En 1497 el joven Fernando de Rojas es un alumno brillante del Colegio Mayor de San Bartolomé donde ha destacado en sus estudios del grado en Leyes. Por el ingenio e inteligencia demostradas en sus estudios, Rojas es designado por el obispo de la ciudad don Diego de Deza que ha sido perceptor del príncipe Juan, heredero de los Reyes Católicos, para investigar el asesinato de un fraile dominico a las mismas puertas de la catedral. Para llevar a cabo esta misión con más eficacia, Fernando es nombrado familiar supernumerario del Santo Oficio, con los privilegios y facilidades que este cargo suponen. Este nombramiento supone el reconocimiento de su limpieza de sangre, a pesar de ser descendiente de judíos conversos.
"Sin duda, volveréis convertido —confirmó Roa— en lo que, en el fondo, ya sois, un hombre libre, justo y sabio, puesto que obráis sólo movido por la búsqueda de la verdad."
La persecución del asesino se convierte en una aventura en la que Rojas recorrerá la ciudad de Salamanca descubriendo lugares secretos, llegando a adentrarse bajo la superficie donde se oculta otra ciudad subterránea en la que algunos se dedican a estudiar y perpetuar la sabiduría de la antigüedad, mientras que otros tratan de ocultar allí abajo sus crímenes y secretos.
He disfrutado recorriendo los escenarios de la Salamanca de la época, la vida universitaria con sus conflictos y enfrentamientos, la presencia amenazante de la recientemente creada Inquisición por parte de los Reyes Católicos, los episodios y personajes históricos que desfilan por el relato que nos permite un acercamiento entretenido a los hechos y sucesos de la época retratada, algo que suele suceder con las buenas novelas de ficción histórica.
Lo leí hace ya unos cuantos años y lo disfruté mucho, tanto éste como el siguiente. Pero no he continuado la saga. A ver si le hago hueco a estos libros.
ResponderEliminarBesotes!!!