lunes, 27 de marzo de 2017

No me dejes - Ne me quitte pas

Llevaba encadenadas últimamente una serie de lecturas de tinte más bien dramático, llenas de sufrimiento y oscuros argumentos, con lo que me apetecía hacer una pausa y entretenerme con algo de carácter más ligero, con una lectura "desintoxicante" que me sirviera de balón de oxígeno antes de introducirme en nuevas historias intensas y tal vez más truculentas. Pero creo que me he pasado de frenada con este "No me dejes (Ne me quitte pas)" de Màxim Huerta, un autor del que ya he leído varias novelas y que sabía que me iba a proporcionar unos momentos de lectura relajada y optimista, pero confieso que esta es la más edulcorada y naif de las novelas que he leído en los últimos tiempos. Pero eso es casi lo que iba buscando cuando recurrí a este autor, así que me merezco lo que me he encontrado ¿o no?

La novela se basa en las historias de tres mujeres españolas emigradas en París, una joven recién llegada cargada de problemas sentimentales y otras dos mujeres bastante mayores que ya han hecho su vida en aquella ciudad en la que llevan residiendo muchos años. El punto de encuentro es una encantadora floristería regentada por un parisino maduro y galante. La historia gira en torno a los personajes que van contando sus historias románticas, sus vidas en París, que muchas veces dicen o cuentan cosas que pueden resultar bobas, ridículas, absurdas o bonitas, tiernas y emotivas, según como te pille el humor a la hora de tomar la lectura. Lo cierto es que el libro está plagado de  imágenes preciosas y evocadoras de un París idílico, de tienditas encantadoras, patios cuajados de rosales... todo es de color de rosa, empezando por el  principal escenario de la historia, una pequeña floristería con un propietario que arrastra una triste historia de amor perdido en su juventud, una señora solitaria, una joven perdida, personajes con gran carga de tristeza pero fundamentalmente positivos, impregnados del estilo del autor que nos propone una filosofía fácil, de andar por casa, según la cual todos tenemos la felicidad al alcance de la mano, lo que nos prueba con frases del tipo: "Todas las veces que quieras ser feliz solo tienes que serlo. No esperes. Sé." ¡Hala, ya está! Si no eres feliz es porque no lo has intentado con fuerza.

El estilo resulta en ocasiones empalagoso, con esas frases profundas llenas de ideas de felicidad "prêt-à-porter", pero lo cierto es que no resulta complicado engancharse al mundo que nos presenta en el que el narrador aparece con frecuencia hablando directamente con los personajes, en ocasiones dirigiéndose al lector, lo que provoca una gran cercanía con la historia que estamos leyendo, nos parece formar parte de ese grupo de personas que nos muestra la novela, las vemos como amigos o parte de la familia y al narrador como a una persona cercana que no sólo nos presenta sus historias sino que nos involucra en ellas. Lo cierto es que con esta lectura he logrado lo que buscaba: adentrarme en una historia sin complicaciones, sin dramas más allá de las penas de amor y contada correctamente, tal vez demasiado edulcorada, adornada con almíbar y poesía a partes iguales,  colmada con abundancia de citas literarias, letras de canciones de amor... en fin, una novela que ofrece lo que se espera de ella, aunque no sea recomendable para lectores con problemas diabéticos o reacios al romanticismo radical.

martes, 21 de marzo de 2017

El invierno más largo

"El invierno más largo", novela de Cecilia Ekback, nos traslada a las más agrestes tierras de la Laponia sueca, el extremo norte del mundo habitado donde esforzados colonos enviados por el rey sueco tratan de sacar algún fruto de aquellas tierras donde las condiciones de vida son extremas. Estamos en el año 1717 y la familia de Maija, la protagonista de la novela, acaba de llegar desde Finlandia tratando de cambiar el trabajo junto al mar por una nueva forma de vida. Al poco de instalarse, las hijas de la familia encuentran en el bosque el cadáver de un vecino aparentemente atacado por un oso o alguna otra fiera semejante, sin embargo Maija entiende que esas heridas no han sido causadas sino por una mano humana y comienza a indagar por su cuenta deseando conocer la verdad de lo ocurrido. Maija descubre pronto que los habitantes de la zona, afectados por su obligado aislamiento de los demás, no son especialmente amigables, más bien es gente de pocas palabras, centrados en sus propios problemas, sometidos al control del sacerdote a cargo de la región que, bajo órdenes directas del rey y el obispo, ejerce más de agente censal y juez, así como de garante del acatamiento de los principios religiosos, más que ocuparse de ofrecer un auténtico apoyo espiritual a sus feligreses.

