domingo, 29 de mayo de 2016

Matar a Leonardo Da Vinci

No es la primera vez que me ocurre que abordo la lectura de una novela escrita por un personaje popular, en este caso "el chico simpático que presenta Pasapalabra", esto es: Christian Gálvez, y lo hago cargada de prejuicios absurdos sobre cómo es posible que alguien que sale en la tele sea capaz de escribir una buena novela. Y con eso y con todo, tengo que reconocer que el resultado de la lectura de esta su primera novela, "Matar a Leonardo Da Vinci", ha sido bastante más brillante de lo que (absurdamente) preveía. He de confesar que en algunos momentos el ritmo narrativo me ha parecido algo irregular, que se producían algunas repeticiones (tal vez un elemento estilístico que no he sabido apreciar), que el engarce de los capítulos no era del todo ágil, pero también sé reconocer que estaba constantemente juzgando al escritor según leía la novela, estaba poniendo a prueba la pericia de un personaje conocido de la tele a la hora de ponerse a contarnos una historia novelada y tal vez por ello me he fijado más que en otras ocasiones en esos detalles de estilo en lugar de dejarme llevar completamente por la historia en sí que, lo tengo que reconocer, es interesantísima, entretenida, ágil y se lee con absoluta soltura y nos permite revivir con gran fidelidad el ambiente y la época en la que vivió y se mueve el protagonista, ni más ni menos que el genio Leonardo Da Vinci. Su vida azarosa como artista en el más brillante momento del Renacimiento, sus constantes viajes, idas y vueltas desde la Florencia de los Medici hasta Milán, a Barcelona y vuelta a Italia acabando sus días acogido en la corte del rey francés Francisco I, se nos cuenta con gran viveza y credibilidad.

Los personajes que acompañan a Leonardo se encuentran entre lo más granado del arte, la política y el pensamiento del momento, desde su amigo Sandro Boticcelli, los citados mecenas Medici, los sucesivos papas de Roma, entre otras figuras que se mueven con soltura entre las páginas de este libro en el que asistimos a la creación de algunas grandes grandes joyas del Renacimiento, de palacios a obras de arte, mientras acompañamos al artista en su agitada y nunca serena vida. La enorme figura de Leonardo tal y como nos es retratado en esta novela, se nos muestra como un genio que será admirado, envidiado, perseguido. que tendrá que huir con frecuencia de sus enemigos pero que nunca perderá su pasión creativa, su hambre de conocimiento, su afán por aprender, por mejorar constantemente, un hombre portentoso consciente de su grandeza intelectual y artística pero que nunca se preocupó por alcanzar riquezas ni tan siquiera gloria, sino simplemente ser libre para crear y superarse a sí mismo, sin pretender competir con nadie más que con sus propios sueños y aspiraciones.

Confieso haber disfrutado mucho con esta lectura y no descarto seguir haciéndolo sabiendo que el autor planea completar una serie basada en grandes figuras del Renacimiento cuyas vidas recreará en sucesivas novelas. No es un mal plan para tener en cuenta en futuras lecturas.

lunes, 23 de mayo de 2016

Pan de limón con semillas de amapola

"Pan de limón con semillas de amapola", primera novela de Cristina Campos, nos cuenta la historia de dos hermanas muy diferentes entre sí: la una, Anna, rubia, convencional, con una vida aburrida aunque próspera, que no se ha movido de nunca de Mallorca, donde frecuenta el club naútico y los lugares más selectos y la otra, Marina, morena, estudiosa, alejada del hogar familiar desde muy joven, doctora dedicada a recorrer el mundo trabajando para una ONG. Tras muchos años de separación, Marina regresa a Mallorca cuando ambas hermanas reciben una inesperada herencia de una mujer hasta el momento desconocida para ellas. La herencia consiste en un viejo molino harinero con su correspondiente panadería en el pueblo de Valldemossa Esta circunstancia es la excusa para que las hermanas emprendan un acercamiento tras tantos años distanciadas. Anna dejará su trabajo aparcado temporalmente para tratar de descubrir el motivo por el cual han recibido la herencia (cosa que no es difícil de adivinar desde bastante pronto, por cierto) y las dos acabarán por redirigir sus vidas hacia nuevos caminos.

