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viernes, 6 de mayo de 2011

Cuatro hermanas

Esta de "Cuatro Hermanas" es una de esas novelas que tenía en la (interminable) lista de libros por leer y finalmente he tenido la fortuna de que caiga en mis manos y, sinceramente, tengo que decir que es uno de esos casos en que la experiencia supera las aspiraciones. No había oído hablar de la autora, Jetta Carleton, antes de conocer este libro y la verdad es que he disfrutado mucho de la lectura.

La historia comienza en Missouri, cálido verano en una zona rural donde el tiempo parece no pasar, corren los años 50 y lashermanas Soames regresan a pasar unos días de vacaciones a la casa de sus padres de donde partieron hace ya años cada una hacia un punto del país para hacer su vida de adultas independientes. Pero todos los veranos repiten esta reunión familiar El verano es la vuelta a la inocencia, al paraíso de la infancia.

Era una temporada de plácida irrealidad. Las vidas que llevábamos en el exterior quedaban suspendidas; los asuntos del mundo, olvidados, y sólo recordábamos nuestra sangre común. No importaba que nuestros valores no fueran ya los mismos, que hubiéramos emprendido caminos distintos; cuando nos encontrábamos en familia, sabíamos disfrutar todos juntos.

Las hermanas son ya mujeres maduras, pero en este paréntesis vacacional se comportan como jovencitas despreocupadas, disfrutan del sol, del baño en el estanque, de la belleza de las damas de noche abriéndose a la luz de la luna, pelan melocotones del árbol del patio... y también vuelven al padre autoritario y distante “el severo enigma” y al control moral y amantísimo de la madre.

Todo nos resultaba muy familiar. Durante aquellos años, lo único que había cambiado era el nombre de algún buzón de correos. Al pensar en ello, dudé de que yo, a mi vez, hubiera cambiado mucho. Lo había intentado; huí tan lejos como pude. Y, sin embargo, ahora me hallaba en el mismo camino viejo, y tener un coche propio, mi resplandeciente símbolo, no cambiaba demasiado las cosas. Aún seguía a mi padre, manteniendo el ritmo que él marcaba.

En la primera parte del libro Mary Jo, la más pequeña, nos va narrando en primera persona diversos sucesos de estos días junto con sus hermanas Jessica y Leonie, su sobrino Soames, hijo de esta última: planes campestres, ir a retirar un panal del árbol.... pequeños incidentes que van ocurriendo, la muerte de un vecino, la invitación al cumpleaños de una vieja tía que reside no muy lejos... En algún momento nos preguntaremos por la cuarta hermana, Mathy ¿Por qué no acude a la reunión? Habrá que avanzar en el relato para descubrirlo.

Los siguientes capítulos suponen el meollo de la novela, se remontan al pasado centrándose en cada uno de los miembros de la familia y vamos conociéndolos con más profundidad. Estamos en las primeras décadas del S.XX, los años de la depresión del 29, las ciudades crecen en actividad y dejan atrás en muchos aspectos a los enclaves rurales con su vida simple y rutinaria. A través de variados episodios se va dibujando un acertado perfil de los distintos personajes: de la alegre Jessica, de la alocada Mathy, de la sumisa Leonie; si bien, y a pesar del título del libro, destacaría a Matthew, el padre como gran protagonista, que con sus debilidades y su conciencia atormentada me resulta el personaje mejor retratado.

En definitiva, se trataría de una especie de versión de Mujercitas del siglo XX, aunque con un tinte más amargo, donde cada una busca su lugar en el mundo enfrentándose en ocasiones a grandes dilemas morales ante los retos que plantean los cambios sociales, técnicos, éticos y estéticos del nuevo siglo. Una buena novela con magnífico retrato de los personajes.