Al inicio del relato, varios percances, pequeños accidentes domésticos, jalonan el día de B. que no puede dejar de ser consciente de su edad, de que ha dejado atras hace mucho sus días de atleta, de hombre joven, que su cuerpo ya no le responde como solía. Sin embargo, su mente y su memoria no han envejecido como su cuerpo, en ese aspecto su actividad es frenética y podemos ir siguiendo sus muchos pensamientos, nos adentrarnos en sus recuerdos de tiempos mejores pero también de los más dolorosos de su pasado, de la perdida de su amada esposa a la que, diez años después, aún sigue echando de menos como el primer día, como ocurre con estos miembros amputados que, pasado tanto tiempo, todavía duelen y producen calambres.
"La vida es peligrosa, Marion, y en cualquier momento nos puede pasar cualquier cosa. Eso lo sabes tú, lo sé yo, lo sabe todo el mundo, y quien no lo sepa, bueno, entonces es que no ha estado atento, y quien no pone atención no lleva una vida plena."
Su pensamiento vaga libre entre recuerdos y hechos pasados de los que no fue testigo pero que configuran su existencia como es el pasado de sus padres y abuelos, judíos precedentes de Ucrania y cuyas trayectorias confluyen en la localidad de Newark donde B. vendría a nacer mucho tiempo después.
Más que nunca, Auster se muestra aquí como un prodigioso contador de historias, un creador de personajes que viven en su propio mundo tan personal como siempre. A través de cuentos breves, historias personales, cartas, relatos literarios y otra multitud de formatos, nos enfrentamos a muchos de sus temas recurrentes como el del mundo académico y editorial, la rutina y el oficio de los escritores, padres que mueren demasiado pronto, relaciones humanas de todo tipo y, por supuesto, Nueva York como escenario, configurando entre todos las mil caras de una historia sobre el dolor, la pérdida y el duelo, sobre el amor en las distintas etapas vitales, sobre la madurez y la manera de contemplar los últimos años de la existencia, con la conciencia de que el final se avecina con la intención de vivir intensamente hasta el último momento, reviviendo los recuerdos que permanecen y regresan constantemente. Son muy apropiadas reflexiones para la que sería la última novela publicada de nuestro querido y para siempre añorado Auster.
"Vivir es sentir dolor, dijo para sí, y vivir con miedo al dolor es negarse a vivir."
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