La única cosa
capaz de provocar interés en la joven Victoria, lo único que le apasiona verdaderamente,
son las flores y las plantas. Su principal actividad se centra en plantar, cuidar
y conocer el nombre de todas las especies que encuentra y la forma más parecida
a la comunicación que tiene es a través del lenguaje de las flores, el
significado que a cada flor le asignaron en la época victoriana y que se
utilizaba fundamentalmente en las relaciones amorosas de la época. Esta pasión
hará que Victoria consiga por fin un trabajo por horas en la floristería de
Renata y pueda vislumbrar así la perspectiva de hacerse con un lugar donde
vivir, una habitación propia con una puerta y una llave, esa es toda la
aspiración que tiene en la vida, evitando así convertirse en una sin techo abandonada
en las calles que es el futuro más probable que le espera.
Aún sin poder
compartir su actitud vital de misantropía absoluta, fruto de una ausencia total de
cariño en su corta vida, es fácil sentir lástima por esta criatura incapaz no
sólo de querer, sino de aceptar el cariño de los demás, se aferra a la
imposibilidad de alcanzar la felicidad. Victoria asume con resignación que la
suya ha de ser una vida dura y solitaria, no se ve capaz de tan siquiera
imaginarse en un futuro feliz, es incapaz de expresar sus sentimientos, porque
es incapaz incluso de reconocerlos. El retrato de su soledad es tan veraz que esperas a lo largo de todo el libro que su destino
no se cumpla y deseas que el desenlace de la historia no sea tan triste como al que ella misma cree estar predestinada.
El libro es
realmente muy grato de leer. El argumento no es demasiado sorprendente, ya que
supone la clásica historia de soledad y desarraigo resuelta gracias al amor y a
la conexión final de los dos hilos narrativos que vamos trenzando desde el
principio de la novela y que acaban uniéndose en un previsible y ansiado final feliz. Así y
todo, la novela tiene aspectos muy destacados como la original temática del
lenguaje de las flores llevada a la actual California o el adecuado tratamiento
de los sentimientos que no llega nunca al punto del dramatismo, sino que se
queda en un nivel bastante más sutil. No es un novelón romántico ni trágico, sino
una agradable historia triste con un buen final. Y de vez en cuando apetece leer
este tipo de historias.
La leí hace un tiempo y me gusto muchísimo, la tengo guardada con mucho cariño. Para mí fue un libro especial. Besos.
ResponderEliminar¡Qué ganitas le tengo a este libro! A ver cuándo consigo hacerle hueco.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me gustó mucho. Lo leímos en el club de lectura y no decepcionó a nadie.
ResponderEliminarEs una historia que sé que me va a gustar.
ResponderEliminarMe gustó muchísimo. Creo que llega muy bien al lector. Besitos
ResponderEliminarNo lo conocía, pero con tu reseña has conseguido picarme la curiosidad y creo que puede gustarme, tomo nota. Muchos besos.
ResponderEliminarLo tengo preparado en el ebook desde hace unos días porque me apetece mucho leerlo, así que caerá pronto. Un beso
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