pero posee todos los elementos que los apasionados del autor siciliano esperamos encontrar en sus libros, en este caso en formato breve y concentrado. Una gozada, en cualquier caso.

sábado, 9 de diciembre de 2017

El muñeco de nieve

Tenía pendiente todavía conocer la serie de novelas del autor noruego Jo Nesbø protagonizada por el detective Harry Hole. Ya sé que no es muy común (al menos para mi mente habitualmente cuadriculada y sistemática) comenzar una serie por la séptima entrega, pero teniendo en cuenta que por un lado "El muñeco de nieve" es una de las novelas mejor valoradas de la serie y por otra parte considerando la inminencia del estreno de la versión cinematográfica de la obra, no me quedaba más remedio que comenzar mi aproximación al personaje por este libro y, a partir de ahí, decidir si continúo con el orden natural de publicación o me decanto por seleccionar de entre la serie los títulos más relevantes.

Al ser novata con la serie, carecía de cualquier referencia previa que me orientara sobre la personalidad y circunstancias del protagonista que seguramente se fueron exponiendo y desarrollando en las anteriores entregas, pero eso no ha sido impedimento para hacerme enseguida una idea de por donde respira el detective, más aún cuando cuento con su propia autodescripción tan breve como acertada:
"«Mi alma gemela en Bergen», pensó Harry después de oír la  descripción de Müller-Nilsen: una relación poco saludable con el alcohol, un temperamento difícil, un lobo solitario, de moral dudosa y conducta muy censurada."
Así y todo, tal vez por ignorancia de los oscuros episodios de su pasado o porque soy de las que adivina siempre la parte positiva de cualquier protagonista por oscuro y torturado que me lo hagan ver, no me ha parecido que se trate de una figura tan turbia como él mismo se dibuja, a pesar de su lucha contra sus fantasmas y debilidades he visto en Hole un policía decente y avispado.

Entrando en el argumento del libro, se nos presentan varios casos de desapariciones de mujeres, algún asesinato, casos ocurridos en el pasado con puntos coincidentes que hacen creer a Hole que se encuentran tras un criminal en serie que ha vuelto a actuar. Lo cierto es que todas las víctimas son mujeres de mediana edad con hijos y que desaparecen de sus casas sin dejar pista alguna. En todos los casos se da la circunstancia de que en las cercanías del lugar de la desaparición, que siempre coincide temporalmente con la primera nevada de la temporada, se encuentra un muñeco de nieve, tétrica figura que no tiene nada del encanto inocente que habitualmente acompaña a esos entrañables muñecos.

El relato se encuentra inmerso en un ambiente gélido, no sólo en lo referido al tiempo atmosférico que cubre todo de nieve, silencio y luz grisacea, sino también en lo que se refiere a los personajes a los que les falta calidez en el trato, en las relaciones personales y familiares. El propio Hole es muestra de ello, de una persona solitaria e incapaz de abrirse a los que le rodean. Los crímenes que se investigan conllevan una crueldad que no podemos evitar asociar al propio carácter criminal nórdico donde no se evita la violencia más brutal a la hora de cometer los asesinatos. La tensión es constante desde el principio, desde la primera desaparición que conocemos y según se va complicando la trama las perspectivas no mejoran, no se adivina una salida favorable a los hechos investigados. Algunos pasajes resultan bastante sórdidos pero al fin y al cabo nos encontramos frente a una novela negra, no podíamos esperar encontrar precisamente mariposas y confeti. En cualquier caso, supongo que no será la última novela de la serie que lea ya que tengo cierta debilidad por el género y Harry Hole no me ha defraudado.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Cabaret Biarritz

El escenario de "Cabaret Biarritz", novela con la que José C. Vales se hizo con el Premio Nadal 2013 es, obviamente, la alegre y elegante ciudad de Biarritz del año 1925 en plena temporada de baños, la "belle saison" como la llaman allí, donde aparece, tras una terrible galerna, el cadáver de una joven, presunta suicida, arrastrado hasta el puerto. Pero no es la única muerte violenta o accidental que se da en esos días en la ciudad y hay que reconocer que esa no es la mejor publicidad para una población que vive del lujo, la fiesta, el desenfreno y la alegría de vivir, así que el caso se despachará a prisa por parte de la policía y a la chica se le dará rápida sepultura y el resto de muertes serán consideraras como tristes sucesos esporádicos y sin ninguna conexión entre ellos.

Pero siempre hay alguien a quien le favorecen los muertos, como por ejemplo a los periódicos sensacionalistas que saben que los crímenes pasionales, los suicidios, las jóvenes muertas en extrañas circunstancias e incluso los trágicos ahogamientos atraen el morbo de los lectores. Así, al periodista Paul Villequeau, más conocido como Vilko, le será encomendado por el diario para el que trabaja la cobertura de esta noticia a la cual deberá de sacar el mayor jugo posible. Acompañado por el fotógrafo Marcel Galet, enviado desde Burdeos y una excéntrica inglesa con el complicado nombre de Beatrix Ross Buttgereit-Dientzenhofer, que no es preciso tratar de pronunciar del tirón, convertirán la cobertura del suceso en una auténtica investigación criminal. Pero el relato que tenemos entre manos es la reconstrucción que de aquellos hechos trató de realizar bastantes años más tarde el escritor Georges Miet que emprendió la ingente tarea de recabar la mayor cantidad de testimonios sobre aquellos sucesos con el fin de elaborar una novela. De este modo, el autor se propone entrevistar a una gran variedad de personajes que rondaron la ciudad aquel verano y que van contando su propia versión de los hechos: el propio periodista Vilko, el fotógrafo Galet, el policía a cargo del caso, las sirvientas, familiares o amigos de los involucrados son entrevistados tantos años después de los hechos para tratar de reconstruir lo que realmente ocurrió. Cada uno dará su visión de los sucesos y también irán retratando los distintos aspectos de aquel mundo de lujo y depravación de la tentadora ciudad costera, polo de atracción tanto de la realeza mundial de aquéllos años de entreguerras como de la nobleza arruinada, de actores, modistos y gente del espectáculo, bailarinas y buscavidas.

La novela presenta una magnífica recreación del ambiente de lujo y decadencia donde los placeres y los vicios conviven con los baños de sol y las cenas lujosas frecuentadas por nobles y artistas. Pero el relato al comienzo resulta algo deslavazado, cada capítulo podría ser un relato independiente de los demás, un pequeño cuento completo, al tratarse de la visión por parte de los distintos implicados en un hecho que les une: la trágica muerte de la joven. Sólo hacia el final logramos recomponer el puzle completo de los hechos. En cada intervención, los personajes se retratan a sí mismos a través de sus propias palabras, según van refiriendo el papel que tuvieron en los dramáticos hechos sucedidos en Biarritz, cada uno va mostrando lo más ridículo de su propia personalidad, sus obsesiones, sus opiniones sobre el mundo, sus pretensiones y prejuicios, todo punteado de un humor más bien negro cargado de mala uva que convierte cada retrato de personaje en una parodia, como si de un enorme desfile de esperpentos se tratara. La estructura de la novela es bastante compleja, con testimonios cruzados en distintos momentos temporales, voces diversas y datos ciertos o falsos que se combinan correctamente hasta alcanzar un final que da sentido a todo lo leído. Una lectura poco complaciente que presenta una imagen bastante pesimista del género humano en general pero contado con maestría y acierto..