viernes, 24 de febrero de 2012

El ruido de las cosas al caer

La huída de una familia de hipopótamos de un zoológico local es el peculiar arranque de esta novela, "El ruido de las cosas al caer", del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, y sirve como detonante que lleva a Antonio Yammara, el narrador del libro, a rememorar la relación que tuvo allá por los años 90 con un tal Ricardo Laverde y ese relato en primera persona constituye el objeto de esta novela, donde asistimos a la breve relación entre los dos hombres y a cómo ésta cambió la vida de Antonio y su forma de enfrentarse al mundo.

El inicio de la novela no presagiaba nada bueno para mí: se sitúa la acción en unos billares, con su clásica ambientación de novela negra, luces escasas, humo y personajes sombríos, y dado que no se trata, ni de lejos, de mi género favorito, me costó entrar en la historia, pero afortunadamente la historia evoluciona por otros caminos. Comenzamos sabiendo cómo en aquellos billares coinciden Antonio, el narrador, un joven profesor universitario y el misterioso Ricardo Laverde del que poco sabemos, más allá de que oculta algún oscuro pasado que incluye varios años de condena de cárcel, si bien tiene la clara intención de reconducir su vida, consciente de los errores cometidos en el pasado. Esta amistad será breve pero marcará un vínculo difícil de deshacer por parte de Antonio.

El libro ha supuesto para mí el descubrimiento de una visión de la actual Colombia, un país que me resulta prácticamente desconocido y que se presenta en esta novela a través de algunos episodios de su Historia, nos acerca a sus gentes, su geografía, sus costumbres y sus expresiones autóctonas, todo nuevo para mí, sin duda, ya que reconozco que no sé más sobre Colombia que la visión de García Márquez, el drama de los cárteles de la droga y la actual marea de inmigrantes que nos visitan en los últimos años. Pero en esta novela se presentan otros aspectos del país y la sociedad colombiana, en particular se nos da una visión de la ciudad de Bogotá, de sus barrios más humildes, de una vida urbana que se centra en la bulliciosa calle 14 con sus aceras estrechas siempre abarrotadas, sus tradiciones, sus poetas y su activa vida cultural. Y también nos lleva a conocer los valles, las altas montañas, el entorno rural, su clima extremo...

De todo ello, lo que más interesante me ha resultado ha sido conocer a una generación de ciudadanos que crecieron y vivieron su primera juventud en los años más crudos de la guerra contra el narcotráfico, que mamaron ese ambiente de tensión y miedo constantes y que no recuerdan lo que hubo antes de aquello, que ahora salen de la época más negra pero aún conviven con la violencia y los crímenes, aunque sea a menor escala. Y vemos que detrás de cada víctima hay una historia, como la vida que se adivina tras la muerte de Ricardo Laverde y Antonio se arrepiente ahora de no haber querido escuchar su historia, de haber rechazado esa oportunidad en el único momento en que su protagonista era aún capaz de contarla y pareció dispuesto a hacerlo. Esto lleva a Antonio a obsesionarse por aquello que desconoce de Laverde, esos recuerdos ajenos se convierten en propios y sufre por la pérdida de personas a las que ni siquiera conoció, por lo que se empeña en reconstruir el pasado de su amigo, el de su familia, de su mujer, Elaine, una gringa llegada al país a finales de los 60 a trabajar como cooperante de los Cuerpos de Paz y la historia familiar que corre en paralelo a la Historia de Colombia del último siglo.

El estilo del autor abunda en descripciones minuciosas de pensamientos y sensaciones, una introspección constante en los sentimientos de los personajes que describen su dolor, buscando analizar sus causas, aunque no siempre tratan de resolverlo, centrándose en la manera en que la sombra de unos recuerdos ajenos pueden pesar más que la propia realidad. Una novela, en fin, que me ha sorprendido agradablemente y que no dudo en recomendar.

4 comentarios:

  1. Lleva tiempo este libro en mi lista de pendientes. Ya su temática me atraía, que todo lo que sea conocer otro país a través de los libros me atrae. Y después de leer tu reseña me has convencido totalmente de que este libro me va a gustar.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  2. A mí me gustó muchísimo sobre todo, como bien dices, cuando el autor cambia los billares por la historia personal.

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. La leí el año pasado nada más publicarse y tuve la oportunidad de entrevistar al escritor en una de sus visitas a MAdrid. La novela me sorprendió muy gratamente y está entre una de mis mejores lecturas de 2011.
    Los personajes masculinos, y el de elena fritts me fascinaron. Un abrazooo!!

    ResponderEliminar
  4. La portada con ese ambiente, como tú dices, de los billares, novela negra y demás, me alejaba de la novela, pero tu reseña me descubre que esconde otras muchas cosas. Intersante!!
    Besos,

    ResponderEliminar