La comunidad de aquel remoto lugar se agrupa en torno a la montaña Blackåsen, centro geográfico y mítico de la región, lugar cargado de supersticiones, presencias maléficas y recuerdos de antiguos ritos sobre los que no se habla pero que sobrevuelan la vida y las relaciones de los vecinos que no siempre tienen claro si deben temer más a lo esotérico o a los propios hombres, a las fuerzas desconocidas o a sus convecinos. 

El estilo de la narración posee un estilo calmado e inquietante, avanza lenta y silenciosa como contagiada por el carácter del paisaje nevado que nos rodea, un mundo de silencio y secretos, comparte elementos del carácter cerrado de los habitantes de la zona: es parco en explicaciones, se explaya en las descripciones de la magnífica y salvaje naturaleza pero no nos proporciona demasiada información directa sobre el origen de los vecinos, sus relaciones o enfrentamientos pasados. Nos adentramos de ese modo en una comunidad donde abundan los silencios y los sobreentendidos entre unos personajes a los que vamos descubriendo lentamente, tal y como le ocurre a Maija y a su familia a los que les cuesta adaptarse a su nueva comunidad, que desconocen los lazos que les unen y los enfrentamientos que les separan. La novela cuenta con elementos extraordinarios y esotéricos que, sin llegar a conformar una historia de género fantástico, le dan un punto de cierto misterio, donde lo real y lo mágico conviven con absoluta normalidad y conforman una novela llena de sensibilidad y carácter, donde la naturaleza humana muestra sus diversas caras de manera muy intensa.

miércoles, 15 de marzo de 2017

La escritora

Soledad Montero es "La escritora" que da título a esta novela de Carmen Conde (Veiga); se trata de una famosa autora que debe su éxito a una abundante producción de novelas truculentas y de dudosa calidad literaria, pero que se venden como churros, y para cuya escritura recurre a varios"negros" literarios, escritores anónimos de cara al lector que aportan la capacidad creativa de la que carece la novelista que las firma, que parece haber agotado su anterior inspiración. Cuando Soledad parece macabramente asesinada en la casa de vacaciones de su editor, de un modo que parece sacado de una de sus propias novelas, la joven Lucrecia Vázquez, una huraña y talentosa escritora a sueldo de la editorial que iba a ser la encargada de escribir la próxima novela de la asesinada, se verá envuelta en una trama de auténtica pesadilla. Lucrecia es un personaje absolutamente peculiar: al margen de ser una escritora prolífica y capaz, con un triste pasado familiar, sufre síndrome de Tourette, lo que la convierte en un espectáculo de tics espasmódicos incontrolables y lenguaje soez, lo que hace que sea poco más que un bicho raro a los ojos de los demás. Al cargo de la investigación del asesinato estará el sargento Gerard Castillo, eficiente aunque algo conflictivo, acompañado de su subalterno, Pau Sierra, más voluntarioso que eficaz. Ambos deberán dilucidar si Lucrecia forma parte de la trama asesina que se inicia o es otra de sus futuras víctimas.

Aparecen, además, otro par de personajes como son Ramón Aparicio, editor sin escrúpulos que pretende aprovechar la muerte de su escritora estrella para vender una exitosa novela supuestamente póstuma, y Alejandro Paz, autor súper ventas de libros de auto ayuda y pseudofilosofía, único amigo de Lucrecia. Ambos son personajes bastante estereotipados y que reflejan lo peor del mundo de la creación, la edición y la venta de libros. Pronto se desvelará que Soledad no era ningún dechado virtudes y que contaba con numerosos enemigos cargados de razones para querer acabar con su vida.

