viernes, 27 de marzo de 2015

Cuando todo cambió

"Cuando todo cambió" es una entrañable novela en la que Donna Milner nos presenta el relato de Natalie Ward, una niña que vive en una granja lechera en Atwood, un pueblito al sur de Canadá, cerca de la frontera de Estados Unidos. Corren los años 60 pero a la granja Ward el ruido del mundo exterior llega bastante amortiguado, ni siquiera el cachambroso televisor en blanco y negro ante el que se reúne la familia por las noches supera al interés Natalie por los libros que Boyer, su hermano mayor, le lee por las noches o las palabras que le enseña o las historias que le cuenta. Natalie es tan feliz como cualquier niña amada lo puede ser, Boyer es su referente, su hombre ideal, al que adora más que al propio padre, un hombre trabajador y honrado; está también su hermosa madre, Nettie, a la que admira y todos quieren como el sol en torno al que gira toda la familia, e incluso los hermanos medianos, los inseparables Morgan y Carl que no paran de burlarse de ella en su inconsciente jovialidad, son parte ese mundo perfecto en el que Natalie crece. La granja es su paraíso, la suya es una familia perfecta, pero algo ocurrirá que romperá ese mundo ideal. Por ello, cuando nos encontramos en otra línea argumental con Natalie bastantes años después, alejada hace tiempo de Atwood y de sus habitantes, nos resulta difícil establecer una conexión entre aquella niña tan segura y feliz, y la adulta que nos cuenta su historia pasada, una mujer que acumula fracasos sentimentales y desilusiones, temerosa de la vida y sobre todo de regresar al lugar donde en un pasado fue tan feliz hasta el día en que su familia se quebró.

Pero lo cierto es que Natalie no puede evitar volver Atwood cuando su hija le informa de que Nettie, su madre, está a punto de morir. Mientras realiza el trayecto en autobús hasta el pueblo va recordando aquel tiempo feliz de su infancia antes de que todo cambiara. Ese largo viaje por carretera la lleva inexorablemente de regreso a un pasado que ha tratado de borrar, donde tantas cosas quedaron sin explicar y tantos silencios cubrieron las relaciones de la familia. Tendremos que avanzar en la lectura para descubrir el secreto que los separó para siempre y al que Natalie no se ha podido enfrentar hasta entonces.

La narración se centra principalmente en el tiempo pasado, en la idealizada infancia donde todo son descubrimientos y donde la niña crece rodeada de seguridad, contando con el más perfecto respaldo familiar que una niña puede desear. La aparición de River en la granja, uno de tantos jóvenes estadounidenses que en aquella época cruzaban la frontera para evitar el reclutamiento forzoso durante la guerra de Vietnam, será el detonante para que el mundo que hasta entonces conocía Natalie cambie para siempre. Con River llegan a la granja los ecos de una guerra lejana, las reflexiones sobre el pacifismo, el amor libre, los Kennedy y el despertar del amor adolescente en la joven Natalie. Y a partir de ahí nada volverá a ser igual (No en vano, el título original de la novela es "After River", esto es: "Después de River")

La novela está contada con una sensibilidad extraordinaria. El relato de la infancia de la protagonista es realmente encantador, nos traslada a un mundo en plena naturaleza, a una familia trabajadora y unida, a las ilusiones de la pequeña, ansiosa por aprender y por crecer. Se nos hace difícil pensar que esa felicidad se quebrará, por lo que cuanto más encantados estamos de la vida ideal que se nos muestra más lamentamos el saber que pronto todo aquello saltará por los aires para siempre. Y aunque en definitiva el gran secreto oculto no es nada especialmente original, porque casi siempre los secretos familiares se parecen bastante y giran en torno a los mismos temas, sin embargo la intriga se nos dosifica de manera adecuada, los hechos están muy bien contados, la ambientación es cautivadora, los sentimientos están bien plasmados: el dolor, los remordimientos, las confesiones aplazadas durante tanto tiempo y la añoranza por lo que fue aquel hogar, de manera que cuando conocemos el drama estamos ya enamorados de nuestros personajes y sufrimos sus pérdidas y sus conflictos con intensidad. Y parecerá raro que diga esto, pero cuando al final de la historia la familia se reúne, las heridas se cierran y las palabras no dichas descubren una nueva realidad que reconduce las relaciones, me ha parecido que todo culmina de forma demasiado novelesca, que el círculo se cierra de manera demasiado perfecta, en un final donde absolutamente todas las piezas encajan. Y ya sé que para muchas novelas no hay nada como un final feliz, pero es que como la vida no siempre es así (en realidad casi nunca es así) a veces parece que rechinan un poco estos finales sin un solo hilo suelto, sin un solo fallo en el argumento, donde absolutamente todo se pone en su sitio correcto, donde todos se perdonan y todo se comprende. En fin, que no tengo perdón, que le pongo pegas hasta a los finales felices. ¡Hay que ver cómo soy, que nunca puedo estar contenta del todo!

9 comentarios:

  1. Inmaculada te ha quedado una reseña preciosa. Has sabido transmitir a la perfección todas las emociones que te ha provocado la historia y de verdad que me la llevo más que apuntada. Aunque a mi también me chirrían un poco los finales felices y perfectos por todas partes; tengo que reconocer que de vez en cuando me apetece mucho perderme en un final "de cuento". Voy a ver si encuentro la novela en The book depository y me la traigo enseguida para casa :)
    Un beso y ¡gracias por descubrírmela!

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    1. Me alegra que te haya gustado mi reseña, gracias por el cumplido y espero que te puedas hacer con la novela y que también te guste.
      Saludos.

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  2. Lo tengo pendiente y me dejas con más ganas. Creo qeu voy a disfrutar mucho con este libro, a pesar de que los finales felices tampoco suelen convencerme.
    Besotes!!!

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    1. A pesar del final demasiado perfecto, la historia merece la pena. Espero que la disfrutes.
      Saludos.

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  3. Es un libro al que tengo el ojo echado desde hace un tiempo, cada vez disfruto más de estas historias de tono pausado y un toque intimista. Y además, cada vez más, soy pro finales felices. :P
    Besos.

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    1. Pues seguro que te gusta entonces. A ver si es verdad.
      Saludos.

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  4. Me encantó el libro, el tono en que estaba contado... me gustó muchísimo =)

    Besotes

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    1. Coincidimos entonces. Suerte encontrar novelas así de vez en cuando.
      Saludos.

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  5. Me gustan los libros sensibles... Con este tenía sensaciones dispares, porque he visto (si no recuerdo mal) comentarios variados, y porque además últimamente desconfío de la editorial Maeva, pero.... peeeeero... has renovado mi interés por esta novela :)

    Un abrazo

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