Si tuviera que hacer una brevísima reseña del libro, esta podría ser que es "una novela muy bonita". ¿Es esto una opinión positiva? Pues lo será para quien busque una lectura ligera aunque llena de apariencia de profundidad, con temas que parecen de manual en toda novela que pretenda llegar hasta el mismo corazón del lector: ahí está el recuerdo de la abuela y el padre idealizados, la madre distante, los conflictos de la maternidad, la infancia como paraíso al que regresar, la tierna amistad de las hermanas, una enfermedad grave que provoca un cambio radical de vida, el nunca olvidado primer amor... todo ello aderezado con buenas dosis de elementos con aire vintage, entiéndase: de retorno a los orígenes; desde el título y las numerosas recetas antiguas que aparecen en la novela (¿hay algo más de moda que la repostería casera de toda la vida?), el retorno a la vida rural después de haber recorrido el mundo, la medicina alternativa y los remedios tradicionales... En fín, que no digo que la novela no rebose ternura y sensibilidad, sencillamente me da la sensación de que la autora ha cogido un listado de todos estos elementos "de obligada aparición" y alguno más y los ha ido incluyendo en su novela en las dosis necesarias para asegurarse un éxito indiscutible entre los lectores (diremos en este caso que fundamentalmente ente las lectoras) que no dudarán en recomendar la novela como una obra preciosa y emocionante. Y no negaré que la historia está bien contada y que entretiene, pero debe ser que no tengo yo el corazón suficientemente sensible para haberme llegado a conmover en esta ocasión, lo encontraba todo excesivamente forzado, veía al primer vistazo qué cuerda estaba tocando la autora en cada momento, me ha parecido que seguía el manual de "cómo escribir una novela que emocione y no fallar en el intento" 

Sé que me ha salido una reseña excesivamente negativa, seguramente más negativa de lo que merece la novela, sé que voy a contracorriente en esta ocasión de acuerdo con las opiniones mayoritarias que he leído sobre ella, pero me parece que es una novela que se ha compuesto a medida de lo que el público está buscando en este momento y como me parece así, así lo digo.

domingo, 15 de mayo de 2016

Las chicas de septiembre

Hace ya algún tiempo que leí alguna novela de Maureen Lee y me quedé con otras obras suyas anotadas, ya que me gustó el modo en que refleja la sociedad británica de los primeros años del siglo XX y en particular desde el punto de vista de las mujeres que vivieron esa época, de los años de la II Guerra Mundial y especialmente el modo en que vivió el conflicto bélico la población de a pie. Es por todo ello que cuando tuve oportunidad de volver sobre otra obra suya no lo dudé demasiado y así me lancé a la lectura de esta novela que nos presenta a "Las chicas de septiembre" que no son otras que Cybil Allardyce y Cara Caffrey, dos niñas nacidas el mismo día de septiembre en la ciudad de Liverpool, si bien en circunstancias bastante diferentes y en el seno de familias también dispares. Los Allardyce son acomodados pero la abundancia de medios no garantiza la felicidad de su matrimonio, de hecho el señor Allardyce apenas si presta atención a su esposa Eleanor y menos aún a su hijo Anthony, un niño silencioso e incomunicativo. Cuando nace Libby, sin embargo, Marcus Allardyce queda embelesado por la gracia y la dulzura de la niña que se convierte en su preferida y a la que convierte en una niña consentida. Por otra parte, Colm y Brenna Caffrey llegan a Liverpool desde Irlanda en un inclemente día de septiembre esperando forjarse un futuro más próspero para su creciente familia pero la suerte les da la espalda y ese mismo día, sin tener un lugar donde cobijarse, Brenna se pone de parto y será acogida por Nancy, cocinera de los Allardyce que les acoge en su cocina y asiste a la mujer en el nacimiento de Cara en la misma casa donde, unas plantas más arriba, está naciendo Cybil. Desde ese momento Nancy se convertirá en la mejor amiga y ángel de la guardia particular de Brenna y ayudándoles hasta que los Caffrey logren establecerse e iniciar su nueva etapa en la ciudad.

Las existencias de las dos familias irán avanzando en paralelo, cada una de ellas con sus propios problemas y circunstancias pero ambas irán cruzándose a través de los distintos miembros de las familias que, de un modo u otro van entrelazando sus caminos. El título de la novela e incluso la foto de portada son en cierto modo engañosos, ya que no son las dos chicas las únicas protagonistas de esta historia que es más bien coral y en la que hay otros personajes con más peso que alguna de las jóvenes, de hecho Cara tiene, claramente, más protagonismo que Cybil en el argumento, pero así y todo he disfrutado bastante con las vidas de todos los personajes, me he sentido cerca de su lucha por salir adelante, su patriotismo y deseo de ayudar a su país en el esfuerzo bélico y de sacar adelante a sus familias a lo largo de unos años duros para todos.

