martes, 30 de noviembre de 2021

Recuerdos de un jardinero inglés

¡Qué maravillosa suerte es la de encontrarse cada tanto con lecturas tan deliciosas como estos "Recuerdos de un jardinero inglés" del británico Reginal Arkell! Su título original ("Old Herbaceous") hace referencia directa a su protagonista: Bert Pinnegar, más conocido como El Viejo Yerbas, un jardinero que ha cumplido ya los ochenta años y ahora, jubilado del trabajo y de la vida, espera tranquilo la hora de su muerte tras una existencia larga y plena dedicada a lo que más ha amado desde bien pequeño: los jardines, las flores y los árboles. 

"Plantabas un árbol, lo veías crecer, recogías el fruto y, cuando llegabas a viejo, te sentabas a su sombra. Después morías y todos se olvidaban por completo de ti, como si nunca hubieras existido… Aun así, el árbol seguía creciendo, y nadie reparaba en él. Siempre había estado ahí y siempre estaría ahí… Todo el mundo debería plantar un árbol, en algún momento, aunque sólo fuera para presentarse con humildad a los ojos del Señor."

Pero Pinnegar no siempre ha sido un anciano jubilado y a lo largo de la novela lo iremos conociendo a fondo desde su infancia y juventud, descubriendo cómo su vida se ha ido desarrollado siempre cerca de un jardín, creciendo y aprendiendo hasta convertirse en un hombre sencillo, sensato, trabajador y apasionado por su oficio, y por el que no podemos evitar sentir una enorme simpatía. En sus muchos años de trabajo al servicio de la señora Charteris, una patrona que comparte su devoción por el jardín y con la que establece una relación entre el amor platónico y la camaradería, ella ejercerá de mentora, siempre impulsádole a seguir aprendiendo y a progresar en su profesión, lo que redundará en beneficio del jardín que comparten.

A lo largo de los muchos años transcurridos, el mundo ha cambiado enormemente desde la época victoriana de su infancia y juventud pero en su jardín todo permanece estable, sólo sometido al continuo e inmutable ciclo de las estaciones que se repiten con regularidad un año tras otro. Pero el mundo exterior poco le interesa al bueno de Pinnegard; todo lo que él precisa para dar sentido a su vida se encuentra dentro de los muros de la propiedad, a las órdenes de la señora Charteris y de su predecesor, el jardinero jefe Addis. Porque, como bien dice él mismo en algún momento: "si te paras a pensarlo, el mundo empezó en un jardín" y él ha tenido la fortuna de contar con un Edén propio.

jueves, 25 de noviembre de 2021

La puerta

Esta es la segunda novela del autor gallego Manel Loureiro que leo después de la muy entretenida "El último pasajero" y puedo decir que también esta de "La puerta" me ha convencido bastante y me confirma la capacidad del autor para contar historias emocionantes con un sutil toque de elementos sobrenaturales o mágicos que recorren toda la narración otorgándole un plus de atractivo, sin que podamos llegar a decir que se trata de literatura fantástica.

La protagonista de esta novela es Raquel Colina, agente de la Guardia Civil que abandona un buen travajo en una unidad de élite a la capital para trasladarse al remoto puesto de Viascón, un pueblito cercano a Pontevedra perdido en la Galicia más profunda. El motivo de dicho cambio de destino profesional viene guiado por la desesperación: su hijo está gravemente enfermo y lías médicos ya han perdido toda esperanza de curación hasta que Raquel contacta con una menciñeira, una curandera tradicional, residente en aquella zona de Galicia y que supone la única persona que le ofrece una ligera esperanza para salvar a su hijo. Nada más llegar a su nuevo destino, Raquel tiene que enfrentarse, ayudada por su compañero Juan Vilanova, a un extraño caso de asesinato: una joven es hallada muerta en un paraje absolutamente aislado en lo alto del monte Seixo junto a una construcción primitiva conocida en la zona como la Porta do Alén o Puerta al Más Allá. 

