Esta es una de esas novelas policíacas que tanto disfruto ya que, a pesar de que todo gira necesariamente alrededor de la investigación de un caso, el argumento se centra fundamentalmente en la vida personal y las relaciones entre los policías, los asuntos familiares de los diversos personajes y en este caso en concreto, en la manera en la que Jenna trata de lidiar con la culpa y reconstruir su vida, cómo se esfuerza por adaptarse a la cerrada comunidad en la que se ha instalado a vivir sin desvelar el doloroso pasado del que trata de escapar. Todo avanza a un ritmo bien medido hasta que la trama da un giro inesperado y las cosas dejan de ser lo que parecían. Se agradece siempre en una novela de suspense que el autor nos regale este tipo de sorpresas que provocan un cambio de perspectiva, que vuelve del revés lo que creíamos que era el camino recto que iba de la investigación a la resolución del caso. A partir de ese momento, nos introducimos en una escalofriante historia de amor tóxico, abusos en el matrimonio, miedo e indefensión, que nos lleva a dudar de lo que creíamos hasta ese momento, a ver a los personajes con otros ojos y a plantearnos si el culpable de un crimen es o no el malo de la novela.
La lectura resulta en todo momento entretenida, el ritmo narrativo es ágil y nos mantiene interesados por las dos historias que nos cuenta: tanto la de los investigadores de la policías y sus relaciones personales como la de Jenna y su huída desesperada. El resultado es una lectura que nos mantiene en vilo de principio a fin y nos permite al mismo tiempo reflexionar sobre multitud de asuntos en torno a las relaciones personales y sentimentales.
Lo lei y sólo recuerdo que esperaba más de él. Besos y Feliz año!
ResponderEliminarYo la he encontrado bastante entretenida. No es un obra maestra, claramente, pero está bien contada las historia.
EliminarSaludos y que tengas un fantástico nuevo año.