viernes, 26 de febrero de 2021

Olive Kitteridge

Hace ya algunos años que disfruté con la forma que tiene Elizabeth Strout de ver el mundo y de contar las cosas en "Me llamo Lucy Barton" y después de haber repetido con ella, en este caso descubriendo por fin su ya mítica novela que llevaba años queriendo leer "Olive Kitteridge", me pregunto porqué he dejado pasar de largo durante tanto tiempo a esta autora que está considerada, y con razón, como una de las más potentes voces de la literaratura norteamericana contemporánea.

Las historias que componen este volumen nos transportan y nos sumergen completamente en el ambiente del pequeño pueblo costero de Crosby en Maine donde todos se conocen y abundan los rumores. Olive Kitteridge no es precisamente la persona más popular ni querida del lugar. Es cualquier cosa menos una heroína al uso, llena de gracia y virtudes. Olive es una mujer madura, más bien robusta y absolutamente despreocupada por su aspecto o por la opinión que los demás tengan de ella. Inteligente, más bien arisca, en general poco considerada y con no muy buen carácter, pasional e intransigente según su propia descripción, es una profesora de instituto jubilada, casada desde hace décadas con Henry, un marido pacífico y afable junto al que ha pasado por todos los estados habituales del matrimonio, con los clásicos altibajos de pareja, han criado un hijo que se ha e alejado de ellos y ahora disfrutan de una tranquila jubilación. 

El libro se estructura en varios relatos que pueden ser leídos como cuentos independientes gracias a la maestría de la Strout para dibujar un paisaje, unos personajes con todos sus matices y una pequeña historia completa en cada uno los capítulos. Y en todos ellos Olive es el hilo conductor, el elemento común que los unifica y convierte el texto en una novela. Ella aparece en todos los relatos, a veces sólo se la menciona de manera tangencial y otras veces encarna un papel protagonista en estas historias en las que aparecen los vecinos de Crosby con sus problemas y preocupaciones similares a los de Olive y Henry: los hijos, la pareja o los problemas de salud que acarrean los años. Se muestran parejas maduras como los Kitteridge pero también otras jóvenes o hijos con relaciones complicadas con sus padres. Por lo general se trata de personas que deciden darle un cambio a sus monótonas e insatisfactorias vidas a pesar de su edad o de la incertidumbre que supone el futuro; personas que luchan por salir adelante, por afrontar la soledad, la vejez y los fracasos. La vida, en definitiva. Con sus luces y sombras. 

"Siempre estamos solos. Nacemos solos. Morimos solos. ¿Qué más da? Mientras no nos pasemos años consumiéndonos en un hogar de ancianos como hizo mi pobre marido. Ese es mi miedo.'

4 comentarios:

  1. Lo leí hace unos años y lo disfruté mucho. Lo has definido muy bien con tu frase final, la vida, con sus luces y sombras.
    Besotes!!!

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    1. Me parece maravilloso cómo se puede hacer alta Literatura de lo más cotidiano. Muy a menudo me toca más este tipo de libros que una novela llena de aventuras.
      Saludos.

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  2. Anda, no sabía que este libro también eran como relatos. Yo he leído hace nada "Luz de febrero", también sobre Olive y me ha gustado mucho
    Besos

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    1. Son relatos pero se pueden leer como una novela. Tengo claro que leeré "Luz de febrero" también porque, según lo que he visto, es argumentalmente la continuación de este.
      Saludos.

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