A través de treinta y cinco retratos, treinta y cinco pintores se enfrentan cara a cara con sus modelos mostrando al mundo sus rostros: unos son personajes célebres y otros modelos anónimos, cada retrato plasma un momento concreto, un instante inmortalizado en lienzo, pero también cuentan mucho más; detrás de cada cuadro subyace todo lo que el retratado y su autor han vivido, padecido, disfrutado, soñado... Esas experiencias son las que Carlos del Amor transmite en las breves narraciones ficticias que conforman cada capítulo donde escuchamos unas veces la voz del pintor y otras la del modelo en escenas y conversaciones que pudieron suceder o tal vez no, pero que se inspiran directamente en lo que la imagen del retrato nos transmite. Y a continuación nos encontramos con una breve reseña biográfica sobre cada pintor, donde se une lo artístico, lo personal y lo histórico: su época, las circunstancias de su vida y lo que ocurría a su alrededor, en su casa y en el mundo, mientras el artista pintaba la obra seleccionada, cómo la pintó, porqué, qué pretendía expresar o qué logro con esa obra. Algunos de los autores conocieron el éxito en vida, a otros sólo les llegó después de muertos; hay hombres y mujeres, de diversos orígenes y épocas pero en todos los casos, tanto los pintores como sus retratados, protagonizan unas historias personales dignas de ser contadas: fascinantes muchas, dolorosas bastantes, de triunfos personales y artísticos o de grandes fracasos y existencias desgraciadas pero todas ellas llenas de interés y contadas con emoción e intensidad. Personajes extravagantes en algunos casos o sencillos y discretos, ricos o humildes, los modelos que fueron inmortalizados en estos cuadros proceden de muy diversos estratos sociales, unos pagaron por sus retratos y otros cobraron por posar en ellos pero todos legaron su imagen para la posteridad, se vieron convertidos en famosas obras de arte sobre las que ahora Carlos del Amor pone su sensible mirada y nos invita también a los lectores a observarlas y descubrirlas de una buena forma.
"Gracias por pararos un rato; al final, el alma de un cuadro sólo se puede captar si luego va a haber alguien enfrente para observar."
Me encanta Carlos del Amor, pero todavía no he leído nada de él. Creo que le voy a tener que hacer un hueco. Besos!
ResponderEliminarSu novela "El año sin verano" está muy bien. Y los dos libros sobre Arte, si te gusta el tema, son superrecomendables.
EliminarSaludos.