domingo, 3 de marzo de 2013

La funeraria

De vez en cuando conviene meterse entre pecho y espalda una novela como esta "La funeraria", una comedia loca y descacharrante que nos sirva para desengrasar un poco de otras lecturas más serias y profundas. En ella, Juan Luis Cano nos ofrece una lectura divertida y absurda, contada con un lenguaje fluído muy a pie de calle en la que nos cuenta las peripecias y desventuras de la familia Marqués, una gente bastante común que vive del negocio familiar: una exitosa funeraria en un barrio obrero del Madrid de los años 50. La familia la encabezan el patriarca, Don Celso, y su esposa, la beata y dominante Doña Lourdes. El matrimonio tiene tres hijos, a cual más infeliz: el mayor, Celsito, dedicado a gestionar la funeraria junto con el padre sin muchas más expectativas en la vida que el día a día del negocio; Pepito, el mediano, vuelve rebotado del seminario, tanto que pasa a integrar un comando radical anticlerical, eso sí, viviendo de sus padres todo lo que sea posible y finalmente Luisita, una poco agraciada solterona con pocas perspectivas de encontrar marido. A estos tres inútiles se unirán otros personajes, generalmente individuos con pocas luces: Pablito, el empleado de toda la vida de la funeraria que ya es como parte de la familia, el médico don Benito, más interesado en el anís que en la salud de sus pacientes, el cura de cabecera, Don Anselmo, que acude a diario a confesar a Doña Lourdes… incluso acabará uniéndose a la troupe Segundo, un inesperado hijo ilegítimo del patriarca.

Las peripecias de este grupo de personas en el marco de los años difíciles en que, entre copitas de anís y pan con aceite, cada uno trata de tirar para adelante con mayor o menor fortuna, conforman un retrato bastante negro donde el humor es una excusa para mostrar la cara más triste de las personas. La familia protagonista es, sin duda, la más acomodada del barrio, y eso no pasa desapercibido, no en vano “poseían dos coches grandes, fúnebres, sí, pero coches al fin”, por ello son objeto de los chismorreos y la envidia del resto del vecindario, por lo que tratan de mantener su buena imagen, aunque, vistos de puertas a dentro, no tienen mucho que envidiar en sus miserias al resto de los humildes convecinos, al margen de su bienestar económico.

Toda la novela está plagada de diálogos chispeantes, con mucha guasa, de personajes que resultan entre ridículos y entrañables, con escenas dignas de aparecer en un cómic y que sitúan a los protagonistas en situaciones ciertamente disparatadas y siempre con un toque de humor negro a cuenta del negocio familiar. Abunda el tono burlón en torno a la beatería y la mojigatería propias de alguno de los personajes, en especial de los femeninos y sobre todo un ambiente mitad surrealista, mitad chusco, pero que permite pasearse por una historia contada de manera muy ágil, que en muchas ocasiones no sabes si te hace reir o llorar por lo patético de muchos episodios pero esto es común en el humor bien contado cuando éste se basa en burlarse del mal ajeno y de las miserias del otro, que es la mejor manera de olvidar las miserias propias, aunque sólo sea por un rato.

6 comentarios:

  1. No conocía ni el libro ni el autor pero la portada me gusta y lo que cuentas en la reseña también, creo que si lo leo me hará pasar muy buen rato y es cierto que este tipo de lecturas vienen genial de vez en cuando. Muchos besos.

    ResponderEliminar
  2. Goizeder: Juan Luis Cano es el 50% del grupo humorístico Gomaespuma, aunque en este caso el humor es algo más negro de lo habitual.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. ¡Me encantó este libro, Inmaculada! Me reí mucho con él que, como dices, es muy recomendable leer este tipo de libros de vez en cuando.

    bsos!

    ResponderEliminar
  4. No conocía este libro. Y me dejas con ganas que tiene pinta de ser divertido. Gracias por la reseña.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  5. Hace tiempo leí "¡Quién me mandaría meterme en obras!" de Gomaespuma. Genial para pasar un buen rato y olvidarte del mundo. En mi caso además estaba de reformas en casa. Total. :)
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Tengo tanto libro pendiente que hay que descartar algunos, y creo que éste va a ser uno de ellos.
    Besos!

    ResponderEliminar