El marco en el que se desarrollan los hechos centrales de la novela pasa por momentos y acontecimientos históricos de aquellos años entre los que sobresalen los problemas sociales y políticos de Inglaterra e Irlanda, el surgimiento del partido laborista y las movilizaciones obreras, la caída de los zares rusos y el ascenso del comunismo, la aparición de los regímenes fascistas en Italia y Alemania y finalmente el estallido de la segunda Guerra Mundial; estos son algunos de los temas que suyacen como fondo de los asuntos cotidianos y familiares de los Allardyce y los Caffrey en los que se centra el argumento y que representan a dos familias cualesquiera prototípicas de aquellos años. El resultado es una acertada mezcla de historias familiares con el trasfondo de la Historia con mayúsculas a su espalda, una combinación que se ha convertido en marca de la casa de la autora.

martes, 10 de mayo de 2016

La última confidencia del escritor Hugo Mendoza

Dice una frase popular que "algo tendrá el agua cuando la bendicen", lo que traducido al mundo de los lectores se interpreta como que cuando un libro va de boca en boca, de lector en lector de la manera que está yendo esta primera novela del valenciano Joaquín Camps, cuando entusiasmados lectores caen, uno detrás de otro, encantados con su lectura y la recomiendan encarecidamente una y otra vez, no puede ser en balde, ya que no hay mejor campaña publicitaria para un libro que el de la recomendación personal de aquellos que la han leído y disfrutado. Así que me voy a unir a esa corriente de entusiasmo y voy a recomendar yo también "La última confidencia del escritor Hugo Mendoza" porque estoy convencida de que es una novela que merece la pena leer.

Con un lenguaje absolutamente vivo y actual que da lugar a unos diálogos frescos y ágiles, las 800 páginas de que consta la novela se devoran sin freno, arrastrada por la rocambolesca historia en la que se ve envuelto Víctor Vega, profesor de Literatura de la Universidad de Valencia, con una vida bastante disoluta y llena de conflictos personales, que se verá abocado a investigar sobre la verdad que se oculta tras la desaparición del peculiar novelista Hugo Mendoza, del que Víctor es un fiel admirador. Poco se conoce de Mendoza, un hombre que siempre fue huyendo de su esquivo pasado y cuyo éxito póstumo revolucionó y sigue asombrando al mundo editorial ocho años después de su muerte, durante los cuales su viuda ha seguido facilitando al público las novelas que Mendoza dejó escritas antes de morir. Pero ahora el origen de estas novelas es puesto en duda y Víctor tiene ocasión de adentrarse en el mundo privado y creativo de su ídolo literario del que apenas se conoce nada. Se inicia así una peripecia vertiginosa en la que deberá descubrir un secreto que destapará otros muchos, una aventura imparable donde pondrá en riesgo su vida amenazada desde varios flancos, y en la que se verá rodeado de enemigos a cual más cruel y poderoso, envuelto en luchas de intereses diversos y sin terminar nunca de saber en quien puede confiar.

En un relato prácticamente lineal, a pesar de que se nos va informando del pasado de los personajes pero siempre desde el momento presente, todas las líneas argumentales parten o van a parar al profesor Vega, todos los personajes que aparecen se relacionan con él de alguna manera, unos ayudándole en su investigación, otros tratando que esta fracase, y en todos los hilos que se desarrollan se tratan temas de actualidad, viajamos por escenarios situados en la España más actual, conformando una novela muy completa en todos los aspectos, con una trama compleja pero en la que el lector no se pierde nunca a pesar de los numerosos aspectos que configuran la acción: nos encontramos con la investigación propiamente dicha, con aspectos ocultos del mundo editorial, numerosos temas de actualidad, personajes muy variados, desde los excesivos o casi esperpénticos, hasta los más misteriosos e interesantes, todos muy bien retratados. Esta es tanto una novela sobre libros, desde el punto del proceso creativo al de su publicación, como un thriller de investigación, una historia dramática que en ocasiones se convierte en comedia gracias al peculiar humor siempre ácido del protagonista o al personaje de su amiga Paloma, tan malhablada y espontánea como inteligente y entregada, mitad Pepito Grillo, mitad guardaespaldas de Víctor al que lo mismo le abronca que le salva la vida. Una novela llena de acción y de reflexión en igualdad medida, que te hace sentir intensamente, a veces inquietud, a veces rabia, a veces emoción. Una trama intensa llena de giros sorprendentes, intriga creciente y un final inesperado que me hace pensar que  Joaquín Camps ha entrado por la puerta grande en el mundo de la narrativa, por lo que nos toca esperar con impaciencia lo que nos pueda seguir ofreciendo a los lectores en el futuro.