sábado, 31 de octubre de 2020

La quinta víctima

En la primera entrega de esta serie obra de J.D. Barker, el agente Porter resolvió el caso de los crímenes cometidos por el asesino en serie conocido como "El Cuarto Mono", descubrió a Anson Bishop, el hombre que se ocultaba bajo este apodo, pero en último momento éste logró escapar, algo que ni las autoridades ni la opinión pública le han perdonado todavía a Porter. Ahora en "La quinta víctima" nos encontramos con que el caso ha sido traspasado al FBI cuyo investigador principal, Poole, cree sin embargo que Porter iba bien encaminado en sus pesquisas y trata de localizar a Bishop a través de las pistas recabadas por aquel en su anterior investigación.

Poco tiempo después vuelven a desaparecer chicas y el equipo de la policía Metropolitana de Chicago se pone en marcha de nuevo, pero en este caso los métodos en que están siendo asesinadas las chicas y encontrados los cadáveres no coinciden con el modus operandi del anterior caso, aunque la prensa y el público insisten en que es el Cuarto Mono el que está detrás de estos nuevos crímenes. Y además también son asesinados los padres de las chicas. Todo apunta hacia un asesino muy hábil capaz de moverse por ciudad sin llamar la atención tanto para llevarse a las chicas como para cometer sus crímenes y trasladar los cuerpos sin que nadie lo detecte La abundante nieve que esos días cubre Chicago y las bajas temperaturas que hacen que la mayoría de la población evite andar más de lo imprescindible por las calles parecen estar ayudando al criminal a pasar desapercibido. "A veces era mejor que las miserias del mundo quedasen ocultas bajo un manto de color blanco".

Pero a pesar de que los policías se enfrentan a éste como un caso nuevo distinto al del Cuarto Mono, otros asesinatos relacionados con el caso anterior se entremezclan en la investigación que ambos cuerpos policiales están llevando a cabo en paralelo. Nuevamente Porter es apartado de su trabajo temporalmente por incumplir los procedimientos y tratar de seguir con la investigación que ahora corresponde a los federales, pero seguirá por su cuenta tratando de resolver ambos casos que indudablemente están conectados.

La trama de la novela es bastante enrevesada y está llena de tensión desde el principio hasta el final, no se descansa ni un solo momento. Abundan las desapariciones y los cadáveres y sorprenden los extraños modos en que el asesino prepara la escenificación en que estos son encontrados, de manera que claramente quieren decir algo, esta tratando de enviar algún tipo de mensaje que justifique el porqué de que estas chicas y sus padres son asesinados, pero nos encontramos durante gran parte de la novela tan perdidos como los propios investigadores persiguiendo a uno o varios criminales muy escurridizos e imprevisibles con todo un plan preconcebido que deben desentrañar. Claramente el Cuarto Mono ha cambiado de estrategia y tiene otras cuentas que saldar aunque ahora ha variado de método y ya no trabaja solo.

Si bien en cuanto a la estructura argumental me he sentido un poco confundida por la cantidad de información sin sentido que recibimos, sí que destacaría como elemento positivo de está nueva entrega el buen reparto de personajes que están muy logrados, no solamente los detectives principales, Porter y Poole, sino también el resto de los policías de Chicago: Nash, el pachorrón compañero de Porter, Clair, que se encuentra al mando de la operación una vez su jefe ha sido apartado del servicio y Kloz el agudo informático que rastrea incansable las pistas del asesino en la red. Todos ellos toman mayor protagonismo y resultan muy cercanos e interesantes. E incluso los personajes antagonistas, Bishop y su nuevo esbirro, resultan impactantes como personajes,  desagradables y totalmente odiosos, logran que los rechacemos de manera absoluta.

