Cuando le encargan ocuparse de emitir un informe sobre Gaoth Tuath, un antiguo castillo necesitado de rescate por parte de The Crow, conocerá a su propietario, el joven y atractivo abogado Henry MacTavis, último cabeza de familia de su pequeño clan y el inevitable enamoramiento que venimos esperando desde el primer momento no tarda en suceder. Entre los personajes que se reúnen en la residencia familiar para celebrar una boda en el día de Navidad destaca el tío Archie: el adorable fantasma familiar que se pasea atravesando los muros del castillo mientras se plantea si pasarse por fin al otro lado de la eternidad.
En la tierras altas las tradiciones de Navidad se entremezclan con las ancestrales festividades de Yule que conmemoran el solsticio de invierno, con las que comparte muchos símbolos como la iluminación con velas, el homenaje a la madre Naturaleza representada por el árbol, las decoraciones vegetales a base de musgo, muérdago, enebro y ramas de abeto. En este ambiente bucólico y mágico se desarrolla el romance entre Natalia y Henry que nos transporta a los escenarios brumosos y legendarios de la Escocia más pintoresca con un tono alegre y optimista donde el humor nos acompaña durante todo el relato de esta preciosa historia de amor a primera vista que te genera una necesidad imperiosa de volver a Escocia y revivir la magia que rezuma esta novelita breve y encantadora que, efectivamente, ha cumplido su misión de imbuirme plenamente en el espíritu navideño.
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