El argumento de la novela está plagado de elementos metaliterarios, es una de esos libros que hablan sobre libros, además de adentrarse con fiereza en el mundo editorial, presentándolo con una crudeza inusitada, como un mero servidor de un mercado ávido de producto al que hay que proveer de material abundante aunque sea de escasa o nula calidad. También se presenta una imagen poco agradecida del mundo de la prensa en su faceta de cazadores de escándalos que se mueren por aprovechar la jugosa noticia que supone el asesinato de un personaje popular.

La novela está plagada de truculentos asesinatos, escenas bastante gores, muchos muertos de manera cruel y bastante acción bien dosificada. Claramente no es una novela amable, todo lo contrario, pero con su ritmo ágil, la trama que engancha desde el principio, con sus elementos efectistas y su argumento de emoción creciente y unos protagonistas con los que es fácil empatizar, supone una lectura que se disfruta a pesar de los elementos siniestros.

martes, 7 de marzo de 2017

Tú no eres como otras madres


"Tú no eres como otras madres" es un título que retrata plenamente la imagen que de su madre tuvo siempre la escritora alemana Angelika Schrobsdorff que en esta obra, a camino entre la biografía de su madre y su propia autobiografía nos cuenta la vida de Else Kitschner, una joven alemana de familia judía que crece en los primeros años del siglo XX en la ciudad de Berlín en un ambiente de libertad y afán de descubrimiento, sin sentirse nunca obligada a respetar la ley judía en la que la educaron sus padres. Else no fue una madre como las demás porque tampoco fue como otras judías o como otras mujeres alemanas de su tiempo. Fue, esencialmente, una mujer necesitada de alegría, culta, estrambótica, capaz de convivir con su marido y su amante bajo el mismo techo de una manera civilizada y amistosa, gozó de una vida amorosa sin prejuicios, sus matrimonios, sus hijos, sus numerosas relaciones de amistad protagonizan una convulsa época, la que se inicia en la Belle Epoque, con los bailes, la música, las tertulias, las ganas locas de vivir intensamente saltándose las normas y los prejuicios. Else encarna a la perfección esos locos años veinte donde el disfrute y la despreocupación eran la norma de vida. Pero, sobre todo, Else fue una madre amorosa que vivió por y para la felicidad de sus hijos. 

Mediante cartas, testimonios de quienes la conocieron y los propios recuerdos de la autora que se narran en primera persona, va reconstruyéndose una vida vivida al máximo, una figura a la que todos describen como una persona excepcional, diferente, original, "la loca de la familia", una mujer decidida a disfrutar de la vida ante todo, convencida de que hay que tener un hijo con cada hombre que se ama y así lo hace, sin pensar en las consecuencias, en qué ocurrirá mañana.

Pero el mañana llega y el país cae en el abismo más absoluto, en lo inimaginable, lenta pero inexorablemente Alemania se desliza hasta la locura y Else, que se siente ante todo alemana y berlinesa, no cree en lo que se les viene encima cuando sólo se la considera una judía más, ella que nunca ha ejercido como tal se ve condenada como tantos otros a abandonar lo que hasta entonces fue su mundo plácido, alegre y despreocupado.
"Lo ha votado la escoria, ¿o acaso creéis de verdad que el pueblo entero, la Alemania intelectual que amamos con razón, de repente ha cerrado filas en torno a un criminal demente? (...)¿Dónde estaban, al fin y al cabo? ¡En Alemania, sin duda, país civilizado y amante de la cultura donde los hubiera!"
Primero llegará el ascenso al poder de Hitler y las leyes antisemitas que y finalmente llegará la guerra y Else acabará por perder todo su mundo; en primer lugar tienen que salir de Alemania, pero no sólo perderán su país, su patria; la guerra se llevará, antes o después, a su adorado hijo, a sus padres, a su marido, las llevará a Else y a sus hijas a malvivir en Bulgaria en circunstancias inimaginables, con el corazón en un puño durante años siguiendo el curso de una guerra que desean que pierda su país de origen, su amada Alemania, incapaces ya de distinguir a los buenos alemanes, sus compatriotas, de los odiosos nazis. Esos años suponen el paso de Angelika de la infancia a la juventud sin pasar por la alegría, el desenfado o la ilusión propias de esa etapa, unos años de miseria, hambre y abandono que le hacen decir a Else, una vez finalizada la guerra: "Hemos sobrevivido muertas"

