Hay temas literarios que no se agotan por mucho que se escriba sobre ellos, por muchas novelas que cada temporada se publiquen reviviéndolos o abordándolos desde nuevas perspectivas, con nuevas historias o personajes, siguen suscitando interés, despertando curiosidad, descubriendo nuevos hechos hasta el momento desconocidos, sorprendentes y emocionantes. Uno de estos temas es la II Guerra Mundial, un clásico entre mis preferencias dentro de la novela histórica a la que tan aficionada soy. Pues esta novela titulada "Volver a Canfranc" y escrita por la castellonense Rosario Raro es una más en esa larga serie de obras de ficción que se basan en la dura realidad que supuso el padecimiento por parte de la población europea de una guerra, acrecentada por la sumisión a un régimen tan brutal como fue el nazi en aquellos países donde se produjo la ocupación, como fue el caso de Francia. Basándose en unos hechos reales, la autora crea una novela emocionante que nos da a conocer a una serie de personajes que hicieron lo que estaba en su mano para luchar contra el sinsentido del nazismo.
El escenario de la novela se sitúa en un paraje que hoy día ya es historia: la actualmente abandonada estación de Canfranc, pueblo fronterizo con Francia en la provincia de Huesca. A pesar de encontrarse geográficamente fuera del territorio de la Francia ocupada, de facto los nazis controlaban este paso de montaña, salida natural hacia la Península Ibérica y, por tanto, posible vía de escapada de aquellos que trataban de huir de la ocupación y del conflicto bélico en Europa a través de la teóricamente neutral España. Pero los alemanes, aún convertidos en gobernantes de Francia, no pueden evitar que muchos miembros de su población e incluso empleados públicos ahora a su servicio no comulguen con sus ideas y con sus planes de exterminio y dominación, Y así ocurre con el responsable de la aduana francesa de la citada estación, Laurent Juste, un hombre íntegro que, bajo el aspecto de fiel cumplidor de las normas alemanas, oculta toda una red que facilita la huida de numerosos judíos y otros perseguidos por el nazismo. Pero Juste no estará solo en su peligrosa tarea, le ayudarán un grupo de personajes valientes y dispuestos a arriesgar sus propias vidas por una misión que consideran más importante que su propia seguridad: la camarera del Hotel Internacional Jana Balerma, el contrabandista Esteve Durandarte, y algunos otros empleados de la estación se confabularán en el mayor de los secretos para facilitar el paso por la frontera de muchas personas, algunos de ellos personajes famosos del arte y el espectáculo pero en su mayoría ciudadanos europeos anónimos que cruzarán Europa hasta Canfranc tratando de encontrar una vida mejor más allá de esa última frontera del Pirineo.
La novela es verdaderamente de fácil lectura, aunque a mí personalmente me ha dado la sensación de que en algunos momentos se volvía un poco lenta y repetitiva, pero de nuevo lograba coger ritmo y por lo general se disfruta prácticamente todo el tiempo con la emoción de la historia, con el magnífico escenario del paisaje montañoso salvaje que rodea la estación, de la propia gran estación monumental y del constante movimiento de pasajeros que alberga junto con su Hotel Internacional, de los diversos y variados personajes, tanto de la administración española, como el odioso gobernador provincial, como de la autoridad alemana, pero, sobre todo con la arriesgada aventura que llevan a cabo los valientes protagonistas.
Vista actual de la estación de Canfr |
El valor de la novela se incrementa sin duda al saber que los hechos que cuenta están basados en la hazaña del verdadero jefe de estación de Canfranc, Albert le Lay, miembro activísimo de la Resistencia francesa que ayudó a más de 1.500 judíos a escapar de Francia hacia la libertad por este lugar que hoy día permanece abandonado y que merecería ser recuperado y convertido en símbolo de un pasado que nunca debiera olvidarse.
Por la época en que se desarrolla me llama mucho la atención esta novela. Y por lo que cuentas, me parece que me va a gustar mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Seguro que sí! Es una nueva visión de la historia tantas veces contada.
EliminarSaludos.
Aunque me gusta la época,este libro no me acaba de llamar del todo ahora mismo.Quiza mas adelante.
ResponderEliminarBesos!
Déjatelo apuntado porque seguro que lo disfrutas cuando lo leas.
EliminarSaludos.
Le tengo en el ebook y es la priemera reseña que leo del libro. Me has dejado con ganas..., aunque los temas nazis por una oarte me atraen, pero por otra me repelen, porque son temas duros.
ResponderEliminarBesos
Te diré que la trama se centra en los habitantes de la estación más que en las propias actividades de los nazis, por lo que no es una novela especialmente dura.
EliminarSaludos.
Desde luego la Segunda Guerra Mundial es de los temas más novelados, aún así con libros como el que comentas descubro nuevos hechos.
ResponderEliminarUn abrazo
La guerra es ciertamente una fuente inacabable de experiencias humanas para contar, generalmente de gran sufrimiento pero convertidas muchas veces en magníficas historias literarias. Algo bueno que sale de una gran desgracia.
EliminarSaludos.
Hola si.. os apetece pasaros por mi blog...os encontraréis con relatos inacabados...1000campanas.blogspot.com.es. Muchas gracias
ResponderEliminarGracias por la recomendación. Me pasaré a echar un vistazo.
EliminarSaludos.