miércoles, 19 de diciembre de 2018

A cien millas de Manhattan

Guillermo Fesser es un periodista madrileño que alcanzó gran popularidad hace bastantes años ya como miembro del dúo humorístico Gomaespuma, junto a Juan Luis Cano, creadores ambos de un particular estilo que aunaba el humor absurdo, inteligente y cañí de una manera brillante. Una vez disuelta la pareja cómica, cada uno de sus miembros retomó su vida profesional como periodistas, escritores o cineastas, demostrando que el ingenio y la inteligencia puede adoptar muy diversas formas. En 2002 Fesser decide trasladarse junto a su familia a Estados Unidos de donde es originaria su esposa y de esta nueva situación personal surge "A cien millas de Manhattan", un libro que es mitad biografía, mitad crónica social, donde combina sus vivencias personales con una mirada sorprendida y siempre atenta al nuevo mundo que le rodea
"Estoy en Rhinebeck, Nueva York. A cien millas de Manhattan. En una casa construida con madera y pintada de gris pálido. En un pueblecito que se parece a los de la maqueta del tren eléctrico que nos traían en Navidad los Reyes Magos. En la América de naturaleza sobrecogedora que Nino Bravo identificara con el edén. Estoy en un valle de suaves colinas tupidas de verde. Praderas con vallas blancas para el ganado que fueron robadas a base de hacha a un bosque de acacias, castaños, arces y robles centenarios que se extienden hacia el infinito y más allá. Y, en medio, un río caudaloso por el que navegan tranquilamente los petroleros rumbo al Norte. Aguas que, corriente abajo, bañan en su desembocadura la orilla oeste de la conocida isla de Manhattan. Vivo, señoras y señores, en un bosque tan repleto de vida que podría doctorarme en Biología sólo con observar a los animales que yacen atropellados en las cunetas de las carreteras."
Sin un hilo narrativo determinado, el libro se compone de variadas digresiones sobre los más variados asuntos, desde los beneficios de correr descalzo al modo de elaborar el sirope de arce. Siguiendo el orden de los meses del año, pasamos del otoño multicolor de los bosques del valle del Hudson a las nieves y los hielos de su crudísimo invierno y en todos los momentos del año el autor se muestra asombrado por el apabullante marco natural de los Estados Unidos, del norte al sur se admira de su variedad y grandiosidad, de su flora y fauna. Todas las historias que se nos cuentan reflejan, además, el modo de vida norteamericano que se nos presenta múltiple, variado y en ocasiones disparatado. Como buen periodista y como hombre curioso que es, Fesser conversa con mucha gente, se informa sobre todo tipo de temas, nos muestra esas pequeñas historias que subyacen por debajo de la Historia con mayúsculas y en especial aquellas que marcan la diferencia entre el modo de pensar y de vivir de los norteamericanos y de los europeos o más concretamente de los españoles, al igual que muestra su interés por el origen etimológico de muchas palabras inglesas. Su pequeño pueblito es una fuente inagotable de peculiaridades, curiosidades y portentos que el autor, en el papel de testigo con mentalidad extranjera, va descubriendo: la forma de vivir Halloween, Acción de Gracias o San Valentín, historias sobre los nativos norteamericanos, los orígenes españoles del país, el ferrocarril subterráneo que ayudaba a escapar a los esclavos de los estados del sur o la pesca del salmón en Alaska. Nos descubre las costumbres vecinales cuando nos invitan a cenar a una casa o a una barbacoa, peculiaridades de los usos en los restaurantes, descubrimos locales con encanto o nos tragamos una especializada explicación sobre el funcionamiento de las conducciones de vapor que calientan la ciudad de Nueva York.

El libro es definitivamente divertido y muy ameno pero también y sobre todo ingenioso y profundamente interesante, especialmente recomendado para aquellos que sientan curiosidad por descubrir más sobre la sociedad norteamericana ya que aquí encontrarán multitud de historias insólitas, curiosas y sorprendentes que probablemente sólo puedan pasar en los Estados Unidos de Norteamérica pero que pasan inadvertidas al visitante ocasional y sólo pueden descubrirse convirtiéndose en un miembro más de la comunidad como ha hecho Guillermo Fesser.

4 comentarios:

  1. No termina de llamarme esta vez, y mi lista infinita de pendientes lo agradece enormemente.
    Besotes!!!

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    1. Menos mal que algunas recomendaciones no nos cuadran, porque no nos daría la vida para leerlo todo ¡¡ja, ja, ja!! A mi me ha hecho pasar muy buen rato, pero para gustos, los libros.
      Saludos

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  2. No conocía este libro, y puede ser curioso (y entretenido) conocer un poco más algunos aspectos de la vida norteamericana.
    Un abrazo

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    1. Pues sí que es una mirada curiosa y desenfadada a la cultura norteamericana contada desde dentro con mucha gracia. Apúntatelo si te interesa el tema.
      Saludos.

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