sábado, 21 de diciembre de 2024

Baumgartner

Reconozco que tenía la última novela publicada por mi adorado Paul Auster desde hace algún tiempo esperando para ser leída, retrasando el momento inevitable en el que constatara que no volvería a tener entre mis manos ninguna novedad de mi muy estimando autor. Pero el asunto se estaba alargando y finalmente me decidí a emprender la lectura de "Baumgartner" y asumir lo inevitable por fin. 

El protagonista de la novela, Sy Baumgartner, es un escritor y profesor de Filosofía, vive solo desde la muerte de su mujer haber caso diez años, aunque en realidad nunca está completamente solo. Está la señora Flores, la mujer que le ayuda en las tareas domésticas; está su hermana con la que habla por teléfono con más frecuencia de la que le gustaría; está Molly, la repartidora de UPS que se pasa por casa un par de veces por semana a entregar libros que Baumgartner pide sólo para verla aparecer de nuevo a la puerta de su casa y charlar un poquito; y junto al recuerdo de Anna, su difunta esposa, que le sigue acompañando a diario, hay algunas otras mujeres con las que ha tenido relaciones más o menos serias desde que enviudó y está, en fin, el empleado de la compañía eléctrica, un servicial y atento jovenzuelo que le ofrece su ayuda en un momento de necesidad

Al inicio del relato, varios percances, pequeños accidentes domésticos, jalonan el día de B. que no puede dejar de ser consciente de su edad, de que ha dejado atras hace mucho sus días de atleta, de hombre joven, que su cuerpo ya no le responde como solía. Sin embargo, su mente y su memoria no han envejecido como su cuerpo, en ese aspecto su actividad es frenética y podemos ir siguiendo sus muchos pensamientos, nos adentrarnos en sus recuerdos de tiempos mejores pero también de los más dolorosos de su pasado, de la perdida de su amada esposa a la que, diez años después, aún sigue echando de menos como el primer día, como ocurre con estos miembros amputados que, pasado tanto tiempo, todavía duelen y producen calambres.

"La vida es peligrosa, Marion, y en cualquier momento nos puede pasar cualquier cosa. Eso lo sabes tú, lo sé yo, lo sabe todo el mundo, y quien no lo sepa, bueno, entonces es que no ha estado atento, y quien no pone atención no lleva una vida plena."

Su pensamiento vaga libre entre recuerdos y hechos pasados de los que no fue testigo pero que configuran su existencia como es el pasado de sus padres y abuelos, judíos precedentes de Ucrania y cuyas trayectorias confluyen en la localidad de Newark donde B. vendría a nacer mucho tiempo después. 

Más que nunca, Auster se muestra aquí como un prodigioso contador de historias, un creador de personajes que viven en su propio mundo tan personal como siempre. A través de cuentos breves, historias personales, cartas, relatos literarios y otra multitud de formatos, nos enfrentamos a muchos de sus temas recurrentes como el del mundo académico y editorial, la rutina y el oficio de los escritores, padres que mueren demasiado pronto, relaciones humanas de todo tipo y, por supuesto, Nueva York como escenario, configurando entre todos las mil caras de una historia sobre el dolor, la pérdida y el duelo, sobre el amor en las distintas etapas vitales, sobre la madurez y la manera de contemplar los últimos años de la existencia, con la conciencia de que el final se avecina con la intención de vivir intensamente hasta el último momento, reviviendo los recuerdos que permanecen y regresan constantemente. Son muy apropiadas reflexiones para la que sería la última novela publicada de nuestro querido y para siempre añorado Auster.

"Vivir es sentir dolor, dijo para sí, y vivir con miedo al dolor es negarse a vivir." 

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