Y con todo eso, llegamos al final de la novela que, además de resultar bastante desconcertante y con sorpresa inesperada incluida, queda completamente abierto y, si cabe, más enrevesado que nunca, lo que nos obliga a dar paso lo antes posible a la tercera y última entrega ser la serie en la que esperemos que se termine de resolver el caso que verdaderamente tiene la capacidad de mantenemos en vilo a lo largo de todas y cada cada una de sus paginas. Confiamos en que Porter se recupere de la última jugada de Bishop y sea capaz de darle caza finalmente.

domingo, 25 de octubre de 2020

Un otoño romano

Vuelvo a combinar gracias a la lectura de "Un otoño romano" dos de mis grandes pasiones: la literatura de viajes y la ciudad de Roma. En esta ocasión es el escritor Javier Reverte junto al que ya paseamos con anterioridad por las calles de Nueva York, el que nos lleva a disfrutar de la Ciudad Eterna, de los monumentos, las calles y los innumerables rastros de tantos siglos de Historia que allí se conservan, pero sobre todo el autor se dedica a seguir los pasos de muchos de los escritores y artistas, clásicos y contemporáneos, que recorrieron la ciudad antes que él, compartiendo abundantes citas y referencias de tantos otros que también disfrutaron de la ciudad, que en ocasiones la amaron y otras veces la odiaron pero que, en cualquier caso, dejaron escritas sus impresiones sobre esta ciudad única.

Y eso es algo en lo que todos están de acuerdo: Roma es una ciudad irrepetible, llena de peculiaridades y particularidades que hacen que no se parezca a ninguna otra. El autor dedica sus días a patear las calles llenas de turistas o las plazuelas sólo frecuentadas por los habitantes locales, almorzar en restaurantes tradicionales, regresar una y otra vez a su amada plaza de Campo dei Fiori y a su mercado diario, recorrer el barrio judío, sorprenderse ante las tiendas de vestimentas religiosas y ornamentos litúrgicos y por supuesto disfrutar de las innumerables iglesias plagadas de obras de arte sin igual.

Al hilo de sus paseos, reflexiona el autor sobre el arte y los artistas, sobre Dios y las religiones, sobre los viajes y los turistas, en un texto que no sigue una estructura determinada ni un plan organizado más allá de tratarse de una suerte de diario en el que va plasmando los pensamientos que cada uno de esos paseos le provocan y las impresiones que la ciudad deja en el autor referidos a los más diversos temas y asuntos.

"Escribo ya vencido el día, con los ventanales de mi estudio abiertos a Roma, mientras una luna gorda y sensual brilla en el cielo, hacia el este, y la brisa del amable verano sopla sobre el Gianicolo. Suena la campana de alguna de las iglesias que se ven desde la altura de San Pietro in Montorio. Campana y luna llena, ¡qué hermosa conjunción! La colina es un excelente lugar para escribir, y el inicio de la noche es una buena hora para hacerlo."

No hace mucho tiempo reseñaba otra obra similar a esta; en aquel caso se trataba también de un diario escrito por el escritor norteamericano Anthony Doer que igualmente recogía sus impresiones durante su estancia en la ciudad becado por la American Academy, cuya sede se encuentra bastante cercana a la Real Academia Española desde donde escribe Reverte, en lo alto de la colina del Gianicolo, con lo que me gusta pensar que ambos autores compartirían probablemente unas vistas semejantes sobre la ciudad mientras escribían sus respectiva obras. No hay duda de que este debe ser ciertamente uno de los lugares más inspiradores del mundo y gracias a los libros tenemos la fortuna de transportarnos hasta allí aunque sólo sea con la imaginación. En estos tiempos inciertos en los que los viajes se restringen a lo puramente necesario, en que el turismo anda de vacas flacas y se nos recomienda quedarnos en casa lo máximo posible, debemos sentirnos más agradecidos que nunca a la literatura que desde siempre ha supuesto una magnífica manera de descubrir el mundo desde la comodidad de nuestro sofá. Por ahora nos tendremos que conformar con esto mientras seguimos soñando con volver a Roma algún día, esperemos que no muy lejano.

