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miércoles, 19 de octubre de 2022

No me acuerdo de nada

Adoro a Nora Ephron, tengo que confesarlo nuevamente. Es incomparable su estilo chispeante, lo divertida que resultaba siempre, como ocurre en los relatos autobiográficos que componen este volumen que comienza por el titulado como el propio libro "No me acuerdo de nada" donde se lamenta de su terrible falta de memoria que le impide recordar qué hizo o de qué habló cuando coincidió con grandes figuras como los Beatles o Kennedy para, a continuación, pasar a contarnos otra serie de episodios en los que prueba su buena memoria cuando nos habla sobre sus inicios en la profesión de periodista, de su infancia en California donde sus padres trabajaba en la industria cinematográfica como guionistas, de episodios familiares como el del tío con cuya herencia soñó con hacerse millonaria o las largas vacaciones de verano de su juventud.

"Siempre estábamos en Long Island a finales de junio, mi época favorita del año, cuando el sol no se pone hasta las nueve y media, y tienes la sensación de que vas a vivir eternamente."

La temática de los artículos es totalmente variopinta, yendo desde los alimentos con colesterol o las sartenes de teflón, a sus habilidades de repostera o cuando estuvo enganchada al Scrabble on line, los efectos del paso del tiempo en su físico y, por supuesto, sus  divorcios. Y es que la Ephron era una bestia de la escritura y todo lo que le rodeaba y sucedía en su vida podía acabar convertido en el argumento de un libro, o en un guión. 

"Y sobreviví. Mi religión es: Supéralo. Lo transformé en una historia divertida. Escribí una novela. Con el dinero que gané con la novela me compré una casa."

Siempre presente, su pasión por la ciudad de Nueva York, escenario de la mayoría de sus historias, las felices y las desgraciadas, su familia, sus amigos y la cantidad de gente interesante que conoció a lo largo de su vida ... aunque pretendiera hacernos creer que ya no se acuerda de nada de todo aquello.

viernes, 29 de abril de 2022

Se acabó el pastel

De nuevo disfruto de una lectura de la divertida, desprejuiciada y siempre elegante pluma de
Nora Ephron. En "Se acabó el pastel" la autora neoyorkina se estrenó en la narrativa con esta novela, llevada con mucho éxito a la gran pantalla, y que se inspira directamente en su ruptura matrimonial con el periodista Carl Bernstein (famoso por destapar junto a Bob Woodward el caso Watergate) para contarnos a su estilo unos hechos que debieron ser dolorosos a nivel personal pero que, una vez pasados por el filtro de la narrativa, se transforman en literatura humorística. A pesar de ser prácticamente una autobiografía, los datos se modifican levemente para pasar por una historia de ficción: los nombres de los personajes están cambiados, la protagonista es escritora pero de libros de cocina, aunque el marido sigue siendo periodista y siguen teniendo a sus dos hijos, su vida entre su amada Nueva York y Washington donde trabaja su marido es la misma y la infidelidad existe aunque se modifique levemente la identidad de la amante... en fin, que tampoco es que haga un tremendo esfuerzo por ocultar lo que en realidad pasó y que todos sus protagonistas sean fácilmente identificables.

Los personajes de Ephron, empezando por ella misma, son totalmente disparatados; le encuentra el lado divertido absolutamente a todo en la vida, empezando por el hecho de verse abandonada por su marido embarazada de siete meses. Su propia familia es un ejemplo claro de familia judía que protagoniza escenas delirantes y absurdas, los diálogos son en ocasiones surrealistas. Y ella todo se lo toma a la ligera, a cualquier cosa le saca un chiste, se ríe de todo lo que la rodea pero, sobre todo, se ríe de sí misma: de sus dramas y sus desgracias, de sus neuras y sus errores. Nada escapa a su afilada y crítica visión.

Entre recetas de cocina y sesiones de terapia de grupo, la protagonista nos va narrando el devenir de sus dos matrimonios fallidos, con su ácida mirada a su entorno más cercano poblado de ciudadanos privilegiados, de urbanitas cultos, artistas y personajes públicos que aman y sufren y se engañan, se casan y se divorcian y se vuelven a casar lo mismo que el resto de norteamericanos. Pero con bastante más estilo y algo más de mala uva, eso sí.

viernes, 18 de junio de 2021

El cuello no engaña y otras reflexiones sobre ser mujer

Nora Ephron era una neoyorquina de los pies a la cabeza; hija de una pareja de guionistas del Hollywood clásico, también ella encaminó sus pasos, tras estudiar periodismo, hacia el mundo del cine, trabajando como guionista, productora y directora de títultos tan sonados como "Algo para recordar", "Se acabó el pastel" o su gran éxito, "Cuando Harry encontró a Sally". En esta colección de artículos con base autobiográfica, "El cuello no engaña", además de lamentarse con mucha gracia sobre los estragos que la edad inflige en la belleza femenina, especialmente en el cuello, esa parte de su anatomía que ella odia, también toca otros asuntos tanta o más enjundia que aquel: los bolsos desordenados, las modas culinarias, la depilación, la manicura, la paternidad responsable, el precio de los alquileres en Manhattan, o la muy divertida forma de contar sus "relaciones" con los presidentes Kennedy o Clinton. 

El libro está estructurado en capítulos independientes unos de otros, cada uno sobre un asunto diferente, donde la autora revive episodios de su propia vida, experiencias sobre asuntos que van de lo más trivial a lo más serio, vertiendo sus propias opiniones sobre los más variados temas, siempre empleando un tono bastante divertido o al menos contándolo todo con mucho humor y sobre todo demostrando que es capaz de reírse de sí misma, de afrontar la vida con optimismo permanente a pesar de los problemas por los que haya podido atravesar a lo largo de los años. Sin eludir asuntos como la enfermedad o la muerte, muestra en todo momento una filosofía de vida basada en no tomarse casi nada demasiado en serio, comenzando por ella misma. Esta ha sido, sin duda, y a pesar de su levedad, una de las lecturas con las que más he disfrutado en los últimos meses y estoy segura de que se va a convertir en uno de esos títulos que recomiende sin dudar a cualquier amiga de esas que, de vez en cuando, me piden que les recomiende algo que valga de verdad la pena leer. 
"¿Hay que vivir cada día como si fuera el último o es mejor guardar el dinero por si acaso vives veinte años más? ¿La vida es demasiado corta o puede que sea demasiado larga? ¿Tienes que trabajar todo lo que puedas o pararte a oler las rosas? Y en todo esto, ¿qué lugar ocupan los hidratos de carbono? ¿De verdad vamos a tener que pasar los últimos años de nuestras vidas sin probar el pan?"