martes, 31 de agosto de 2021

Beach read

Qué puede haber mejor que hacer durante las vacaciones que desconectar durante unos pocos días gracias a una comedia romántica como "Beach read" de Emily Henry y dejarse llevar por una lectura descomplicada y tan ligera que probablemente se la lleve el viento y en unos meses ya ni recordaré su argumento. Pero mientras tanto me habrá servido para pasar unas horas entretenidas durante los días de vacaciones y eso ya es un mérito que apuntar a su favor. Y antes de que se me borren de la memoria, anotaré por aquí mis impresiones, por si a alguien se le antoja conocerlas. La historia se centra en January Andrews, una escritora de bestsellers especializada en historias positivas con finales felices. Pero últimamente la realidad no la acompaña en ese optimismo por el que ha alcanzado cierta fama, actualmente se encuentra pasando el verano en una cabaña a la orilla de un lago en una situación bastante precaria: algo deprimida tras la muerte de su padre, sin blanca y con su agente insistiéndole para que entregue una nueva novela, mientras ella tiene que desmantelar la cabaña que resultó ser el nidito de amor de su padre y una desconocida amante. January tiene ganas de cualquier cosa menos de emprender la creación de uno de sus famosos romances. Para su sorpresa en la cabaña vecina se encuentra con Gus Everett, antiguo compañero en los cursos de escritura de la universidad y al que siempre ha considerado su rival profesional. Gus ha alcanzado mucho más éxito que ella gracias a sus novelas "serias" en las que nunca aparecen amores perfectos sino una visión mucho más realista e incluso pesimista del mundo y de las relaciones personales.

Obligados a convivir durante todo un verano por las circunstancias que los han unido en ese pequeño pueblo, ambos tendrán ahora la oportunidad de conocerse realmente y ante la situación de falta de inspiración en que ambos se encuentran inmersos deciden ponen en marcha un plan para intercambiarse los papeles y los estilos literarios: Everett se propone escribir una novela de amor mientras que January se atreverá con una novela sin la etiqueta de literatura romántica para mujeres que hasta ese momento ha lucido con tanto orgullo.

Tengo que confesar que me han sobrado casi todas las escena en las que se detalla al milímetro en qué punto exacto de su anatomía le pone la mano él a ella o cómo se rozan sus dedos al descuido o cuántos segundos permanecen unidos sus labios y todos los pensamientos calenturientos que cruzan sus mentes durante ese tiempo. Considero que si para cada revolcón hay que descender a tantos detalles es imposible que las historias avancen a la velocidad que debieran. Pero qué voy a opinar yo de este asunto, si no frecuento el género romántico más que cuando por error caigo en una de estas novelas y además paso por este tipo de escena casi que leyendo en diagonal. Pero también reconozco que en este caso concreto me he entretenido con la historia que surge entre los dos protagonistas, dos escritores que pelean por sacar adelante sus respectivos libros dentro del plazo establecido y que intentan mantener una relación puramente de colegas y buenos vecinos aunque todos (menos ellos al parecer) tenemos clarísimo como va a acabar terminando la cosa. Pues eso: que el que quiera una lectura ligera y entretenida puede probar con esta, pero que no espere encontrarse con el novelón romántico de su vida. Que tampoco es para tanto.

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