Hay algunos libros, como es el caso de este "Rewind" de Juan Tallón que tienen la capacidad de meterte tan profundamente dentro de la historia que cuentan, de hacerte sentir tan cerca de los personajes y de sufrir con ellos de tal modo que, aún cuando han transcurrido algunos días desde que lo has terminado, te deja dentro un desasosiego vital y una sensación de vacío como la de haberte separado de un grupo de amigos que no volverán (nunca más oportuno el símil que en este caso) pero a los que probablemente recordarás durante mucho tiempo. El argumento de la historia gira en torno a una tremenda explosión en la que pierden la vida un grupo de estudiantes, compañeros de piso en la ciudad de Lyon, un drama tremendo que conllevará toda una serie de consecuencias en la vida del único superviviente y de las familias y amigos de los fallecidos.
"Me estaba meando. Salí del salón, donde bebíamos con cierto desorden y riéndonos con altivez de todas las cosas, unas veces ingeniosa y otras grotescamente, sin demasiada sutileza, y me dirigí al lavabo del fondo, el pequeño. Esa es la irrisoria y única razón por la que ahora estoy vivo: mis ganas de hacer pis. No me gusta pensar en ello.
(...) Si hubiese ido al baño grande, entre el salón y la cocina, la historia habría sido distinta. Distinta en el sentido de que yo, que quizá no soy nada para la gran historia del mundo, estaría muerto. Es espeluznante."
El libro se estructura en cinco partes en las que distintos narradores van dando su versión de los hechos, van rememorando el accidente, cuentan dónde se encontraban cuando ocurrió la explosión, cómo recibieron la noticia y lo que todas esas muertes supusieron para aquellos que los querían. El duelo se combina con el homenaje a las jóvenes vidas perdidas, recordándoles en sus últimos días felices, ajenos como eran a lo que se avecinaba, convencidos de estar disfrutando de sus mejores momentos sin saber que eran los últimos. Algunas de las historia que siguen a la muerte de los jóvenes son desgarradoras, inmensamente tristes, mostrando el vacío que queda tras la desaparición de los hijos, hermanos, amigos, tremendos dramas en los que las personas y las familias se desmoronan y nunca vuelven a ser como eran.
El texto está lleno de descripciones minuciosas con especial atención a los pequeños detalles de la vida cotidiana que, una vez pasado el desastre, adquieren una importancia insospechada, le otorga un inmenso valor al disfrute de las cosas pequeñas que resultan ser las que más felicidad nos proporcionan, las que se recuerdan a posteriori como los mejores momentos vividos. La conclusión sería que por mucho que recordemos, que a veces nos empeñemos en quedarnos a vivir en el pasado, lo cierto es que no se puede rebobinar el tiempo, no es posible darle al rewind más que en nuestra cabeza, que debemos mirar siempre hacia el mañana tratando de descargarnos del peso del ayer. Aunque seguramente suena más fácil en la teoría que a la hora de ponerlo en práctica.
"Hay hechos que admiten solo un número de vueltas de tuerca, y si les das más de la cuenta, empiezan a carcomerte y el pensamiento deriva en laberinto."
Tema duro. Se nota que es un libro que te ha calado, que te ha llegado hondo. Tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es muy intenso, es cierto. Pero lo he disfrutado mucho. Lo recomiendo.
EliminarSaludos.
Hola,
ResponderEliminarlo leí hace meses y decir que me encantó es poco. Es un libro maravilloso que no dudo en recomendar siempre que tengo ocasión.
Un beso
Estoy encantada de haber descubierto este libro después de haber oído hablar tan bien sobre él durante meses. Yo también lo voy a recomendar mucho.
EliminarSaludos.
Qué curioso, nunca había oído hablar de este libro, pero me lo llevo anotado porque me gusta lo que cuentas.
ResponderEliminarSoy nueva, por cierto. ¡Me quedo por aquí! :)
Abrazos.
Espero que lo disfrutes como yo lo he disfrutado. Y bienvenida por aquí. Espero que compartamos recomendaciones y opiniones sobre nuestras lecturas.
EliminarSaludos.