Mia Fredricksen es poetisa, ha cumplido los cincuenta años, es madre y esposa. Una mujer corriente que sufre el abandono inesperado de su esposo, "una pausa" la llama él. Inaceptable para ella. La humillación, la sensación de abandono, el desprecio que supone el comportamiento de su marido la llevan a padecer un "trastorno psicótico transitorio" lo que le supone un breve ingreso psiquiátrico mientras que todo su mundo se ve privado de sentido. En esa tesitura nos presenta Siri Hustvedt a la protagonista de su novela "El verano sin hombres". Una vez estabilizada, Mia regresa a su ciudad natal para descansar y recuperarse, para pasar allí los meses de verano cerca de su madre ya anciana, físicamente mermada pero mentalmente en forma, esa madre que continúa siendo un refugio seguro para esa hija que precisa sentir el calor de hogar que la devuelva a la seguridad de la infancia.
Esta es, verdaderamente, una novela plagada de mujeres: la protagonista y su madre, su hija Daisy, su hermana Bea, la joven vecina Lola, la doctora S., su psiquiatra con quien mantiene una activa relación vía telefónica y dos grupos de mujeres de distintas edades y que, por tanto, ven el mundo desde muy distintas perspectivas: por un lado el grupo de las amigas de la madre, unas ancianas que conviven en un complejo residencial para mayores y por otro las siete alumnas adolescentes de la clase de poesía que Mia imparte durante esas semanas. Los papeles masculinos quedan en segundo plano, desdibujados; aunque influyan en el comportamiento de las mujeres, no son sino un fondo difuso. Todo el mundo que nos presenta la novela es femenino. Mia es poetisa, artista, y con frecuencia expresa sus pensamientos a través de poemas improvisados, mediante versos propios o de otros que forman parte de su lenguaje expresivo. Todo esto nos introduce en el universo personal de la protagonista que da vueltas a sus sentimientos, los analiza del derecho y del revés, reflexiona sobre la vejez y la adolescencia, las relaciones personales y sentimentales, el matrimonio, las diferencias esenciales entre hombres y mujeres a nivel social, de sentimientos, forma de afrontar las relaciones, distintos tabúes sexuales. Con su cabeza siempre en movimiento, se pierde en disgresiones que a veces la llevan a un cierto desvarío pero que se tratan con un aire desenfadado, se ríe de sí misma y no llega a mayores.
El estilo de la novela combina pasajes narrativos con abundantes poemas, en ocasiones frases deshilvanadas con mensajes más escuetos, meras impresiones sueltas dejadas caer. La diversidad de estilos tal vez entorpezca de algún modo la gran habilidad para el relato de la autora, su capacidad de descripción de situaciones y sentimientos. Incluso en ocasiones la propia autora se sale de la narración para dirigirse directamente al lector, compartir sus dudas sobre cómo organizar el relato, por dónde llevar la historia, nos muestra su empleo de las técnicas narrativas, la manera de estructurar las escenas, elegir los escenarios, etc., e incluso en un momento llega a reconocer que entre tanto análisis y divagación tal vez esté echando de menos algo de acción, que ocurra alguna cosa que justifique el contar la historia que se está contando. Efectivamente, esa sensación de que no pasan cosas la he tenido y puedo constatar que nada de gran peso ocurre, que la historia carece de grandes hitos o de sorpresas narrativas. Diría que es más bien el relato de unas pocas semanas de una vida, la mirada a unas personas normales que pasan, como todas, por momentos malos y buenos, porque en casi todas las vidas los grandes sucesos son en realidad algo poco habitual, pero Siri Hustvedt es capaz de acercarnos a esas vidas normales, con sus conflictos y temores, con sus debilidades y fortalezas y sin que nada espectacular suceda, hacernos sentir cercanas a un grupo heterogéneo de mujeres que pasan por situaciones y circunstancias que, muy probablemente, nos han ocurrido o nos ocurrirán a cualquiera de nosotros tarde o temprano. Una novela más allá de feminismo y del postfeminismo, una novela sobre mujeres y sobre la vida en sí misma.
