miércoles, 18 de agosto de 2021

Cara de pan

Hace ya bastantes semanas que terminé esta novela de Sara Mesa, "Cara de pan" y le he dado muchas vueltas a su reseña, ya que creo que mis impresiones no coinciden con las que he ido leyendo por ahí de otros lectores y críticos, pero a fin de cuentas la finalidad de este blog no es otra que expresar mis impresiones absolutamente personales y subjetivas sobre mis lecturas, con lo cual, aquí van. 

Comenzando por su argumento, la novela se centra en dos personajes, la (casi) adolescente Casi y el Viejo, si bien toda la historia nos va a ser contada desde el punto de vista exclusivamente de la niña, no sabremos más que lo que ella misma nos cuente desde su perspectiva infantil y bastante inocente, con una narración llenas de elipsis y escasa de información adicional sobre casi todo. No hay más escenario que el rincón del parque donde ambos se encuentran casualmente. Allí Casi se oculta durante las horas en que debería acudir al instituto, "Las cosas que enseñan allí, esas cosas en concreto, no las necesito, o mejor dicho no necesito que me las enseñen, puedo aprenderlas por mí misma: todas las cosas, todas, están ya en internet y en los libros" y Viejo le hace compañía durante todas las mañanas; tampoco él tiene a dónde ir ni nada que hacer. Durante las muchas horas que comparten en su escondite, Viejo le habla sobre todo de pájaros y de Nina Simone, sus dos pasiones. Hasta que son descubiertos y la relación finaliza drásticamente. 

Y desde mi propia candidez me pregunto dónde está la lectura incómoda o desasosegante de la que tanto he oído hablar, dónde la maldad. Tal vez solamente en el pensamiento del lector. Porque, desde mi punto de vista, Casi y el Viejo no son más que dos solitarios que coinciden en su aislamiento, no se hacen amigos porque ninguno va buscando una amistad, solo se esconden del mundo que los rechaza, simplemente juntan sus soledades y la marginalidad en que se encuentran en el mundo que existe fuera de ese parque. La suya es una relación cuya improcedencia sólo está en los ojos de los que la ven desde fuera, la niña trata en algún momento de seducir al hombre pero no es porque lo desee así sino porque ha aprendido de sus compañeras de colegio que eso es lo que debe hacer, lo que se esperaría de ella (más me escandaliza el acoso escolar de estas compañeras que la relación de los protagonistas) y el Viejo huye porque no era lo que buscaba de la niña, sólo creía haber encontrado en Casi otra persona que se parecía en algo a él, alguien que no le juzgaba ni condenaba.

Con todo esto, no dudo en recomendar encarecidamente la lectura de este libro que está escrito con una notable maestría, que cuenta las cosas con un lenguaje simple y limpio y que sin embargo logra dibujar unos personajes completamente vivos y creíbles, que se muestran a través de sus propias palabras y llegan sin dificultad al corazón del lector. 

viernes, 13 de agosto de 2021

La bibliotecaria de Saint-Malo

Los lectores que tenemos debilidad por el tema de la II Guerra Mundial como marco histórico no podemos resistimos cuando encontramos un libro ambientado en dicha época. También, y para sumar expectativas a esta lectura, tenía ya hace tiempo ganas de leer algo de Mario Escobar, un autor verdaderamente prolífico y por demás especializado en este periodo histórico pero del que no había leído nada hasta la fecha. A todo esto se unía que "La bibliotecaria de Saint-Malo" tenía por escenario la bellísima ciudad francesa de la que me enamoré completamente cuando leí la maravillosa novela de Anthony Doer "La luz que no puedes ver". 

