¿Qué necesita tener una novela para que te enamore? ¿Qué es lo que hace que nos fascine una historia, por pequeña que esta sea? Supongo que esas son preguntas que no tienen una respuesta sencilla, ¡Ojalá!, dirían los editores, ¡Ojalá existiera la fórmula del éxito! Aunque también deberíamos de tener en cuenta que lo que llega al corazón de un lector, lo que hace que te enamores de un libro, tal vez pase inadvertido para otro montón de lectores para los cuales este no sea más que otra novela cualquiera. Pero lo cierto es que cuando eso ocurre, cuando das con un libro que te conquista y te encanta, lo reconoces al instante, aunque seas incapaz de explicar las razones que te han llevado a ese enamoramiento. Eso es lo que me ha ocurrido con "Mi año con Salinger", esta obra autobiográfica de Joanna Rakoff, una pequeña joya que descubrí casi por casualidad, donde el título fue el primer punto que me atrajo hacia su lectura y donde he descubierto una historia sencilla pero llena de encanto, sinceridad y que me ha llevado al interior de un mundo fascinante y desconocido por mí: el mundo editorial de Nueva York de los años 90, de la mano de una protagonista, la propia autora, por la que sentimos una simpatía inmediata nada más conocerla y terminamos la lectura debiéndole un enorme agradecimiento por haber compartido con los lectores una parte de su vida y de hacerlo, además, con generosidad, humildad y brillantez.
Nos encontramos, por tanto, en Nueva York, en el año 1996, en un escenario donde, ¡bendito sea el Cielo! nos rodean libros por todas partes, literalmente. Joana entra a trabajar en la oficina de una importante agente literaria de la ciudad. Recién terminado un posgrado en Literatura, con veintipocos años, no tiene muy claro hacia donde quiere dirigir sus pasos profesionales ni personales. Casi sin pretenderlo se encuentra en la gran ciudad donde consigue su primer trabajo, con un sueldo ínfimo que apenas le permite sobrevivir decentemente, pero que la llevará a rodearse de autores y editores, a las órdenes de una excéntrica y exigente jefa, cuyo nombre real nunca que cita pero que existe en realidad, como casi todos los personajes con los que se relaciona la joven e inexperta Joanna que se introduce en el mundo de la Agencia, así, sin nombre, donde se vela por los intereses de numerosos autores entre los que destaca por encima de todos el Autor, también con mayúsculas, al que todos nombran como Jerry y el resto del mundo conoce con J. D. Salinger. Los habitantes de la Agencia deambulan entre tomos de libros, originales por publicar, pilas de cartas de fans, de los propios autores o de editores que desean publicar alguna de las obras de los representados. La novela refleja con muchísimo encanto el ambiente de los últimos años previos a la actual época hipertecnológica, unos años donde aún era posible gestionar un negocio a base de telex, máquinas de escribir eléctricas y muchas llamadas telefónicas desde unas oficinas atestadas de pilas de papeles sobre los escritorios, donde el correo electrónico se considera una extravagancia innecesaria. De hecho, no hace tantos años que muchos de nosotros vivíamos sin necesidad de estar constantemente conectados a la red, se escribían cartas a mano y se empleaba el papel carbón para hacer copias y estas se echaban a los buzones en las oficinas de Correos y un autor podía tardar ocho años en decidirse a aceptar una propuesta de un editor con el que se intercambiaba interminable correspondencia. Este escenario, iluminado con lámparas de pantalla, suelos enmoquetados y estanterías de madera oscura combadas por el peso de los volúmenes, resulta hoy día casi romántico en su sencillez y es el mundo al que nos transporta la novela de Rakoff y que me ha hecho añorar unos años que no están tan lejanos en el tiempo pero que parecen casi parte de otra vida.
Todo esto se une a una narración sencilla que refleja una personalidad discreta y tranquila, la de una joven bastante inocente, sencilla en su humildad, con muchas ganas de descubrir, de aprender, de formar parte del mundo de la edición, de la literatura en general, una escritora en potencia que se avergüenza de sus propios poemas y a la que vemos dar el paso para entrar definitivamente en la edad adulta debiendo decidir cómo encauzar su vida profesional y también personal, convertirse en una persona autónoma, poner fin a la etapa de estudiante, romper el lazo de dependencia económica con sus padres y afrontar su propia vida. Una maravilla de novela que tal vez no se convierta en éxito de ventas pero que a mí me ha cautivado absolutamente por permitirme asomarme de una manera diferente al universo de los libros, de la lectura, de la edición y del mundo de los escritores.
No la conocía pero creo que podría gustarme así que me lo llevo anotado.
ResponderEliminarAbrazo!
Para mí ha sido una enorme sorpresa, una maravilla de libro. Espero que también lo sea para ti.
EliminarSaludos.
Me lo apunto yo también, estando el mundo de los libros tan presente, Nueva York, los 90...imposible resistirse. Besos.
ResponderEliminarEs una gozada, llena de libros, autores, toda la esencia del mundo editorial. Espero que la puedas disfrutar.
EliminarSaludos.