Mario Menkel es un personaje gris, un solitario y discreto profesor de creación literaria en una universidad privada, puesto que obtuvo merced a una única y exitosa novela escrita ya hace más de diez años. Tímido y anodino, nada hay de destacable en su vida solitaria y rutinaria. Enamorado secretamente de una brillante compañera de la universidad de nombre Beatriz, ni siquiera se ha planteado nunca hacer el más mínimo intento de acercamiento a ella. Esta sería la descripción del protagonista de La importancia de las cosas, de Marta Rivera de la Cruz, cuya trama se inicia con un suceso inesperado: el inquilino que se alojaba en un piso propiedad de Menkel se ha suicidado. El casero nunca tuvo interés por conocer detalles personales de quien ocupaba aquella vivienda, dejando toda la gestión a una inmobiliaria, así que ahora Menkel se encuentra con un piso desocupado pero rebosante de todo tipo de cachivaches, colecciones de lo más variado y trastos diversos pertenecientes a una persona de la que no ha querido saber absolutamente nada hasta el día de su muerte, aparte de que abonaba sus mensualidades con estricta puntualidad.
Lo cierto es que este hecho se convertirá en una toda una baza a su favor cuando Menkel se encuentre en condiciones de ofrecerle el piso a su amada Beatriz que acaba de abandonar su hogar conyugal. Beatriz echa de menos algunos objetos que ha dejado atrás al huir de su matrimonio: su equipo de música, su colección de DVDs, algunos libros o muebles restaurados; a cambio se encuentra ahora en un piso prestado y rodeada de cosas que no significan nada para ella. Menkel y Beatriz se embarcan en la misión de recoger, organizar y deshacerse de todos los objetos acumulados por el anterior inquilino, tarea que se transformará cuando comiencen a tratar de dar algún sentido a todas aquellas cosas y esa tarea conjunta favorecerá el que se descubran el uno al otro desde una nueva perspectiva.
Al hilo de la historia de Mario y Beatriz, iremos conociendo otras tramas, otros personajes interesantes y bien dibujados como el de Anna Livia Schzern o el propio inquilino fallecido, Fernando Montalvo, cuyas vidas suponen pequeños cuentos con entidad propia que complementan y dan sentido al relato principal.
La novela realiza una ácida visión del mundo académico en el seno de una universidad privada que no sale muy bien parada. La crítica se ceba tanto en el alumnado compuesto por hijos de padres adinerados y casi clónicos en su comportamiento y aspecto, como en el catálogo de profesores que se mueve entre los mediocres que jamás habrían encontrado un puesto en la universidad pública y los fichajes estrella atraídos sólo por el sueldo y por el prestigio social que les confiere el participar en la formación de los cachorros de las clases acomodadas. El ambiente y las relaciones entre el profesorado se basa en el interés y las presiones por parte de la dirección, guiada por el objetivo único de preservar la buena imagen de la institución como garantía de los ingresos que el negocio proporciona y de la relevancia social que otorga a sus dirigentes.
El estilo de la novela es muy fresco. A pesar de no primar los diálogos y de abundar las descripciones, ya que el texto se articula fundamentalmente sobre las reflexiones de los distintos personajes que nos van dando su visión de las cosas y dándonos a conocer sus historias, sin embargo la lectura resulta muy ágil, muy directa, con toques de humor y comentarios agudos. El relato resulta muy realista, se desarrolla en unos escenarios actuales descritos con viveza y que resultan interesantes: la universidad, el remodelado barrio de Chueca en Madrid, el mundo editorial... La narración resulta muy visual y fresca e incluso el giro final, en el que diferentes historias acaban convergiendo en una sola, está bien contado y bien resuelto.
En fin, una lectura agradable de una autora a la que me propongo seguir conociendo.
A esta autora la tengo presente después de las excelentes críticas de .M. del blog Una vez leí. Veo que a ti también te ha gustado. Bonita reseña. Bss.
ResponderEliminarNo he leído nada de esta autora aún, y por lo que comentas, esta novela parece estar bastante bien para empezar con ella. Así que para la lista.
ResponderEliminarBesotes!!!!
Tengo apuntado este libro desde hace tiempo, porque de esta autora leí En tiempo de prodigios y me gustó bastante, así que creo que va siendo hora de leerlo. Un beso
ResponderEliminarAunque me apetece mucho leer algo de esta autora todavía no he podido adentrarme en su prosa. La apunto para cuando liquide lecturas
ResponderEliminarNo conocía este título, lo buscaré que me ha gustado como lo presentas.
ResponderEliminarUn beso
Narras tan bien lo que has experimentado leyendo este libro, que entran ganas de leerlo, ya!!
ResponderEliminarDe momento, creo que tendrá que esperar, pero desde que he leído tu reseña, tengo mejor opinión de él. Leyendo la contraportada, no me cautivó.
Un abrazo!!