Santiago Posteguillo tiene la capacidad de transportarnos a la Antigua Roma con una viveza asombrosa gracias a su aproximación humana a los protagonistas de los hechos históricos y al excelente control del ritmo narrativo que convierte la lectura de sus obras en una experiencia placentera en la que se combinan con exquisita precisión el interés que despiertan las peripecias personales de los distintos personajes con la profundización en la comprensión de los factores que determinan y explican los hechos puramente históricos, desde las luchas de poder a los intereses de diferentes bandos o familias, lo que nos permiten adentrarnos en la Historia, así con mayúsculas, siguiendo el cómodo camino de la novela de aventuras.
Después de sus series centradas en los emperadores Escipión y Trajano, con "Yo, Julia" Posteguillo se centra en el origen de una nueva dinastía imperial, la fundada por el emperador Severo y en el papel fundamental que la esposa de éste, Julia Domna, tuvo en su ascenso a la púrpura imperial. Antes de llegar a ese punto, el relato se inicia en el momento en que Julia no es más que la esposa de Septimio Severo, gobernador de Panonia, uno de los hombres más poderosos del Imperio junto a Pescenio Nigro gobernador de Siria y Clodio Albino, gobernador de Britania. Julia se nos presenta como una mujer de extraordinaria belleza y mente brillante, de origen oriental, hija del rey de Emesa en Siria y destinada a convertirse ella misma en esposa de un rey, según le predijo el oráculo de su ciudad natal y a ese fin dedicará todos sus recursos e inteligencia. Pero Julia cuenta con muchos enemigos en Roma al ser considerada como extranjera por los orgullosos ciudadanos romanos entre los que destacan las esposas de los demás gobernadores que la rechazan y la envidian a partes iguales. Lo cierto es que todos los que la conocen descubren en ella una mujer de inteligencia superior, gran visión política y apoyo imprescindible para la carrera política y militar de su esposo.
A lo largo de la narración asistiremos a los aciagos tiempos que vive Roma bajo el gobierno de Cómodo, y descubriremos que la figura del Emperador es tan poderosa como inestable y arriesgado es el camino hasta alcanzarlo, siendo precisa una combinación de astucia, fuerza y dinero para comprar apoyos y para acabar con los muchos enemigos a los que debe de enfrentarse. Y es que alcanzar la gloria de la púrpura y perderla violentamente es de lo más común. Veremos sucederse a Comodo, Pertinax, Juliano y Severo al frente de un gobierno que se enfrenta tanto a los peligros procedentes de más allá de las fronteras, como a los que acechan desde el propio corazón del Estado, del voluble Senado, de la amenaza de los poderosos gobernadores que aspiran a alcanzar el poder e incluso de la propia guardia pretoriana que se supone que defiende al emperador pero en cualquier momento se puede convertir en su peor enemigo.
Después de sus series centradas en los emperadores Escipión y Trajano, con "Yo, Julia" Posteguillo se centra en el origen de una nueva dinastía imperial, la fundada por el emperador Severo y en el papel fundamental que la esposa de éste, Julia Domna, tuvo en su ascenso a la púrpura imperial. Antes de llegar a ese punto, el relato se inicia en el momento en que Julia no es más que la esposa de Septimio Severo, gobernador de Panonia, uno de los hombres más poderosos del Imperio junto a Pescenio Nigro gobernador de Siria y Clodio Albino, gobernador de Britania. Julia se nos presenta como una mujer de extraordinaria belleza y mente brillante, de origen oriental, hija del rey de Emesa en Siria y destinada a convertirse ella misma en esposa de un rey, según le predijo el oráculo de su ciudad natal y a ese fin dedicará todos sus recursos e inteligencia. Pero Julia cuenta con muchos enemigos en Roma al ser considerada como extranjera por los orgullosos ciudadanos romanos entre los que destacan las esposas de los demás gobernadores que la rechazan y la envidian a partes iguales. Lo cierto es que todos los que la conocen descubren en ella una mujer de inteligencia superior, gran visión política y apoyo imprescindible para la carrera política y militar de su esposo.
A lo largo de la narración asistiremos a los aciagos tiempos que vive Roma bajo el gobierno de Cómodo, y descubriremos que la figura del Emperador es tan poderosa como inestable y arriesgado es el camino hasta alcanzarlo, siendo precisa una combinación de astucia, fuerza y dinero para comprar apoyos y para acabar con los muchos enemigos a los que debe de enfrentarse. Y es que alcanzar la gloria de la púrpura y perderla violentamente es de lo más común. Veremos sucederse a Comodo, Pertinax, Juliano y Severo al frente de un gobierno que se enfrenta tanto a los peligros procedentes de más allá de las fronteras, como a los que acechan desde el propio corazón del Estado, del voluble Senado, de la amenaza de los poderosos gobernadores que aspiran a alcanzar el poder e incluso de la propia guardia pretoriana que se supone que defiende al emperador pero en cualquier momento se puede convertir en su peor enemigo.
La historia se nos cuenta a través del diario de Galeno, el más afamado médico de la época que acompaña a la familia imperial en sus campañas militares y se ocupa aquí de relatarnos los sucesos de los que fue testigo presencial. Su relato se combina con los sucesos históricos basados en las crónicas de la época, la reconstrucción de las batallas a las que siempre temo como lectora poco aficionada al género bélico pero que gracias a la habilidad del autor que cambia continuamente de bando, de escenario, que proporciona imágenes breves e intensas de las luchas logra aligerar enormemente estos pasajes y permite que se lean con agilidad y el mismo interés que proporcionan las escenas palaciegas, las intrigas en el Senado o los entresijos que rodean a la familia imperial, lo que convierte esta novela en una entretenida e intensa lectura que se disfruta de principio a fin, como suele ocurrir con todo lo que sale de la pluma de Posteguillo.
Creo que este será el libro con el que me estrene leyendo a Posteguillo.
ResponderEliminarDesde hace mucho tiempo que quiero hacerlo, pero meterme en una de sus trilogías siempre me ha frenado. Pero ahora al ser una novela única va a ser el momento.
Un abrazo
Pues sí que es una buena oportunidad para descubrir al autor, aunque no sé yo si este volumen no tendrá continuacion, por eso de que la historia que se cuenta sigue adelante, ya imaginas. En cualquier caso, sus libros se pueden leer sin necesidad de completar las trilogias, por ejemplo "Los asesinos del emperador" es fabulosa y no deja hilos abiertos más allá de lo lógico ya que despues siguen ocurriendo acontecimientos historicos. Espero que disfrutes la lectura
EliminarSaludos