miércoles, 7 de diciembre de 2011

El misterio de la casa Aranda

Según finalizaba la lectura de “El misterio de la casa Aranda” del autor murciano Jerónimo Tristante, me hacía una reflexión que me permitiré compartir aquí en público. El caso es que me preguntaba a mí misma si se podría calificar patrioterismo el hecho de que, con bastante frecuencia, aparezcan en los comentarios o reseñas sobre novelas con trama policíaca escritas por autores españoles como Lorenzo Silva o Domingo Vilar, por ejemplo, la idea de que nos encontramos ante relatos que en nada tienen que envidiar a las novelas de intriga que nos llegan del extranjero, especialmente ante la invasión sufrida en los últimos años desde los países nórdicos, que aprovecho la ocasión para reconocer que, personalmente, me agradan bastante. Lo cierto es que parece que nos resulta necesario decir en voz alta, y a mí la primera, que nuestros detectives son tan buenos o mejores como los de fuera y que nuestros novelistas son tan capaces o más que aquellos de plantearnos personajes, historias, tramas y enredos varios que nos atrapen, nos emocionen y nos sorprendan en igual o mayor medida que otros autores con mayor resonancia internacional. Pues no tendría que resultarnos extraño esto de que nos resulten más próximas a nuestra experiencia estas historias contadas por paisanos que se localizan en escenarios que nos resultan cercanos y familiares y sobre asuntos o tramas que no necesitan de explicación o aclaraciones al margen; es natural que, en mi caso, un escritor murciano como es el caso de Tristante, casi paisano mío, que sitúa su novela en Madrid, ciudad en la que estudié, me resulte más asequible que una truculenta trama de asesinatos en un pueblecito pesquero de la costa noruega, sin que esto signifique que tenga intención de renegar de toda aquella literatura que proceda de más allá de nuestras fronteras, pero sí habrá que reconocer que, a falta de magnas campañas de promoción a nivel mundial, no deberíamos extrañarnos de disfrutar intensamente con la lectura de una novela policíaca de factura nacional.

Y terminada la reflexión “patriótico-literaria” me centraré en la trama de la novela en cuestión, primera que leo de Jerónimo Tristante, en la que se nos presenta al subinspector de policía Víctor Ros, un joven de procedencia humilde, ideología liberal y brillante futuro que desempeña su labor policial en el Madrid de finales del siglo XIX tratando de basar sus investigaciones en los principios de la lógica, la deducción y el método científico por lo que no se dejará impresionar demasiado cuando caiga en sus manos el asunto de la casa Aranda en el que, aparentemente, unas fuerzas ocultan llevan, hasta en tres ocasiones a lo largo de los años, a las señoras de la casa a atacar a sus esposos y caer posteriormente en un estado cercano a la locura.

De manera paralela, Ros investigará los asesinatos no resueltos de varias prostitutas entre los que el subinspector descubre una clara conexión, lo que apunta un único asesino, pero tendrá que enfrentarse al desinterés por parte de las autoridades por un caso que afecta a personas de nula relevancia social.
Ambas tramas irán avanzando en paralelo sin cruzarse y revelando así dos caras de la sociedad española de la época: por un lado las clases altas representadas por una nobleza decadente cargada de títulos y menguante de fortuna y la nueva burguesía comercial formada por nuevos ricos, dos grupos que se envidian, desprecian y necesitan mutuamente; y por otro lado el pueblo llano al que pertenece Víctor, formado por obreros, trabajadores manuales y lumpen vario. Se recrea con acierto la división entre liberales y conservadores, entre el esfuerzo de los reaccionarios para mantener los privilegios y la ascensión de las ideas renovadoras que luchan por imponerse.

En definitiva, una lectura fácil, tal vez lastrada en ocasiones por un esfuerzo excesivo del autor de que el lector no se pierda al ir desenredando las tramas, lo que le hace dar a veces demasiadas explicaciones o repetir algunos razonamientos que se sobreentienden, pero, aparte de eso, me ha gustado bastante, y seguro que a ésta le seguirán, en algún momento, las dos partes que completan (hasta la fecha) la serie del detective Ros, además de que he recibido buenas referencias sobre otras novelas del autor. Y es que, como he leído hoy mismo en la descripción del blog Viajes desde el sillón: “cuanto más leo, más grande se hace la lista de libros pendientes...” ¡Qué gran verdad!

9 comentarios:

  1. Tengo entendido que está bastante bien.

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  2. Es la segunda que leo de este paisano nuestro, y me entretuvo bastante. Coincido contigo en que se pasa un poco contando una y otra vez lo mismo para que no te pierdas en la trama. Para mí le sobra eso, pero seguiré leyéndole igualmente. Un besito!

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  3. Muy buena reflexión, yo tengo muchas ganas de leer algo de este autor, tiene varios libros que me llaman mucho la atención
    un beso!

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  4. Acertada reflexión. Y yo sigo sin estrenarme con este autor... A ver si lo hago pronto que le tengo ganas.
    Besotes!!!

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  5. Pues absolutamente de acuerdo con tu comentario y reflexión. ¡Vivan nuestros detectives! =)

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  6. Siempre se disfruta mas cuando conocemos el lugar en el que esta situada la acción o cuando los personajes son similares a los que nos rodean. Desde este punto de vista, se puede disfrutar mas a un autor patrio que a uno extranjero, es evidente. Dicho esto, ya va siendo tiempo que des ubre yo a este autor, ademas tengo en casa esta novela.
    Besos

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  7. Pues tengo en casa las tres novelas protagonizadas por Víctor Ros aún sin leer, y es que coincido totalmente con la última frase de la reseña: "cuanto más leo, más grande se hace la lista de libros pendientes..."
    Un abrazo.

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  8. Siempre es agradable leer novelas que estan ambientadas en sitios que conoces o al menos en sitios que te suenan de algo :) Y sobretodo con nombres que se puedan entender sin tener que releerlos jajajajaja
    Esta saga no me llama demasiado la atención, y debe ser que es porque tengo muchos libros pendientes y no doy a basto con todo, tengo que descartar muchos más de los que me gustaría...
    Buena frase la última :)
    Besos!

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  9. Lo he regalado estas navidades pero yo aún no lo he leído. Las reseñas que encontré por internet lo ponen siempre bien.

    bsos!

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