Con todos estos factores a su favor emprendí la lectura de esta novela en la que nos encontramos con la protagonista, Jocelyn Ferrec, una joven bibliotecaria que nos cuenta en primera persona sus vivencias durante la guerra en la ciudad francesa de Saint-Malo, la marcha de su reciente esposo al frente y las penurias que ella, como el resto de sus conciudadanos deben pasar al ser ocupada la ciudad por las tropas nazis. Aunque también hay una parte de la población que se apunta al sector colaboracionista y aprovechan así para medrar a base de las oportunidades que les ofrece la escasez de todo tipo de suministros y la posibilidad de hacer negocios con los alemanes. Lo único que mantiene en pie a Jocelyn día tras día es la obligación autoimpuesta de proteger la biblioteca de su ciudad, símbolo de la esencia y la cultura de Francia frente a la barbarie y el sinsentido de la guerra. A través de las cartas que va escribiendo a un novelista de París con el objeto de que algún día éste escriba su historia, vamos siguiendo los avatares de los años de guerra, los sacrificios y los sufrimientos por los que deberá pasar Jocelyn, conviviendo con los invasores y descubriendo que entre ellos hay tanto bestias innsensibles como buenas personas a las que las circunstancias han colocado en el bando opuesto al suyo. 

Aunque el argumento me ha resultado entretenido, me parece que los personajes se quedan algo planos, no he llegado a conectar totalmente con sus sentimientos, por otro lado bastante previsibles. La narración en ocasiones me ha parecido algo acelerada, no profundiza en muchas de las escenas, pasando de una a otra sin incidir en los hechos o los comportamientos de algunos personajes. En unas pocas paginas, por ejemplo, se despacha una traición al grupo de la Resistencia local a manos de uno de sus miembros al que apenas hemos llegado a conocer, por lo que tampoco nos da tiempo a sorprendernos o a sentirnos defraudados por él. El romance tampoco me lo llego a creer, carece de verosimilitud, aunque sepamos desde el primer momento que va a producirse el enamoramiento imposible, tampoco llego a sentir que se dé una auténtica pasión. Los personajes malvados apenas son caricaturas que no asustan, cumplen con la imagen que esperamos del nazi malvado y figura negativa necesaria en todo relato. Muchos de los elementos que aparecen en el libro me han parecido un refrito de otras obras en torno a la Resistencia o la lucha contra la invasión alemana. No he podido evitar que me recordara, lógicamente, aunque sin llegar al mismo nivel de emoción, a la maravillosa "La sociedad literaria y el pastel de piel de patata..." que transcurre durante el mismo periodo en la cercana isla de Guernsey y en cuyo club de lectura imagino que se ha inspirado el autor para las reuniones encubiertas de la Resistencia de Saint-Malo. Igualmente, sobre el tema de la convivencia con los invasores y el papel de la Resistencia, ya lo trató estupendament Kristin Hannah en "El Ruiseñor

Y aunque de todo el párrafo anterior se pueda desprender que la novela es un tostón, no querría yo que quedara esa impresión. Es una lectura que puede resultar entretenida y que descubre unos acontecimientos históricos que resultan de mucho interés, lo único que ocurre es que los temas centrales y los escenarios ya han aparecido en otras novelas que, en mi opinión, superan ampliamente a esta. Tendré que volver a intentarlo con otra novela del autor, a ver si a la segunda ocasión tengo más suerte. 

jueves, 5 de agosto de 2021

La librería encantada

Los que disfrutamos en su momento de "La librería ambulante", la anterior novela de Christopher Morley, ya conocemos al librero Roger Mifflin y a su esposa Helen de los tiempos en que ella se hizo cargo de la librería errante El Parnaso y recorría con ella los pueblos repartiendo historias e ilusiones. Ahora los reencontramos a ambos establecidos al frente de "La librería encantada", un negocio de libro antiguo bajo el lema de "El Parnaso en casa" en el corazón de Brooklyn en las fechas posteriores a la finalización de la I Guerra Mundial. Y no es preciso haber leído la anterior novela para conectar de inmediato con los protagonistas, advierto a los lectores que se encuentren esa circunstancia, a pesar de la broma metaliteraria que el autor nos plantea cuando Mifflin se lamenta de su aparición en aquel libro: "nos sacó a ambos en un libro llamado La librería ambulante, que ha sido un auténtico tormento contra mi persona."

El argumento de la novela gira en torno al misterio de un libro que aparece y desaparece, con una incipiente historia romántica de por medio pero fundamentalmente la historia se sustenta en los personajes y sus relaciones, en las reflexiones del librero Mifflin sobre los libros, las librerías, la necesidad de expandir la cultura y también sobre otros asuntos en torno a la condición humana, en las tertulias literarias que se celebran algunas noches en el local, sus peculiares clientes y en el ambiente cargado de amor por la lectura que se respira entre las paredes del establecimiento, un templo del conocimiento, del amor a los clásicos y de la creencia en el poder renovador que la lectura puede tener en las vidas de los lectores.