domingo, 18 de octubre de 2020

My lover's lover

He comentado alguna vez que me siento incómoda cuando me veo obligada a decidir mis lecturas por razones tales como continuar una serie porque sí, sin que se dé el caso de que cada una de las entregas me hagan disfrutar plenamente, o por cumplir con un reto de esos que te marcan tantos libros de un género determinado al año o un título por cada letra del abecedario... (de hecho, hace ya tiempo que me negué a participar en esas mecánicas) A pesar de todo eso y considerando que sería un tema interminable el determinar las razones que nos llevan a seleccionar cada una de nuestras lecturas, debo confesar que en el caso de "My lover's lover" la principal motivación para leerla ha sido satisfacer una irrefrenable ansia completista por descubrir todas y cada unas de las novelas publicadas por Maggie O'Farrell, una de mis autoras favoritas. No sé si me equivoco, pero creo que este título no está publicado en castellano, aunque tampoco me extraña que en algún momento alguien se decida a hacerlo, dado el éxito de público que han cosechado las novelas más actuales de la O'Farrell en nuestro país. Aunque también me podría plantear si la razón por la que este título todavía no ha llegado a nuestro país se pueda deber a que los editores han considerado que esta segunda novela publicada por la autora nordirlandesa no llega al nivel de sus obras posteriores, esas que han conquistado a tantos lectores entre los que me cuento yo misma.

La historia que nos cuentan en esta novela se estructura en tres largos capítulos más un breve epílogo; cada una de las dos primeras partes está dedicadas a cada unas de sus protagonistas, dos mujeres unidas por su relación con el mismo hombre, aunque con historias de amor bien diferentes. Lily es una joven traductora algo desorientada sobre el rumbo profesional que debe tomar, que alterna varios trabajos a medida jornada y está deseando dejar de vivir en casa de su madre. La ocasión de independizarse se le presenta cuando conoce a Marcus, un atractivo y algo esquivo arquitecto que le ofrece una habitación en su piso, un antiguo almacén rehabilitado por él mismo y convertido en un moderno loft y casi de inmediato inicia con él una relación sentimental. Pronto descubrirá que existió una ex llamada Sinead que "ya no se encuentra entre nosotros" y que, ante el rechazo total de Marcus de darle cualquier tipo de explicación o información sobre ella, se convierte en una obsesión para Lily, que incluso comienza a sentir que su fantasma permanece en el piso como una presencia que la observa y parece tratar de hacerle llegar algún mensaje.

El segundo capítulo nos descubre la relación entre Sinead y Marcus, desde su fulgurante enamoramiento hasta la traición que que precipitó su separación. Finalmente, la vida de las dos mujeres se cruzará y ambas deberán decidir cuál será su relación con Marcus, si le permiten seguir siendo parte de sus vidas o deben alejarse de él, de su egoísmo y su falta de empatía por los sentimientos ajenos.

La de esta novela no es una lectura ligera porque de un párrafo al siguiente puede cambiar el escenario del relato, alternando presente y pasado e incluso el narrador pasa de la primera persona a la tercera dependiendo del momento en que se sitúa la acción. Sumado eso a los típicos arranques de escena a los que la autora nos tiene acostumbrados en los que la acción se nos presenta ya iniciada y en la que, sin aportarnos información previa, nos mete de lleno en una situación ya en curso, se entiende que todo esto exige un mínimo nivel de concentración para seguir el hilo de la trama, estar pendiente de qué personaje está hablando en cada momento y en qué tiempo nos encontramos. Pero esto no es un aspecto negativo de la lectura sino simplemente un factor que exige más implicación por parte del lector que en otro tipo de novelas en las que constantemente nos ponen en situación sobre las circunstancias que rodean cada escena. 

