viernes, 18 de octubre de 2024

Ensayo general

Milena Busquets es más Milena Busquets que nunca entre las páginas de este "Ensayo general" donde nos deja una serie de reflexiones que condensan todo su mundo emocional y sentimental, su trayectoria vital, las cosas que le importan, las que han marcado su vida, por las que moriría y las que le dan completamente igual. Habla de sus amores y del amor como concepto, de los hombres de su vida, de sus hijos y de sus padres, en especial de la compleja relación con su madre, la editora Esther Tusquets. Destacan los asuntos relacionados con los libros: la literatura francesa, base de su formación cultural, "El Principito", Javier Marías o el mundo editorial del cual ella misma forma parte.

"Además puedo ser encantadora a ratos, pero soy incapaz de disimular el hartazgo, el aburrimiento y la suficiencia, estoy muy mal educada. La gente se enamora de mí durante quince minutos y luego me odia durante quince años."

Esta frescura suya, esta desinhibición, esa sinceridad crudísima, su manera de vivir llena de sensualidad y de intensidad dejan a la vista del lector a la autora que se muestra a corazón abierto en este libro que es una colección de breves piezas en las que habla sin tapujos de sus dolores y sus vergüenzas, de sus manías y defectos pero también de sus alegrías y sus pasiones a través de afirmaciones categóricas y opiniones políticamente incorrectas. Este es uno de esos libros que se leen con un lápiz en la mano porque de continuo te encuentras con frases y pensamientos que te sorprenden y sombras, en los que te detienes, los relees, te ríes con ellos o te escandalizas, pero sólo un momento y enseguida reemprendes la lectura con una medida sonrisa en los labios, pensando que eso que le ha pasado a Milena o lo que piensa sobre ese tema se parece mucho a lo que también piensas tú, aunque casi nunca tengas el valor o la inconsciencia de decirlo en voz alta como ella lo hace. 

"Desaproveché todos los momentos, todas las ocasiones, todas las oportunidades, me han acabado despidiendo de todos los sitios donde he trabajado. Cuando el tren en el que iba subida dejó de gustarme, me bajé sin demasiados aspavientos, con mis maletas y mis bártulos, cada día más llenas y viejas (...) y esperé obedientemente en el andén a que llegase el siguiente. Me echaron de un montón de trenes, aprendí a bajarme de un salto, disimulando la vergüenza y el dolor. Hay trenes, sobre todo uno, de los que me expulsaron gravemente herida, irreconocible. Subí siendo una persona y bajé convertida en otra."

1 comentario:

  1. PUes creo que lo disfrutaría, lápiz en mano, pero por ahora voy a dejarlo pasar, que se me acumulan los pendientes.
    Besotes!!!

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