"Pues el Paraíso en el otro mundo es una cosa incierta, mientras que aquí en la tierra existe sin duda un cielo, el cielo en el que entramos a vivir cuando leemos un buen libro."

viernes, 30 de julio de 2021

Con el agua al cuello

Es curioso que las novelas de Donna Leon se han convertido para mi en un clásico veraniego y cada año cae alguna entre mis lecturas vacacionales. En este caso "Con el agua al cuello" nos transporta nuevamente a Venecia en unos abrasadores días de verano, de un calor sofocante y húmedo, con la ciudad invadida por turistas que abarrotan las calles, plazas y canales causando auténticos atascos en la circulación de lancha, barcos y taxis acuáticos. Mientras tanto la vida cotidiana de los veneciados continúa con sus rutinas habituales y los policías de la questura con Guido Brunetti a la cabeza, junto a su compañera la commissaria Claudia Griffoni, se encuentran con varios casos entre manos: por un lado, el de unas carteristas detenidas decenas de veces que incomodan al alcalde y del que el vicequestore Patta, jefe de la questura, desea deshacerse para que no ensucien la imagen de la ciudad de cara a los medios. Otro asunto del que tienen poca información pero que despierta su interés es el de la viuda de un empleado del servicio de aguas que hace llamar a los comisarios poco antes de fallecer, para hacerles saber que la reciente muerte de su marido no fue un accidente sino provocada por una información de la que disponía relacionada con los controles de calidad del agua potable en la ciudad a los que se dedica la empresa para la que trabajaba.

Como es habitual en las novela de la Leon, nos encontramos aquí con personajes tremendamente humanos, personas de verdad con interés vitales que van más allá de su relación con el caso en curso en el que estén implicados. Casi se podría decir que los casos policiales son una excusa para hablar de las personas, que no es tan importante si los comisarios desmontan los delitos o detienen a los culpables como las historias personales que nos hacen descubrir.

Siempre que leo una novela de Brunetti nos encontram8s frente a una serie de temas recurrentes que son, probablemente, lo que más me atrae y me conquista de esta serie: el humor peculiar e inteligente del commissario, las diferencias culturales y de carácter entre el norte y el sur del país, las peculiaridades del dialecto véneto que distingue a los orgullosos locales de los foráneos, el permanente mal funcionamiento de las instituciones políticas, la lucha contra la invasión descontrolada del turismo, la preocupación por la preservación del medio ambiente de la laguna y de la autenticidad de su entorno cultural, así como la complicada gestión municipal de una ciudad tan particular como Venecia con los distintos barrios que componen el entorno de la ciudad y su laguna que generan unos problemas de infraestructuras y mantenimiento absolutamente peculiares dada su configuración geográfica. Todos esos asuntos son los que enriquecen el argumento puramente policial y suman valor a la obra de la Leon y a los casos de nuestro ya querido Brunetti. 

"—Dígame si está dispuesto a reunirse conmigo y, en caso afirmativo, dónde y cuándo.

—¿No se supone que la policía tiene que dar órdenes y amenazar a la gente a que se presente en la questura cuando ellos lo manden?

—Creo que eso pasa más que nada en la televisión —sugirió Brunetti—. Los que trabajamos aquí, en este edificio sin aire acondicionado, estamos siempre buscando excusas para escaparnos.

—¿Vendría a la Giudecca?

—Sólo si me permite ir con mi compañera. Es napolitana, e intento exponerla a cuanto más dialecto veneciano mejor; tengo la esperanza de que acabe encajando."

viernes, 23 de julio de 2021

La coleccionista de huérfanos

En "La coleccionista de huérfanos" la autora norteamericana Ellen Marie Wiseman nos presenta un drama situado en el  escenario histórico de la epidemia de gripe española que asoló la ciudad de Filadelfia en 1918. (Enfermedad mal bautizada, porque en realidad no se originó en España sino en el mismo EEUU y de ahí se expandió a todo el mundo de la mano de los soldados enviados a la guerra) Mientras que en Europa se sigue desarrollando la I Guerra Mundial, las muertes se multiplican en las ciudades estadounidenses. Cierran los establecimientos públicos, los colegios o las iglesias. Los hospitales se saturan y el personal médico no da abasto. La gente se encierra en sus casas para evitar los contagios, se pierden los empleos y escasean los alimentos. Un situación que no nos suena tan extraña en los días de la Covid 19.

