El autor está encantado con la tranquilidad del entorno rural en el que se han establecido que les proporciona alimentos frescos y deliciosos a diario, disfrutan de la buena mesa, el excelente vino local, y el descubrimiento de pequeños restaurantes donde comer exquisitamente. Pronto se enamora del paisaje de la Provenza, de sus viñedos y bosques, de sus pequeños pueblos sincero también descubrirán que no todo es sol y buen tiempo en el sur de Francia: el fuerte viento Mistral e incluso alguna nevada inesperada les sorprenderán. Los Mayle se integrarán pronto con el vecindario y se adaptarán perfectamente a su ritmo tranquilo de vida y su carácter alegre, al contacto con la Naturaleza y a los pequeños placeres cotidianos como un buen queso con aceitunas y saucisson o las siestas en verano. Tan integrados se encuentran que llegan a renegar, como los propios autóctonos, de la avalancha de turistas alemanes o parisinos que invaden todo el sur del país durante los meses estivales. A lo largo del año que se nos describe descubriremos diferentes aspectos vida local: la caza, la vendimia, el veraneo, a través de múltiples anécdotas, historietas y personajes divertidos que pueblan este encantador relato lleno de humor, alegría y pasión por la buena vida.
"El sol ejercía un gran poder sedante y el tiempo transcurría en una neblina de bienestar; días largos, lentos, casi aletargados, en que el goce de estar vivo era tal que nada más importaba."
Veo que ya en esos años ya la turistificación empezaba a ser un problema... Se ve una lectura amable, agradable, pero no me llama como para lanzarme a por ella con tanto pendiente.
ResponderEliminarBesotes!!!
No es una lectura imprescindible, pero sí muy agradable. Puedes anotarla por si cualquier día se te cruza de casualidad en alguna parte.
EliminarSaludos