Como una de las primeras obras de la autora y a pesar estar lejos de poder ser considerada como una de las mejores, ya podemos encontar en esta novela muchos de los rasgos característicos de la O'Farrell: sus complejos personajes femeninos, su universo de sentimientos y sensaciones retratados con detalle, la precisión de las descripciones minuciosas, desde la forma de tocarse el pelo a la sensación de la lluvia colándose por el cuello de un abrigo, descripciones tal vez superfluas, pero que logran ponerte en la piel de las protagonistas, sentir lo que ellas sienten, no solo a nivel emocional sino incluso sensorial. Tal vez sea esta una lectura recomendable básicamente para los fans confesos como yo de la autora que deseen descubrir la totalidad de sus obras, pero no supone, en cualquier caso, un título imprescindible. Qué cada uno tome su propia decisión.

domingo, 11 de octubre de 2020

El jardín secreto

Hacía bastante tiempo que tenía ganas de descubrir "El jardín secreto", esta novela de Frances Hodgson Burnett que figura entre los títulos más populares de la literatura infantil inglesa. Si bien había oído auténticas maravillas sobre él, temía que el hecho de tratarse de una obra destinada en principio al público infantil pudiera resultar de escaso interés a una lectora que, como es mi caso, hace ya bastantes décadas que deje atrás la infancia. Pero debo confesar que, tras haberlo disfrutado enormemente, entiendo perfectamente que se haya convertido en todo un clásico de la Literatura, ya que resulta una lectura perfectamente disfrutable tanto para niños como para adultos que se dejen conquistar por este mundo de fantasía, inocencia y,  sobre todo, un intenso amor por la Naturaleza.

La protagonista de la historia es la pequeña Mary Lennox que pierde a sus padres junto con todos los sirvientes de su casa en la India colonial cuando se desata una tremenda plaga de cólera. Al quedar completamente desamparada, es enviada de vuelta a Inglaterra donde será acogida por el único familiar lejano que le queda y al que ni siquiera conoce, su viejo tío Archibald Craven. La pequeña Mary es una niña poco agraciada y escasamente sociable, más bien apática debido a que nunca se ha sentido cuidada ni querida por sus padres que siempre la dejaron al cargo de una multitud de criados, entre los que se crió como una niña consentida y egoísta. Su destino una vez llegue a Inglaterra será Misselthwaite, la propiedad de su tío donde la pondrán al cargo de la señora Medlock, ama de llaves de la casa, y de Martha, la criada que destinan a su servicio.

"La casa tiene una antigüedad de seiscientos años, y está en un extremo del páramo. Hay casi cien habitaciones, la mayoría de ellas cerradas con llave. Y hay cuadros y buenos muebles que llevan allí siglos, y rodea la casa un enorme parque, y hay jardines y árboles, algunos con ramas que llegan hasta el suelo... Pero no hay nada más"

Para mí, la descripción inicial de la gran casa en medio del páramo desolado que pretende ser terrible y desasosegante y tal vez lo sería para los niños a los que iba dirigida la obra en origen, me resulta, sin embargo, fascinante y prometedora: un escenario absolutamente atractivo donde vivir aventuras sin fin y descubrir todo un mundo de libertad y fantasía.

La curiosidad de Mary le llevará a conocer a los otros dos protagonistas del cuento: a Dickon, un niño mágico que habla con los animales, conoce todos los secretos de las plantas y criaturas que pueblan el páramo donde se mueve como uno más de ellos, en perfecta armonía con la Naturaleza y a Colin, un niño enfermizo y solitario que vive permanentemente encerrado en un cuarto, aquejado de una enfermedad inexistente y esperando que le llegue la muerte segura que todos los que le rodean le auguran desde que nació; su carácter irascible y tiránico se esfumará al conocer a Mary y cuando esta comparta con él el secreto del maravilloso jardín escondido que posee la mansión y que no es sino el gran protagonista y eje central del libro y que despierta en los niños el intenso amor por la Naturaleza encerrada entre sus muros, les hace descubrir la vida abriéndose paso desde el fondo de la tierra jugosa que tras el frío invierno, que vuelve a hacer retoñar la hierba, asomar las verdes puntas de los rosales trepadores que parecían muertos, sorprenderlos con las nuevas yemas y diminutos capullos de todas las plantas que prometen el renovado espectáculo de cada primavera florida.