Magníficas descripciones fiestas, viajes, paisajes, carácter numerosos personajes pasan por la vida de Else igualmente describe precisión estados de ánimo y sensaciones, los duros conflictos interiores, los sentimientos encontrados, el sufrimiento, el amor sentimental pero, sobre todo el amor maternal y el amor de los hijos. Tal vez le sobren páginas al libro, porque es cierto que reitera muchas ideas, da vueltas sobre asuntos que obsesionan a Else y podría haberse evitado su repetición, pero queda, en cualquier caso, reflejada la vida de una mujer que sólo quiso ser feliz y se vio inexorablemente arrastrada a la infelicidad más absoluta perdiendo todo: su bienestar material, a las personas que quiso y el mundo en el que vivió y gozó.
"- Arrastramos una maldición.
- La maldición es la humanidad."

viernes, 3 de marzo de 2017

Zapatos italianos

Henning Mankel es uno de los muchos autores que llevaban años en mi particular lista de espera y que, finalmente, he tenido el lujo de descubrir. Si bien lo más conocido del autor es su serie policíaca protagonizada por el inspector Wallander, yo he comenzado por estos "Zapatos italianos" cuyo argumento, en principio me pareció muy atrayente y que no me puede haber gustado más. De todos modos, tengo intención de descubrir también en algún momento al famoso Wallander en cuanto logre hacerle un hueco.

Comentaba que el argumento del libro me había resultado atractivo y gran parte de culpa de ello lo tiene el hecho de que la historia transcurría en los blancos paisajes del invierno sueco, lo que prometía un viaje al corazón de un lugar tan extremadamente alejado de lo que supone mi cotidianeidad que me resulta fascinante: todo ese mundo de bosques interminables, de hielo, nieve y silencio me resulta tan exótico como a un sueco le puede parecer una cálida playa mediterránea. Así que me dejé llevar por esa promesa y acabé prendada de esta historia que me empezó a conquistar desde la manera de hablar en primera persona por el protagonista, lo que crea una atmósfera aún más intimista, unido al entorno natural situado en una pequeña isla en medio de nieve y el hielo que la aísla y al mismo tiempo la conecta con el continente. Ese paisaje vacío acentúa aún más esa sensación de eliminación de todo lo superfluo, el modo en que el protagonista, un médico jubilado, ha decidido alejarse del mundo, vivir centrado en lo básico, tanto en lo material como en lo formal, la vida del protagonista así como la narración se ve reducida a la extrema sencillez. De este modo Fredrik nos va contando su historia, cómo llegó a esa vida de aislamiento casi absoluto, de abandono de los placeres mundanos y de las relaciones sociales.

Hasta el día en que, en mitad de la superficie helada del mar, descubre aproximándose a su isla la silueta de una mujer mayor que camina trabajosamente ayudándose de su andador. Y a partir de ese momento se verá enfrentado con todas las cuentas que dejó pendientes con el pasado, unas conocidas e ignoradas durante años y otras que descubrirá y tendrá que afrontar. Tendrá que aceptar que existe un mundo fuera de su isla al que ha dado la espalda durante tantos años y ahora debe recuperar.

La novela supone un sensible retrato de unos personajes ya ancianos que vuelven la mirada a su vida pasada desde los que claramente reconocen como sus últimos años, con una postura lúcida y serena, una vejez calmada y carente de arrebato muy bien acompañada del ritmo de la narración, lenta y al mismo tiempo incisiva como es la vida de los protagonistas, sin prisas por llegar a ninguna parte, pero con la conciencia de estar ante su última oportunidad de resolver todos sus asuntos inconclusos. Una maravilla de novela que permanecerá en mi memoria durante mucho tiempo y que me ha dado a conocer un autor digno de seguir descubriendo.
"Vivimos en una época en que la gente mayor debe ser transparente como el vidrio. Simplemente, no debemos notar que existen. También tú te volverás transparente. Mi madre ya lo es"