martes, 30 de diciembre de 2014

Betibú

"Betibú" es mi segunda experiencia con la escritora argentina Claudia Piñeiro, con la que tuve un buen estreno gracias a su estupenda novela "Las viudas de los viernes". Nuevamente se nos presenta una historia de investigación criminal en la que se repite en parte el escenario de aquella otra novela, también en este caso el fallecido vivía en una de esas urbanizaciones de superlujo con verdísimas praderas ocupadas por amplias casas con personal doméstico y seguridad privada y donde los vecinos se desplazan en carritos de golf o haciendo jogging. La víctima en esta ocasión es Pedro Chazarreta, un notorio empresario cuya mujer fue asesinada también tres años antes y si bien el caso nunca fue resuelto, la opinión pública culpó sin dudarlo al esposo de aquella muerte. De este nuevo asesinato y de los que se sucederán se va a ocupar periodísticamente hablando un jovenzuelo inexperto que trabaja para el diario El Tribuno, "el pibe de Policiales" como le conoceremos a todo lo largo de la novela, que ahora sustituye a Jaime Brena, el experimentado reportero que se ocupó en su momento de la muerte de la esposa de Chazarreta; con muchos años de periodismo a la espalda, desplazado a la sección de Sociedad, poco reconocido y pensando ya en el retiro, Brena se convetirá en el ejemplo vivo de lo que es chico querrá llegar a ser algún día en la profesión periodística.

Nurit Iscar, conocida entre según qué íntimos como Betibú, es una novelista que conoció tiempos mejores antes de que la crítica hundiese su última novela. Ahora, abandonada por el público y los editores, se encuentra buscando hacia donde dirigir su obra cuando se entera de la muerte de Chazarreta; sus crónicas noveladas para El Tribuno sobre el caso pueden suponer su oportunidad de reconquistar a su antiguo público además de revivir su antigua relación con el director del diario, quien, por cierto, fue el que por primera vez la llamó a Nurit con el apodo de "Betibú".

La autora retrata magníficamente los ambientes en los que se desarrolla la historia: el "country" de lujo La Maravillosa y sus habitantes, la redacción del periódico y el mundo del viejo periodismo de reporteros frente a las nuevas tecnologías y el reinado de Google y la información rápida de usar y tirar, la incertidumbre de la novelista siempre al acecho de una buena historia que de lugar a una nueva novela o las reflexiones sobre los estragos de la edad de unos personajes que ya dejaron atrás la juventud hace años pero a los que les queda todavía mucho por hacer y por vivir. El lenguaje, en argentino puro, con lo que ello supone de giros, expresiones y entonación propia, es muy vivo, con diálogos veraces y ágiles que se combinan con reflexiones por parte de los protagonistas y de los numerosos secundarios que se expresan con soltura y viveza resultando cercanos y reales y todos ellos conforman un fresco retrato de la sociedad argentina y del mundo actual en general, de las diferencias entre clases, del eterno descontento de los argentinos por su clase política y, en definitiva, el resultado es una novela muy visual, de las que es fácil imaginar hecha película, pero película argentina, claro, de esas en las que el diálogo supera a la acción, básicamente el tipo de películas que a mí me gustan.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Adorables criaturas

El argumento de esta novela de Dolores Payás,  "Adorables criaturas" se inicia con la sorpresa que causa en una localidad provinciana el regreso del industrial León Ubach de uno de sus viajes a Gran Bretaña acompañado por su joven esposa, una inglesa de refinada educación pero formada en un ambiente absolutamente liberal y librepensador. La joven se hace acompañar de su hermana, activa feminista y soltera por convicción y la nurse que ha criado a ambas desde que estas perdieron a su madre en su más tierna infancia. El contraste entre las jóvenes de mentalidad abierta y sofisticada y la sociedad tradicional y reprimida de su nueva ciudad de destino marcan el tono del relato, la distancia entre el mundo que han conocido y esta provincia donde no se permite a las mujeres más actividades que las que se refieren estrictamente al ámbito doméstico o religioso, mientras que los hombres se ocupan de los asuntos realmente importantes, de la empresa y de la política.