El relato nos traslada a la provincia de Pontevedra, a sus montes cubiertos de niebla, a los pueblos abandonados de la auténtica España vacía en medio de praderas donde pastan las vacas, a la preciosa capital de la provincia con sus calles empedradas y los viejos edificios de fachadas de piedra gris; un lugar donde la humedad, el musgo y la lluvia incesante constituyen sus rasgos distintivos, donde el clima da origen a paisajes de un verde incomparable pero también a unos vecinos con un carácter duro, supersticioso, guardianes de sus tradiciones y poco dados a abrirse a los forasteros.

La faceta de policía de Raquel queda eclipsada por su faceta de madre coraje, padeciendo intensamente por el sufrimiento y la enfermedad de su hijo, se encuentra en plena carrera contra-reloj por salvar su vida, lo que se antepone en sus prioridades a la investigación en curso, aunque esta terminará por cruzarse con sus asuntos privados.

Los avatares del trabajo diario de los guardias civiles se entrelazan con ese aire de misterio que sobrevuela las historias que transcurren en Galicia, tierra de meigas y tradiciones ancestrales, de antiguas leyendas y elementos que, si no son mágicos, al menos lo parecen, donde lo sobrenatural convive con lo cotidiano. Y hablo de misterio pero confieso que alguna escenas del libro me han provocado auténtico terror, el de enfrentarme junto a los protagonistas a unas fuerzas oscuras que no se pueden definir pero que sientes que están ahí, con lo que mis sensaciones sobre esta lectura son bastante positivas, porque siempre es un placer que un libro te atrape, te emocione, te interese y de vez en cuando incluso te asuste.

viernes, 19 de noviembre de 2021

1794

En esta nueva novela de Niklas Natt Och Dag titulada "1794" y que supone una continuación casi inmediata de la novela previa "1793", encontramos una trama dividida en dos partes. Arrancamos conociendo la historia de uno de sus protagonistas, Erik Tres Rosas, cuando éste se encuentra ingresado en un sanatorio recuperándose de alguna enfermedad que desconocemos pero que nos hace sospechar de su equilibrio mental. Vuelve atrás las vista a los años en los que, siendo casi un niño y como hijo de un acomodado propietario y noble sueco, se enamora de la hija de uno de los apareceros que trabajan las tierras de su padre. Éste, tratando de que el chico olvide este inapropiado amor de juventud, lo envía a la colonia de San Bartolomé en el Caribe para poner distancia entre los enamorados y de paso hacer que el joven Tres Rosas se forme en la gestión de los negocios familiares. En San Bartolomé Erik descubrirá su más oscuro secreto: Gustavia es el principal puerto de llegada de cargamentos de esclavos africanos a las tierras de América, algo que la naturaleza esencialmente bondadosa del chico le lleva a rechazar firmemente.

Pero a pesar de su carácter apacible y sensible y su buena disposición, Erik tiene una debilidad: sufre arrebatos de cólera en los que pierde el sentido de la realidad, le embarga un impulso violento durante el cual no es consciente de sus actos, lo que le traerá más de un problema.

En la segunda parte del libro nos reencontrarnos con el guardia Cardell al que ya conocimos en la anterior novela cuando se dedicaba a ayudar al abogado Winge, ahora fallecido, en sus investigaciones. En esta ocasión Cardell conoce al hermano menor de su antiguo colega, el joven Emil Winge. Ambos se ocupan de un caso que la policía ha renunciado a investigar: el de una muerte supuestamente accidental pero en la cual la madre de la víctima sospecha que hay algo que se le oculta. Al tiempo que desarrollan esta nueva investigación, Cardell continuará siguendo la pista de Anna Stina, personaje que aparecía en la anterior novela y cuya trayectoria volveremos a recuperar aunque no guarde relación alguna con el nuevo caso de asesinato.

Al igual que ocurría en 1793, los sórdidos escenarios de Estocolmo, la ciudad de los puentes, como se la denomina a lo largo del libro, siguen marcando el ambiente de la historia: la suciedad y la miseria de sus calles oscuras y pestilentes donde las ejecuciones públicas son espectáculo habitual, el enrarecido ambiente político de luchas de poder, de conspiraciones y corrupción, originan una gran inestabilidad, donde no existe seguridad ni justicia. A pesar de todo, Cardell se muestra como un personaje interesado en sacar a la luz la verdad de lo ocurrido y dar satisfacción a los deseos de una madre que exige justicia para su hija y se encontrará frente a un supuesto criminal que lucha contra sus impulsos, que desea ser un hombre honrado pero no logra superar sus debilidades.

