"El silencio de la ciudad blanca", de Eva García Sáenz de Urturi, fue una de mis lecturas favoritas del año pasado, uno de los libros que más disfruté y que me descubrió la ciudad de Vitoria, una completa desconocida para mí hasta ese momento y que tuve la suerte de visitar el verano pasado llevada precisamente por la curiosidad despertada en mí tras la lectura de esa novela. Ha sido enormemente agradable, por tanto, el reencuentro con los personajes de esta trilogía en esta segunda entrega de la misma, " Los ritos del agua", y reconozco que he disfrutado de una manera diferente de esta novela ya que en este caso recorría escenarios que ya había tenido el placer de conocer personalmente además de reencontrarme con un grupo de personajes familiares y una forma amena de contar las cosas, aderezada, además, con interesante pinceladas históricas referentes a antiguas tradiciones y misterios ancestrales que tanta importancia tienen en el argumento, si bien en esta ocasión el ámbito geográfico del relato no se limitan al entorno de la ciudad blanca sino que se amplía hasta la zona de Santander, con lo que nos encontramos con nuevas tradiciones y antiguos mitos celtas comunes a todo el área de la cornisa Cantábrica.
Argumentalmente nos encontramos con los personajes ya conocidos casi en el punto donde los dejamos tras resolverse el caso de la anterior novela. El inspector Unai López de Ayala, más conocido por su apodo de Kraken y la subcomisaria Alba Díaz de Salvatierra aún no han tenido tiempo de relajarse ni de recuperarse de las secuelas de dicho caso cuando comienza otra serie de asesinatos rituales. Existe además en esta ocasión una inquietante relación personal entre las víctimas y el propio Kraken, ya que la primera víctima resulta ser su primera novia de la adolescencia y seguidamente se ven involucrados algunos miembros de su cuadrilla de amigos de toda la vida. Lo que que no sabemos es si esto será un hecho casual o si responde a un plan por el cual el mismo detective se encuentra entre los posibles objetivos de este nuevo asesino ritual.
Esta vez tendremos que trasladarnos en el tiempo junto a la cuadrilla de los amigos de Unai hasta el verano de 1992 en que participaron en un campamento de verano centrado en la arqueología en Cantabria. Esta vez la mitología vasca se mezcla con la del resto de la zona cantábrica, ritos de fertilidad, muertes rituales, elementos que ya tenían su gran papel en la novela anterior con la que también comparte el estilo narrativo ágil y la estructura de la trama, la investigación basada en el ingenio deductivo de Unai que cuenta como siempre con la inestimable ayuda de su compañera Estíbaliz y el final dramático, violento y la resolución del caso al límite del desastre.
Es esta, en fin, una novela que disfrutarán los que ya hubieran caído rendidos a los pies de "El silencio de la ciudad blanca" y que, sin ser completamente novedosa o sorprendente, sí que resultará altamente entretenida. Eso sí, veo preciso pasar previamente por la primera novela para tener una visión completa del argumento dadas las frecuentes referencias a los sucesos ya contados en la anterior entrega y seguir así mejor la evolución personal de los personajes e involucrarse más en profundidad en sus relaciones personales.
Me gustó mucho la primera parte y espero disfrutar pronto de esta.
ResponderEliminarBesos.
No dudes que vas a reencontrarte con el ambiente y la personajes de la anterior novela en medio de un nuevo caso a investigar. Espero que la disfrutes.
EliminarSaludos
Todavía no he leído el anterior libro así que tardaré un poquito en ponerme con éste.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues es "obligatorio" pasar por el anterior para disfrutar este, así que ponte a ello pronto.
EliminarSaludos.