La narración tiene cierta frialdad en cuanto a la manera de acercarse a los personajes y a los hechos que narra. A todo lo largo de la novela, el narrador se mantiene al margen de la acción, nos relata los sucesos y nos describe los personajes como si de una crónica se tratara, con poca o nula intención de empatizar con ninguno de ellos. El objeto final de la novela que entiendo que pretende ser una crítica caricaturizada del pobre papel de las mujeres en España en una época no muy lejana, resulta, más que irónico, agrio. Es complicado cogerle simpatía a ninguno de los personajes en esta novela que es casi coral, los numerosos retratos humanos reflejan prototipos sociales bastante estereotipados y, curiosamente, casi todos con un tinte negativo, en especial algunos como el médico o la nodriza que resulta hasta repulsiva. Abundan las escenas con un acentuado gusto por la sordidez y lo escabroso centradas en las vergonzantes costumbres sexuales de la reprimida sociedad provinciana de finales del siglo XIX que no ayudan a que la novela agrade. El ritmo de la narración es lento en cuanto a los hechos, deteniéndose en descripciones de lugares y personajes con acierto pero de manera en exceso impersonal, el narrador resulta demasiado distante, no logra insuflarles a los personajes aliento vital, parece que no siente simpatía por ninguno de de ellos y eso se transmite. La trama tarda en ponerse en marcha y luego se dilata demasiado durante muchos capítulos acumulándose los hechos en la última parte de la novela. Sí hay que reconocer que los capítulos son breves, lo que ayuda al ritmo de la lectura, la prosa es rica y muy descriptiva y es la forma de contar lo que más me ha enganchado: las imágenes, las metáforas e hipérboles  altamente visuales son la mejor baza de la novela.

Destacaría por tanto que, bajo el envoltorio de una prosa bastante trabajada, la novela supone una acertada crítica a un mundo y unas costumbres en las que las mujeres no quedaban demasiado bien paradas, limitadas en sus derechos políticos y la posibilidad de desarrollar una vida independiente de la "protección" de un hombre, fuera padre o marido, sin arriesgarse a ser tachada de licenciosa o descarriada. Si bien este ambiente opresor y las mentalidades retrógradas de la época están bien dibujadas, la parte argumental en sí no me ha llegado a convencer, por lo que no sería esta una novela que yo recomendaría con entusiasmo, de no ser a alguien que busque una lectura en la que prime el aspecto de crítica sociológica sobre la experiencia lectora de una buena historia en sí misma.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Lo que Alice olvidó

Sorprendente, curiosa y con un punto emotivo. Así definiría la original historia que en "Lo que Alice olvidó" nos cuenta la autora australiana Liane Moriarty que nos presenta de manera ágil y ligera lo que le sucede a Alice cuando, ejecutando un complicado giro en su clase avanzada de step, se golpea en la cabeza y pierde el conocimiento. La conmoción cerebral sufrida provoca que los últimos diez años de su vida se borren por completo de su memoria. Sus tres hijos, su afición por el gimnasio y hasta su reciente separación matrimonial dejan de existir. Ella se encuentra mentalmente en 1998, esperando su primer hijo y viviendo un romance permanente con su joven marido, su hombre ideal. La vuelta a la normalidad conllevará descubrir todos los cambios, avances y novedades que los diez años que han transcurrido hasta 2008 han llevado a su vida, aceptar de golpe sus nuevas circunstancias, la tristeza de su hermana, el nuevo matrimonio de su madre, esos hijos que han crecido y desarrollado un carácter que ella desconoce por completo. Todo su entorno ha evolucionado, algunas cosas para mejor, otras no tanto, pero el caso es que ella se ha quedado atrás, incluso le cuesta reconocerse a sí misma en la mujer en la que se ha acabado convirtiendo.