Es fácil dejarse cautivar por la atmósfera encantada de la inmensa y oscura casa, de los paisajes asombrosos que procuran los extensos y solitarios paramos, del jardín cautivador y mágico con sus incontables colores y olores, los cantos de las aves y la infatigable actividad de los animales que lo pueblan. Se disfruta así intensamente de esta bellísima fábula en la que asistimos al florecer de Mary y Colin al mismo ritmo que florece su jardín, a la victoria de la bondad y la amistad frente a la oscuridad que la soledad y la tristeza habían sembrado en los corazones de estos niños que vivían dejados de lado por sus mayores pero que logran hacer resurgir el aspecto más luminoso y positivo de la vida gracias al descubrimiento de su maravilloso jardín secreto.

"Si no se ha tenido nunca un jardín, no se podrá entender; y se tiene uno, se sabrá que se necesitaría un libro entero para explicar todo lo que allí sucedió"

lunes, 5 de octubre de 2020

Rewind

Hay algunos libros, como es el caso de este "Rewind" de Juan Tallón que tienen la capacidad de meterte tan profundamente dentro de la historia que cuentan, de hacerte sentir tan cerca de los personajes y de sufrir con ellos de tal modo que, aún cuando han transcurrido algunos días desde que lo has terminado, te deja dentro un desasosiego vital y una sensación de vacío como la de haberte separado de un grupo de amigos que no volverán (nunca más oportuno el símil que en este caso) pero a los que probablemente recordarás durante mucho tiempo. El argumento de la historia gira en torno a una tremenda explosión en la que pierden la vida un grupo de estudiantes, compañeros de piso en la ciudad de Lyon, un drama tremendo que conllevará toda una serie de consecuencias en la vida del único superviviente y de las familias y amigos de los fallecidos.

"Me estaba meando. Salí del salón, donde bebíamos con cierto desorden y riéndonos con altivez de todas las cosas, unas veces ingeniosa y otras grotescamente, sin demasiada sutileza, y me dirigí al lavabo del fondo, el pequeño. Esa es la irrisoria y única razón por la que ahora estoy vivo: mis ganas de hacer pis. No me gusta pensar en ello.

(...) Si hubiese ido al baño grande, entre el salón y la cocina, la historia habría sido distinta. Distinta en el sentido de que yo, que quizá no soy nada para la gran historia del mundo, estaría muerto. Es espeluznante."

El libro se estructura en cinco partes en las que distintos narradores van dando su versión de los hechos, van rememorando el accidente, cuentan dónde se encontraban cuando ocurrió la explosión, cómo recibieron la noticia y lo que todas esas muertes supusieron para aquellos que los querían. El duelo se combina con el homenaje a las jóvenes vidas perdidas, recordándoles en sus últimos días felices, ajenos como eran a lo que se avecinaba, convencidos de estar disfrutando de sus mejores momentos sin saber que eran los últimos. Algunas de las historia que siguen a la muerte de los jóvenes son desgarradoras, inmensamente tristes, mostrando el vacío que queda tras la desaparición de los hijos, hermanos, amigos, tremendos dramas en los que las personas y las familias se desmoronan y nunca vuelven a ser como eran.

El texto está lleno de descripciones minuciosas con especial atención a los pequeños detalles de la vida cotidiana que, una vez pasado el desastre, adquieren una importancia insospechada, le otorga un inmenso valor al disfrute de las cosas pequeñas que resultan ser las que más felicidad nos proporcionan, las que se recuerdan a posteriori como los mejores momentos vividos. La conclusión sería que por mucho que recordemos, que a veces nos empeñemos en quedarnos a vivir en el pasado, lo cierto es que no se puede rebobinar el tiempo, no es posible darle al rewind más que en nuestra cabeza, que debemos mirar siempre hacia el mañana tratando de descargarnos del peso del ayer. Aunque seguramente suena más fácil en la teoría que a la hora de ponerlo en práctica.

"Hay hechos que admiten solo un número de vueltas de tuerca, y si les das más de la cuenta, empiezan a carcomerte y el pensamiento deriva en laberinto."