El relato está escrito en primera persona por una narradora que le va contando su historia a una interlocutora desconocida a la que no ve ni tiene cerca y esta historia comienza cuando su padre llegó a Tilburg, luego conocería a su madre y formarían una familia... pero nada es lineal en este relato breve, sin argumento ni final, que se lee por el mero placer de tratar de seguir los pensamientos erráticos de la autora, por disfrutar con las acuarelas minimalistas que lo ilustran, de sentir cómo añora a su madre, acompañarla en el inicio de su vida adulta...sin una estructura narrativa clara pero con imágenes llenas de fuerza y sentimiento.
"Éste es el comienzo. (De momento puedo decirte que el comienzo es lo que más dura, es el impulso inicial. El final es un punto. Sólo un punto. Pero si miras con detenimiento, verás que ese punto es una abertura, un minúsculo agujero por el que puedes pasar. Tras él, un nuevo y largo comienzo te está esperando. Si quieres, esto no acaba nunca.) Todavía te debo ese momento en el que me presento educada y formalmente, pero lo dejo para más adelante."
No termina de llamarme esta vez así que lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tampoco hay necesidad de leerlo todo, eso es cierto.
EliminarSaludos
Hola.
ResponderEliminarNo conocía el libro y por el momento no creo que lo lea, tengo demasiados pendientes, pero gracias por la reseña.
Por cierto, acabo de encontrar tu blog y me quedo por aquí.
Nos leemos.
Como es un relato bastante breve y se lee de una sentada, siempre estará ahí la posibilidad de descubrirlo.
EliminarBienvenida y espero que nos leamos con frecuencia.
Saludos.
No lo conocía, pero no me convence, esta vez no me lo apunto. Besos.
ResponderEliminarOtra vez será. En cualquier caso, es tan breve que sólo por descubrir otra forma de contar las cosas tal vez algún día te lo cruces en alguna biblioteca y valga la pena echarle un vistazo. Y si no, pues tampoco pasa nada.
EliminarSaludos.