Lo peor de está novela, tal y como ocurría con la anterior, son las escenas en las que el autor despliega toda una repertorio de prácticas de crueldad extraordinaria y, para mi gusto, excesiva, no aptas para espíritus sensibles ni estómagos delicados. Los peores impulsos del ser humano quedan retratados allí con demasiada crudeza. Al hilo de esta mirada oscura al hombre, también nos proporciona una visión absolutamente negativa del resultado de las revoluciones que recorren Europa en aquel siglo. Bajo el presunto objetivo de otorgar libertad al pueblo, salvarlo de la opresión de los reyes e igualar a todos en derechos, lo que han provocado es igualar a todos en violencia, ánimo de venganza y logran sacar a la luz los más bajos instintos, sin que haya ya un freno de autoridad que los contenga.

"No dudo que la intención de quienes se lanzaron a derribar la opresión fuera buena, pero al cabo sólo le han dado al ser humano una nueva excusa para mostrarse tal como siempre ha sido: un ser tan sujeto a las leyes de la naturaleza como los animales del bosque, entre los cuales la violencia reina sin restricción alguna y el fuerte dispone de la vida del débil a su antojo. Mirad lo que está ocurriendo en París: hay verdugos por doquier. ¿Dónde están ahora los enciclopedistas?"

viernes, 12 de noviembre de 2021

Los fuegos de otoño

No voy a repetir en esta reseña los muchos halagos que ya expresado con anterioridad hacia Irene Nemirovsky. Si alguien quiere comprobar lo mucho que la admiro no tiene más que revisar las anteriores entradas de este blog dedicados a libros de la gran escritora ucraniana. Los protagonistas de "Los fuegos de otoño", novela en gran parte coral, constituyen una variada e interesante colección de personajes, todos ellos franceses de viejo cuño, viejos conocidos de antes de la guerra, familiares, amigos y vecinos, a los que veremos evolucionar a lo largo de una serie de años, atravesar dos guerras y adaptarse con más o menos éxito a un mundo cambiante. La galería de personajes incluye a una joven de rígidos principios morales, un avispado trepa, un joven ambicioso que no se siente valorado como debiera, una madre orgullosa, una esposa que participa del éxito del marido y disfruta de su nueva condición social... Cada uno de ellos refleja un tipo de personalidad y de actitud ante la vida; están por un lado los que se aferran a las antiguas costumbres y principios y por otra los que consideran que el nuevo mundo surgido tras la guerra requiere de nuevas normas éticas y morales, así como un sistema de organización social diferente basado en el mérito y el esfuerzo acabando con la prevalencia del antiguo abolengo y la estratificación por clases. Destaca entre todos la figura de Thérèse, la joven viuda que trata de resistirse a la marea creciente e inevitable de los nuevos modos, de conservar su honestidad, permanecer fiel a sus principios, no verse arrastrada por la fuerza de los nuevos aires que soplan a su alrededor en la efervescente ciudad  de París y por todo el país. 

La magistralidad de la autora vuelve a brillar en esta novela. El suyo es un retrato impecable, puntillista e implacable de la burguesía francesa de la primera mitad del siglo XX. Así retrata con certeza a aquellos hombres que vuelven de la guerra, que han visto tantos horrores que los civiles que quedaban en la retaguardia ni imaginan, lo que les ha endurecido el corazón y cambiado los principios. Ya no priman los mismos valores que regían la sociedad anteriormente. El paso por la guerra ha transformado a los soldados, a las jóvenes generaciones pero también al resto de los ciudadanos. De la inocencia, el heroismo, el espíritu de sacrificio y el patriotismo imperantes previamente se ha pasado a la desilusión, el desencanto, el cinismo, el hedonismo y el deseo de disfrutar del momento que lo invade todo al descubrir que nada de aquello en lo que se creía sirvió para nada, que la lucha por el bien de toda la nación y el futuro comú ha perdido todo su sentido; sólo el egoísmo es útil para triunfar.