La primera protagonista de la novela es Pia Lange, una niña de trece años que, junto al miedo por la amenaza de la enfermedad, vive el rechazo generalizado de la población debido a su origen familiar: todo lo que procede de Alemania es considerado enemigo, los originarios de ese país son vistos como espías y traidores, desde los niños en el colegio hasta los vecinos del barrio o en las fábricas de donde los expulsan de sus puestos trabajo, todo está en contra de los ciudadanos procedentes de la nación enemiga de América. La enfermedad acaba entrando en la casa de Pia a pesar de las precauciones y la niña se encuentra desamparada y sola ante la adversidad.

Por otro lado encontramos a la joven Bernice que ha perdido a su marido en la guerra y ahora también a su hijito de pocos meses a causa de la gripe. Angustiada y superada por el dolor, culpa a los inmigrantes y a cualquier extranjero de los males que asolan su país y a ella misma. Bernice es un exponente extremo de las ideas racistas y xenófobas que florecen en aquellos días contra los inmigrantes acusados de robar el trabajo a los norteamericanos y de propagar enfermedades.

La vida de estos dos personajes se cruzarán para su desgracia. Mientras que Pia tiene que padecer las malas condiciones de vida en el hospicio de St. Vincent, Bernice emprende por su cuenta una misión destinada a limpiar su ciudad de niños indeseados, hijos de inmigrantes que, según su criterio, deben ser apartados de la mala influencia que supone su origen y convertirse en buenos ciudadanos norteamericanos. Los caminos de las dos protagonistas se entrelazarán a lo largo del tiempo en un historia emocionante llena de penalidades y que muestra el lado más mezquino de las personas pero también la fuerza que el amor puede insuflar en quien de verdad desea conservar a su famila unida a pesar de todas las adversidades por las que les toque atravesar.

Aunque el ritmo es irregular en ocasiones, recreándose demasiado en ciertas escenas o en los pensamientos de las protagonista que dan vueltas sobre sus sentimientos o sus  remordimientos, de manera que el argumento no avanza, pasada la mitad del libro por suerte sí que la narración se vuelve más rápida, la trama se desenvuelve con mayor soltura, empiezan a pasar más cosas y la novela gana bastante en cuanto a emoción y disfrute, cosa que el lector no puede sino agradecer.

jueves, 15 de julio de 2021

Mientras escribo

En "Mientras escribo" el mundialmente conocido autor Stephen King le regala a todo el que le pueda interesar una serie de reflexiones y consejos referentes a aquello que mejor sabe hacer y más éxito le ha reportado: el oficio de escribir.

Con un estilo absolutamente desenfadado y muy sencillo, a lo largo de la primera mitad del libro, el autor desgrana una serie de escenas autobiográficas a través de las que cuenta su infancia marcada por los cómics y el cine de serie B, su afición a los monstruos, las invasiones alienígenas y los crímenes sangrientos como el origen de su pasión por contar historias que le hicieran emocionarse, siendo sus primeros lectores los compañeros del colegio y su propia familia a los que iban destinados los primeros escritos en revistas caseras distribuidas por él mismo y más adelante en el periódico del instituto. Más tarde, una vez en la Universidad,  conocerá a la que a día de hoy sigue siendo su esposa, la también escritora Tabitah King, su primera lectora y más fiable consejera a la que le sigue uniendo la pasión compartida por la escritura.

