"A veces las mujeres levitaban, incluso las más ancianas; era responsabilidad de los hombres tirar de ellas hacia abajo para no perder a ninguna. Si una mujer, por soltera o simple falta de atención, acababa en las nubes, se mandaba a otra a por ella con una cuerda bien larga atada al tobillo. Cuando la cuerda no daba más de sí, se le daba a la mujer una escopeta."
El protagonista de la novela, Jaime Fanjul, nos narra una vida nada heroica y nada ordinaria, contada desde el humor y lejos de todo lo que suponga tragedia o drama. Situada en un tiempo y lugar imprecisos, "entre la IV y la V repúblicas (...) En aquellos años Salamanca aún no tenía mar." Partiendo de esa irrealidad, todo lo que sigue se mueve entre el absurdo y la carcajada en una imparable sucesión de hechos y vivencias alocadas, sucesos históricos que no ocurrieron donde abundan las guerras como la que enfrentó a Alicante contra el resto de España, "La guerra duraría seis años, a los que hubo que sumar una prórroga, por empate.", Dónde desfilan multitud de personajes disparatados como los piratas que asaltan naves para lanzar ataques dialécticos o hechos indiscutibles tal que la invención de la lengua inglesa por un labrador de las islas Azores. En el mundo de Fanjul, París es trasladada de ubicación piedra a piedra y España tiene dos capitales. También conocerá el amor y disfrutará de romances con mujeres de diferentes países, incluida alguna bruja, viviendo historias muy apasionadas, ciertamente: "A veces, agresiva, me arrancaba la ropa antes de que la puerta se hubiera cerrado del todo. Y nos poníamos los dos a leer." Se casará, enviudará, tendrá dos hijos y otra que casi lo es.
Terrorista, anarquista, aprendiz de alfarero, mecánico de bicicletas, echador de cartas, de París a Portugal o a Londres, de Nueva York a un recorrido por todo Oriente, cruzando el Sahara o viviendo en la cumbre del Mont Blanc, su vida será una aventura constante, totalmente imposible, pero no nos importa que lo que cuenta se sitúe siempre al margen de la realidad, porque está tan bien contada, es tan lógico dentro de su irracionalidad, una locura genial, que te atrapa y te arrastra en la lectura deseando saber que más peripecias esperan a nuestro protagonista. Jaime se rodea en todo momento de elementos fantásticos como los fantasmas que constantemente le rodean y no son lo más extraño de entre el desfile de personajes surrealistas que le acompañan o de entre los sucesos delirantes que protagoniza. Y todo contado con la prosa impecable del autor, capaz de crear imágenes asombrosas, dar cuerpo a ideas estrambóticas y hacer realidad lo más increíble. Cortés es capaz de crear un mundo de ficción único e irrepetible, que no se parece a nada que haya leído antes. Un recital incomparable de imaginación e ingenio.
"No es fácil explicar los meses del Sáhara, allí muchas cosas son verdad a la vez. El Sáhara es un desierto sin medida, una mancha blanca, cruza el África de lado a lado, de mar a mar. Lo atravesé muchas veces en aquel tiempo, pero no siempre despierto. En el Sáhara volví a soñar.
No tengo relatos de sed y ardor que contar, aunque me sequé muchas veces, por fuera y por dentro. A veces fui una mota arrastrada por el viento, a veces cuero recién arrancado puesto a orear. Tuve la lengua de esparto y la piel de lija, a veces sangré tanto que las serpientes me lamieron las heridas. A veces ansié la muerte. (Una vez la obtuve por completo, pero de eso no hablaré)."
No me tientas esta vez, pero me alegra que lo hayas disfrutado tanto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es un libro diferente y genial. Pero entiendo que no a todo el mundo le llame la atención de primeras. Tal vez algún día te caiga en las manos y ya me contarás entonces.
EliminarSaludos.