Suelo confiar en Carmen Posadas cuando me apetece leer una novela con fondo histórico que me resulte amena y a la vez ilustrativa del periodo y los personajes involucrados en la trama. Realmente admiro la habilidad de la autora para llevarnos a través sus novelas a otras épocas y lugares, con una narración sencilla y al mismo tiempo llena de detalles que dibujan ambientes y personalidades con soltura y claridad. En este caso, con "La hija de Cayetana" nos acercamos a la España de finales del siglo XVIII de la mano de Cayetana de Alba, aquella a la que retrató Goya, la castiza y vital duquesa que me ha atrapado en su mundo de alegre indiferencia, de seguridad en los privilegios heredados de la nobleza española que, a diferencia de la Francia revolucionaria cuyas noticias asombran y asustan por aquí, permanece anclada en el Antiguo Régimen de la Monarquía absoluta, ajenos a los aires liberales que comienzan a soplar, a pesar de estar gobernados por un rey incapaz como es Carlos IV, de una reina extranjera y manipuladora como la Parmesana, gran enemiga de la de Alba con la que compite incansablemente en ser la más popular, la que más conquistas amorosas acumula, entre ellos el codiciado Manuel Godoy, favorito de los reyes y hombre más poderoso del país. Este ambiente es el que me ha conquistado, la cotidianeidad del trato con Francisco de Goya, la duquesa de Osuna y los grandes personajes cercanos a la Corte que se mueven entre fiestas y artistas, ignorando los aires de cambio que vienen del otro lado de los Pirineos y la miseria de la mayoría de la población. Sin hijos propios, Cayetana prohijará a una pequeña negrita que recibe como regalo de un admirador, como quien regala un cachorrillo, pero que la duquesa criará y querrá como a la verdadera hija que nunca pudo tener. La pequeña María Luz crecerá como una niña bellísima, refinada y artísticamente dotada, pero sabiendo que el color de su piel nunca le permitirá ser plenamente admitida entre la sociedad en la que se ha criado como hija de la familia Alba.
Menos agradable y cómodo, como no puede ser de otra manera, es el ambiente en el que se mueve la esclava Trinidad, verdadera madre de la pequeña María Luz que le fue arrebatada nada más nacer y a la que no dejará de buscar mientras frecuenta los más variados escenarios, sórdidos, violentos e insalubres, primero como sirvienta esclava procedente de Cuba y posteriormente como huída, entre los negros de Sevilla, en las Azores o en el Cádiz liberal, siempre a la búsqueda de su amado perdido, el padre de su hija, y de su niña robada, con la ilusión de recuperar lo que perdió y soñando con tener una vida feliz que constantemente se le escapa de las manos, incapaz de escapar de su condición de desheredada, de miembro de lo más bajo dentro de lo más pobre de la sociedad .
En resumen, esta es una novela que se lee con soltura, que agrada en sus distintos escenarios y variedad de personajes y que nos da una mirada cercana a personajes relevantes de nuestra Historia, del arte y también de la sociedad de una época emocionante como lo es cualquiera que se sepa retratar con acierto y sensibilidad.
El último libro que leí de Carmen Posadas fue "Testigo invisible" y es cierto que tiene mano para la novela histórica.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta esta autora, tanto en sus novelas de tono frívolo como en las históricas, en las que se ha especializado en los últimos años. Te recomiendo esta si tr intetesa la época o los personajes que aparecen en ella.
EliminarSaludos.
No me he estrenado aún con esta autora. Y este libro lo he tenido varias veces en la mano pero no he terminado de decidirme. Pero después de leerte, la próxima vez que lo tenga, se viene definitivamente conmigo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Te recomiendo, sin duda, que conozcas a la autora. Tiene unas novelas muy interesantes, sencillas de leer y muy bien documentadas.
EliminarSaludos.