El relato pasa por los primeros años de matrimonio, la época de empleos precarios y estrecheces económicas importantes hasta que comienzan a llegar los éxitos, siendo "Carrie" la primera de tantas en darle el reconocimiento profesional. El autor se muestra absolutamente sincero tanto para contar riéndose de sí mismo cómo un día se limpió el trasero con ortigas y sus funestas consecuencias como para confesar sus adicciones al alcohol y a diversas drogas. Muestra sin pudor sus debilidades y sus fracasos, así como el modo en que sus propios fantasmas se reflejan en los relatos y novelas que escribe. También le dedica bastante espacio al accidente que sufrió y que a punto estuvo de acabar con su vida.

En la segunda parte del libro se centra en la tarea de escribir en sí, teoriza sobre su profesión y cómo algunas reglas pueden ayudar al aspirante a convertirse en escritor. Se queja del uso indiscriminado de los adverbios, opina sobre la mejor manera de estructurar párrafos y capítulos o anima a buscar siempre la mayor sencillez posible en lo que se escribe. Se declara también poco amigo de las descripciones detalladas; prefiere centrarse en las situaciones y la ambientación y que sea el lector el que ponga cara y aspecto a sus protagonistas.

De lo que más me sorprendió de todo lo que cuenta sobre su manera de crear es que nunca jamás planifica un argumento previamente; afirma no saber a priori cómo va a terminar un libro ni qué les va a ocurrir a los personajes, todo le va saliendo según escribe, partiendo de una situación o una hipótesis la historia va surgiendo libremente. Algo muy sorprendente en un autor que ha logrado atrapar con sus novelas a millones de lectores de todo el mundo y que nos ofrece aquí una oportunidad única para conocer un poco más sobre su proceso creador.

sábado, 10 de julio de 2021

La mia Londra (Mi Londres)

Me adentro de la mano de la extraordinaria autora italiana Simonetta Agnello Hornby en su más personal  visión de la ciudad del Támesis con "La mia Londra" ("Mi Londres"), una narración que arranca con la primera vez que voló desde su Palermo natal natal a Inglaterra para estudiar el idioma y que, transcurridos muchos años, nos muestra cómo esta se ha convertido en su propia ciudad, donde vive con su marido, ha criado a sus hijos, trabaja como abogada y donde desarrollaría, ya más que cumplidos los cincuenta años, su faceta de escritora.

El libro es un paseo en parte turístico, pero obviando los lugares típicos, más bien una suerte de guía para iniciados pero también es un recorrido emocional y sentimental donde nos relata sus primeras impresiones, sus paseos y lugares favoritos, la adaptación como extranjera a un modo diferente de vivir y pensar, su lucha por compatibilizar familia y trabajo y la manera en que, tras tantos años de residencia en Inglaterra, ya no se considera una extraña sino que ha adoptado e integrado muchos de los aspectos más característicos de su país de adopción y en especial de su adorada ciudad de Londres.

Declara admirar de los londinenses su espíritu cívico, su pasión por la cultura en todos los aspectos y su apertura de miras. Desde su punto de vista absolutamente subjetivo, repasa temas de lo más diverso desde los hábitos culinarios, la organización de los partidos políticos, los pubs y restaurantes o la gastronomía local, el papel de la Corona, la diversidad racial, los teatros, museos y mercados. También observa de cerca los aspectos más peculiares de la antigua tradición de la City con sus maneras exquisitas y sus rituales ancestrales. Sobre todo nos ilustra sobre aquellos aspectos en los que los londinenses más se distinguen de otras nacionalidades e incluso del resto de habitantes del Reino Unido, desde su punto de vista de extranjera que se ha integrado con sumo gusto al modo de vida londinense, destaca aspectos de las relaciones sociales, la forma de comportarse o costumbres que resultan más peculiares. 

Sin dejar de lado asuntos polémicos, la autora nos da su visión de los convulsos años 80 con sus disturbios sociales, conflictos políticos y laborales. Lo cierto es que el recorrido por la ciudad que nos proporciona abarca amplios escenarios y temas que no obvian los grandes problemas como los que padece la población inmigrante en Inglaterra de la que ella misma, aunque desde una posición privilegiada, se siente parte o los suburbios poblados por minorías raciales víctimas de la violencia policial. 

Pero en el cómputo final no hay duda de que la italiana es una enamorada absoluta de Londres, con lo que es libro resulta ser, de manera resumida y en palabras de la propia autora, "una declaración de amor a un gran ciudad y a sus habitantes"