"... incluso si me arrojan lejos de este país helado, estoy segura de que, cerrando los ojos, conseguiré recordar esta tierra que me ha devuelto a la vida, recordar el latido del corazón bajo el hielo, el frío fuera y la llama dentro. Nunca me he sentido tan en mi lugar como aquí."
Allí coinciden los diferentes personajes que se reúnen en el relato: un padre que pierde un hijo que no es suyo; una mujer que huye de su vida anterior, del fantasma de su hermana cuya muerte carga sobre su conciencia; unos padres que ven cómo la guerra les devuelve un hijo que ya no es el mismo que se fue. Cada personaje nos va hablando en primera persona, mientras continúa la búsqueda del niño, al que cada uno desea encontrar por un motivo diferente, irán evocando retazos de su vida presente y pasada, de lo que les llevó hasta aquel apartado rincón del mundo, escapando cada uno de algo, incluso los que se han criado en aquellos parajes se esconden del mundo exterior; otros han venido a parar hasta allí huyendo de sus miedos, de su pasado, desilusionados, vencidos por la vida. Son todos ellos seres atormentados que arrastran historias de pérdidas y de dolor que les han arrastrado hasta ese extremo helado y solitario del mundo, pero ni así lograrán escapar a su destino.
"Los muertos ocupan a veces más sitio que los vivos."
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