"Era un mundo cínico que se vanagloriaba del fango del que había salido. Era la época en que, cuando se le preguntaba a un nuevo rico cómo había ganado «todo ese dinero», el susodicho respondía sonriendo: «¡Pues en la guerra, como todo el mundo!»"

Es asombroso el modo en el que la Nemirovsky fue capaz de captar perfectamente el espíritu de los tiempos en los que vivió, cómo radiografió a sus compatriotas y entendió el declive moral que caracterizaba la sociedad de su siglo y que la llevó a destrozarse, no una, sino dos veces consecutivas en pocos años en las dos grandes guerras que arrasaron el continente y a dejarse llevar por la irracionalidad de los nacionalismos y fanatismos que le terminarían costando la vida a la propia autora. 

viernes, 5 de noviembre de 2021

Lo que la marea esconde

Regresa María Oruña con una nueva entrega de su exitosa serie policíaca protagonizada por la teniente de la Guardia Civil Valentina Redondo. En "Lo que la marea esconde" el equipo de Valentina se enfrentan a un crimen bastante complejo, un caso de los denominados de habitación cerrada: Judit Pombo, presidenta del club de tenis de Santander, aparece muerta sin signos aparentes de violencia en el interior del  camarote de un velero cuya puerta se encontraba cerrada con llave. Los primeros sospechosos de su muerte serán, obviamente, el resto de pasajeros a bordo del barco, invitados a asistir a una cena organizada por la fallecida.

La complejidad del caso que ocupa a Valentina  le sirve de algún modo para no pararse mucho a pensar en el drama personal que ha asolado su vida recientemente. Porque si en la última entrega de la serie habíamos dejado a la inspectora felizmente unida a su pareja y con la noticia recién recibida de que se encontraba esperando un hijo, todo ha cambiado radicalmente desde entonces y las nuevas circunstancias personales de la protagonista marcarán sin duda su nueva actitud ante la vida, ante su trabajo y su manera de relacionarse con los demás.

Con la ayuda del fiel y aplicado sargento Riveiro, Valentina emprenderá su investigación entrevistando a todos los que en la noche del crimen se encontraban a bordo de la goleta, tratando de descubrir a quién podría favorecer la muerte de Judit Pombo y, sobre todo, cómo pudo cometerse el crimen encontrándose la víctima sola en el interior de un camarote cerrado con llave. Toda la sección de homicidios deberá tratar de indagar en las relaciones entre los sospechosos y la víctima, las circunstancias personales de cada uno y lograr algo de luz que ayude a resolver el caso. Tengo que decir que la resolución del misterio que afrontan los investigadores, aunque está bien elaborado y bien planteada la intriga, no ha sido una gran sorpresa para mí, ya que conocía previamente el caso histórico en el que se basa la teniente para resolverlo e imaginé desde el principio que podía ser una posiblidad a la hora de explicar la extraña muerte. Pero no le quitemos por ello mérito a la trama de la novela. 

Destacaría el buen ritmo en la narración, que, por otra parte, se vuelve bastante reflexiva en su desarrollo, profundizando en los problemas personales de la protagonista a la hemos visto madurar y crecer ante nuestros ojos a lo largo de las diferentes entregas de la serie. Sin embargo me ha parecido que, de entre el amplio plantel de personajes que participan en la novela, los personajes más interesantes son los que forman el equipo de policías, mientras que la galería de sospechosos no tiene tanta fuerza como debería para lograr mantenernos en tensión durante toda la lectura pensando en cuál de ellos será el culpable del crimen. De alguna manera nos interesa que Valentina desvele el misterio al que se enfrenta, igual que logra que nos impliquemos en sus problemas personales, pero casi diría que lo de menos es saber quién cometió el crimen. Y me temo que esto no es algo bueno cuando estamos hablando de una novela que lleva la etiqueta de thriller.