jueves, 6 de octubre de 2016

Los Austrias. El vuelo del águila

¿Cuántas veces no habré declarado ya mi pasión por el periodo histórico protagonizado por los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, y sus sucesores inmediatos? Una época fascinante como la que más, donde las luchas de poder no tenían reglas, donde los pactos y las alianzas tenían los pies de barro, donde la palabra dada y el acuerdo firmado no valía nada ante un cambio de circunstancias o una opción de volverse a imponer al rival olvidando todo lo prometido y pactado, cuando los enemigos podían fácilmente unirse en alianzas contra natura en contra de un tercero en cualquier momento, los matrimonios unían reinos enemigos y las princesas eran usadas como piezas del juego político. Al margen de las ya míticas series para los amantes del relato histórico "Isabel" y "Carlos, Rey Emperador", ambas estupendas producciones nacionales de las que sentirse muy orgullosos, también he estado visualizando mentalmente a todo lo largo de la lectura de esta novela "Los Austrias. El vuelo del águila", del escritor José Luis Corral, la reciente película, esta vez en formato cinematográfico "La corona partida" que cubre precisamente el periodo que va desde Isabel hasta Carlos, el tránsito desde que la Reina Católica muere y deja sus reinos en manos de su hija Juana hasta que el hijo de esta, Carlos de Gante, se encuentra en edad y disposición de tomar bajo su mano el gobierno de los territorios que corresponden a las coronas de su madre (Castilla, León, Aragón, Nápoles, las Américas...) y de su padre (desde Flandes hasta la totalidad del Sacro Imperio Romano)

Felipe y Fernando de Aragón, yerno y suegro enfrentados por la corona de Castilla, son dos hombres muy similares: ambiciosos y lujuriosos, ambos compitiendo por la herencia de Juana de Castilla, "la Loca", reconocida como incapaz de gobernar pero que conservaría su título de reina de Castilla durante muchos decenios, sobreviviendo a los dos hombres que anhelaban dominar los territorios que le legó su madre, la reina Isabel. Así que encontramos al rey Fernando enfrentándose contra enemigos dentro de su propia familia, con los vecinos europeos, también dentro de sus propias fronteras ya que los nobles castellanos se resisten a ser gobernados por un"extranjero", como le siguen considerado a pesar de que durante más de treinta años ha sido su rey, ha conquistado Granada para Castilla y ha ampliado sus fronteras mas allá del océano con los territorios descubiertos por Cristóbal Colón. Pero todo esto nunca será demasiado para Fernando, el gran protagonista de la época, el estratega puro, modelo en que se inspiró "El Príncipe" del italiano Niccolo Maquiavelo, el gobernante sin escrúpulos ni concesiones, que ata y desata, promete sin intención de cumplir su palabra y elimina a quien se interponga en su camino hacia el poder.
"A sus agudos ojos, la cristiandad se mostraba como un gran tablero en el que reyes, príncipes, princesas, caballeros y damas eran las fichas y él quien las movía a su antojo."
Maximiliano de Austria, el Papa Julio II, el rey de Francia... por la novela discurren grandes personajes, protagonistas inmensos de estos años revueltos, de un todos contra todos, un tutum revolutum de alianzas, traiciones, pactos y engaños donde nadie se fía de nadie y todos necesitan el apoyo de los demás.
"Eran reyes y papas, pero se comportaban como tahúres de taberna, haciendo cuantas trampas podían para acrecentar su poder, su riqueza y sus dominios. Se escribían cartas en las que se trataban con la cortesía propia de los caballeros y se dirigían unos a otros con apelativos como «hermano» o «primo», pero, si se les hubiera presentado la menor oportunidad, se hubieran acuchillado unos a otros por la espalda sin ningún reparo."
Al lado de los grandes personajes, tenemos también un personaje mas discreto: el médico Pedro Losantos, judío converso al servicio del rey Fernando que nos va mostrando la visión de los hechos desde la perspectiva de un ciudadano de a pie que convive con los poderosos. De su mano nos acercamos al lado mismo del rey y conocemos algunos de sus asuntos más humanos, como sus enfermedades, algunas de sus maquinaciones políticas y sobre todo, su obsesión por lograr que su segunda y joven esposa, la sobrina del rey francés, Germana de Foix, quede embarazada del que sería heredero de la corona de Aragón, de modo que esta no pase a manos de Carlos, su lejano y desconocido nieto mayor. 

Está claro que los hechos que nos cuenta este libro son ya bien conocidos para todos, mil veces revisitados, pero siguen resultando fascinantes una y otra vez y cuando además están bien contados como es el caso de esta novela, se vuelve a disfrutar con ellos como si fuera la primera vez.

6 comentarios:

  1. Gustándome el género y no he leído nada de este autor. Y este libro parece un buen estreno.
    Besotes!!!

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    1. Pues está muy bien documentado y a la vez es de muy amena lectura. No lo dudes.
      Saludos.

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  2. Hola!!!

    Este libro es uno de los que más puntuación tienen en mi blog, es una maravilla, me encantó. Estoy deseando que llegue noviembre del año que viene para leer el siguiente.

    Un beso!

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    1. No sabía que tenia continuación. Qué buena noticia me das!! Me lo apunto ya sin dudarlo!!!
      Saludos.

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  3. No es la primera vez que oigo críticas positivas de este autor, algún día tendré que leerme alguna novela suya. Que además tengo el género histórico muy abandonado.
    Un abrazo.

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    1. Pues si quieres retomar el género, esta es una buena opción, no lo dudes.
      Saludos.

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