Esta es, verdaderamente, una novela plagada de mujeres: la protagonista y su madre, su hija Daisy, su hermana Bea, la joven vecina Lola, la doctora S., su psiquiatra con quien mantiene una activa relación vía telefónica y dos grupos de mujeres de distintas edades y que, por tanto, ven el mundo desde muy distintas perspectivas: por un lado el grupo de las amigas de la madre, unas ancianas que conviven en un complejo residencial para mayores y por otro las siete alumnas adolescentes de la clase de poesía que Mia imparte durante esas semanas. Los papeles masculinos quedan en segundo plano, desdibujados; aunque influyan en el comportamiento de las mujeres, no son sino un fondo difuso. Todo el mundo que nos presenta la novela es femenino. Mia es poetisa, artista, y con frecuencia expresa sus pensamientos a través de poemas improvisados, mediante versos propios o de otros que forman parte de su lenguaje expresivo. Todo esto nos introduce en el universo personal de la protagonista que da vueltas a sus sentimientos, los analiza del derecho y del revés, reflexiona sobre la vejez y la adolescencia, las relaciones personales y sentimentales, el matrimonio, las diferencias esenciales entre hombres y mujeres a nivel social, de sentimientos, forma de afrontar las relaciones, distintos tabúes sexuales. Con su cabeza siempre en movimiento, se pierde en disgresiones que a veces la llevan a un cierto desvarío pero que se tratan con un aire desenfadado, se ríe de sí misma y no llega a mayores.
El estilo de la novela combina pasajes narrativos con abundantes poemas, en ocasiones frases deshilvanadas con mensajes más escuetos, meras impresiones sueltas dejadas caer. La diversidad de estilos tal vez entorpezca de algún modo la gran habilidad para el relato de la autora, su capacidad de descripción de situaciones y sentimientos. Incluso en ocasiones la propia autora se sale de la narración para dirigirse directamente al lector, compartir sus dudas sobre cómo organizar el relato, por dónde llevar la historia, nos muestra su empleo de las técnicas narrativas, la manera de estructurar las escenas, elegir los escenarios, etc., e incluso en un momento llega a reconocer que entre tanto análisis y divagación tal vez esté echando de menos algo de acción, que ocurra alguna cosa que justifique el contar la historia que se está contando. Efectivamente, esa sensación de que no pasan cosas la he tenido y puedo constatar que nada de gran peso ocurre, que la historia carece de grandes hitos o de sorpresas narrativas. Diría que es más bien el relato de unas pocas semanas de una vida, la mirada a unas personas normales que pasan, como todas, por momentos malos y buenos, porque en casi todas las vidas los grandes sucesos son en realidad algo poco habitual, pero Siri Hustvedt es capaz de acercarnos a esas vidas normales, con sus conflictos y temores, con sus debilidades y fortalezas y sin que nada espectacular suceda, hacernos sentir cercanas a un grupo heterogéneo de mujeres que pasan por situaciones y circunstancias que, muy probablemente, nos han ocurrido o nos ocurrirán a cualquiera de nosotros tarde o temprano. Una novela más allá de feminismo y del postfeminismo, una novela sobre mujeres y sobre la vida en sí misma.
No lo conocía pero podría gustarme lo tendré en cuenta en el futuro. Muchos besos.
ResponderEliminarEspero que así sea. Tiene elementos interesantes como el tono postfeminista y un estilo narrativo alejado de lo clásico que la hace muy atractiva al lector. Ya nos contarás tus impresiones si la lees.
EliminarSaludos.
A nosotras por lo que has contado no es tipo de libro que nos suela gustar. Gracias por presentárnoslo, de todas formas. No lo conocíamos.
ResponderEliminarNo hay problema. Son tantas las opciones de lectura que no importa de vez en cuando descartar alguna porque no se adapta a nuestros gustos. Seguimos leyéndonos.
EliminarSaludos.
Pues creo que me gustaría, así que me lo apunto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues a ver si tienes ocasión de leerla en algún momento. A mí la autora me resulta atractiva por su experimentación a la hora de escribir, al salirse de los cánones clásicos y ofrecer cosas nuevas e interesantes al lector a nivel narrativo.
EliminarSaludos.
Me gusta la temática y esa normalidad que dices que refleja.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues ya sabes entonces: uno más a la lista de lecturas pendientes. Espero que encuentres el momento para leerlo.
EliminarSaludos.