A mí me ocurre lo que a todos los amantes de la lectura, que no hay un regalo que me guste tanto recibir como un buen libro, de hecho es prácticamente lo único que aparece en mi carta a los Reyes Magos año tras año, junto con alguna otra petición que no tiene más función que rellenar un poco el folio para que no tengan que decir sus Majestades: “¡¡otra vez la cartita de Inma pidiendo libros por Navidad!!” Y es que no hay nada que se pueda comparar a la sensación de recibir ese paquetito envuelto que, ya sin necesidad de abrirlo, por su forma y tamaño, nos hace intuir que encierra un montón de horas de plácida lectura y descubrimiento de nuevos mundos y personajes. Aunque con el mundo digital en el que nos encontramos inmersos, eso del libro en papel ya no va siendo tan habitual y ahora estos regalos nos llegan en ocasiones en forma de archivo epub, que no tienen el mismo encanto que el libro encuadernado pero prometen igualmente todo un mundo de emociones y disfrutes.
Pues este año me ha tocado experimentar una nueva sensación, algo totalmente desconocido para mí hasta ahora, ya que es la primera vez que me ocurre: resulta que he recibido una novela enviada a mi atención directamente por el propio autor. Lo cierto es que para mí ha sido un inmenso honor el que un escritor me haya elegido, no en exclusiva, ya lo sé, entre los cientos de blogueros existentes en el ciberespacio para hacerme llegar su libro y solicitarme que lo lea y lo comente. Menuda responsabilidad, ¿verdad? Pues no puedo más que expresar mi agradecimiento a Iván Hernández por la confianza depositada en mí al hacerme llegar este libro y le deseo que tenga una larga e intensa producción literaria de la que siempre me sentiré parte de alguna manera, pues tal vez los hados del destino y las complejas circunstancias del mundo editorial le sean propicias y algún día, cuando sea un autor de renombre podré decir que me envió su novela “La protegida Wittman” directamente y que tuve el placer de poderla comentar en mi blog.
Y paso ahora al comentario de la novela propiamente dicho, que para eso estamos aquí. Tengo que empezar diciendo que no soy, en absoluto, aficionada al género fantástico, por lo que mi opinión sobre esta novela no puede evitar estar cargada de esa escasa atracción hacia lo que se aleja de la narrativa más “realista” pero lo que haré será anotar ese hecho en la lista de mis propios defectos, no en los de la novela, porque no sería justo que, por no ser aficionada al género mi comentario fuera negativo. Lo cierto, y eso no lo puedo negar, es que Iván Hernández ha producido una novela que resulta, cuanto menos, peculiar por el hecho de que mezcla acertadamente el mundo fantástico con la realidad más actual de hoy día, el relato pone en el mismo plano a los personajes de misterioso origen y desconocidos poderes con los hechos extraídos de la más rabiosa actualidad como son el tema de los ataques de piratas en el océano Índico o a las luchas de las empresas farmacéuticas por acaparar mercados o los manejos de los partidos políticos para conseguir el voto de los electores.
Supongo que alguna otra reseña sobre esta novela se podría centrar en los aspectos más fantásticos del origen de Minerva, la protagonista, de la razón de su misteriosa aparición a bordo de un barco que ha sido secuestrado por unos crueles piratas y de la manera en que descubre el poder heredado de sus antepasados, su brillantísima inteligencia fuera de lo común, de la que podría servirse para restaurar la salud de los suyos e incluso hacer algo en favor del mundo en su totalidad. Pero yo me centraré en la parte que más me ha atraído de la novela y ha sido el tratamiento de la historia de Minerva como una persona que “aterriza” en un mundo que le es del todo ajeno. Una vez liberada del secuestro se crea una nueva identidad y declara no recordar nada de su vida previa a ser hallada en mitad del mar y al no ser reclamada por ningún familiar ni persona conocida, a pesar de convertirse en el centro de la atención mediática por su misteriosa aparición y desconocido origen, Minerva se ve acogida por la propietaria de la empresa farmacéutica Xecoline, la señora Wittman, que la aloja en su mansión británica y la incluye entre el personal dedicado a la investigación de una extraña enfermedad que está arrasando África y amenaza a la totalidad de la población mundial. Los medios de comunicación la empiezan a conocer como “la protegida Witman” y siguen sus pasos con interés. A cargo de su trabajo en el laboratorio estará el frío y atractivo Peter Badge, responsable de la empresa y persona ante la cual la joven debe responder. Sin embargo Minerva no tardará en hacer buenas migas con un grupo de compañeros jóvenes del trabajo, becarios o empleados en condiciones más modestas que ella, pero con los que logra conectar más que con su estirado jefe y la señora Witman que se supone que deberían conformar su círculo social.
La historia que se cuenta es altamente original, en especial por la manera de mezclar los planos de realidad y fantasía, además de los temas que se tratan en la parte “realista” de la novela que son totalmente actuales, los personajes que parecen estar sacados de cualquier empresa real, son muy frescos y la acción es muy dinámica, los periodistas y el acoso de la prensa rosa, los políticos y sus manejos, los jóvenes de escasos medios que buscan diversión, las relaciones sentimentales que se crean, todo está muy bien contado y es muy creíble.
Y por lo que se refiere al aspecto más fantástico de la historia diré que el autor ha creado todo un mundo original, algo que podría definir como ciencia ficción poética porque el tono con el que se expresa el autor cuando nos presenta el lugar del que procede Minerva y los años que pasa al cuidado de su abuelo hasta su llegada al mundo está cargado de magia, de fuerzas misteriosas y de personajes llenos de fantasía.
Un libro, por tanto, que recomendaría especialmente a los que les gusta conocer otros mundos aunque a veces estos no estén muy lejos de la realidad. En eso consiste este realismo fantástico que ha creado Iván Hernández.
Te entiendo perfectamente cuando cometas la ilusión que hace que un autor te mande un libro para reseñar...
ResponderEliminarYa había leído alguna reseña de este libro. Yo tampoco soy mucho de ciencia ficción, aunque soy fan de Murakami, un autor que también suele mezclar realidad con ficción.
Puede que me anime con éste.
Besos
Muy buena reseña. Y tengo este libro esperando en el lector, así que me das un empujoncito para que lo coja pronto.
ResponderEliminarBesotes!!!
No conocía ni el libro ni el autor, así que gracias por esta gran reseña que me los ha descubierto. Hace muchísima ilusión que los autores nos pidan ayuda para promocionar sus libros, enhorabuena. Muchos besos.
ResponderEliminarYo en mi carta a los Reyes hace tiempo que me limito a los libros, porque para que nos vamos a engañar es lo que me gusta.
ResponderEliminarMe gusta mucho la novela fantástica y también el realismo fantástico así que este sin duda lo leo.
Un saludo.
A mi también me encanta que me regalen libros. Los que me conocen bien sé que con un libro me hacen muy feliz :-)
ResponderEliminarEn cuanto a la novela que nos reseñas, parece interesante, pero no me la voy a apuntar porque no es de mi estilo y tengo mucho libro pendiente.
Besos y espero que los Reyes te traigan muchos libros!