La novela está muy bien contada, la historia es totalmente creíble, tal vez algo exagerada en cuanto a algunos de los cambios que se han producido durante esos diez años que en ocasiones resultan un tanto drásticos, pero en general es bastante realista en cuanto al modo en que el mundo de una joven recién casada se ha transformado por completo diez años después, la manera en que se descubre ahora transformada en una ocupada y más madura ama de casa llena de compromisos y obligaciones, con un ritmo de vida y unas preocupaciones que le son ajenas por completo. Asistimos a la genuina incredulidad de Alice que va redescubriendo su propia vida desde cero con la mentalidad que tenía a los veintipocos años, el modo en que debe de conocer de nuevo a sus propios hijos, a sus amistades y vecinos, a las madres del colegio de los niños, al hombre en que se ha convertido su esposo o esa gran amiga suya, Gina, a la que todos mencionan y que ella ni siquiera recuerda. Es esta una historia que hace reflexionar sobre las decisiones que se van tomando en la vida sin saber hacia dónde te dirigen, sobre el modo en que cambiamos al madurar, como cambian nuestras prioridades e intereses y nos amoldamos a lo que se supone que debemos hacer al progresar en la vida. Es una historia sobre segundas oportunidades o más bien sobre vernos a nosotros mismos sin prejuicios, con una mirada nueva que es, en realidad, la de nuestros propios ojos cuando éramos más jóvenes. A Alice se le concede la oportunidad de probar la extraña pero enriquecedora experiencia de contemplar su propia vida y a sí misma y los que la rodean desde fuera, desde una perspectiva más inocente, como un espectador ajeno a sí mismo y decidir si ha encaminado su vida hacia donde siempre deseó o si habría preferido dirigirla por otro camino, dar importancia a otras cosas, centrarse en lo que realmente le habría hecho convertirse en una mujer feliz; obtener, en fin, la respuesta a esa pregunta tantas veces planteada y nunca jamás resuelta de ¿qué hubiera sido de mi vida si...?

Con un lenguaje sencillo y una forma limpia y clara de describir los sentimientos, desde la inocente mirada de Alice que descubre su propia vida con auténtica sorpresa, el descubrimiento de lo que supone ser madre, lo complicado de mantener una relación de pareja que resista la rutina y el paso del tiempo, hasta la amargura de su hermana Elisabeth, su resentimiento expresado con sinceridad y llaneza, la facilidad para entender su hastío, su rendición en la búsqueda de ese hijo que se resiste a nacer. Todas las historias que se nos cuentan en la novela son creíbles y cercanas y dejan un sabor agridulce al mostrarnos cómo el paso de los años suele convertirnos a todos en personas menos felices, más complicadas y más aburridas de lo que imaginábamos que seríamos en el futuro. Pero al menos nos deja abierta la puerta a la posibilidad de que, si nos damos cuenta de ello a tiempo, tal vez podamos tratar de corregir esa inexorable tendencia. ¿O será sólo en las novelas donde es posible esa vuelta atrás?

martes, 9 de diciembre de 2014

Las dos vidas del capitán

Hace unos meses tuve oportunidad de visitar en el museo Arqua de Cartagena la exposición de parte del tesoro de monedas de oro y plata procedente de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, rescatado del fondo del mar por famosa empresa de "piratas" Odyssey y afortunadamente recuperado por el gobierno español, su propietario originario, tras un complejo proceso judicial. Esa visita y lo que allí descubrí sobre el hundimiento de aquella nave me han permitido conocer de antemano de algún modo al protagonista de la novela de Mari Pau Domínguez que hoy traigo aquí, con un título de aires épicos como es este de "Las dos vidas del capitán" y que tan bien refleja lo que fue el devenir personal de esta figura poco conocida de nuestra Historia. Pues ese protagonista al que me refiero no es otro que don Diego de Alvear y Ponce de León, exitoso militar español que bajo el reinado de Carlos III fue también de alguna manera protagonista de aquel dramático episodio ocurrido hace 200 años y que acabó con el hundimiento de la nave española en la que, además del citado tesoro en monedas, viajaba la familia casi al completo del capitán.

