jueves, 22 de diciembre de 2016

Falcó

Podria decirse que la última novela de Arturo Pérez-Reverte, "Falcó", está escrita en blanco y negro. Al menos a mí, al ir leyéndola, todas las imágenes que me venían a la mente se me representaban en esa gama, como si de una película de las clásicas de cine negro se tratara. Y es que la novela retrata una época bastante oscura de por sí, como no puede ser de otro modo cuando hablamos de la Guerra Civil española, pero es que además los personajes y las circunstancias retratadas son de un tono gris oscuro, empezando por el protagonista, Lorenzo Falcó, un buscavidas de manual, sin ideología ni bando, con el único objetivo vital de salvar el propio pellejo, además de sacar el máximo provecho a cualquier circunstancia, aunque se trate de una guerra fratricida. Un protagonista que se mueve entre tugurios de los bajos fondos, con sombrero ladeado que apenas deja ver su rostro y un cigarro permanentemente entre los labios. Lo que decía al principio: una imagen más propia del cine negro de toda la vida. Y a ello sumamos esas frases para enmarcar que son tan propias de Pérez-Reverte, esas afirmaciones que encierran toda una filosofía de vida, todo el desencanto y la amargura del que no cree en la bondad humana y sí en la capacidad de destrozarnos los unos a los otros sea en la guerra, en el amor, en la amistad o en los negocios, lo mismo da.
"Sólo dispongo de una vida, dijo. Un breve momento entre dos noches. Y el mundo es una aventura formidable que no estoy dispuesto a perderme."
Los personajes de esta novela, con contadas excepciones, nos muestran una vision agria y desencantada de la vida, individuos que sólo se mueven por interés propio, desconfiados, solitarios; hombres con sombrero, mujeres seductoras al estilo de los años 30, encuentros clandestinos en barras de bar, entre humo de tabaco, escenarios y diálogos certeramente dibujados, atmósferas evocadoras de una época y una sociedad en guerra en un país arruinado en todos los aspectos. Brillan en especial los diálogos en los que tan hábil se prueba siempre el autor, que nos transmiten la filosofía del descanto de unos personajes descreídos, al margen de ideologías o creencias frente a otros capaces de arriesgar su vida por aquello en lo que creen.
"A poco que vivas, la vida les quita la letra mayúscula a palabras que antes escribías con ella: Honor, Patria, Bandera…"
Asistimos a la guerra desde la retaguardia, sin acercarnos a la línea de batalla, mezclados con la población civil, asistiendo a su vida cotidiana y acompañando a los que luchan por sus ideas aunque permanezcan lejos del frente y también a los que se esconden de esa primera línea, a los que se esconden y tratan de pasar desapercibidos. 
"No era asunto suyo, se dijo. Allá quien matara o muriera, y sus razones para hacerlo. Su idiotez, maldad o motivos nobles. La guerra de Lorenzo Falcó era otra, y en ella los bandos estaban perfectamente claros: de una parte él, y de la otra todos los demás."
No puedo dejar de señalar que Pérez-Reverte regresa de nuevo, literariamente al menos, a Cartagena, su ciudad natal, cosa que sus paisanos siempre le tenemos que agradecer por la oportunidad que nos brinda de ver a sus personajes literarios pasear por calles y lugares familiares, usar expresiones de la tierra y rememorar acontecimientos de nuestra historia más cercana. Un placer añadido al de la mera lectura.

8 comentarios:

  1. Me gustó mucho la novela, pero, sobre todo, el protagonista. Creo que es un personaje fabuloso y que el escritor consigue que te caiga más o menos bien a pesar de que el lector es consciente en todo momento de que es un canalla. Estoy deseando que regrese con contra aventura.

    Abrazos

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    1. Es verdad que Pérez-Reverte borda los "malos", de hecho sus protagonistas suelen ser bastante canallas casi siempre. Me alegra que hayas disfrutado la lectura.
      Saludos.

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  2. Es un libro que está gustando mucho en la biblioteca. Hace tanto que no leo a este autor...
    Besos

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    1. Te recomiendo también "Hombres buenos" si quieres ponerte al día con el autor. Estupenda!!!
      Saludos.

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  3. Yo llevo años sin leer a Pérez-Reverte, y debo remediarlo. Aunque, ya que se la has recomendado a Marian, a mí la verdad es que me resulta aún más llamativa Hombres buenos. Es al que más le tengo ganas, porque me gusta mucho el siglo XVIII.
    Un abrazo.

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    1. No lo dudes entones: "Hombres buenos" es fabulosa. No te defraudará, seguro.
      Saludos.

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  4. A mi también me ha pasado en algún libro lo de imaginar las escenas en blanco y negro, sobre todo, si habla de la primera mitad del siglo XX, supongo que influencia del cine de la época.
    Escuché a Pérez Reverte hablando de este libro es Página 2. Y tomé nota del mismo. Creo que puede gustarme.
    Y es cierto que cuando los escenarios son conocidos sientes que la historia es más cercana. En esta ocasión para mi no lo será, pero me alegra que para ti si haya sido así.
    Un abrazo

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    1. Creo que el "ver" una novela en blanco y negro es todo mérito del autor que es capaz de recrear a la perfección el ambiente en él que transcurren sus historias. Te recomiendo esta novela, creo que puede gustarte.
      Un saludo.

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