Don Diego había sido destinado, siendo muy joven, al nuevo continente gracias a sus amplios conocimientos de matemáticas, astronomía y otras ciencias, que le permitrían encargarse de las tareas de demarcación de fronteras que España y Portugal debían realizar en los nuevos territorios de ultramar, hasta entonces ignotos para los conquistadores europeos. Esta será la que la autora denomina como su primera vida, esta primera etapa en escenarios tan exóticos como peligrosos donde el capitán Alvear descubre un mundo salvaje con una naturaleza fabulosa y unos cielos inabarcables. Allí, en el nuevo mundo, conocerá a Josefa Balbastro, la que será su primera mujer y con la que se casará muy enamorado y formará una amplísima familia de diez hijos, dos de ellos fallecidos a temprana edad. A pesar de la emocionante vida que llevan en Sudamérica, el matrimonio sueñan con volver a España algún día, a la Montilla natal del capitán donde la familia desea establecerse. Y finalmente se les presenta la ocasión para el regreso a España. Desgraciadamente ni Josefa ni siete de los hijos de la pareja lograrán pisar suelo español debido al inesperado ataque por parte de unas naves inglesas que acabará con la fragata Mercedes hundida frente a las costas portuguesas. Este absurdo ataque hace que Alvear pierda en un momento todo lo que le importaba, le son arrebatadas familia y fortuna de un solo golpe, el fruto de todos sus años de investigación y trabajo y la familia que fundó en América. Esto supone una suerte de muerte en vida para el capitán Alvear o al menos el final de una primera etapa de su vida que le marcará para siempre y de la que no se siente capaz de recuperarse.

Sin embargo el mundo sigue girando y la vida continúa, con lo que asistiremos al renacer del capitán y al inicio de una segunda vida representada en la nueva oportunidad que se le ofrece encarnada en la joven Rebecca Ward a la que conocerá durante su obligada estancia en Londres después del ataque inglés. Por lo tanto, una vez que logra regresar por fin España lo hará acompañado del único hijo superviviente de la tragedia y planeando casarse con su joven prometida junto a la que afrontará la segunda vida que se le presenta en una España regida ahora por Carlos IV y amenazada por los ejércitos napoleónicos dispuestos a invadir la Península Ibérica.

Toda la novela constituye un fabuloso trabajo de recreación histórica plagada de datos, retratos de personajes reales y escenarios de lo más variado. Si bien en la primera parte el relato resulta algo plano, al modo de las novelas de aventuras del siglo XIX, con un esquema totalmente lineal, la segunda parte, la que trascurre al regreso de América y tiene como escenario principal la ciudad de Cádiz durante los turbulentos años que incluyen los reinados de Carlos IV y Fernando VII, la invasión napoleónica y la posterior Restauración, resulta bastante más animada, con más acción, los personajes aparecen más vivos, el relato cobra ritmo y resulta, en fin, una lectura mucho más atractiva, aunque en ocasiones se dan reiteraciones en cuanto a los pensamientos y sentimientos del capitán con respecto a sus recuerdos recurrentes de su época americana y del desastre de la Mercedes, pero así y todo la novela se lee con mucha facilidad. No he podido evitar recordar a lo largo de esta segunda parte la magnífica obra de mi paisano Arturo Pérez Reverte, "El asedio", que tan magistralmente recrea esos mismos años de la ciudad de Cádiz durante la ocupación francesa y en los que se cuentan los mismos hechos y se recorren los mismos escenarios. Sin llegar al nivel narrativo de Pérez Reverte, sí que hay que reconocerle a esta novela que combina con interés y habilidad los hechos históricos y los muchos y variados avatares personales y profesionales del capitán y su familia, situando muy bien en el contexto la vida de Alvear y sus relaciones con tantos personajes históricos con los que se codea. Igualmente destacan las estupendas descripciones de los lugares, en especial de los paisajes de la salvaje naturaleza americana y de la compleja sociedad gaditana del siglo XIX.

Será esta, por tanto, una lectura que agradará a los amantes de los relatos con trasfondo histórico, así como de las novelas de aventuras y, en general, a todos aquellos que creen, o que creemos que existen vidas reales que son dignas de ser inmortalizadas en papel porque corresponden a personas que cuya talla humana y los sucesos que les tocaron protagonizar en vida superan en emoción, interés y valor a todo lo que pueda idear cualquier obra de ficción. Y el mérito de la autora en este caso es haber sabido novelar la vida del bravo capitán Diego de Alvear de manera brillante.